Fotobitácora FIL 2017 (Día 6): Latinoamérica viva y la literatura española contemporánea
Se presentaron las últimas novelas del colombiano Evelio Rosero, del argelino Yasmina Khadra y de la española Marta Sanz. El nuevo tomo de la novela gráfica del Che y continuó Latinoamérica viva
Jueves 29 de noviembre:
Toño Ciruelo de Evelio Rosero
La indagación del mal y la figura del asesino son tratados en la novela del escritor colombiano Evelio Rosero titulada Toño Ciruelo, presentada en la FIL Guadalajara 2017. Un amigo de Rosero que durante la década de 1980 asesinó a cuatro mujeres fue el punto de inspiración para la creación del personaje central.
“Fue una impresión total, me remecí de ver que alguien que había vivido conmigo parte importante de los años escolares estaba siendo en ese momento culpado de un cuádruple asesinato”.
La obra indaga minuciosamente los orígenes del instinto asesino manifestado en las facetas vitales del personaje: infancia, adolescencia, vida adulta… hasta las primeras víctimas que viven las consecuencias.
“Creo que a todos los escritores nos atrae el tema del asesino, es un común denominador en la literatura universal. El asesino, lo que representa, la maldad, la oscuridad en el corazón del hombre”. “Toño Ciruelo”, añadió, “comenzó a ser el resultado de mis investigaciones sobre diferentes asesinos de la historia, incluso Jack el destripador, y el monstruo de los Andes: un asesino de apellido Garabito colombiano que varios años estuvo violando, torturando, niños y niñas a lo largo de todos los Andes, desde Colombia, Ecuador y luego Perú sin ser capturado, una impunidad de años, y otros asesinos peculiares”.
La figura del asesino se desglosa desde la raíz hasta las primeras víctimas en un ejercicio meramente literario alejado de aspectos de la novela realista.
El cuento y Latinoamérica viva
Se celebra una sesión más de la plataforma Latinoamérica viva en la FIL de Guadalajara 2017 donde participaron los escritores Patricia Engel, Julián Martínez Gómez, Karla Suárez y Luis Diego Guillén. En esta charla el tema central fue la situación del cuento frente a la industria editorial, puesto que se considera que las editoriales muestran poco interés en este género narrativo que carece de impacto, pero socorrido por autores latinoamericanos.
“La generación de escritores que estamos aquí nos formamos leyendo cuentos, en América Latina hay una grandísima tradición de cuentos”, dijo la escritora cubana Karla Suárez, quien también habló de la experiencia de escribir un cuento: “El placer de escribir una novela es diferente al placer de escribir un cuento. Un cuento puede nacer de cualquier cosa: caminar por la calle, algo que ves, una frase que dijo alguien, una persona que viste en el metro, el sabor del agua… Es un segundo, un instante”.
La experiencia de escribir estos géneros narrativos puede presentar distintos matices.
“La diferencia entre escribir una novela a escribir un cuento es que la novela es un trabajo de los ‘demonios’ porque tienes que meterte en la piel de cada personaje, tienes qua armar una estructura que sea convincente para el lector y en el caso de la novela histórica es un trabajo profundo de investigación; sin embargo, el cuento es como una revelación”, comentó el escritor cubano Julián Martínez Gómez.
Che, una vida revolucionaria.
El tomo tres de la trilogía Che, una vida revolucionaria fue presentado en la FIL de Guadalajara 2017 a cargo del periodista estadounidense Jon Lee Anderson y el caricaturista mexicano José Hernández. Esta fusión de talentos trajo consigo una novela gráfica en tres partes donde se retrata la vida y obra del Che y, de igual manera, los acontecimientos que incitaron a la Revolución cubana.
“Como biógrafo, uno tiene nociones que van de un componente de acciones y emociones que tienen que ver con la sensibilidad hacia la figura e inclusive las familias, la gente todavía viva, una serie de cosas… considerar que vas a representar de forma gráfica te hace pensar de forma distinta”, dijo el autor.
La narrativa de Anderson representa la faceta humana de este personaje heroico y contradictorio.
“Con el personaje de la primera esposa del Che, Gadea, decían que la dibuja fea y la verdad es que fue una mujer fea. Y a mí me llama mucho la atención que todas las historias y las novelas gráficas que revise sobre la vida del Che, todas la representaban como una mujer muy bonita, la ponían como una maja española en la versión francesa; nada que ver con el personaje real”. Mencionó el caricaturista como revelación de su esfuerzo por trabajar en los detalles reales que otras obras inspiradas en el Che no consiguen.
