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La crisis de Venezuela explicada en libros, películas y obras de arte

Escritores y artistas venezolanos recomiendan diferentes libros, películas y obras de arte para conocer de raíz y entender mejor la situación convulsa de su país. Más de dos millones de personas han emigrado a diferentes países del continente y medio mundo

«El mal es temporal, la verdad y la justicia imperan siempre», dice doña Bárbara, la protagonista de la gran novela de Rómulo Gallegos. Vive en la hacienda El Miedo, y esas tierras parecen ser la Venezuela de hoy. Sobre todo desde los hechos ocurridos el 30 de marzo de 2017 cuando fue inhabilitada la Asamblea Nacional por decisión del Tribunal Supremo de Justicia, dominado por el chavismo, en un país que tiene como presidente de gobierno a Nicolás Maduro. A partir de ahí la crisis se ha agudizado y precipitado en los diferentes ámbitos que van desde el político y económico, hasta el social y familiar. La crisis ha hecho que más de dos millones de venezolanos hayan empezado un éxodo por todo el continente y parte del mundo en busca de bienestar.

El penúltimo acontecimiento se ha empezado a vivir este 30 de abril de 2019 con la liberación de Leopoldo López que junto a Juan Guaidó ha llamado a las protestas masivas en las calles. Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, se declaró «presidente encargado» en pasado mes de enero. Una decisión respaldada por toda la oposición y algunos gobiernos internacionales, empezando por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que lo reconoce como presidente interino. Además, de los gobiernos de Colombia, Brasil, Perú y Paraguay.

El siglo XXI ha cogido a los venezolanos en una vorágine de sucesos políticos que los mantienen abismados en la incertidumbre. Noticias y opiniones de todos los frentes en un país dividido. Con el fin de conocer y entender mejor la Venezuela de estos tiempos, WMagazín pidió, en agosto de 2017, a escritores y artistas venezolanos que dieran cinco recomendaciones artísticas: tres libros y dos películas, o pinturas, o esculturas o cualquier otra obra artística que ayudaran a esa mejor comprensión del presente. Este es el artículo que recuperamos.

Como preámbulo, la escritora colombiana Marbel Sandoval Ordóñez recomienda leer La revolución sentimental (Catarata), de la periodista navarra Beatriz Lecumberri: “Es periodismo puro y duro, una serie de crónicas con amigos, enemigos y neutrales de una delirante revolución bolivariana en abierta deriva a la dictadura. Un intento de comprender las muchísimas facetas de Hugo Chávez del que queda la sensación de que a sus buenas ideas las mató el populismo y su deseo de perpetuarse en el poder, heredado ahora por Nicolás Maduro. La revolución sentimental aporta una página más a la historia de los dictadores y las dictaduras en América Latina. Ahora sí las recomendaciones publicadas originalmente en el blog winstonmanriquesabogal.com:

ALBERTO BARRERA TYSZKA
Es autor de la novela Patria o muerte (Premio Tusquets de Novela 2015).

Libros

La producción de libros de todo tipo (historia, análisis político, crónica periodística, ensayo, literatura…) ha sido muy fecunda en los últimos años en Venezuela. Eso demuestra que los venezolanos necesitamos escribir y leer de nuevo nuestra realidad, que tampoco la entendemos demasiado bien.

Creo que un buen punto de partida puede ser La revolución sentimental, de Beatriz Lecumberri (Catarata). Es un libro estupendo, escrito desde la mirada del otro. Beatriz ha puesto en esas páginas toda su experiencia como corresponsal en Venezuela y el resultado es excelente. Puede ayudar a alguien que nos mira desde lejos y funciona como un espejo imprescindible para nosotros.

La herencia de la tribu. Del mito de la independencia a la revolución bolivariana, de Ana Teresa Torres me parece también una extraordinaria oportunidad de ordenar lo que somos y vamos siendo, desde nuestros mitos fundacionales hasta nuestro delirante presente. Es un recorrido por nuestra historia, que va y viene analizando lo fáctico y lo imaginado, los hechos y las ansias, buscando encontrar una anatomía interior de Venezuela.

El Estado descomunal. Conversaciones con Margarita López Maya, de David González. Ella, Margarita López, es historiadora y una de las académicas que ha estudiado de cerca y con agudeza el proceso del país. Creo que este libro, sin ninguna duda, puede iluminar la compleja -y a veces incomprensible- realidad que vive Venezuela.

