El escritor irlandés Colm Tóibín. /Foto de Brigitte Lacombe – Cortesía editorial Lumen

Colm Tóibín: “Reinterpreto la novela de amor, la novela que acaba en matrimonio y sus secretos”

El escritor irlandés publica la novela 'Long Island', continuación de su éxito 'Brooklyn', de 2009. Con 69 años sigue explorando el territorio de la literatura y afronta varios desafíos

Once libros de ficción y doce de no ficción después, en vísperas de cumplir setenta años, Colm Tóibín sigue explorando los territorios de la literatura como el primer día. Fue cuando el escritor irlandés (Enniscorthy, 1955) debutó, a los 35 años, con la novela El sur (1990) y ha publicado grandes libros como The Master, sobre Henry James; El mago, sobre Thomas Mann; el monólogo El testamento de María y la novela Nora Webster, inspirada en la vida de su madre. Ahora, 35 años más tarde, con varios premios y un gran prestigio, ha abordado seis desafíos nuevos para él en la novela Long Island (Lumen):

  • Escribir una secuela a su exitosa Brooklyn (2009), sobre el exilio irlandés y buscarse una vida en Nueva York, quince años después.
  • Trazar el arco de evolución de una mujer, Eilis, de su juventud a los 45 años, hasta hacerse más segura e independiente en todos los aspectos personales y su posición en el mundo.
  • “Reinterpretar la novela de amor, la novela que acaba en matrimonio y todo lo que sucede a su alrededor con sus secretos”.
  • Contar esta historia a través de tres puntos de vista: “Si tú tienes solo un punto de vista pierdes mucho, porque desconoces la vida interior de los otros”.
  • Crear una estructura donde la novela avanza tanto desde la mente de sus personajes como desde la vida real.

Siempre amable y divertido, Colm Tóibín desvela cómo fue enfrentarse al reto de Long Island y habla sobre La mirada cautiva, una selección de sus artículos sobre arte publicados en este siglo XXI. El encuentro virtual lo hace desde su casa de Dublín en esta video entrevista. Primero recordamos la entrevista que le hice por Brooklyn, en 2010, para el suplemento Babelia, de El País, en la casa donde veranea en las montañas de Farrera de Pallars, en Lleida, con el ruido de fondo del río Noguera-Pallaresa, donde volverá este agosto. Cataluña, y en especial Barcelona, son inolvidables para Colm Tóbín, pues allí vivió parte de su juventud y aprendió español, en los años setenta.

Winston Manrique Sabogal ¿Leyó Brooklyn para escribir esta continuación?

Colm Tóibín. No. No porque he visto la película bastante veces y la emoción que produce, si has escrito una novela y ves su adaptación cinematográfica en diferentes lugares, para presentarla a ella y al libro, el poder de la película y de la imagen es muy fuerte.

W. Manrique Sabogal. Usted siempre dijo que la adaptación de 2015, le había gustado.

Colm Tóbín. Sí. La película es una forma tan diferente, tiene un poder más mucho más inmediato que palabras en una página, entonces, estás ahí mirando algo que has inventado tú, pero de una forma mucho más sutil.

W. Manrique Sabogal. En aquella entrevista que me concedió por Brooklyn me dijo que, durante una presentación de esa novela en Nueva York, se le acercó una mujer que dijo ser la hija de la mujer en que se inspiró para Eilis, usted le preguntó el apellido y coincidió con el de esa persona. ¿Ha vuelto a ver a esa mujer?

Colm Tóibín. Sí, sí… Ella y su hermana vinieron a la presentación del libro en Long Island. La madre, que viajó de Enniscorthy a Nueva York, en los años cincuenta, ya murió.

W. Manrique Sabogal. ¿Y qué le dijeron de esta nueva novela?

Colm Tóibín. Me parece que no habían leído el libro en ese momento. En 2015, las dos, también, habían ido a la presentación de la película en Enniscorthy, en mi pueblo, y a las fiestas después. Era divertido. Pero ellas saben que la historia de su madre fue el punto de inspiración y lo demás es pura imaginación.

El escritor irlandés Colm Tóibín. /Foto de Pau Fabregat – Cortesía editorial Lumen.

