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Gaël Faye: «El mestizaje no es el futuro de la humanidad»

El escritor y músico francorruandés habla de su novela 'Pequeño país', de su acercamiento a la literatura, de la su vida en África y su migración a Europa

Gaël Faye presenta su novela 'Pequeño país', en el Instituto Francés, de Madrid, el 15 de febrero de 2018.

Gaël Faye presenta 'Pequeño país'

A los 13 años Gaël Faye pasó de ver los colores exuberantes del trópico africano, jugar en las calles polvorientas de Kigali y escuchar las historias de los adultos llenas de poesía cotidiana a ser vecino de Versalles, cerca de París, sentirse en la orilla del mundo e ir a la biblioteca a leer a escritores africanos y de todos lados.

Faye es hijo de una ruandesa tutsi y un empresario francés. Su paraíso infantil estalló con el genocidio de Ruanda entre hutus y tutsis. Él y su familia se salvaron gracias al pasaporte de su padre, y eso los llevó a exiliarse en Francia.

Una nueva vida que intentó sobrellevar con la compañía de las voces de escritores burundeses en la biblioteca de Versalles. No pudo porque se trata de una tradición básicamente oral, esa es su riqueza, recordó Faye en la presentación de Pequeño país (Salamandra) en el Instituto Francés de Madrid, entrevistado por Guillermo Altares. Leyó, entonces, a otros autores africanos sin que lo convencieran, sin sentirse tocado por ellos. Fue la lectura del poeta haitiano René Despestre lo que le llevó a sentir sus raíces, esos versos le despertaron una sensibilidad especial y literaria.

La música llegó pronto a Gaël Faye. Los sonidos de África y el mundo occidental se mezclaron para dar origen a su rap y hip hop. Quería estudiar Literatura pero en el colegio lo disuadieron: «porque, me dijeron, que solo el 20% consigue trabajar en ello». En cambio le aseguraron que «el 90% de los estudiantes de económicas conseguían trabajo», contó Faye. Así es que el joven músico se decantó por estudiar económicas. Y comprobó que sus profesores tenían razón porque encontró trabajo en un fondo de inversiones de Londres.

Los números y las finanzas y la promesa de un futuro económico estable no desplazaron su pasión por la música. El deseo de contar lo vivido en Ruanda a través de canciones era superior a la vida cómoda que llevaba en la City londinense. Tras varios años en su trabajo, un día renunció y empezó a componer.

En 2013  publicó su primer álbum: Pili Pili sur un croissant au beurre (Pimiento africano sobre cruasán de mantequilla). En él cantaba episodios de su vida, de la tragedia de lo suyos. Una especie de catarsis que le parecía insuficiente. Hasta que lo llamó la editora Catherine Nabokov que, entusiasmada por las letras de sus canciones, lo animó a que contara todo aquello, que recuperara todos aquellos recuerdos con sus alegrías y melancolías y reflexiones en una novela.

«Las canciones estaban bien, pero eran insuficientes para contar todo lo que sentía», contó Faye en el Instituto Francés. «Quería que la gente viera Burundi y amara esa región de los grandes lagos africanos. Por eso la primera versión de la novela no tenía nada que ver con el genocidio, hasta que el atentado de enero de 2015 en la revista francesa Charlie Hebdó me dio la clave. Yo vivía cerca de allí, en París. Con los amigos hablábamos de lo ocurrido. Me preguntaban qué opinaba yo de todo esto. Entendí que tenía que contar mi experiencia y la complejidad de lo sucedido en Ruanda y Burundi y la inmigración y el exilio».

Su origen, el color de su piel, lo vivido y la evolución de su vida ha confrontado a Gaël Faye con la realidad de problemáticas como el racismo, la violencia y la inmigración. Él mismo dice: «No soy ni blanco ni negro. La gente no ha sabido cómo verme o interpretar mi mestizaje». Ante la pregunta de Altares sobre si considera que el mestizaje es el futuro, Faye es claro:

«Cuando se habla del mestizaje se puede hablar de la mezcla de las artes. Creo que uno se enriquece por el contacto con el resto de las personas, pero las vivencias del mestizo es algo más complejo. Se puede sufrir como mestizo, llevarlo muy mal. El mestizaje no es el futuro de la humanidad. La solución no es esa».

Faye recordó que una guerra no empieza de un día para otro: «La guerra empeiza con palabras, con gestos. Hay que estar atento a ellas». El escritor colabora con una organización atenta a que los responsable del genocidio ruandés que viven impunes en Europa paguen por sus crímenes.

Mientras Faye presenta Pequeño país, ya traducida a más de 30 idiomas, prepara su próxima gira como músico y empieza su nueva novela que no tendrá nada que ver con lo narrado ahora. «Yo ya escribí lo que tenía que contar de todo aquello. Ahora son otros los que deben hacerlo para ampliar la mirada. No quiero que suceda como con la música que alguien saca un disco bueno y luego los medios solo se fijan en él y no dan oportunidad a los demás. Mi novela nueva tratará de la música y otras cosas».

  • Pequeño país. Gaël Faye. Traducción de José Manuel Fajardo (editorial Salamandra en español y Empúries en catalán).

Winston Manrique Sabogal

2 comentarios

  1. El presente mestizo es para muchos de nosotros un contorno de libertades y limitaciones y para muchoas de nosotros el futuro seguirá siendo mestizo así como lo fue nuestro pasado. Así que el tiempo y el espacio también forman parte de nuestro inevitable mestizaje.

  2. Precioso comienzo el de esta novela, Pequeño país. Ojala esas otras voces que hablan de realidades distintas a las nuestras, se impongan en el mercado literario.

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