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Hallazgos literarios de 2017 (2): Periodistas de España y Latinoamérica comparten sus descubrimientos

Los responsables de las secciones de libros de doce medios comparten con los lectores de WMagazín las obras nuevas o relecturas que más los sorprendieron este año. Son periodistas de La Jornada, Página/12, El País, El Comercio, La Vanguardia, Arcadia, The New York Times...

Si ayer fueron los escritores quienes en un videorrelato compartieron con nosotros sus hallazgos o redescubrimientos literarios en 2017, hoy es el turno de los periodistas especializados en libros y literatura. Se trata de doce latinoamericanos y españoles responsables de las secciones de libros, Cultura o editores de periódicos, suplementos literarios y revistas culturales tradicionales de referencia y otros de medios digitales relevantes. Ellos han escrito un breve texto como entusiastas lectores cualificados para desvelarnos ese hallazgo o redescubrimiento que más les ha gustado, no necesariamente referido a una novedad editorial.

Con ellos formamos la segunda parte de este especial de tres entregas sobre Hallazgos y redescubrimientos literarios porque esos autores o libros constituyen uno de los pilares de WMagazín. Ayer se unieron a esa iniciativa los escritores Alberto Ruy Sánchez (México), Margarita García Robayo (Colombia), Javier Rodríguez Marcos (España), Carmen Boullosa (México), Martín Casariego (España), Tere Dávila (Puerto Rico), Eugenia Rico (España), Kirmen Uribe (España), Mayra Santos-Febres (Puerto Rico) y Gonzalo Celorio (México).

En esta segunda entrega de este especial participan Javier Aranda Luna, de los medios mexicanos La Jornada y Televisa; Daniel Arjona, del español El Confidencial; Jorge Carrión, crítico cultural de The New York Times en español; Juan David Correa, de la revista colombiana Arcadia; Juan Cruz Ruiz, del diario español El País; Mariana Enriquez, del argentino Página/12; Héctor González, del mexicano Aristegui Noticias; Inés Martín Rodrigo, del español ABC; Luisgé Martín de la española Revista Eñe; Enrique Planas, del periódico peruano El Comercio; Karina Sáinz Borgo, del español Vozpópuli; y Sergio Vila-Sanjuán del diario español La Vanguardia.

Javier Aranda Luna, de La Jornada y Televisa (México)

Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez (editoriales Diana y Literatura Random House). Cuarenta millones de ejemplares son una barbaridad. Pero me interesan más que  el número de ejemplares, el que Cien años de soledad haya alcanzado a diversos públicos: a la élite literaria que lo denostó en Colombia («carece de lógica interna y de rigor estético»: Eduardo Gómez) y lo aplaudió en México («es una novela perfecta»: Emmanuel Carballo); pero también y, sobre todo, a ese público lector que, sin ningún entrenamiento literario, ha devorado esa novela donde resulta difícil seguir las genealogías por la repetición de nombres y por los espejos y espejismos que se funden en el relato.

Cien años de soledad me recordó al releerlo hace unos meses que en literatura lo nuevo, lo novedoso, no siempre es lo último o lo más recientemente publicado.

En 1967 García Márquez ya había publicado ese portento que es El coronel no tiene quién le escriba. Pero el terremoto iniciado con Cien años de soledad sin marketing alguno, no tiene parangón en el mundo editorial moderno, ni lo ha tenido en  la literatura del siglo XX pues sus ondas telúricas no han dejado de alcanzarnos desde hace medio siglo y al parecer habrán de sobrevivirnos por largo tiempo.

A medio siglo de la publicación de Cien años de soledad, su obra que se convirtió en un clásico de la literatura sigue provocando entuertos: por envidia o por colgarse de su fama. Como sea, Cien años de soledad sobrevivirá a sus críticos y sus rencores, pues serán desterrados de la memoria de los hombres con el vendaval de los años y no tendrán una segunda oportunidad sobre la tierra.

  • Javier Aranda Luna es colaborador del periódico La Jornada, de Televisa y de la página web El mañanero diario en materia de libros y autores.

Daniel Arjona, El confidencial (España)

Nada se opone a la noche. Delphine De Vigan (Anagrama, 2012).

Debo a la conjunción del insomnio de padre reciente y a las redes sociales el «descubrimiento» de esta delicia íntima, oscura y trágica. De madrugada, entre biberones vacíos, con la única luz encendida de mi teléfono móvil, algunos amigos empezaron a leer y elogiar en Twitter y Facebook esta novela ya antigua para el fast food editorial en una suerte de misterioso y mágico revival.