W. Manrique Sabogal. Hay dos aspectos en esta novela donde muestra que es un maestro para desplegar escenas, de la vida vista como un gran teatro, desde la primera página, y la capacidad de crear un flujo narrativo donde las cosas suceden de manera subterránea. Son aspectos que siempre ha tenido, pero ¿siente que los ha perfeccionado?

Colm Tóibín. Sí. Henry James dijo que si escribes necesitas saber tres cosas: dramatizar, dramatizar, dramatizar. Y hay una palabra en inglés que es plot, y en castellano se puede decir la trama, el hilo… es decir…

W. Manrique Sabogal. El nudo.

Colm Tóibín. Plot quiere decir una acción que genera consecuencias. Prefiero novela de ambiente o novela psicológica. Aquí, toda la novela son las consecuencias de una acción, acciones inevitables como resultado de la acción original. Normalmente, ahora, todo esto eso se utiliza en novelas policíacas. O en novelas como, por ejemplo, Javier Marías en Corazón tan blanco, que empieza con una muerte. Pero mi novela nadie se muere. Es un esfuerzo por reinterpretar la novela de amor, la novela que acaba en matrimonio y todo lo que sucede a su alrededor, como quién se va a casar con quién, y los problemas y protocolos antes de casarse que tienes que saber, el drama del anillo, cosas así, secretos… Voy a casarme contigo, pero nadie tiene que saber hasta Navidades o Pascuas. Lo que hago es jugar sin que sea una parodia.

Es que estoy probando o utilizando o renovando la máquina de la novela que trata del matrimonio con un plot. Eso quiere decir que si quiero, por ejemplo, escribir un capítulo sobre el pasado o sobre la vida de su madre no puedo; todo tiene que ir directamente hasta el final. Es algo nuevo para mí, algo que no voy a repetir, que no voy a hacer otra vez.

W. Manrique Sabogal. Explora una forma, una estructura.

Colm Tóibín. Un sistema, una estructura de Jane Austen y de las novelas que tratan de una mujer joven que busca casarse, pero es diferente porque ella tiene 45 años. Entonces, estamos en mitad de su vida. Ella fue a Irlanda y el problema que tiene en Irlanda es el problema de amor, quién está enamorado de quién, quién va a casarse con quién, quién sabe, quién no sabe… Es algo que no he hecho antes porque me parece que se puede hacer eso solo una vez en tu vida.

W. Manrique Sabogal. Es parte del perfeccionamiento y la exploración que hace sobre la narrativa y su estructura, pero, también, le pregunto sobre el lenguaje, las palabras y sus combinaciones, la voz literaria. Aquí con el amor como columna vertebral del ser humano de manera individual, social y de la vida misma. Al hilo de la propia historia de Long Island, ¿usted cree que un buen número de personas con relaciones están pensando más en otro amor que no pudo ser que en quien tienen al lado?

Colm Tóbín. No…

W. Manrique Sabogal. Es un poco lo que sucede aquí.

Colm Tóibín. Sí. Es que yo quería construir un tipo irlandés que tiene 45 años, Jim, que es muy tranquilo, que vive solo, pero tiene un bar. En el pueblo todos piensan que es un buen tipo, tranquilo, tolerante, no es borracho, no es violento, no está deprimido, y del que todos piensan que sería un buen marido, un buen padre, un buen hijo. Pero alguien le trastoca su vida, una mujer de su pasado que vuelve de los Estados Unidos. Hay algo mágico, y cuando él está a punto de casarse la vuelve a ver. Él le promete a otra mujer que se van a casar, pero no es un gran amor, no es un amor de siempre, sino algo de que ella tiene una casa, él tiene un local, y juntar todo eso le da estabilidad, tranquilidad, seguridad…

W. Manrique Sabogal. Le permite acomodar su vida y su futuro.

Colm Tóibín. Y el amor. Está quizás al centro y al margen, pero lo que es más importante es que todo sería cómodo. Entonces estamos hablando de una vida que se puede vivir bien, cómoda, sin problemas. Pero no es un gran amor, no es el drama sexual o sensual… Es algo mucho más corriente. Entonces aparece esa mujer de los Estados Unidos.

Colm Tóibín durante la video entrevista en julio de 2024. /WMagazín

W. Manrique Sabogal. Otro aspecto que destaco es la inmersión que realiza en las mentes de los personajes, sobre todo de los tres personajes principales. La novela transcurre mucho en sus mentes. Ya lo había hecho antes, pero aquí, me parece, que hay un salto cualitativo. En Brooklyn era Eilis y su mundo, en Long Island son Eilis, Jim, un exnovio juvenil del verano, y Nancy, la mejor amiga de ella que está a punto de casarse con Jim. 

