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The Quintet of the Astonished (2000), de Bill Viola, en la exposición de Espacio Fundación Telefónica.

Reconquistar las emociones de la vida con Bill Viola y Miguel Gila

Con una antológica personal de uno de los pioneros del videoarte, una muestra del humorista español más allá de la risa y un recorrido por la evolución de las telecomunicaciones reabre sus puertas Espacio Fundación Telefónica, en Madrid, este 26 de junio. WMagazín te invita a su recorrido y recomienda varios libros para ahondar en ellos

La vida y la muerte y lo que hay en medio escenificado en un lugar casi sin tiempo, o con el tiempo detenido: unas personas expresan en sus caras las gamas de emociones. Una sola persona provoca la risa en quienes la escucha. Todas las personas pueden expresar todo lo anterior y acortar distancias gracias a las telecomunicaciones.

Ha querido el azar que las tres exposiciones con las que reabre el Espacio Fundación Telefónica de Madrid este 26 de junio, tras el confinamiento por la Covid-19, tengan que ver con el tiempo y la experiencia vivida en la cuarentena y el horizonte que se abre: las preguntas sobre la vida y la muerte y las emociones de la antológica Bill Viola. Espejos de lo invisible; el entretenimiento, el humor, la lección de ver la vida desde un ángulo más alegre con la muestra Gila al aparato; y la historia de esos aparatos que comunican y acortan distancias para que el ser humano puede estar en contacto permanente, al habla y/o a la vista en Historia de las Telecomunicaciones.

Tres temáticas presentes de manera silenciosa y asimilada estos últimos meses. “Nunca antes ha sido más relevante la necesidad de reivindicar la función social de la cultura y de difundir y poner al servicio de todos el conocimiento científico, tecnológico, humanístico y cultural, factores que, está demostrado, influyen positivamente en la salud física y mental de las personas”, señala Espacio Fundación Telefónica (calle Fuencarral, 3, de Madrid).

Las tres exposiciones proponen actividades educativas y programación de encuentros y conferencias para fomentar la capacidad de análisis, de reflexión, de debate, de pensamiento crítico y de creatividad. Para asistir es necesario reservar en la página web de la exposición la franja horaria deseada para obtener la entrada gratuita (puedes consultar en este enlace). El Espacio cuenta con unas medidas de seguridad sanitarias especiales. El siguiente es un asomo estas tres exposiciones:

Bill Viola. Espejos de lo invisible

Una de las obras de Bill Viola, en la exposición de Espacio Fundación Telefónica, de Madrid.

Movimiento y emociones. Esos son dos de los hilos que unen la exposición de este gran videoartista que desde hace cuatro décadas ha tenido a las tecnologías como su herramienta de trabajo para explorar al ser humano y poner a los espectadores frente a su propio ser y situación en el mundo. “La obra de Bill Viola (Nueva York, 1951) creció al mismo tiempo que las tecnologías”, ha dicho Kira Perov, directora del Bill Viola Studio y comisaria de esta exposición organizada por Fundación Telefónica y Fundació Catalunya La Pedrera.

Obras en pantallas agrupadas temática y estéticamente en espacios oscuros que sitúan al espectador en una dimensión casi sin tiempo mientras contempla las propuestas y preguntas de Viola.

La exposición se abre con un autorretrato del videoartista en 1993 y se cierra con otro de 2013, pero este muy singular porque allí está Bill Viola bajo el agua como un gran resumen y metáfora de su creación: ser humano, agua, movimiento, tiempo y preguntas.

“Podemos decir que la exposición gira en torno a un análisis de Bill, las preguntas que se hace sobre su propia vida y la vida en general, los grandes interrogantes que todos nos planteamos: por qué estamos aquí, qué está pasando, cómo sobrevivimos, cómo existimos en este gran espacio natural y la conciencia humana”, explica Kira Perov en el vídeo de la antología.

Uno de los cinco vídeos de cuartos cotidianos de Bill Viola en la exposición de Espacio Fundación Telefónica. /WMagazín

El resultado es una especie de geografía de las emociones en imágenes ralentizadas que sumergen al espectador en otra dimensión. Vida y muerte y lo que hay en medio, temas que cobran una inusitada vigencia en estos tiempos de incertidumbre y reordenamiento de la existencia.

El propio Bill Viola ha dicho: “Debemos recuperar el tiempo para nosotros y dejar que nuestras consciencias respiren y que nuestras abarrotadas mentes estén quietas y en silencio. Esto es lo que el arte puede hacer y lo que los museos pueden ser en nuestro mundo actual”.

Esta antológica reúne más de veinte obras que van desde los setenta con piezas como The Reflecting Pool (1977-1979), en las que Viola explora, usando su propio cuerpo, las posibilidades que puede ofrecer la imagen electrónica, hasta la actualidad con cuatro obras de la serie Mártires (2014) donde incorpora la tecnología más puntera realizando producciones muy complejas con actores y sofisticados efectos de cámara.

La vida y la obra de Bill Viola se puede ampliar en el siguiente libro:

Gila al aparato

Miguel Gila en cuatro momentos con sus monólogos con el teléfono, en la exposición de Espacio Fundación Telefónica, ‘Gila al aparato’.