En literatura, cada vez más -desde distintas ópticas- el país es una angustia muy visible en los escritores venezolanos. Pongo como ejemplo libros recientes de dos jóvenes: Dinero fácil de Hensli Hans Solórzano y el excelente poemario Salvoconducto de Adalber Salas.

Cine

 

Tráiler de ‘Hermano’, de Marcel Rasquin.

Una película de hace algunos años: Hermano de Marcel Rasquin. Pienso que narra de manera excepcional la tragedia que marcó y sigue marcando a Venezuela: la pobreza, la violencia, la impunidad… Es la realidad que devora los sueños de la mayoría de un país esencialmente joven.

RODRIGO BLANCO CALDERÓN
Es autor de The Night (Alfaguara), un excelente mosaico humano sobre las grietas que dejó Chávez.

Escultura

Monumento, de Miguel von Dangel. La obra plástica que en este momento me parece que mejor resume la situación de Venezuela es Monumento, del gran artista venezolano Miguel von Dangel. Construida entre los años 1975–1980, la obra está hecha con la cabeza y las patas de un caballo embalsamados por el propio artista. El caballo, en lugar de barriga tiene un barril de petróleo y su posición es la del relincho brioso. Es una imagen estremecedora. Allí están concentradas nuestras dos catástrofes naturales: Bolívar y el petróleo. Un petróleo que salpica a quien lo ve y que refleja también la parálisis cobarde de quien lo contempla. Tal y como sucede actualmente con esa vergonzosa abstracción llamada “comunidad internacional”.

Libros

Simón Bolívar. Esbozo biográfico, de Elías Pino Iturrieta. Esta es la obra mayor del historiador Elías Pino Iturrieta. Forma parte de una valiosa y valiente corriente de la historiografía venezolana contemporánea que ha identificado en el bolivarianismo una de las constantes más trágicas de la historia política de Venezuela. Pino Iturrieta analiza muy bien cómo Venezuela se constituyó como república precisamente a contracorriente del ideal bolivariano y cómo esa “traición” es el “pecado original” que los venezolanos parecen condenados a pagar eternamente. Al menos, hasta que decidan encarar las verdades de su propia historia.

El chavismo como problema, de Teodoro Petkoff. Teodoro Petkoff es una figura legendaria de la política de la segunda mitad del siglo XX. Ex guerrillero, político, economista y periodista aguerrido, fue de los primeros en denunciar el totalitarismo de la Unión Soviética con un libro que le costó la “excomunión” por parte de Léonidas Brezhnev. Se trata de Checoslovaquia: el socialismo como problema, publicado en 1969. Cuarenta años después, con el mismo impulso crítico pero con toda la experiencia acumulada en ese tiempo, Petkoff adaptó su propio título a los tiempos de la actual dictadura chavista. Es un repaso indispensable para captar la vena autoritaria que define al chavismo desde su origen. El pensamiento de Petkoff sigue crispando los nervios de los dictadores de turno. Con sus ochenta y cinco años a cuestas, a Petkoff se le tiene prohibida la salida del país.

Apaciguamiento, de Miguel Ángel Martínez Meucci. Este es un libro publicado en el año 2012. Es una de las más lúcidas reflexiones sobre cómo se consolidó la Revolución Bolivariana en los años 2001–2004, el período de mayor enfrentamiento político durante el primer mandato de Hugo Chávez. Martínez Meucci utiliza el concepto de “apaciguamiento” propuesto por Henry Kissinger para explicar no sólo el afianzamiento de Chávez en el poder, sino, más importante aún, las razones de la debacle opositora de entonces…y de ahora.

JUAN CARLOS CHIRINOS
Es autor de la novela Gemelas y los cuentos La manzana de Nietzsche.

Libros

Del buen salvaje al buen revolucionario (1976), Carlos Rangel. Este es uno de los primeros y más importantes ensayos sobre la “civilización” latinoamericana en el que el célebre pensador venezolano hace una reflexión sobre la discrepancia entre lo que una sociedad es y la imagen que esa sociedad tiene de sí misma. Un clásico desde su publicación, el propio autor abre la reflexión con estas sugerentes palabras: “Los latinoamericanos no estamos satisfechos con lo que somos, pero a la vez no hemos podido ponernos de acuerdo sobre qué somos, ni sobre lo que queremos ser”. Podría decirse que es la puerta de entrada para entender la historia de la cultura venezolana y latinoamericana.

