Mario Vargas Llosa en la inauguración de la 30ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara, FIL. / FOTOGRAFÍAS DE WINSTON MANRIQUE

Mario Vargas Llosa en la inauguración de la 30ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara, FIL. / FOTOGRAFÍAS DE WINSTON MANRIQUE

Bajo la sombra de Castro y Trump y la literatura de América Latina empieza la FIL

FIL 2016 / La Feria del Libro de Guadalajara será inaugurada hoy por el rumano Norman Manea. 650 autores de 44 países, 20.000 profesionales de 47 países, 400.000 títulos y 600 novedades editoriales

La fiesta de la FIL de los 30 años ha empezado.

10 am. La sombra de Castro. La muerte del presidente cubano Fidel Castro, ayer 25 de noviembre, en La Habana, ha sido una noticia inesperada con la cual abre hoy la 30ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), de México. Hoy más que nunca la cita literaria y cultural más importante del mundo iberoamericano suena a Latinoamérica, que precisamente es el invitado de honor. Si ya había más de 120 escritores de la región invitados en estos nueve días de fiesta, la muerte de Castro revive toda la literatura escrita bajo su poder durante las últimas seis décadas.

Carpentier, Lezama Lima, Cabrera Infante, Severo Sarduy, Reinaldo Arenas, Eliseo Alberto, Leonardo Padura, Wendy Guerra, Pedro Juan Gutiérrez… y una serie de poetas serán sin duda algunos de los autores más solicitados estos días con el fin de revisar la manera como ellos contaron la vida en Cuba bajo el castrismo.

11 am. Polifonía de voces. La Feria la inugurará el escritor rumano Norman Manea, distinguido con el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances. La cita acogerá entre el 26 de noviembre y el 4 de diciembre a 650 escritores de 44 países, 20.000 profesionales del libro de 47 países, 400.000 títulos y 600 novedades editoriales. Todo en 34.000 metros cuadrados. Las lenguas indígenas de América Latina tendrán un protagonismo especial.

11.33 am. Bienvenida y solidaridad con los cubanos. Una veintena de personas presidieron en el escenario de la sala Juan Rulfo. Delante de ellos, más de mil personas escuchaban atento la presentación de cada una de esas personas sentadas allá arriba. El primero en ser mencionado fue José Robles, secretario de Salud en representación del presidente Peña Nieto. Luego siguieron nombres de políticos, educadores y escritores. Entre ellos Raúl Padilla, presidente de la FIL.

Mario Vargas Llosa, aplausos.

Norman Manea, ganador del premio Fil de Literatura en Lenguas Romances, aplausos.

Raúl Padilla presidente de la FIL.

Fernando del Paso, premio Cervantes 2015.

José Carreño, director del Fondo de Cultura Económica.

Mercedes Monmany, presidenta del jurado.

Alberto Manguel, escritor y director de la Biblioteca de Argentina.

Marisol Schulz, directora de la FIL.

Padilla abrió la cita. “Hace 30 años comenzamos el sueño de una feria con carácter universal. Una parcela de la república de las letras. Eran los años 80. El mundo vivía cabios fundamentales. En muchos países asfixiados por las dictaduras, los intelectuales dieron nuevo aire.

Como dijera Octavio Paz, “Los autores del boom nos hicieron contemporáneos de todos los hombres”.

Padilla recordó a “los escritores amigos y aliados y animadores de esta fiesta que ya no están pero que permanecerán con nosotros: García Márquez, Carlos Fuentes, José Emilio Pacheco, José Saramago, José Arreola y Carlos Monsiváis”.

Al final, Raúl Padilla se refirió a la muerte del Fidel Castro: “un acontecimiento que marca el fin de una época que dio a Latinoamérica una proyección mundial. Su personalidad tuvo una influencia determinante. La historia juzgará los derroteros de sus ideas y gobierno, pero el futuro de Cuba interesa a todos los latinoamericanos, (…) Sin libertad no hay creación. Para los mexicanos, como siempre, nuestra solidaridad está por encima de las ideas. Nuestras condolencias al gobierno cubano”.

12.20 pm. Borges indignado. Alberto Manguel, encargado de trazar el perfil de Norman Manea empezó con un paréntesis: su respaldo al escritor argentino Pablo Katchadjian “condenado injustamente” por plagio por la obra El Aleph engordado, de Jorge Luis Borges. Para Manguel, que fue lector y amigo del autor argentino, “la sombra de Borges se indigna ante esta injusticia literaria”. Lo dice porque considera que Katchadjian hizo con Borges lo que este hizo con Cervantes en su libro Pierre Menard, autor del Quijote.