Era fácil echar mano al kindle y comprarla inmediatamente, tan curioso como escéptico. Fue aún más fácil asistir como voyeur las siguientes noches a la impúdica y nada obvia historia familiar de la familia de la autora, una catarsis de perfecto engranaje en la que esa madre suicida y loca y víctima se quedaba prendida de mi retina cuando el sueño al fin me golpeaba. La lectura más inesperada del año. La mejor.

  • Daniel Arjona es editor de cultura del diario digital El Confidencial.

Jorge Carrión, The New York Times en español

La vegetariana, de Han Kang (Rata).

La novela que más me ha impresionado ese año ha sido La vegetariana, consigue ser al mismo tiempo una novela sentimental, de terror, sociológica, en conexión con algunos grandes temas de nuestra época (las mutaciones del cuerpo, la alimentación como problema, el mundo vegetal) y es, en fin, puro arte contemporáneo.

  • Jorge Carrión es escritor y crítico cultural de The New York Times en español.

Juan David Correa, de Arcadia (Colombia)

Descubrí cosas que me entusiasmaron pero no tantas, la verdad.  Stoner, de John Williams, fue una de ellas: compartí la sorpresa de muchos por esa novela que es como el testigo de una vida tan cercana a la de cualquiera, pero también me desilusionó un poco su predictibilidad. Me gustó descubrir a James Rhodes, en Instrumental, gracias a Blackie Books, aunque también entendí que su música era machacona. Descubrí que me encantan los libros de editorial Malpaso, que picotear en las historias de 33 revoluciones por minuto, de Dorian Lynskey es apasionante. Descubrí con mucha satisfacción a Maria Sonia Cristoff, y su libro Inclúyanme afuera. Y leí con placer los ensayos de Ricardo Silva y Juan Gabriel Vásquez porque creo que es importante reivindicar el valor de la imaginación en un mundo hastiado de mentiras que quieren pasar por verdades. Y lo más importante: El viaje a Echo Spring. Por qué beben los escritores, de Olivia Laing. Un verdadero viaje al fondo del extravío y la creación, en Ático de los libros.

  • Juan David Correa es escritor y director de la revista cultural Arcadia.

Juan Cruz Ruiz, de El País (España)

Examen de ingenios, de José Manuel Caballero Bonald (Seix Barral).

Caballero Bonald ha acostumbrado a la literatura en español del siglo XX a la agudeza visual, a la exactitud sintáctica. A la capacidad de síntesis poética para llegar al fondo de las almas e incluso de las almas de las tierras resbaladizas. Desde esa técnica, que no es una táctica, escribió con la paciencia propia de las autobiografías un libro inmenso, difícilmente repetible, seguramente inimitable, Examen de ingenios (Seix Barral). Mucho más que un libro: es una enciclopedia que reúne retratos singulares de protagonistas de la cultura en español, desde Pío Baroja a Octavio Paz, pasando por Rosa Chacel o Carmen Martín Gaite. Una enciclopedia pero también el descubrimiento de un monumento que recomiendo ver cada vez que se quiera decir si hay o no libros que rocen la perfección.

  • Juan Cruz Ruiz es escritor y adjunto para la dirección de Cultura de El País.

Mariana Enriquez, de Página/12 (Argentina)

 Tenth of December, de George Saunders.

Con vergüenza confieso que mi descubrimiento de 2017 es George Saunders. Había leído cien veces que era el gran maestro del cuento contemporáneo y lo pasaba por alto. Compré este año varios de sus libros pero me detendré en Tenth of December. No puedo olvidarme de la nobleza y el horror sci-fi de Escape from Spiderhad o la tristeza de The Semplica Girl Diaries, un cuento sobre la pobreza y la esperanza. Lloré con Home y el regreso de un soldado a la crueldad banal; también con el cuento del título. Los libros (casi) nunca me hacen llorar. No había tenido un impacto así desde Cormac McCarthy y William Gay pero a diferencia de ellos Saunders está lleno de ternura y compasión.

  • Mariana Enriquez es escritora y subeditora del suplemento cultural Radar del diario Página/12.

Héctor González, de Aristegui Noticias  (México)

Cuentos completos, de Rodolfo Fogwill (Alfaguara).