País portátil (1968), Adriano González León. Esta premiada novela del venezolano Adriano González León es sin duda la obra en la que se condensa todo lo que significó la lucha armada de la izquierda venezolana que no se avenía con el proceso de democratización de la nación después de la larga noche en que la dictadura de Marcos Pérez Jiménez había sumido al país. Su anécdota es más bien simple: un guerrillero andino debe llevar un maletín hasta una casa donde lo esperan sus camaradas, y lo hace cruzando la ciudad de punta a punta en un autobús urbano mientras el narrador rememora el pasado “heroico” de sus ancestros. Cuando llega, lo aguarda el destino que esperaba a toda la rebelión armada venezolana que intentó emular a los revolucionarios cubanos: el fracaso. Esta novela es la foto de un país que jamás ha perdido su condición de “portátil”.

Un hombre de aceite (2008), José Balza. En esta breve novela de Balza se realiza el prodigio sinóptico de mostrar el país petrolero, con todas sus corrupciones y bajezas, sus dudas y lujos, sus alegrías y perversiones a través de la vida de un alto funcionario de la empresa estatal, Petróleos de Venezuela, S. A. (PDVSA); y cuando se dice país petrolero se dice también el país todo, porque el siglo XX fue para Venezuela el siglo en que ató su destino a la riqueza que proporciona el hidrocarburo: y cuando este deje de ser valioso, quién sabe qué tipo de valor tendrá el país. Una novela que es la foto nítida de un país bendecido y corrompido por el oro negro.

Cine

Película 'Compañero Augusto', de Enver Cordido

Compañero Augusto (1976), de Enver Cordido. Los movimientos guerrilleros en Venezuela intentaron durante una década larga torcer el rumbo del país hacia un socialismo a estilo cubano, pero el país no quiso, o ellos fueron incapaces de convencerlo. También porque muchos de los que participaron en la lucha armada, como el compañero Augusto que protagoniza esta espléndida película, no era otra cosa sino un pequeño burgués para quien la guerrilla constituía otro pasatiempo más con el que obliterar el horror vacui de su vida. Ver esta película es presenciar la crónica del enorme fracaso anunciado desde el principio del movimiento subversivo, porque mientras los guerrilleros acometían sus rebeliones, el país siguió hacia delante por otra senda más burguesa, sí, pero más pacífica, con todos sus defectos y sus bondades, y se alejó, aunque temporalmente, de las soluciones armadas y los militares carismáticos de izquierda.

GUSTAVO GUERRERO
Es consejero literario para la lengua española de la casa Gallimard (Francia) y autor de obras como Historia de un encargo: ‘La catira’ de Camilo José Cela (Anagrama).

Libros

La herencia de la tribu. Del mito de la independencia a la revolución bolivariana (2009), de Ana Teresa Torres. Se trata de un ensayo que le ofrece al lector algunas claves esenciales para entender la situación de Venezuela, recontextualizando la ideología chavista en la historia y en el imaginario histórico del país.

Patria o muerte, de Alberto Barrera Tyzska (Tusquets, 2015) y The Night, de Rodrigo Blanco Calderon (Alfagaura, 2016). Son dos novelas que ponen en escena diversamente, pero con mucha eficacia, la deriva de una sociedad en vías de descomposición y donde el horizonte de futuro se ha clausurado. La desesperanza, la desesperación y la exasperación de los venezolanos se expresan en las tres obras; pero las tres están escritas asimismo con esa ironía admirable y aguerrida en cuyo fondo se deja leer el deseo de pasar esta página de nuestra historia y volver a juntar los fragmentos de una nación hecha pedazos.

ELISA LERNER
Narradora, dramaturga y cronista, entre sus libros destacan Así que pasen cien años (Editorial Madera Fina).

