El periodista, escritor y crítico francés Bernard Pivot (Lyon, 1935). / Fotografía de Lisbeth Salas

Bernard Pivot: «El arte y la literatura están muy por encima de revisionismos y por encima de las leyes»

El gran crítico y divulgador literario francés cumple seis décadas en el periodismo cultural. Convertido en referencia mundial desde los años 70 con 'Apostrophes', Pivot preside hoy el Premio Goncourt y agita las ideas desde twitter con casi un millón de seguidores

Nunca hay tiempos idos si se es contemporáneo feliz del presente. Y Bernard Pivot con 83 años, y después de seis décadas de escribir y haberse convertido en referencia de la divulgación literaria en el mundo, no ha dejado de ser un alumno curioso y atento. Está sentado en uno de esos coloridos pupitres de la Alianza Francesa, de Madrid, donde acuden docenas de personas a estudiar el idioma que tanto ama él.

No hay nostalgia en quien es uno de los tres grandes críticos y divulgadores de la literatura en Occidente desde los años setenta, junto al alemán Marcel Reich-Ranicki (ya fallecido) y el estadounidense Harold Bloom (alejado de los medios). Lo que hay en Bernard Pivot es ánimo de conocer las nuevas reglas del juego del ciberespacio que ya aplica en su cuenta de twitter.

Así es como de estrella literaria de la televisión francesa ha pasado a ser estrella cultural, deportiva y de la actualidad en twitter con 966.000 seguidores. Y él solo sigue a ochenta. Es su penúltima estación, agitador de internet donde expresa los temas que conoce porque los ha vivido en diferentes etapas de su vida: los deportes en la infancia y adolescencia, el derecho y el periodismo cuando lo estudió en su juventud, la economía cuando empezó como redactor, hasta que en 1958 abrió la puerta que lo haría feliz al empezar a trabajar en Figaro littéraire.

El gran crítico y divulgador literario francés cumple seis décadas en el periodismo cultural, convertido en referencia mundial desde los años setenta con Apostrophes, el programa de televisión de entrevistas a escritores, y hoy como presidente del Premio Goncourt y agitador cultural en la prensa escrita y en la red.

Y eso que fue un lector tardío. «Tendría unos 15 años, pero me enamoré de la literatura unos diez años después», recuerda con su blazer gris a rayas sobre un jersey azul marino del que sale el cuello de su camisa celeste. Habla con seriedad y sonríe con frecuencia en un tono juvenil que no se corresponde con su cabeza y sus pobladas cejas blancas ya del todo.

Fue en 1971 cuando este periodista de Lyon empezaría a dar el giro profesional que lo llevaría a convertirse en quien es. Figaro Littéraire cerró y Pivot pasó a trabajar en Le Figaro, donde estuvo hasta 1974, el año en que abrió, definitivamente, la gran puerta: empezó a preparar en Antenne 2 el programa Apostrophes con el cual debutó en enero de 1975. Mientras tanto participó en la creación de un proyecto que ha sido esencial para la prensa literaria francesa, la revista Lire.

Bernard Pivot en la Alianza Francesa de Madrid, en la primavera de 2018. /Fotografía de Lisbeth Salas

Apostrophes, donde Pivot entrevistó cada viernes a los mejores escritores del mundo, estuvo en antena hasta 1990, luego creó Bouillon de culture (Sopa de cultura) hasta 2001, al que siguió Double Je (Doble yo) hasta 2005, en los que hablaba no solo de libros sino también de cultura en general creando trending topics televisivos. Siempre se ha adelantado a los tiempos.

«Cuando en el año 2001 lo empecé a dejar fue para cambiar mi vida. Me propuse escribir libros que no había tenido ni tiempo ni ganas. Luego en 2004 entré a formar parte del Premio Goncourt y ahí sí ya cambió mi vida. Retorné a la literatura, al libro».

La felicidad con que lo cuenta se transmite. Son seis décadas de Pivot alrededor del libro. Testigo privilegiado de la evolución del mercado editorial, de la creación literaria mundial y de la manera como los medios y los críticos se han acercado a ella. En tiempos del mundo analógico y digital considera que la crítica es más necesaria que nunca.