¿Algún día los lectores tendremos una plataforma similar a Spotify, pero de puros libros? Ojalá y sí. Pero mientras eso sucede, encontrar en México un título de Rodolfo Fogwill, que no sea su clásica novela Los pichiciegos, es un verdadero hallazgo. Si, además el libro en cuestión es Cuentos completos (Alfaguara), la dicha es aún mayor y uno puede concluir que está en su día de suerte. Además de originales, relatos como Otra muerte del arte, Muchacha punk o Música, resultan inquietantes. El humor del argentino es certero y cuestiona convencionalismos estéticos y morales. Fuera de Argentina, a Fogwill el culto le llegó tarde, pero confío que en Hispanoamérica no tardemos en darnos cuenta de que su literatura es tan, o más consistente que la de Aira o Piglia.

  • Héctor González es Editor de la sección Libros, de la plataforma Aristegui Noticias.

La expulsión de lo distinto, de Byung Chul-Han (Herder). Llegué a Byung Chul-Han por recomendación de una amiga de editorial Herder. Solicité referencias entre algunos conocidos lectores de filosofía y apenas uno me habló de sus polémicas con Peter Sloterdijk. Comencé a leer La expulsión de lo distinto, y comprendí porque le dicen “el Bauman moderno”. Es un filósofo claro y puntual, algo que para quienes no nos dedicamos a la academia es un todo un mérito. Su ensayo es una reflexión sobre el cierre de fronteras -de todo tipo-, en Occidente y la tendencia a homogeneizar gustos y aficiones. Después leí Psicopolítica y Sobre el poder, y entre mis primeras lecturas de 2018 seguramente estará La sociedad del cansancio. A esto es lo que yo llamo todo un descubrimiento.

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Inés Martín Rodrigo, de ABC (España)

La ciudad solitaria, de Olivia Laing (Capitán Swing).

Es curioso que dos de los libros que más me han sorprendido en 2017 tengan que ver, de una u otra forma, con el silencio. Será que quizás tengan razón aquellos que dicen que vivimos saturados de estrés y a toda prisa… Será que ciertas lecturas son, efectivamente, reparadoras… Pero el caso es que si tengo que quedarme con una obra sorprendente para despedir este año, lo tengo claro: La ciudad solitaria, de Olivia Laing (Reino Unido, 1977). Publicado por Capitán Swing, editorial que siempre cuenta entre sus apuestas con más de dos y de tres aciertos al año (lo cual no es fácil), se trata de una aguda (aunque pueda parecer irreflexiva por lo que tiene de natural) reflexión sobre lo que significa la soledad (buscada, pero también la no deseada) en los tiempos que nos ocupan. Por algo el ensayo lleva por subtítulo Aventuras en el arte de estar solo. Crítica literaria de reputado prestigio en el mundo anglosajón, Lain aprovechó un desengaño amoroso en Nueva York (ciudad a la que se mudó, cruzando el charco, movida por la pasión que luego salió rana) para escribir, y de qué forma. Lean y disfruten.

  • Inés Martín Rodrigo es escritora y responsable de la sección de libros de Cultura del diario ABC.

Luisgé Martín, de Revista Eñe (España)

La cuadra, de Gilmer Mesa (Literatura Random House).

Es la primera novela de un autor colombiano, de Medellín, que retrata los años duros de la violencia en la ciudad. Pero lo hace utilizando el microscopio, no el gran angular. “La cuadra” es la manzana de casas —el microbarrio— en la que los muchachos que la habitan van aprendiendo el engranaje de la violencia. Cumplir los sueños es para ellos entrar en un engranaje de brutalidad. «La cuadra» es una novela feroz, sanguinaria, que a veces obliga a apartar la vista del libro. No explica las grandes tramas del narcotráfico ni del poder político, sino justamente el corazón pequeño de esos muchachos y cómo se va envenenando. Yo creo que es una obra maestra temprana.

  • Luisgé Martín es escritor y director de la publicación cultural Revista Eñe.

Enrique Planas, de El Comercio (Perú)

Aquí hay icebergs de Katya Adaui (Literatura Random House).