Libros

Lluvia. Victoria de Stefano (Candaya, Barcelona, 2.005). Escrito a comienzos del chavismo, en apariencia, la historia privada de una escritora que escribe un diario en “el cuarto propio” de su casa, el primer piso es para la cocina y para algunas visitas ocasionales como la de su jardinero. Sobre todo -si mal no recuerdo- cuando se presenta una lluvia tempestuosa. Las primeras trazas de que la escena nacional va camino a un derrumbe lo atisba la escritora en los paseos habituales que hace por los alrededores. Una urbanización de clase media y de clase media alta. La escritora sorprende avisos reiterados de venta en las fachadas de algunos chalets y la figura de un mendigo que se erige casi como centinela en la iglesia cercana.

Patria o muerte. Alberto Barrera Tyszka (Tusquets, 2015). Retrato eficaz de la fiebre o epidemia emocional que se apoderó de los venezolanos cuando cundieron rumores contradictorios en torno a la noticia de la enfermedad y posible declive del comandante poderoso. Antes -o al unísono- había venido el declive de la sociedad venezolana y algunos de los personajes lo reflejan fidedignamente.

Lo que cuenta la mujer canalla. Lena Yau (Kalathos, 2016). La autora parece escribir sobre un escritorio de páginas atlánticas movibles. En las cuartillas de su poemario o de su primera novela cuida del jabillo que dio jardín a su infancia. La montaña caraqueña en Lo que cuenta la mujer canalla se convierte en exacto poema porque en Lena el intertexto no es solo bella arbitrariedad que sigue fidedigna a la frase original sino una forma de dar luz a su corazón mientras se cumple el arraigo oceánico . Sucede el milagro. Se es poeta en Caracas y escritora en Madrid o viceversa. En suma, es la arboleda desangrada en la emigración que Lena Yau cura a través del poema.

También hay muy buenos cuentos que retrata Venezuela como el de Salvador Garmendia (Fundavag, Caracas, acaba de editar tres tomos con todos sus cuentos), en que entre dos amigos se da una escena violenta no esperada. Como nadie después de leer uno tan encantador como Un regalo para Julia , de Francisco Massiani, de mediados de los setenta se esperaba unos personajes venezolanos tan oscuros como los que aparecen en el cuento Homenaje a John Cazale de Rodrigo Blanco Calderón publicado ahora en la leída web venezolana Prodavinci.

Cine

Recuerdo el documental Tiempos de dictadura, de Carlos Oteyza sobre la dictadura pérezjimenista. La memoria histórica -sobre todo lo referente a la dictadura militar de los cincuenta- ha sido como una Anita la huerfanita de los venezolanos. Tememos y casi nos enorgullece no recordar. Parte de la fábula (o ex fábula de rápido país petrolero).

Pintura

Nuestra pintura han sido los cuadros abstractos de Alejandro Otero, sus coloritmos, el trabajo maravilloso de Jesús Soto, el arte cinético de Cruz Diez y aún vivo su autor. Nuestra plástica no ha tenido necesidad de ser charlatana o excesivamente anecdótica. La democracia con sus más y sus menos ha expresado ampliamente un país.

JUAN CARLOS MÉNDEZ GUÉDEZ
Es autor de las novelas Los maletines y El baile de Madame Kalalú (Siruela) y el volumen de cuentos La noche y yo (Páginas de Espuma)

El culto a Bolívar, de Germán Carrera Damas. Un libro que inicia una lectura que ahora se va propagando y extendiendo a otros títulos vinculados a la figura de Bolívar. En este título se incide en cómo desde su nacimiento Venezuela creó una teología alrededor de Simón Bolívar en la que esta figura se hizo sagrada, intocable, y a partir de su gesta se asumió que la única posibilidad de progreso que tenía el país consistía en retomar las ideas conservadoras de un militar del siglo XIX. Este pensamiento le resultó muy conveniente a la casta militar venezolana, que desde 1830 apenas ha abandonado el poder porque se sienten dueños del país y consideran que sólo un pensamiento y una acción cuartelaria permiten gobernarlo.

Patria o muerte, de Alberto Barrera Tyszka (Tusquets). Una brillante novela que ganó el premio Tusquets y en la que diversos personajes experimentan en carne propia las contradicciones, los dramas, y las pasiones que despertó la enfermedad y el fallecimiento del más reciente caudillo militar del país.