Colm Tóibín. Sí. Lo importante es que es una novela llena de secretos. El lector tiene que saber todo, el lector sabe todo, Jim sabe bastante, Nancy un poco más y Elis casi nada, pero ellos saben poco el uno del otro. Eilis no cuenta cómo es su vida en Estados Unidos. Eso genera casi una coreografía de secretos y de cosas que nadie quiere explicar. Si tú tienes solo un punto de vista pierdes mucho, porque desconoces la vida interior de los otros. Yo elegí tres y técnicamente es muy importante.

W. Manrique Sabogal. ¿El amor sucede más en la mente que en la realidad?

Colm Tóibín. El amor sucede más en la mente de cada persona que en la vida real. Más que definir el amor, me interesa detenerme y analizar los hechos, los actos y comportamientos de las personas ante ese sentimiento. Cómo reaccionan, cómo se expresan, cómo sucede una escena entre ellos, qué efectos deja en sus vidas.

W. Manrique Sabogal. ¿La novela la escribió en el orden en que la leemos?

Colm Tóibín. Sí, es una buena pregunta. De lo contrario no hubiera sido posible. Lo importante es la conexión entre los pasajes y no la autonomía de ellos.

W. Manrique Sabogal. Hay un aspecto llamativo y es la evolución de Eilis. En Brooklyn era una veinteañera que migra a Nueva York y se abre paso, pero con ciertos problemas de identidad. En Long Island demuestra una gran evolución y se ve muy moderna cuando se entera de la situación de su marido y no arma un escándalo, reacciona, digamos, un poco más civilizadamente. Se le ve más segura en ese sentido, más actual.

Colm Tóibín. Hay dos cosas aquí, las primeras dos o tres páginas tienen mucho drama, mucho calor, mucho ruido…

Cuando recibe la noticia que desencadenará todo, Eilis está sola en casa. Está esperando el regreso de su hijo. Para mí lo importante es que no hace nada, que no haga nada, o si no llora, pero todo está pasando…

W. Manrique Sabogal. Por dentro.

Colm Tóbín. Como dentro de sí mismo. Entonces, yo tengo seis páginas, quizás siete, para dramatizar algo que no tiene color, que no tiene ruido, que está pasando casi silenciosamente dentro de su mente. Después, lo importante es que ella ahora ha aprendido a hablar de otra manera, se ha relacionado con su suegra con sus cuñados, con el abogado… Y cuando le dicen la decisión de la familia ella expresa su decisión como abogado, como lo ha hecho otras veces.

Colm Tóibín durante la video entrevista en julio de 2024. /WMagazín

W. Manrique Sabogal. Este mundo que describe en Long Island, que sucede en los años setenta, ha cambiado mucho como desde los años noventa cuatro deseos capitales del ser humano que son la belleza, el amor, el sexo y la felicidad. Usted, que además da clases a jóvenes en Columbia, ¿está notando el cambio de la generación que hoy está entre lo analógico y digital, por ejemplo, en cuanto a la normalización de la fluidez sentimental y sexual y a la posibilidad de que vivan sus vidas de manera más libre.

Colm Tóibín. Fíjate que mis alumnos en Columbia tienen mucha confianza, it’s not a great difference. Ellos pueden vivir una vida útil, tener sus pensamientos, sus maneras de vivir, es más o menos igual.

Es imposible generalizar, pero ahora es, por ejemplo, más fácil cambiar de hombre a mujer o de mujer a hombre. Hay muchísima tolerancia. Pero también, Columbia es ejemplo de pocos alumnos negros, y es terrible después de cincuenta años de estos movimientos civiles. Sería muy interesante tener alumnos de diferentes lugares, es una gran lástima.

W. Manrique Sabogal. El amor está presente en casi todos sus libros. ¿Qué es para usted el amor?

Colm Tóibín. Me parece que todos los seres humanos queremos tener un compañero y todos los derechos civiles. Queremos el derecho de casarnos o de tener compañero y de vivir libremente con nuestro compañero. Pero eso de vivir con el otro es un gran drama, eso es central, más importante que quizás, a veces, el dinero.