Esta obra es una adaptación gráfica de la obra homónima de Jon Lee Anderson publicada en 1997.
Literatura española contemporánea
La mesa titulada Literatura española contemporánea se llevo a cabo en la FIL de Guadalajara 2017 donde participaron los escritores José Ovejero, Andrés Ibáñez, Adolfo García Ortega y la escritora y ensayista Edurne Portela. Todos ellos autores publicados en la editorial Galaxia Gutenberg.
“Me preguntaba si tiene sentido seguir hablando de una literatura española definida por el lugar en el que nacen los escritores, cuya nacionalidad mantienen en el pasaporte, y pensaba que cada vez tiene menos sentido hablar de literaturas nacionales, puede que lo tuviese hace unas décadas”, dijo Ovejero.
Las etiquetas en la literatura española se hicieron presentes en la charla; los integrantes compartieron experiencias en su trabajo como escritores y lo relativo que resulta encasillare en un género, estilo, nación o literatura.
“Hoy en día creo que la literatura nacional está más difuminada, no solo porque viajamos más y se traduce cada vez más, con lo cual si hace un siglo la tradición de la que bebían los escritores de un país era sobre todo la tradición de su propia lengua esas tradiciones se han multiplicado. Cada vez leemos a autores anglosajones porque contamos con traducciones. Si pienso en mi propia formación, no sabría muy bien si definirme como escritor español”, mencionó el autor de La invención del amor.
Los autores esclarecieron que la diversidad que permite el intercambio actual de lenguas hace un espacio en lo que se puede considerar literatura nacional.
La última noche del Rais de Yasmina Khadra
El escritor argelino Yasmina Khadra presentó su obra La ultima noche del Rais en compañía del escritor y editor mexicano Alberto Ruy Sánchez. Esta obra relata los últimos momentos de la vida del dictador libio Muamar Gadafi.
“Yo, sinceramente, nací para escribir. Cuando tenía nueve años, ingresé al cuartel y estuve 36 años en el ejército. Durante esos 36 años el ejército me disuadió de escribir, en esta institución yo era una anomalía, pero jamás renuncié a escribir”, expresó el autor que abandonó Argelia en octubre de 2001 tras el largo periodo que perteneció a las fuerzas armadas.
Durante su anécdota de cómo empezó su romance con la lengua francesa, reveló que estudió en una escuela donde los alumnos eran nombrados por números, él fue el número 129.
“Empecé a escribir en lengua árabe porque yo quería ser un poeta, como los poetas árabes de Las mil y una noches y no sabía francés. Mi profesor de francés me animaba mucho en todo a lo que se refería a mi trabajo de imaginación. Este profesor de francés me dedicó mucho tiempo y por respeto a este hombre me abrí para amar ese idioma”, dijo el escritor.
Khadra ha consagrado una trilogía para México, una historia de amor dentro del narcotráfico. La primera parte lleva por nombre El cementerio de los vivos.
Clavícula de Marta Sanz
La escritora española Marta Sanz presentó su obra Clavícula en la FIL de Guadalajara 2017. Esta narración es un ejercicio autobiográfico que busca desglosar los efectos tanto físicos como emocionales que produce la menopausia.
“El relato del surgimiento de un dolor y como ese dolor descoloca y nos hace formularnos preguntas, plantear el significado de los límites entre la fuerza y la debilidad, entre el dentro y el fuera, entre el texto y el contexto, entre lo corporal, lo psicológico y lo social”, dijo Sanz.
La autora expresó que la obra trabaja el tema de la supuesta condición que debe tener un individuo (sea hombre o mujer) en la sociedad actual en cuanto a físico y salud mental. Esclareciendo que algunas personas por el hecho de su complexión no están a dicho alcance, desatando una cadena de decepción, estrés e inconformidad.
“La experiencia de ese dolor lo que me hizo es sentir de golpe todos mis miedos, saber por una parte cómo se desmoronaba ese límite entre lo físico, lo psíquico y lo social, y cómo me afloraban todos los miedos más horribles que creo que puede tener un ser humano y también específicamente una mujer”.
El dolor del cuerpo, el dolor de la carne se vuelven palabras en esta obra.
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