Venezuela Imán, de José Antonio Rial. Una novela del hispano/venezolano José Antonio Rial en la que se dibuja el clima genésico, la pulsión expansiva, adánica, que vivía esa Venezuela de los años cincuenta donde llegaban inmigrantes desde la desolada Europa de la posguerra a buscar un nuevo horizonte en esa tierra prometedora, llena de riquezas y oportunidades. Historia que transcurre durante otra dictadura militar, pero justo en los momentos previos a la instauración de los gobiernos civiles que signaron el país entre 1958 y 1998, y que mucho se beneficiaron del esfuerzo, la cultura y la apasionada voluntad de trabajo que trajeron estos inmigrantes al país que los acogió con nobleza.

Cine

Trailer 'Desde allá', de Lorenzo Vigas

Desde allá, de Lorenzo Vigas. Película ganadora del León de oro de Venecia. Una película de excelente factura; con una ciudad terrible y amenazante de fondo, pero con una historia perturbadora entre dos personajes de mundos colindantes y a la vez lejanos.

Pintura
La Venezuela de los gobiernos civiles tuvo una brillantísima producción artística; excelentes museos; excelentes coleccionistas, brillantes publicaciones. Sólo nombraré un pintor que se divulgó mucho en ese período de la historia venezolana aunque su producción es anterior pues falleció en 1954. Armando Reverón, un pintor que hizo de la luz una forma de escritura lúcida, solar, en la que sus cuadros parecen devorarnos y resucitarnos como un elemento más del paisaje.

CARLOS SANDOVAL
Es autor de Servicio crítico, Propuesta para un canon del cuento venezolano del siglo XX y El rastro de Lovecraft. Cuentos misteriosos y fantásticos.

Libros

Una rápida introducción bibliográfica, digamos, para tratar de comprender la complejidad de la situación venezolana de lo que algunos investigadores llamamos “la era de Chávez” sería la siguiente (el orden es meramente alfabético):

Las crisis de la Venezuela contemporánea, de Manuel Caballero. Caracas: Monte Ávila Editores / Contraloría General de la República de Venezuela, 1998. A mediados de 1998 (o quizá antes, por abril, ya no lo recuerdo; sin duda, meses previos al triunfo de Hugo Chávez en las elecciones de aquel año), Caballero publicó este libro luminoso donde deja clara su posición de verdadero pensador en líneas como esta: “Hay (…) gentes atraídas, regular o circunstancialmente por opciones autoritarias: lo que llama la atención es que se trate de hombres de cultura. No nos referimos, por supuesto, a esos autoproclamados intelectuales y hasta ‘escritores’ cuya obra ni ellos mismos conocen. En un programa de TV el 4 de febrero de 1994, una señora se presentó como ‘escritora’ para mostrar que Chávez sí había tenido contacto con civiles (y hasta escritores) antes de su intentona. Cuando se le preguntó por su propia obra, ella mostró las actas que cuidadosamente había llevado de las reuniones de los conspiradores: parecía no tener idea de la diferencia entre ‘escritor’ y ‘escribiente” (p. 149). El pasaje muestra cuál fue el papel que la mayoría de los “intelectuales” venezolanos asumieron cuando el teniente-coronel irrumpió en el imaginario público. Sin embargo, lo más interesante del trabajo de Caballero es la minuciosa pesquisa que realiza sobre las causas que llevaron a Hugo Chávez al poder cuando aún era apenas un potencial candidato que recorría el país buscando adeptos. Quiero decir, Caballero sabía, de resultas de su investigación histórica — lo deja claro el libro–, que íbamos derecho a la situación que hoy padecemos.

Estado mágico. Naturaleza, dinero y modernidad en Venezuela, de Fernando Coronil. Caracas: Editorial Nueva Sociedad / Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad Central de Venezuela, 2002. (Primera edición en inglés, 1997). Se trata de un enjundioso trabajo historiográfico, pero con inmersiones antropológicas, que pone en perspectiva los usos del poder en el país, los cuales generaron el caos que hoy nos atenaza. Coronil disecciona ciertas pulsiones colectivas devenidas atavismos al parecer irresolubles: el impacto de la inusitada riqueza petrolera en una sociedad agraria y pre-moderna (aún lo seguimos siendo en muchos aspectos), las marrullerías del populismo, el sojuzgamiento indirecto de la población mediante coerciones paternalistas. Un estudio riguroso que propone una lectura de las mentalidades venezolanas vinculadas no solo con el mundo político, sino, por igual, con el conglomerado humano que se supone construye una sociedad.

