Muere Philip Roth, uno de los grandes escritores contemporáneos

El autor estadounidense de origen judío falleció a los 85 años en Manhattan. Escribió obras como 'Goodbye, Columbus', 'El mal de Portnoy', 'Pastoral americana', 'La conjura contra América' y 'Némesis'. Su nombre siempre estuvo en las quinielas del Nobel

Uno de los grandes escritores contemporáneos ha muerto: Philip Roth. El novelista, cuentista y ensayista estadounidense tenía 85 años. Hijo de inmigrantes judíos europeos, nació en Newark (Nueva Jersey), el 18 de marzo de 1933 y murió en Manhattan este 22 de mayo. Autor de una treintena de obras, fue uno de los autores que marcó la literatura de su país en la segunda mitad del siglo XX junto a Saul Bellow y John Updike. Su nombre siempre estuvo en las quinielas del Premio Nobel de Literatura.

La identidad judía en Estados Unidos, los estadounidenses, su historia y sus contradicciones, la relación con el padre, los laberintos del amor, la sexualidad masculina, el deseo sexual de un hombre mayor y la mortalidad fueron algunos de sus temas esparcidos de ironía, sátira y humor. Roth publicó en 2010 su última novela, Némesis, y dos años más tarde confirmó que dejaba de escribir: «Me equivoqué. He llegado al final del camino. Ya no tengo nada más sobre lo que escribir».

Sobre los temas de sus libros dijo: “Creo que cada uno tiene un cubo lleno de temas, que son tuyos porque excitan tu energía verbal. Vas sacándolos y usándolos. Llegas al final del cubo y no quedan muchos. Esto es lo que les pasa a los escritores mayores. Tienes un número limitado de temas, diez, seis o veinte, y ese es tu número. Yo no sé cuántos tengo, pero supongo que uno vuelve a trabajar sobre algunas ideas. Mi autorreflexión sobre mi trabajo también tiene un límite”.

Philip Roth es conocido sobre todo por sus novelas, aunque también es autor de varios cuentos y ensayos. Fue uno de los tres escritores que estando vivos su obra fue editada por la  Biblioteca de Estados Unidos, los otros dos fueron Bellow y Eudora Welty.

Entre sus obras destacan Goodbye, Columbus (1959), El lamento de Portnoy (1969), Trilogía americana: formada por Pastoral americana (1997), Me casé con un comunista (1998) y La mancha humana (2000); Patrimonio, una historia verdadera (2003), La conjura contra América (2004), El oficio (2007) y Némesis (2010).

Éxito de crítica y polémica desde su primer libro

Su entrada a la literatura fue brillante. Su primer libro lo publicó con 26 años, en 1959: Goodbye, Columbus, una colección de cuentos, que obtuvo el Premio Nacional. Un libro controvertido que suscitó protestas por parte de la comunidad judía que lo llamó antisemita. Roth mezcló, desde entonces, situaciones autobiográficas con la ficción. Su nombre ya se quedó en la primera línea de la literatura de su país.

Diez años más tarde obtendría otro gran éxito de público y polémica por El lamento de Portnoy. Otra vez la vida real ficcionada  través de Alexander Portnoy, un judío en sesiones de psicoanálisis que relata su vida en un típico hogar de clase media  en los años cuarenta, su escandaloso despertasr sexual y sus conflictivas relaciones con las mujeres. A partir de 1979, Roth crea a una especie de alter ego: Nathan Zuckerman, con el cual explorará aún más el ego, la sexualidad, las obsesiones del hombre de finales del siglo XX.

Su mirada a la historia está presente en toda su obra, pero en los últimos años cobró relevancia La conjura contra América. Una obra que muchos recomiendan hoy como reflejo de los riesgos de la era Trump, como presidente de ese país, y los riesgos del fascismo. En la novela, Roth narra una ucronía donde Charles Lindberg, héroe de la aviación, derrota a Roosevelt en su camino a la Casa Blanca gracias a una alianza con Hitler.

«Escribir te convierte en alguien que siempre se equivoca. La ilusión de que algún día puedes acertar es la perversidad que te hace seguir adelante», escribió en Pastoral americana, otro de sus libros de referencia.

En la década de los noventa ganó los principales premios literarios de Estados Unidos: el National Book Critics Circle Award (1987 y 1992), el Faulkner Award (1993 y 2000) y el National Book Award (1960 y 1995). En 1997 le concedieron el Pulitzer por la obra Pastoral americana. Además, obtuvo los premios Karel Capek (1994) y Franz Kafka (2001), de la República Checa. Entre los últimos galardones con los que ha sido reconocido destacan el Premio Médicis a la mejor novela extranjera (Francia, 2002), el Premio Sidewise para historias alternativas (Reino Unido, 2005) el Premio Nabokov (EE UU, 2006), el Man Booker International en 2011  y en 2012 recibió el Príncipe de Asturias de las Letras.  (Aquí puedes ver el vídeo con el mensaje que envió Roth al Premio)

En 2007 recibió el PEN/Faulkner Award for Fiction, por Everyman, y el PEN/Bellow Award. Posee la Medalla de Honor del Club Nacional de Artes (EE.UU., 1991), la Medalla Nacional de las Artes (EE.UU., 1998), la Medalla de Oro de la Academia Americana de las Artes y las Letras (2001) y la Medalla de la National Book Foundation (2002), por su contribución a las letras americanas.

Varias de sus obras han sido llevadas al cine: Goodbye, Columbus, El mal de Portnoy, La mancha humana, Elegía, Pastoral americana e Indignación.