«Es normal que la crítica literaria utilice los medios modernos. Hay muchos sitios que reúnen lectores y lectoras de toda clase, y hay todo tipo de recomendaciones y periodismo. El libro se ha abierto un hueco en internet y las redes sociales donde hay lectores o críticos. Lo puedes llamar como quieras, pero dan su opinión y ejercen una influencia sobre la recomendación para leer un libro o también para su promoción y venta. El paisaje literario ha cambiado y ampliado y, ahora, internet, sin duda, es esencial y allí conviven cosas buenas y malas. Por eso el crítico sigue siendo importante para orientar realmente y alentar, incluso, a los autores que empiezan. Todavía tienen influencia, lo que sucede es que ahora los canales son muy diferentes y las formas muy distintas».

Sus cejas blanquísimas se encaraman en la frente al abrir aún más los ojos. Su época analógica ha quedado atrás, la de los medios y grandes e influyentes críticos que señalaban un camino y millares de personas les seguían. Esperaban sus comentarios, esperaban sus entrevistas.

«El gran autor con presencia cultural y literaria tiende a desaparecer. La lectura compite con muchas formas de entretenimiento, muchas pantallas; hay un riesgo de alejamiento de la lectura, al menos como la conocemos. La competencia es más dura para ganar la atención de la gente y parece que los jóvenes se interesan menos, pero nada está perdido».

Lo dice con ánimo y cerrando su mano derecha institivamente. Las dudas sobre la realidad no eclipsan su optimismo que no ha decaído desde 2011 cuando me dijo en una entrevista a El País, de España:

«Nunca se ha hablado tanto de libros, aunque no se habla de literatura. Se mencionan biografías, libros curiosos o ensayos, pero con menos análisis de lo literario».

Entonces y ahora, Bernard Pivot no duda en señalar que el prestigio del libro y los escritores se mantiene y «por eso es importante que los medios de comunicación mantengan sus secciones y suplementos con buenos artículos».

Eso sí, deja claro que toda la vida ha habido buenos y malos libros.

«Es evidente que internet hace más promoción al best seller, a libros fáciles y menos a libros exigentes. Sobre la crítica literaria en internet yo no he intervenido, y sí seguí, en cambio, en la prensa escrita. Yo soy un periodista ya jubilado que hago cosas que antes no podía hacer, como crítica literaria en prensa y, sobre todo, estoy en la Academia del Goncourt ahora como presidente, una responsabilidad que no tenía antes».

Leer, comentar, divulgar… leer, comentar, divulgar… Es el círculo de responsabilidad sobre el que se mueve Pivot para compartir el placer de la lectura, incluso en libros como De oficio, lector (Trama) y Las palabras de mi vida (Confluencias).

«En las entrevistas soy un intermediario entre los lectores y los escritores que son los creadores. Lo que he hecho es preguntarles a los escritores lo que sus lectores querrían saber de sus obras. Nada más…».

La frase queda suspendida, piensa, va a añadir algo… Al final cierra la idea con una sonrisa. Luego se entusiasma al hablar de la manera como ha cambiado el compromiso y la responsabilidad de los autores.

«Los escritores se comprometen en la expresión de su yo y de su talento. Pero es verdad que ya no hay… En Francia hay dos tipos de escritores: están los que llamamos filósofos vinculados con la actualidad que hablan y reflexionan mucho alrededor de ella, son intelectuales que hablan de la vida política y de la realidad en sus diferentes facetas. Por otro lado, hay una inmensa masa de novelistas, poetas, reporteros y demás que no se comprometen, aunque les interese el mundo en el que viven. Emmanuel Carrère, por ejemplo, habla del mundo en el que vive pero sin un compromiso formal político. Michel Houllebecq habla del mundo en que vive pero no puedes decir que esté comprometido con un movimiento político, sigue libre. Prefiero a los escritores que siguen libres, que se sienten libres…».

«La calidad literaria es importante. Primero es la escritura, sí, la escritura sea cual sea, la escritura de una novela, de un libro de historia, de un ensayo sociológico. Son muchos autores comprometidos en la reflexión cotidiana sobre la evolución de Francia, del mundo, etcétera. Aparte, están todos los novelistas, los poetas y demás que hablan también de su yo, de su familia y de tantas cosas. Desde el caso Dreyfus en Francia siempre ha habido intelectuales de la vida política y eso sigue siendo así en el fondo, aunque, como digo, luego esté el amplio cuerpo de escritores en todos los géneros».