En el Perú, 2017 ha sido el año del cuento. Pero el repelús, el lúcido desconcierto, la fría mirada del entomólogo para estudiar los comportamientos humanos ha estado del lado de las escritoras. Este libro de Katya Adaui, Aquí hay icebergs, ha sido una de mis lecturas más gozosas este año. Un libro marcado por el silencio, los peligros cotidianos, las revelaciones últimas. Y la familia como objeto de análisis y desconfianza. Como Mariana Enríquez en Argentina o Gabriela Alemán en Ecuador, Adaui es parte del fenómeno de cuentistas mujeres que nos ha devuelto el placer de leer historias y sufrir con su dulce envenenamiento.

  • Enrique Planas es escritor y periodista del diario El Comercio.

Karina Sáinz Borgo, de Vozpópuli (España)

Manual del exilio. Cómo aprobar su exilio en treinta y cinco lecciones, de Velibor Colic (Periférica). El libro que me sorprendió fue Manual del Exilio, de Velibor Colic. Este libro potente, brutal, me cogió por la nuca y me asomó al volcán del desarraigo.

  • Karina Sáinz es escritora y responsable de la sección de libros del diario digital Vozpópuli.

Sergio Vila-Sanjuán, de Cultura/s de La Vanguardia (España)

L´ordre du jour, de Éric Vuillard. Este libro ganó el Premio Goncourt 2017. El siguiente es el artículo que escribí en el suplemento Cultura/s pero no está en abierto en la red, pero lo reproduzco aquí:

Leí este verano en un suplemento francés una referencia a L’ordre du jour , de Éric Vuillard, y lo compré. Un volumen pequeño y breve de Actes Sud (150 páginas), con una estupenda foto del industrial Gustav Krupp en cubierta: rostro decidido, bigote de cepillo, abrigo cruzado, camisa con cuello duro, guantes blancos en la mano izquierda, sombrero de fieltro en la derecha.

La imagen es pertinente porque el texto arranca con la descripción de una reunión secreta, la que mantuvieron el 20 de febrero de 1933 veinticuatro prohombres de la industria alemana con dos personajes muy significativos. Se vieron primero con Hermann Goering, entonces presidente del Reichstag. Se acercaban las elecciones generales y el jerarca nazi quería el compromiso de los poderes fácticos, a los que prometió que su partido acabaría con la inestabilidad política. Y lo harían radicalmente: si ganaban, les dijo, esos serían los últimos comicios en diez años.

Y después entró en la sala Adolf Hitler, “souriant, décontracté, pas de tout comme on l’imaginait, affable, oui, auimable même, bien plus aimable qu’on ne l’aurait cru”. Su mensaje: había que poner fin a un sistema débil, alejar la amenaza comunista, suprimir los sindicatos y permitir a cada patrón que se convirtiera en un Führer de su propia empresa. Krupp y la mayoría de sus compañeros, propietarios o altos directivos de firmas que nos siguen siendo familiares hoy (BASF, Bayer, Agfam Open, IGFarben, Siemens, Allianz, Telefunken… la aristocracia del empresariado germánico), accedieron a derramar unos cuantos millones de marcos en la campaña que estaban emprendiendo sus dos anfitriones, apoyando así aquel nuevo régimen dirigido a una hecatombe… a la que todas estas prestigiosas marcas sobrevivirían.

Vuillard (Lyon, 1968), hombre de cine además de escritor, repasa en su librito, algo deshilvanado pero muy brillante, varias escenas de este tipo relativas al ascenso del nazismo, combinando horror y absurdo: el Anchluss, las vacilaciones de los diplomáticos ingleses (relata una comida de Ribbentrop y Chamberlain en Londres que no tiene desperdicio), o el funcionamiento de los campos que abastecían de obreros-reclusos a fábricas que habían financiado el nazismo.

Aunque lleva en la cubierta el término récit (relato), L’ordre du jour es claramente un trabajo ceñido a su base documental, más próximo a la historia narrativa que a la idea tradicional de la novela. Por eso me sorprendió que ganara en noviembre el premio Goncourt 2017. Se trata de un buen espaldarazo tanto al género en auge de la novela de no-ficción como al de la lectura rápida propia de la era Twitter. Lo publicará aquí editorial Tusquets el año próximo y tiene el mérito de los buenos entrantes, estimula el apetito del lector sin llegar a saciarlo.

  • Sergio Vila-Sanjuán es escritor y director del suplemento Cultura/s de La Vanguardia.
WMagazín

4 comentarios

  1. Nos alegra que te guste y la buena literatura es una gran compañía, un placer contribuir a ello desde WMagazin. Feliz año, Martha Rebeca

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