Tras los aplausos del auditorio que apoyaban el reclamo del autor de obras como Una historia de la lectura, Manguel se adenró en la figura de Manea. Dijo que era la encarnación del escritor exiliado. El momento en que a los 9 años le regalaron un libro de cuentos de hadas, y a partir de ahí se enamoró de la literatura. Recordó que Manea siempre fue fiel a su lengua natal. Los temas literarios esenciales del autor rumano, explicó Manguel, son la identidad judía y los horrores de los totalitarismos. Ello en “un estilo elegante al servicio de temáticas profundas, humor e inquietantemente oscuras”.

12.50 pm. Manea y sus raíces lingüísticas. Norman Manea se puso de pie entre aplausos y leyó su discurso en rumano, mientras detrás aparecían sus palabras subtituladas en español:

“Vengo de una región donde vivían personas y libros’, dijo un gran poeta del exilio. Estas palabras podrían haber sido dichas también en sus respectivos exilios por Joyce o Nabokov, Dante o Víctor Hugo, Thomas Mann o Czeslav Milosz, o por Soljenitzin, Joseph Brodsky o Bashevici Singer. Fueron pronunciadas de hecho por Paul Celan, el más importante poeta en lengua alemana del siglo XX, nacido en mi cosmopolita Bucovina, que se suicidó durante su exilio en París. Me atrevo a repetirlas yo también hoy, en esta festiva celebración de la creatividad, como un homenaje a los escritores de ayer y hoy, obligados a abandonar su país y su lengua materna, sin olvidar no obstante las raíces lingüísticas y espirituales de su biografía y bibliografía”.

El escritor continuó hablando de su Bucovina natal. Hizo una reivindicación del mestizaje cultural. “Como otras provincias rumanas, mi Bucovina natal significa no sólo las ricas premisas lingüísticas y librescas de un paisaje espléndido, sino también un estimulante híbrido cultural, de una gran originalidad”.

Pronto recordó su pasado: “La historia de Rumanía y de Bucovina está trágicamente marcada por el horror del Holocausto, cuando toda la población judía de Bucovina fue deportada por el gobierno pro nazi y antisemita de Rumanía a los campos de exterminio de Transnistria, y los bucovinos que se hallaban bajo la provisoria administración húngara de Transilvania, a Auschwitz.

La mañana del 9 de octubre de 1941, después de que el Gran Monstruo de la cruz gamada había declarado la guerra, fui incluido entre los enemigos de la humanidad y expulsado, junto con la familia y los demás condenados del mismo origen, en el vagón de ganado que nos iba a llevar al otro lado del Stix, llamado Nistru, al apocalipsis”.

Llegó el momento de sus raíces literarias: “Mi primer texto fue lo que Roland Barthes llamaría «un discurso amoroso», destinado a una compañera de clase, de coletas rubias y ojos azules, que me seguía en el catálogo: Manea Norman, Norman Bronya. El poema fue leído una espléndida tarde de otoño, en el bosquecillo de hayas en las afueras de la ciudad, delante de la musa indiferente y de un grupo de púberes admiradores. Siguieron otras producciones líricas pueriles, más vehementes y políticas, dedicadas a la Revolución mundial, al padre de los pueblos que vigilaba en Kremlin y al feliz futuro de la humanidad”.

Tras unos minutos, Manea señala: “La caída del comunismo europeo me encontró muy lejos, pero exaltado por el cambio inesperado. Sin embargo, fui y sigo siendo escéptico con respecto a los nuevos eslóganes sobre la muerte de la ideología y el comienzo de la armonía universal. Mientras exista la humanidad existirán ideas e ideologías, conflictos y rebeliones, el ciclo de proyectos de la radicalización del futuro no se detiene en cualquier fase prometedora. Quise también volver a Rumanía cuando el fantasma del comunismo se alejaba, pero la rapidez con la que los retratos oficiales del Partido fueron reemplazados por los de la derecha nacionalista de medio siglo atrás me convenció a preferir la apatía y la indecisión”.

Apareció así la libertad en su discurso: “Thomas Mann nos advertía hace tiempo de que «la libertad es más complicada que la tiranía». Los que vivieron las complicaciones sangrientas de la dictadura saben que la transición de una sociedad cerrada y militarizada a una sociedad libre, demócrata y competitiva puede hacer equiparables hoy las no pocas y nada delicadas complicaciones de la libertad con las de la patología generada por la dictadura. Creo que podemos decir que, a pesar de la crisis de valores en la que estamos inmersos son preferibles la imperfección y la inestabilidad de la libertad a una autocracia perfecta, opaca y glacial.

