El libro sale de la crisis porque cada español habría gastado 52 euros en libros en 2018

La facturación de la industria editorial sube por quinto año consecutivo y alcanza los 2.363 millones de euros. La venta de obras de ficción y el formato de bolsillo empiezan a recuperar los números de viejos tiempos. La No ficción es lo más comprado

El aumento de venta de libros de ficción y de bolsillo en España es una prueba de la mejora de la economía en el país una década después de la crisis y la revolución digital que ha obligado a cambios en el sector. El año pasado se vendieron en España 160 millones de libros de papel y se hicieron 12.8 millones de descargas de libros digitales que facturaron 2.363 millones de euros. Lo que significa un aumento en la facturación del 1.9% respecto al año 2017. Es como si cada uno de los 46 millones de españoles hubiera comprado 3.7 libros a un precio total de 52 euros.

Se trata de la quinta subida consecutiva en la facturación que muestra que la industria editorial confirma su salida del túnel, según el Informe del Mercado Editorial en España 2018. «El libro se reafirma como la primera opción de entretenimiento y ocio en España», afirmó Miguel Barrero, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) en la presentación del Informe.

Aunque todavía falta mucho por recuperar las cifras anteriores a la crisis, a 2008. De los mil millones de euros que perdió el sector editorial en los primeros cinco años, al pasar de 3.185 millones anuales a 2.181, en 2013, el peor año de la crisis, solo ha recuperado 182 millones. Una década en la que se perdió el 26% del mercado, pero que llegaría al 34% si se contempla la inflación.

Hoy las señales son otras. La luces de la mejora económica general y de la industria se reflejan en algunos segmentos de libros que recuperan posiciones al ascender sus ventas, es el caso de la ficción para adultos y el libro de bolsillo que fueron de los más afectados en esta década:

  • La No ficción o Ensayo siempre ha tenido un buen comportamiento durante la crisis y representa el 29,5% de la facturación total del sector con unas ventas de 696 millones de euros, aunque su subida fue del 3,7%. Este área se fortaleció en esta década porque la gente empezó a comprar más libros de ciencias sociales y humanidades, científicos, prácticos y de divulgación general, «en un esfuerzo por querer comprender la realidad y lo que estaba pasando», según Patrici Tixis Padrosa, vicepresidente de la FGEE y presidente del Gremio de Editores de Cataluña.
  • La literatura de ficción para adultos vuelve a repuntar en la compra al subir un 8,1% (488 millones de euros) y representa el 20,7% del total de la facturación. Dentro de este segmento lo más vendido es el género de Novela con un 18,8% del total y dentro de esta la preferida con mucha diferencia es la literatura contemporánea (10,9%) a la que siguen la novela policiaca (2,6%), las obras clásicas (1,8%) y la novela romántica (1,5%). El cuadro completo lo puedes ver en la infografía de abajo.
  • La literatura infantil y juvenil siempre ha subido en esta década y en el último curso su ascenso en la facturación fue del 6% (303 millones) y representa el 12,8% de la facturación total del mercado del libro.
  • El libro de bolsillo, que ha sido uno de los más afectados en esta década, aumentó su facturación en 1,3% hasta alcanzar los 93 millones de euros, y vuelve a estar en números positivos. Una buena señal porque si al comienzo de la crisis económica se pensó que este formato se vería favorecido por ser más barato, la respuesta del público fue la contraria: los lectores privilegiaron la compra de libros de tapa dura, aquellos que considera de larga duración y conservación antes que los de bolsillo que son vistos como algo temporal y a cuyo formato tardan en llegar las novedades.
  • Las librerías independientes mantienen el pulso a las cadenas de librerías e hipermercados. Las primeras crecieron un 2,6% hasta facturar 831 millones de euros, es decir el 35% de la cuota del mercado. Le siguen las cadenas de librerías (421 millones y un 17,8% de cuota de mercado) e Hipermercados (194 millones con un 8,2% de cuota de mercado). Sin embargo, el canal que más sube es el de la compra por Internet: un 7,6%, aunque solo representa el 1% del total de ventas.

