La cancelación del Nobel de Literatura como reflejo de la crisis de prestigio de la Academia sueca

Varios escritores presentes en la FIL de Buenos Aires comparten la decisión de no dar este año el premio, tras los escándalos de abusos sexuales, y plantean dudas sobre la credibilidd de esa institución

«Me parece que debe ser suspendido», «La Academia ha perdido la autoridad moral», «La crisis del Nobel antecede a los escándalos», «Ninguna institución es sagrada ni está por encima de los derechos de nadie»…

La cancelación de la concesión del Premio Nobel de Literatura este año se debe a que no hay quórum para entregar el galardón, cuyas primeras selecciones se debían hacer este mes de mayo. Ello se debe a las renuncias de seis miembros de la Academia Sueca como consecuencia de los problemas generados tras el escándalo de acoso y abusos sexuales en la Academia y filtraciones de los galardones. Una situación que no es más que el reflejo de la crisis de prestigio por la que atraviesa esta institución, según varios de los escritores presentes en la 44ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (FILBA, del 26 de abril al 14 de mayo).

Se trata de la crisis más profunda que vive la Academia, desde su creación en 1786 y, sobre todo, desde la concesión del Nobel de Literatura en 1901. Aunque el ganador de este año no quedará desierto porque en 2019 se anunciarán dos premiados, el de este año y el del siguiente. «Se ha llegado a esta decisión porque la Academia está actualmente mermada y afronta una pérdida de confianza del público», explica la Academia en un comunicado este viernes 4 de mayo.

«Los miembros activos de la Academia sueca son, por supuesto, plenamente conscientes de que la actual crisis de confianza impone grandes exigencias a un trabajo a largo plazo y sólido para el cambio. Consideramos necesario dedicar tiempo para recuperar la confianza del público en la Academia antes de que se pueda anunciar el próximo laureado», dice en un comunicado el secretario permanente interino de la Academia, Anders Olsson.

La noticia, que sorprendió a los escritores y profesionales del sector en la feria bonaerense, ha generado opiniones parecidas. WMagazín pidió a varios de ellos una valoración de esta decisión:

Claudia Piñeiro

«Me parece que debe ser suspendido porque con la situación que se está denunciando e investigando y las renuncias que se dieron a partir de ello el ganador de este año se vería perjudicado por un jurado sospechado. Sería darle un premio manchado. Hay que investigar los casos denunciados por respeto a las posibles victimas y tomar las decisiones que sean necesarias. Más allá de esto, también hay que bajarle un poco la intensidad a lo que significa el Nobel. No es la primera mancha, no son impolutos, no es la primera sospecha (aunque de otro orden) que pesa sobre el premio. Podemos divertirnos cada año jugando a quién se lo gana. Pero a mí no me quita nada el sueño que no se dé este año. Y si no se da el año siguiente en busca de una mayor transparencia, tampoco».

  • Claudia Piñeiro ha publicado recientemente la novela Las maldiciones (Alfaguara).

José Ovejero

«La Academia ha perdido la autoridad moral para representar la equidad y el criterio que se le suponen. Este año se recordará como el año que no se concedió el Nobel (aunque haya más razones) porque los miembros de la Academia cerraron los ojos ante las denuncias de abusos sexuales presuntamente cometidos en su entorno. Me parece bien que nos quedemos sin Nobel en el 2018. Este acto simbólico tiene para mí más valor que el rito anual de la concesión del premio».

  • José Ovejero acaba de publicar el libro de cuentos Mundo extraño (Páginas de Espuma).

Juan Villoro

«La crisis del Nobel antecede a los escándalos. Buscaron renovarse con un guión a la sociedad del espectáculo, premiando a un trovador que ya había llegado a la inmortalidad sin el Nobel, y luego volvieron a insistir en los prestigios de la cultura pop anglosajona, eligiendo a Kazuo Ishiguro, al que no hubieran premiado si escribiera en japonés. El sometimiento a la cultura hegemónica de masas ya era grave y ahora resulta que en la Academia también se practicaba el abuso sexual que se aprovecha de condiciones jerárquicas y de género. En el aniversario de Marx, la Academia no puede hablar de los demás porque ha sucumbido a los individualismos de la época; dejó de nadar en mar abierto para flotar en las aguas del cálculo egoísta».

  • Juan Villoro publicó hace unos meses el ensayo La utilidad del deseo (Anagrama).

Alberto Manguel

«Es absurdo que un conflicto interno resulte en un perjuicio para los escritores. Quizá no sea tanto el perjuicio dado que el jurado se lo dio a Bob Dylan en 2016″.

  • Alberto Manguel es director de la Biblioteca Nacional de Argentina y su último libro es Mientras embalo mi biblioteca (Alianza).

Edurne Portela

«El escándalo del Nobel muestra la presencia de comportamientos machistas abusivos en todas las instituciones. El vacío que deja la cancelación del premio este año recordará para siempre el proceso que comenzó con el #MeToo».

  • Edurne Portela ha publicó en otoño la novela Mejor la ausencia (Galaxia Gutenberg).

Andrés Neuman

«Me parece muy bien, y literariamente necesario, recordar que ninguna institución es sagrada ni está por encima de los derechos de nadie. Quizá de paso este año podrían concederle el Nobel a las lectoras del mundo, sin quienes los libros morirían de frío. Y, cuando sus señorías tengan tiempo de reunirse de nuevo, ojalá se acuerden de Margaret Atwood. Su amiga Alice Munro sería la primera en alegrarse».

  • Andrés Neuman acaba de publicar la novela Fractura (Alfaguara).

Oche Califa

«Es una mala noticia, porque el anuncio del Nobel en Literatura coloca año tras año la literatura y el libro en la atención mundial, más allá de instalar el nombre de un autor. Considero, eso sí, que esto no perjudica a quienes lo han obtenido. En cuanto a su futuro, no sé qué decir, pero estimo que la Fundación Nobel deberá trabajar con la mayor responsabilidad y claridad para no perder el prestigio que tiene».

  • Oche Califa es el Director Institucional y Cultural de la Fundación El Libro encargada de organizar la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

La Academia Sueca que elige los premios Nobel ha perdido a seis de sus miembros en un mes, de un total de 18. Todo se debe al escándalo sexual que la salpica desde el otoño pasado cuando 18 mujeres acusaron de abuso sexual al dramaturgo y fotógrafo francés Jean-Claude Arnault y marido de la académica Katarina Frostenson. La cuestión es que la académica y su marido son los promotores de Fórum, un centro cultural vinculado a la Academia Sueca donde Arnault habría cometido los abusos. Por este motivo la institución suspendió la colaboración con Forum. Además, se acusa a Arnault de ser el responsable de haber filtrado a la prensa los ganadores de varios Nobel de Literatura como los franceses J. M. G. Le Clézio y Patrick Modiano.

La Academia no cuenta con quórum.Lo primeros en renunciar fueron los académicos Klas Östergren, Kjell Espmark y Peter Englund, luego lo hicieron Katarina Frostenson, Sara Danius, secretaria permanente y encargada de anunciar el Nobel, y la última ha sido Sara Stridsberg.

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¡Gracias!

Winston Manrique Sabogal

Un comentario

  1. Excelentes comentarios de reconocidos escritores sobre la conveniencia de suspender el premio Nobel de Literatura en el presente año y las críticas a las decisiones erráticas tomadas por la Academia Sueca, desde la escogencia de Bob Dylan.

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