La rebelión de los náufragos de Mirtha Rivero. Caracas: Editorial Alfa, 2010. Investigación periodística sobre la defenestración de Carlos Andrés Pérez, el primer presidente reelecto en Venezuela, a quien Hugo Chávez y sus correligionarios intentaron deponer con dos intentos de golpe de Estado. Al final, Pérez es juzgado por un tribunal civil acusado de malversar fondos secretos. El libro reconstruye con mesura y rigurosidad el período político anterior al arribo al poder de la “revolución bolivariana” y explica algunas de las causas que precipitaron la colonización del imaginario nacional por la antipolítica y por un puñado de conmilitones ahíto de ideas nacionalistas, religiosas y mal digeridas de la historia.

Cine

 

Trailer '100 años de perdón', de Alejandro Saderman

100 años de perdón, de Alejandro Saderman. Año 1998. En este filme queda retratada mucha de la idiosincrasia del venezolano y, por supuesto, de sus clases gobernantes. En él sobresale la chacota, el facilismo, lo mediocre; rasgos constantes y muy visibles entre nosotros. No es una pieza política, pero acaso por ello la revela (a la política) de manera ostensible, pues muestra el material humano de un cuerpo social que no cree en civilidades ni en reglas, sino en el pleno disfrute de toda ilegalidad.

ANA TERESA TORRES
Es autora de obras como La herencia de la tribu. Del mito de la independencia a la revolución bolivariana. Ana Teresa Torres ha elegido tres libros, pero los comentarios no son de ella sino que los toma de otros expertos como señala al final de cada recomendación.

Libros

En rojo. Gisela Kozak Rovero (Alfa, 2011). “En rojo cuenta eventos ocurridos a múltiples personajes cuyas existencias transcurren en la Venezuela del nuevo milenio. El hilo conductor de estos relatos es revelar el entramado secreto de un período histórico extremadamente tenso y apasionante en el que han predominado los grandes discursos, los movimientos de masas y la experiencia descarnada de la invasión de la vida privada por los sucesos de la vida colectiva. Más que un libro de cuentos o una novela, se trata de una narración coral que evidencia la potencia, el sufrimiento y la dolorosa belleza de una época feroz”. (Oscar Marcano).

Caracas muerde. Héctor Torres (Puntocero, 2012). “Héctor Torres ha creado con mano diestra un mosaico de horror, tristeza y sangre que es también un retrato inmisericorde y real de la Caracas de ahora mismo. Una Caracas que conserva rasgos de la vieja ciudad antaño acogedora y amable que no se decide a abandonarnos. Por estos relatos pasan oficinistas, motorizados locos, humildes comerciantes, adolescentes asesinos, dulces muchachas de sonrisas color carmín, policías corruptos, hombres y mujeres acorralados por la vida que decidieron sobrevivir a la ciudad de todas las formas posibles. Cada texto es una especie de flash que ilumina un determinado momento de agobio cotidiano, tal como lo expresa en algún momento el narrador de estas páginas: ‘A Caracas no se la habita, se la padece’. De esta manera, el narrador se convierte también en testigo y relator de su entorno, dándole cabida en el texto a una serie de personajes y situaciones que simbolizan un aspecto de la vida urbana. Todos de alguna manera reflejos de una violencia colectiva”. (Manuel Cabesa).

País. Poesía reunida 1981–2011. Yolanda Pantin (Pre-Textos, 2014). “Al ‘reconocimiento’ de sí sucede el del país, pero esa nación se ha hecho ‘irreconocible’, solo tiene imagen en las ruinas de una historia colectiva que arremete con la fuerza de un deslave. Violencia, indiferencia, mentira, humillación: país ‘tajado’ que hace aún más perentoria la reconstrucción y el reconocimiento del sentimiento de patria, la historia íntima y personal, la memoria que puede contarse con el asombro, la atención y el ‘miedo aterrador’ característicos de esta voz”. (Marina Gasparini).

 

LENA YAU
Es autora de Hormigas en la lengua (Sudaquia, 2015), Trae tu espalda para hacer mi mesa (Gravitaciones, 2015), Lo que contó la mujer canalla (Kalathos, 2016).