Bernard Pivot. /Fotografía de Lisbeth Salas

Y extiende los brazos. Pivot sigue agitando las aguas de la literatura. Hace poco publicó un libro con su hija Cecile cuyo título lo dice todo y es su reclamo: ¡Lire! La prensa francesa lo ha entrevistado y él ha dicho cosas como que “las personas que leen son menos tontas o menos estúpidas… pero eso no significa que todos sean brillantes, porque también están los que no leen y son buenos”.

«Me reafirmo en esa idea. Los hombres y las mujeres que leen son menos tontos o menos imbéciles que los demás; textualmente lo dije y lo mantengo. Hay gente que no lee, hay gente muy inteligente y hay gente que lee y que es estúpida. Pero, en general, la gente que lee tiene conocimientos del mundo que los demás no tienen porque al leer te acercas a ideas y a personas de las que no tenías ese conocimiento antes. Leer es sacar noticias de los demás, interesarse por los demás; leer es aumentar tu cultura general propia; leer es enterarse por civilizaciones, por personajes, por mentalidades. Porque quienes no leen ni siquiera pueden imaginarse o saber de su existencia. Leer, incluso, me permite aumentar mi libreta de direcciones y de contactos».

Y la suya es envidiable. Entrevistó a los mejores autores de su época, de Borges a Nabokov. Y aunque ya no lo hace no significa que no piense a quién le gustaría entrevistar de los escritores contemporáneos. No lo duda, y dice rápido:

«Me hubiera gustado entrevistar a Philip Roth porque es incomprensible que hubiera dejado de escribir, es algo raro, extraño; pero, sobre todo, porque nunca lo conocí. También a Svetlana Aleixievich, la premio Nobel bielorrusa. Es una mujer muy interesante, está metida en la vida del mundo por completo. Y luego pues… Otro que me gustaría volver a entrevistar es a Mario Vargas Llosa, para hacer una especie de balance».

El espíritu de entrevistador sigue intacto en Pivot. Una de las entrevistas míticas de Apostrophes fue la que hizo a Vladimir Nabokov, cuya obra Lolita es uno de los objetivos revisionistas por algunos movimientos feministas. Sin embargo, en aquella misma entrevista por televisión, el propio Nabokov dijo que los medios y la película habían dañado un poco la figura y tergiversado la imagen porque Lolita era una víctima.

«Si Nabokov publicara hoy Lolita lo meterían a la cárcel directamente. Pero el arte y la literatura están muy por encima de revisionismos y por encima de las leyes. De lo contrario tendríamos que prohibir al marqués de Sade y a muchos otros escritores que nos muestran facetas diferentes de la condición humana».

Y Bernard Pivot entrecruza sus manos sobre el pupitre. Lo dice el presidente del Premio Goncourt, uno de los más prestigiosos. Cree en la función de estos galardones como una manera de señalar la calidad de un libro, «de guiar sobre lecturas exigentes en un momento en que hay mucho ruido en la red. Merece la pena que no se pierdan y destacarlos de la gran oferta que hay ahora».

Es lo que ha hecho y hace el hijo de unos campesinos nacido el 5 de mayo de 1935 en Lyon. Un niño que se soñó deportista, que en la juventud se desvió a la abogacía y terminó en el periodismo y de ahí pasó a ser agitador literario. Ayudó a dar brillo a una época dorada de la literatura. Siempre se adelantó un poco a los tiempos. Ahí sigue con las armas del presente con su cuenta en twitter donde se presenta como lo que es: “Apostrophes, Bouillon de Culture, Double je, Ecriture, Football, Gourmandise, Homme, Interview, Journalisme, Kiosque, Lire, Mots………….Zut”. Lo sigue casi un millón de personas, un logro para quien no usa la red con trivialidad o sensacionalismo y habla con solvencia de literatura y de la vida que es literatura.

@WinstonManrique

El periodista, escritor y crítico literario francés Bernard Pivot con un ejemplar de WMagazín. /Fotografía de Lisbeth Salas

 

Winston Manrique Sabogal

4 comentarios

  1. Bernard Pivot o la pasión por la lectura y sus luces a la hora de la literatura. Una vida ejemplar. Una entrevista de excelencia.

  2. Pivote de la literatura. El deseo de leer, analizar y criticar la literatura se impone! Su deseo de haber entrevistado a MARIO Vargas Llosa, podría ayudar a platicar sobre él y sí hacer comparaciones. ¡Cómo me gustaría platicar con él, soy casi casi una contemporánea muy leída, desde edad temprana.

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