Roth y la condición humana

«(…) Como si fuese posible de alguna manera renunciar al combate singular que es cada persona», La mancha humana.

«A la imagen que tenemos unos de otros. Capas y más capas de incomprensión. La imagen que tenemos de nosotros mismos, que es inútil, presuntuosa, totalmente engreída. Pero seguimos adelante y nos apañamos con esas imágenes», Pastoral americana.

«Debes estar por encima de tus sentimientos. No soy yo quien te lo exige: es la vida. De lo contrario los sentimientos te arrastrarán. Te arrastrarán al mar y desaparecerás para siempre», Indignación.

«La sociedad norteamericana (…) no sólo sanciona las más burdas e injustas relaciones entre los hombres, sino que las fomenta. ¿Puede alguien negar eso? No. Rivalidad, competencia, envidia, celos, todo lo malo del carácter humano lo alimenta el sistema. Las posesiones, el dinero, la propiedad… Por tan corruptos criterios se miden la felicidad y el éxito»,  El lamento de Portnoy.

«La verdad no se revela de golpe. Aunque el mundo está lleno de gente que va por ahí creyendo saberlo todo de ti o de tu vecino, en realidad lo que no se sabe carece de fondo. La verdad acerca de nosotros es interminable. Como lo son las mentiras», La mancha humana.

«No pretendo convertirte en una burguesa, Naomi. Si la cama te parece demasiado lujosa, podemos hacerlo en el suelo», El lamento de Portnoy.

«Tienes conciencia, y es un valioso atributo, pero no lo es si te lleva a creer que eres culpable de lo que está muy lejos del alcance de tu responsabilidad», Némesis.

Lo que dice la prensa internacional

The New York Times: «Muere Philip Roth, maestro de las letras de EE UU: En sus 60 años, una época en la que muchos escritores se están apaciguando, produjo una secuencia excepcional de novelas históricas: Pastoral estadounidense, La mancha humana y Casado con un comunista, producto de su compromiso personal con Estados Unidos y temas estadounidenses. Y comenzando con Everyman, en 2006, cuando tenía 73 años, mantuvo un ritmo implacable de año en año, publicando obras que, aunque no necesariamente importantes, eran sin embargo ferozmente inteligentes y observadoras. Su tema de una manera u otra fueron los estragos de la edad y la mortalidad en sí, y al publicarlos, Philip Roth parecía desafiar su propio declive».

The New Yorker: Philip Roth, el novelista estadounidense incomprabla muere a los 85 años: Sus grandes temas, como Claudia Roth Pierpont escribió en esta revista en 2006, incluían ‘la familia judía, el sexo, los ideales estadounidenses, la traición a los ideales estadounidenses, el fanatismo político, la identidad personal» y «el cuerpo humano (generalmente masculino) en su fuerza, su fragilidad y su necesidad a menudo ridícula».

The Washington Post: Muere Philip Roth: El aclamado escritor considerado como ‘la voz de su generación».

Le Monde: «Habrá que esperar hasta el año de sus 80 años para rendirle homenaje, por «todo lo que trajo a la literatura estadounidense del siglo XX» en la sinagoga más grande de Nueva York».

Le Figaro: «Egoísmo, cinismo, sexualidad desenfrenada… Philip Roth tomó la pluma como una estrella de rock en el escenario. (…) Un observador lúcido de la sociedad estadounidense y su familia, fue consultado regularmente para el Premio Nobel de Literatura, sin obtenerlo nunca. Los franceses repararon esta afrenta integrándolo en 2017 en las Pléyades, templo sagrado de los virtuosos de la literatura».

The Guardian: «La carrera de Roth comenzó en notoriedad y terminó en autoridad, ya que lidió con preguntas sobre identidad, autoría, moralidad y mortalidad en una serie de novelas que dieron forma al curso de las letras estadounidenses en la segunda mitad del siglo XX. Refractó las complejidades de su herencia judíoamericana en obras como El lamento de Portnoy, Pastoral americana, La mancha humana y La conjura contra América, que obtuvieron éxito comercial y de crítica, llevando a su creador con una deslumbrante sucesión de premios literarios».

Corriere della Sera: «Roth, con una fuerte carga emocional, domina con maestría absoluta diversos registros – la irónica, lo cómico y lo grotesco-. Su tema es la comunidad judía con sus tipos los humanos, sus leyendas, sus chismes, y más en general la especificidad de la condición judía en el contexto de la América de hoy. Un aspecto único y original, que será un modelo inalcanzable para muchos epígonos, y también para su capacidad de convertirse, a pesar de sí mismo, en un escritor convencional».

Despedimos a Philip Roth con un pasaje de Indignación, para quedarnos con él: «¿Será este el fin de la eternidad, rumiar una y otra vez sobre las nimiedades de toda una vida? ¿Quién podría haber imaginado que uno tendría que recordar constantemente cada momento de la vida hasta en su más minúsculo componente? ¿O acaso este más allá sea tan solo el mío y, de la misma manera que cada vida es única, así también lo es la otra vida, cada una de ellas una huella dactilar imperecedera de un más allá distinto al de cualquier otro? No tengo manera de saberlo. Como en la vida, solo sé lo que es, y en la muerte lo que es resulta ser lo que fue. No solo estás encadenado a tu vida mientras la vives, sino que sigues atado a ella cuando te has ido. O, una vez más, tal vez eso solo me ocurra a mí».

  • Artículo en elaboración…
Winston Manrique Sabogal

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