Libros

Así que pasen cien años. Crónicas. Elisa Lerner (Editorial Madera Fina) Elisa Lerner, escritora de pulso firme y mirada incisiva, aborda al país desde múltiples ópticas. Ase el panorama venezolano, lo disecciona, desmenuza cada fibra, esparce, recoge y rearma nuestra idiosincrasia convirtiendo cada interrogante en reflexiones que nos contestan, nos radiografían, nos retan. Lerner entiende y nos hace entender a Venezuela como sociedad desde la escritura, las artes plásticas, el teatro, la música, la crítica, el cine, la universidad, la política, los usos y costumbres, el consumo y el petróleo. Sorprende la vigencia, tanto en el diagnóstico como en la proyección, de líneas como las que siguen: “Si en Venezuela la política es más astucia que memoria, más astuto y efímero presente que proyección y trascendencia memoriosa es porque, en el fondo, seguimos encadenados a las dictaduras que hemos tenido y que siguen viviendo en nuestra vida democrática, como una perturbadora abstracción”. (1970)

Retablo gastronómico de Venezuela. José Rafael Lovera (Editorial Fundación ArtesanoGroup). Comer en Venezuela. Del cazavi a la espuma de Yuca. Miro Popic. (Miro Popic editor) 12 pasos para cocinar la imagen de un país. Manual para soñadores gastronómicos. Sumito Estévez. (Ariel) Tres libros para leer a Venezuela desde el universo alimentario. Tres venezolanos del país hacia adentro, del país escogido, del país aprendido. Tres miradas no coincidentes que conviven, dialogan en la diferencia, construyen. Tres libros que considero fundamentales en un momento en el que tenemos que defender el discurso gastronómico. Sigamos diciendo comida.

José Rafael Lovera, académico, profesor de historia, gastrónomo, teórico de la mesa mestiza, escribe un retablo que nos acerca al país desde la ingesta. ¿Qué se comía en nuestros albores? ¿Cómo se alimentaban las tropas de bando y bando durante la guerra de independencia? ¿Qué lengua hablaban los recetarios y las cartas de los restaurantes de principios del siglo XX? Un retablo que pasea por los frutos autóctonos y los frutos foráneos, la vajilla de barro en las mesas de economía comprometida y la vajilla de Sevres en las mesas del poder, cifras de consumo que se hacía cuatro siglos atrás y que prefijó el consumo contemporáneo estableciendo códigos tácitos que nos describen como país hablante y masticante.

Miro Popic, escritor, periodista, gastrónomo, cocinero accidental, subtitula este libro como Una historia de la comida para tratar de entender por qué comemos lo que comemos. Este libro traduce la venezolanidad en un arco que va de lo remoto a lo contemporáneo. En ese camino desnuda mitos, lugares comunes y falsas verdades. Desde tres ejes culinarios (maíz, yuca y ají dulce) despliega un mapa lleno de trazos cruzados. Una ruta que parte del primer pan de trigo horneado en un trasfondo perlífero y que culmina en el cacao, esa maraca de árbol que es la que marca el rumbo del hacer culinario de nuestros días. Este libro es un espejo en el que el autor rechaza la idea de mestizaje culinario para proponer su teoría: la gastronomía venezolana es de coexistencia.

Sumito Estévez, ingeniero que renunció a la física para dedicarse a los fogones, cocinero venezolano de casa multicultural, comunicador nato, docente, guía de emprendedores y redescubridor de su propia tierra. Sumo renació, se reinventó, miró al país, releyó, buscó cómo aportar, cuidar, hacer, dejar y escribió su experiencia en un libro cuya lectura es de importancia capital para entender los últimos años del siglo XX y los años que van del XXI. En un momento en el que comer es menos inocente que nunca: la comida es un bien escaso que otorga más poder al gran poder; se convirtió en un elemento de chantaje y manipulación. En medio de un panorama tan difícil el discurso y el hacer gastronómico están en la mira. Hacer comida y decir comida se convierten en un tema tabú, en un cuestionamiento constante, en autocensura. Paradójicamente, la creatividad frente a los fuegos está en plena efervescencia: desde la alta restauración a los emprendedores la inventiva no descansa. Escuelas, productos tradicionales con sucedáneos, materia prima buscada en una despensa originaria e intacta, renovación del léxico, la práctica de una culinaria sustentable, el apoyo, financiamiento y propulsión de los pequeños productores y emprendedores. Todo esto y más en un libro necesario de un autor brillante que explica por qué podemos y debemos tener una marca país desde el mantel. Un mantel que diga a la tierra desde el respeto y al amor a lo que somos.

