Biografía del tiempo vertiginoso que vive hoy el mundo y la batalla contra sus efectos

El filósofo alemán Rüdiger Safranski recorre en un libro la percepción y consecuencias del tiempo en la historia. Una clase magistral que sirve para entender el destino de la humanidad, sobre todo desde la economía como lo cuenta WMagazín en blogbankia.es

Mientras Paul Virilio dijo que estamos «parados con velocidad vertiginosa», Peter Glotz asegura que el debate cultural será, o es, «entre los aceleradores del capitalismo digital y los desaceleradores».

Todo se reduce al Tiempo. Un concepto abstracto que marca el ritmo de la vida. Es el gran socio de la economía y la política. Y cada vez más. El tiempo, también, es la obsesión de grandes artistas, sobre todo de los escritores. Ellos quieren capturar, apresar el paso del tiempo. Ver y mostrar cómo el tiempo nunca jamás descansa.

De todo esto y más escribe Rüdiger Safranski, el filósofo alemán en Tiempo. La dimensión temporal y el arte de vivir (Tusquets). Una radiografía magistral del tiempo y su concepción y percepción y efectos en la vida diaria personal, colectiva, social, política y económica a lo largo de la historia. Safranski abre su libro con un capítulo dedicado al aburrimiento, contra lo que todo el mundo lucha y contra lo que más necesita el ser humano. Y por eso todos se sienten empujados al borde de un abismo llamado horror vacui.

Algunos quieren que vivamos en tiempo real lo que cuentan. Otros reproducen en sus estructuras literarias el tiempo como uno solo instante en el que confluye todo, pasado, presente y futuro. Otros escriben para mostrar el tiempo en movimiento. Otros, como Borges, dijeron que el Tiempo es algo que viene de arriba, que cae.

Ahí está la magdalena de Marcel Proust, en En busca del tiempo perdido, ese suave panecillo mojado en té que al entrar en contacto con el paladar del escritor activó milagrosamente una serie de recuerdos en torrente. Pero eso no es pasado, es presente y futuro y pasado y futuro y presente a la vez. Porque siempre estuvieron ahí y nunca se irán, otra cosa es que no se recuerden. Viven sin ser vistos o detectados de manera consciente. Duermen.

Recuerdos y sueños son como la luz de una estrella cuyo fulgor es solo el destello de lo que ya ocurrió hace millones de años y solo hasta ahora llega a nuestros ojos. Stephen Hawking, fallecido hace casi un mes, dedicó su vida al tiempo, al origen de todo.

El tiempo lo toca todo. Lo es todo y condiciona el destino de los seres humanos.

Si Paul Virilio dice que estamos «parados con velocidad vertiginosa»,  Peter Glotz asegura que el debate cultural será, o es, «entre los aceleradores del capitalismo digital y los desaceleradores».

Porque la vida se mide en tiempo, el mundo se organiza en unidades de tiempo y ha sido su esclavo siempre, sobre todo desde 1830. El detonante del nuevo rumbo vertiginoso que habría de tomar la humanidad y que no parece querer detenerse por voluntad humana fue cuando se decidió unificar la hora para los trenes, sincronizar sus salidas y llegadas en Inglaterra. Se hizo primero con la línea Liverpool-Manchester. Nacio la puntualidad para evitar desastres. Nació el Tiempo Medio de Greenwich, GMT.

Empezó la era de la homogenización del tiempo.

Fue el impulso que necesitaba la era industrial. Hasta entonces el tiempo estaba disperso por el mundo, había tantos tiempos como territorios organizados a su manera. Y es la sincronización de este reloj de los trenes lo que determina un cambio que coincide con el desarrollo de las dos grandes corrientes políticas y económicas: capitalismo y socialismo-comunismo, que harán uso del tiempo para modelar parte de sus enunciados.

De todo esto y más habla Rüdiger Safranski en un libro que es una clase magistral que ayuda a comprender mejor porque estamos como estamos y hacia donde vamos. Si Paul Virilio dijo que estamos «parados con velocidad vertiginosa»,  Peter Glotz asegura que el debate cultural será, o es, «entre los aceleradores del capitalismo digital y los desaceleradores».

En cualquier caso la economía encontró en el tiempo su mejor socio, uno indisociable que funciona como la moiras que determinana el destino. ¿Por qué? Puedes leerlo en el artículo publicado en el blog de Bankia, AQUÍ: El tiempo como mejor aliado de la economía.

Y todos en este mundo dual, analógico-digital, vivimos tiempos paralelos y se quiere todo a la vez. Todos los artistas, pintores, escultores, cineastas, músicos, escritores, lo han expresado y advertido de sus consecuencias. Los músicos han popularizado sus incertidumbres, ansiedades y anhelos, el penúltimo ha sido la banda Arcade Fire: Everything Now (todo ahora mismo).

Video de 'Everything Now', de Arcade Fire.

 

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Winston Manrique Sabogal

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