La segunda mitad del siglo XX fue más alegre y llevadera para los españoles gracias a Gila, Miguel Gila Cuesta (Madrid, 1919-Barcelona, 2001). Toda España rio sus chistes, sus ocurrencias. Hace setenta años, en 1950, subió por primera vez a un escenario en Radio Zamora. Esta muestra en Espacio Fundación Telefónica rinde homenaje a este gran humorista querido y añorado. El recorrido permite apreciar ese “otro modo’ de hacer las cosas y de dejar una huella completamente nueva, distinta en el mundo”, señala Reyes Esparcia Polo, comisaria de la muestra y responsable del Patrimonio tecnológico y archivo histórico de Telefónica. Gila, añade, “fue conocido sobre todo por su faceta de monologuista, pero antes de actuar en los escenarios que le dieron la fama, ya era conocido por sus intervenciones en la radio en programas de humor y también de crítica”.

Tras aquella actuación en Radio Zamora en 1950, Gila viajó a Madrid para presentarse en el Teatro Fontalba en 1951. Su primer repertorio, recuerdan, constaba de tres monólogos: el de la guerra, uno el que contaba sus experiencias como gánster en Chicago en la banda de Al Capone y el más novedoso y surrealista, la historia de su vida: “Cuando yo nací, mi madre no estaba en casa”.

Gila revolucionó el humor con sus monólogos del absurdo y dio otra vuelta de tuerca al innovarlo en su forma con el teléfono, esa es una imagen que todos recuerdan. “El hallazgo del teléfono le dio la posibilidad de desarrollar sus monólogos como él quería. Fue como ese compañero que buscaba y lo consiguió en un objeto inerte que le abrió a muchas posibilidades”, explica Reyes Esparcia.

Gila al aparato va más allá de esta faceta popular: también reivindica otras facetas como la del escritor, poeta, actor y dibujante. “El Gila monologuista es el hilo con el cual atraemos al público para que pueda ver otros aspectos relevantes suyos”, cuenta la comisaria. Su obra gráfica constituye otra de sus grandes aportaciones a la historia del humor. En 1940 publicó su primera viñeta en la revista Domingo, después le siguieron publicaciones como Imperio, Flechas y Pelayos y el semanario Cucú. Pero su gran oportunidad llegó con su trabajo en La Codorniz, un semanario de humor de gran prestigio en la época y el vehículo a través del cual empezó a ser conocido. Más tarde publicó en otra gran revista de la época, Hermano Lobo.

Un viñeta de Gila, en la Exposición ‘Gila al aparato’, de Espacio Fundación Telefónica. /WMagazín

Gila, añade Reyes Esparcia, tenía la capacidad de darle ese toque de humor e incluso de denuncia a las viñetas con temas tan actuales hoy como el maltrato femenino. “Una enseñanza es hacer posible la manera de ver la realidad tan dura con ese toque de humor sin perder la capacidad de denuncia”.

La vida y obra de Miguel Gila se puede ampliar en los siguientes libros recomendados por Reyes Esparcia:

Historia de las Telecomunicaciones

Un detalle de la exposición ‘Historia de las Telecomunicaciones’, en Esapcio Fundación Telefónica, de Madrid. /WMagazín

La tercera exposición con la cual Espacio Fundación Telefónica recibe este nuevo tiempo es un eslabón entre el pasado y el futuro: su muestra permanente Historia de las Telecomunicaciones. Una manera de ver cómo ha evolucionado la tecnología en esa línea que durante el confinamiento jugo un papel crucial para mantener unidas a las personas.

Se trata de una colección Histórico-Tecnológica de Telefónica, sobre todo de la telefonía en España. Desde telégrafos hasta móviles de última generación, las 50 piezas seleccionadas ilustran un viaje en el tiempo que ofrece una visión global del nacimiento de las Telecomunicaciones, de sus primeros años de andadura hasta llegar al presente: un mundo de redes en comunicación instantánea, permanente y global.

Las piezas seleccionadas se distribuyen cronológicamente en siete bloques temáticos. La muestra va acompañada de un amplio dispositivo de contenidos audiovisuales y de pantallas táctiles con información complementaria sobre las piezas, fotos y juegos, así como de una serie de álbumes de efemérides sociohistóricas de cada bloque. La exposición se inicia con una estructura circular que integra 23 pantallas que aluden con imágenes, y de manera metafórica, al concepto de comunicación y redes.

Hay un anuncio de Telefónica de hace casi un siglo, recuerda Reyes Esparcia, que muestra lo consciente que era Telefónica de la importancia de las telecomunicaciones y que viene a decir que quien no tiene teléfono está aislado. Y el confinamiento ha recordado esa realidad. Las telecomunicaciones, insiste Reyes Esparcia, “son un nexo potente de unión entre las personas. Eso es más vigente que nunca. Es la posibilidad de mantener las relaciones son seres queridos”.

Anuncio publicitario de Telefónica en los años cincuenta del siglo XX.
Winston Manrique Sabogal

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