La montaña y su tiempo. Jacobo Borges. (Ernesto Armitano Editor) En un libro de bella factura, Jacobo Borges reflexiona al país desde la gran montaña que (a)sombra a la ciudad capital. Una mirada intimista que expone la idea de insilio o auto exilio, esa sensación que tiene el venezolano de un país perdido dentro del mismo país y que sorprende por su vigencia. En la caligrafía del artista plástico y junto a sus bosquejos leemos frases que siguen siendo pertinencia y herida: Este mundo artificial que, para mí, no sólo sucede en presente, porque es un mundo poblado de presencia anterior, de la ciudad que se ha ido destruyendo. Para mí ESTA CIUDAD NO EXISTE, lo que uno conoció ya no está, incluso la ciudad de mis hijos tampoco existe. Toda la obra de Jacobo Borges es una manera de entender a Venezuela desde un discurso a veces descriptivo, otras interior. Me gustaría destacar una obra en particular: Reunión con un círculo rojo. Un gran formato firmado en 1973.

El cuaderno de Blas Coll. Eugenio Montejo. (Pretextos) Los deberes son cóncavos, los derechos son convexos. Con ese fragmento dejo la invitación a la lectura de un libro que desentraña un país desde una mirada críptica que encierra lo que somos acudiendo para ello a símbolos inquietantes. Lo que parecen líneas inscritas en lo humorístico desde el molde o desde el determinismo es, en realidad, una denuncia poética y dolorosa: sólo un país como el nuestro necesita inventarse una lengua. Un idioma que lo acote como tierra que agrede. Un habla que nos diga de otra forma. El cuaderno de Blas Coll de Montejo es de múltiples y necesarias lecturas.

WMagazín
Manifiesto País: En febrero de 2014 los estudiantes venezolanos tomaron las calles para denunciar irregularidades y abusos oficiales. La Sala Mendoza vio la fractura del país y decidió solidarizarse y tomó la decisión de vincular la escritura con las artes visuales. Para ello pidió la colaboración de Lisbeth Salas y su editorial La Cámara Escrita e invitó a una serie de creadores para que escribiesen un manifiesto sobre el país. «A partir del conflicto se creó un proyecto curatorial que generó un espacio para pensarnos, reconocernos y descubrirnos, seguros como estamos de la eficacia de la palabra para generar contenidos», escribió en la presentación del catálogo Patricia Velasco B.

Un total de 66 escritores e historiadores se sumaron a esta idea que no solo no ha perdido vigencia, sino que cobra más relevancia tres años después.

«MANIFIESTO: PAÍS es lo inclasificable. Lo que puede ser desmenuzado en incalculables partículas. O enunciado en gruesas palabras. Una lista sin comienzo y sin final. Un catálogo de posibilidades, La tensión entre lo oculto y lo MANIFIESTO.

Ni siquiera es posible afirmar que hay un país por persona: a menudo, cada quien porta varios países dentro de sí mismo. El país es cosa ambivalente, materia de titubeos. Hoy se afirma y mañana se niega. Incluso: se suscribe o se repele en un mismo gesto», escribió Nelson Rivera.

La cartografía de esa Venezuela la hicieron, entre otros: Rafael Cadenas, Boris Muñoz, Alberto Barrera Tyszka, Ana Teresa Torres, Ednodio Quintro, Elisa Lerner, Gustavo Guerrero, Israel Centeno, Juan Carlos Chirinos, Juan Carlso Méndez Guédez, Lena Yau, Rodrigo Blanco y Yolanda Pantin.

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Lectores WMagazín
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    7 comentarios

    1. Muy buena la recomendación de libros excelente, otro libro que agregaría a la lista es Autoestima del Venezolano: Democracia o Marginalidad Manuel Barroso aunque esta recopilación es verdaderamente extraordinaria; Obligados a leer para entender la catástrofe de país que tenemos Venezuela

    2. Gracias excelente reseña del desplome del alma elitesca de.muchos venezolanos pero es así todo se desplomó como la canción

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