Pese a que el número de títulos de obras descendió un 12% esto no afecta al mercado más comercial y real. La estrategia de las editoriales sigue siendo, desde el comienzo de la crisis, la de mantener una gran oferta de títulos para vender más y tratar de compensar la caída general. Ello a costa del riesgo de saturación de obras en las librerías y la vida del libro en las mesas de novedades. El descenso de títulos se debe a la no renovación de libros de texto o educativos y a que la oferta de libros electrónicos disminuyó debido a que la digitalización de muchos ya se hizo en años anteriores cuando el sector se puso al día en el catálogo, lo que entonces originó un aumento en los títulos.

Una prueba de ello es que de no haber sido por esta última situación el incremento de la facturación hubiera sido del 4,7% con respecto a 2017, según el Informe de la FGEE.

El libro digital se estanca

Mientras el libro de papel recupera parte de su espacio, el libro electrónico se estanca. Es parte de la dinámica que se ha visto en otros países como Estados Unidos. Si durante la última década el formato digital creció cada año, coincidiendo con la venta de diferentes modelos de dispositivos, hasta alcanzar una cuota total de mercado del 5%, en 2018 las ventas bajaron un 0,1%. Su facturación fue del 118 millones de euros.

Entre los motivos de este estancamiento figuran: la piratería (con descargas ilegales de unos 300 millones de euros anuales), el IVA del 21% y el “cansancio digital”. Según la FGEE, la piratería requiere de una política de estado y la reducción del IVA al 4%, al igual que el libro de papel, ya está autorizada por la Unión Europea y solo es cuestión de que el nuevo gobierno la aplique. En cuanto al llamado “cansancio digital” es un fenómeno que se aprecia en otros países del entorno porque la gente cuando lee y entra en un momento de verdadero placer y ocio prefiere las ediciones impresas para desconectar de las pantallas en las que están inmersos todo el día por múltiples motivos.

Aunque este descenso en el libro electronico coincide con la campaña de audiolibros, un formato por el que las editoriales han empezado a apostar en el último año y medio, la FGEE no cree que esto haya incidido. El audiolibro representa el 0,66% de la facturación.

«Se necesitan mas políticas de Estado»

Para Miguel Barrero, presidente de la FGEE, “las cifras permiten reflejar cierto optimismo ya que revelan una mejora paulatina del sector tras la crisis, si bien seguimos afectados por algunos condicionantes que se produjeron durante esta, como fueron la reducción de los presupuestos para compras de libros para bibliotecas públicas, universitarias y escolares; así como por las políticas de las administraciones públicas en materia de libros de texto. Esto no hace sino reforzar nuestra creencia en la necesidad de buscar una coordinación de planes y criterios de las distintas administraciones respecto a las políticas de ayudas a las familias para los libros de texto y la recuperación de los presupuestos para la dotación de las bibliotecas”.

La facturación y la cuota de mercado de las 724 empresas privadas y agremiadas se puede apreciar en el siguiente gráfico. Además, Cataluña sigue conservando la mayor facturación con un 50,8%:

Aumenta el comercio exterior

Durante esta década, las exportaciones de libros han ayudado a amortiguar la caída del sector porque siempre han ido en ascenso. El año pasado las exportaciones alcanzaron los 615 millones de euros, es decir un 4,5% más en cuanto al libro y sector gráfico. Europa y el continente americano siguen siendo los principales mercados de esta industria española. En una década se ha pasado de 442 millones de euros a 615 millones. El siguiente gráfico indica cuáles son los principales países a donde se ha exportado en la última década:

Las actividades e industrias culturales españolas representan más de 3% del Producto Interior Bruto de España y el libro el 0,9%, es decir la tercera parte, incluso en tiempos de crisis. La industria editorial española es la cuarta del mundo, después de Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido. Por todo ello, la FGEE pide al Gobierno y a las difeentes administraciones aplicar los planes de fomento y promoción de la lectura  porque los índices de lectura en España, aunque han subido, están por debajo de los países de su entorno y se sitúa en el 67%.

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Winston Manrique Sabogal

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