“El mundo de hoy enfrenta no sólo las contradicciones de una modernidad rápida y rápidamente cambiante, sino también las nuevas contradicciones y los nuevos conflictos de la actualidad: la energía revanchista de Rusia, el desarrollo dinámico de China, las crecientes migraciones desde Oriente y África hacia Europa, la oscuridad belicosa y glacial de Corea del Norte e Irán, la rutina cada vez más rebatida de los principios democráticos en muchas partes del mundo incluidos los Estados Unidos. Necesitamos más que nunca lucidez y coraje, solidaridad y sabiduría. Y, me atrevo a decir, el consejo de la página escrita que inspiró en tiempos difíciles a nuestros antepasados”.

Según Manea “nuestro encuentro espiritual de hoy honra la heroica fidelidad a los valores de la lectura como el más duradero amigo de los solitarios del mundo, un apoyo fiel en tiempos difíciles, una fuente de energía y coraje, de vitalidad intelectual y pura y simplemente de vitalidad”.

4pm. Niños indígenas. Después de recorrer ocho horas en autobús, 25 niños de la comunidad indígena de San Sebastián, en el municipio de Mezquitic, al norte del estado de Jalisco, llegaron a la Feria del Libro. Acompañados por tres profesores, y vestidos con sus típicos trajes, los niños recorrieron en fila los pasillos de los 34.000 metros cuadrados de la feria. Obedientes y en silencio, con sus cabezas como faros que miraban a todos lados, los niños avanzaban y se detenían en algunos estands por indicación de los profesores. Entonces entraban de cinco en cinco para que pudieran disfrutar sin agobios de la oferta editorial. Era la primera vez que visitaban la FIL.

5pm. El mundo mira a Latinoamérica. Mario Vargas Llosa inauguró la programación del invitado de honor: América Latina. Uno de los puntos a los que se refirió fue el por qué y cuándo el mundo empezó a interesarse en la literatura latinoamericana. El Nobel peruano cree que fue en el año 1963. Cuando Jorge Luis Borges dio unas conferencias en París y deslumbró a los franceses con su inteligencia. Todo empezó el día que junto a Durrel y Ungaretti habló de Shakespeare. “Fue un momento inolvidable”, recordó Vargas Llosa. A eso se sumó la revolución cubana que tuvo una gran difusión en Europa, según el escritor. “Descubren que América Latina tiene una gran literatura, mientras la literatura europea se repliega. En Latinoamérica se concilia la búsqueda y la innovación. Más adelante, en los años 60, se produce en Barcelona el reencuentro de los escritores latinoamericanos y españoles. Un reencuentro contagiado por la acogida que habían recibido en Francia los latinoamericanos”.

Puedes ver AQUÍ la conferencia de Vargas Llosa sobre por qué el resto del mundo se fijó en la literatura latinoamericana.

6pm. Hora de la poesía. Antonio Gamoneda abrió el Salón de la poesía. Un espacio que es una burbuja de silencio en la FIL. La gente, con una copa de vino y sentada en unos sillones blancos colocados en media luna, escucharon atentos su lectura poética.

7pm. 80 años de Vargas Llosa. A esta hora, en la Sala Juan Rulfo, se rindió homenaje a Mario Vargas Llosa con motivo de su 80º cumpleaños. Intervinieron Nélida Piñón, Sergio Ramírez, Enrique Krauze, J. J. Armas Marcelo, Héctor Abad y Alonso Cueto. Llenaron la noche de anécdotas sobre el nobel peruano e incluso Abad Faciolince llegó a decir que “menos mal que no ganó las presidenciales de Perú en los años 90, porque sino no había escrito La fiesta del Chivo o Travesuras de la niña mala y no le habrían dado el Nobel”.

De izquierda a derecha: Julian Herbert, Juan Gabriel Vásquez, Carlos Cortes y María Eugenia Ramos.

8pm. Manías de escribir. Una de las sesiones más amenas y literarias de la jornada de apertura fue esta. En ella, en el estand de América Latina, estuvieron Juan Gabriel Vásquez, María Eugenia Ramos, Carlos Cortés y Julián Herbert con la intención de contarle a la gente qué rituales especiales suelen tener a la hora de escribir. Quedaron al desnudo, revelaron sus intimidades creativas. A Vásquez, por ejemplo, le gusta escribir en absoluto y total silencio, motivo por el cual utiliza tapones en los oídos y encima unos auriculares que aíslan del ruido. Cortés reconoció que suele escribir mejor en espacios temporales como aeropuertos u hoteles. Ramos confesó que su manía es no escribir, pero sobre todo, necesita ver cómo va a quedar el trabajo, el libro, ya impreso.

A las 9 y 30 la música empezó a invadir los 34.000 metros cuadrados que ocupa la feria. Era el sonido de lo argentinos NDE Ramírez y La Yegros. La música con la que la FIL clausurará cada día en el espcio Foro, al aire libre.

Winston Manrique Sabogal

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