W. Manrique Sabogal. Ahora que nos encaminamos a todos tipo de relaciones y parejas, ¿cómo cree que este cambio de paradigma afecte a la sociedad y al curso del mundo?

Colm Tóibín. El centro del debate en Irlanda ahora es el matrimonio entre personas del mismo sexo. En la radio un tipo decía que esto sería el fin de la civilización. Pero, ¿cuál es la diferencia entre tu amor y el mío, si tú eres heterosexual y yo homosexual? ¿Cuál es la diferencia entre lo que sientes tú con el otro y yo? Es imposible de explicar que en el centro hay algo muy importante que es el amor por el otro, cuando quieres compartir una casa, compartir una vida. Hay muy poca diferencia entre un homosexual y un heterosexual. Esta historia está el centro de mi novela, sí, Nancy quiere casarse, quiere compartir la vida, el amor, el sexo, todo. Pero en el centro hay un plan de tener una casa, un hogar.

En cambio, Eilis y Jim no. Ellos querían construir algo como un mito, como dos amantes de siempre, no Romeo y Julieta, sino algo como con el mito. Ella no sabe todo sobre él, él no sabe todo sobre ella, pero en los ojos hay algo. Es como el momento en una gran ópera, ellos dos. Ahí tienes dos tipos de amor, uno es del mundo y el otro es del cielo.

W. Manrique Sabogal. Al final, prima el sentimiento amoroso sobre el deseo sexual, según la novela. Cambiando de tema, usted, también, acaba de publicar La mirada cautiva. Escritos sobre arte (Arcadia), que reúne sus artículos sobre arte, la creación en general y las diversas formas y percepciones de la belleza. Ahora que se están derrumbando los cánones estéticos y conviven las múltiples formas de belleza, ¿hacia dónde cree que van la concepción o el concepto, la percepción de la belleza?

Colm Tóibín. Es difícil utilizar la palabra belleza. Es una palabra, una de esas palabras que no sirve… y espero que no la haya utilizado mucho en este libro sobre el arte.

A mí me gusta mucho un cuadro o un tipo de pintura y prefiero mirar en concreto al cuadro en vez de imaginar, en vez de hablar sobre la teoría de belleza.

W. Manrique Sabogal. Usted intenta desentrañar el soplo de inspiración del artista, de cómo hizo esto, cómo logró esta textura, cómo logró este color, por eso empieza el libro con el color. Pero, precisamente, ahora hay una gran diversidad frente a lo que se considera belleza y cada vez más se rompen los conceptos de lo bonito y lo feo.

Colm Tóibín. De acuerdo, pero la palabra belleza, no sé…

W. Manrique Sabogal. ¿Qué es la belleza?

Colm Tóbín. No sé.

W. Manrique Sabogal. ¿Pero la reconoce cuando la ve en un paisaje o en una obra?

Colm Tóibín. No, no… Belleza es demasiado, una palabra de otros siglos… y, además, es demasiado metafísico.

W. Manrique Sabogal. ¿Qué palabra utilizaría para esta variedad y pluralidad de estéticas? Por ejemplo, ahora que la gente usa tatuajes cuando antes era considerado feo o marginal y otras estéticas del vestuario para hablar de la vida cotidiana.

Colm Tóibín. Puedo hablar sobre textura, hay una palabra en inglés, densidad… En inglés hay muchísimas palabras que no existen en castellano o en francés. Una mirada fuerte, eso es lo que me interesa. Mirar con intensidad un cuadro, un drama entre dos personas y mirar cada sombra y cada color y cada cosa, cada momento… Eso es lo que me interesa. Si pienso en algo más grande sobre, por ejemplo, belleza o lo que es feo, pierdo lo que está en el centro que es…

W. Manrique Sabogal. ¿De qué está hecha cada cosa?

Colm Tóibín. Sí, exacto que es mucho más interesante. Es como lo que te decía sobre el amor, que más que definirlo me interesan los gestos, actos, comportamientos y cambios que produce en las personas y entre ellas.

  • Long Island. Colm Tóibín. Traducción: Antonia Martín Martín (Lumen).
  • La mirada cautiva. Escritos sobre arte. Colm Tóibín (Arcadia)

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Winston Manrique Sabogal

Un comentario

  1. Me encanta el enfoque de TÓIBÍN acerca de la belleza, más como un sentimiento que se percibe sin existir materialmente

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