El psicólogo y escritor británico Frank Tallis, en Madrid en 2019. /Fotografía de Ático de los Libros

Frank Tallis: «El comportamiento sexual humano no tiene límites»

El psicólogo y escritor británico reúne en 'El romántico incurable' episodios de sus pacientes para crear un mapa contemporáneo del amor-deseo-sexo. Un viaje a los laberintos oscuros, secretos y públicos de las máscaras del amor

Los universos paralelos no hay que buscarlos más allá de la Tierra, están en este mundo, en cada persona enamorada. En cada individuo que de manera instintiva o al tomar conciencia enruta su vida hacia la búsqueda del amor como algo esencial, es su fuente de felicidad real o soñada. Ya Platón lo decía y lo desvelaba la búsqueda de ese sentimiento laberíntico y sus zigzagueos entre la cordura y la locura.

«A pesar de que hay un número reducido de individuos que parecen ser capaces de vivir felizmente sin una pareja, para la mayoría es un requisito esencial. Las relaciones serias son beneficiosas tanto física como mentalmente. Hemos evolucionado con predisposición a buscar pareja para preservar la especie. Antiguamente, un niño era vulnerable y requería del cuidado de dos padres. Un fuerte vínculo emocional les unía durante el tiempo suficiente como para que sus hijos sobrevivieran. Estamos programados para buscar el amor».

Estas palabras son el resultado de la experiencia de Frank Tallis (Reino Unido, 1958), un psicólogo que ha conocido múltiples formas de amor a través de sus pacientes. Con sus historias sencillas unas, increíbles muchas y extraordinarias otras, ha entrado en los universos paralelos de la persona enamorada o en busca del amor y la pasión. Tallis narra episodios de sus pacientes, al estilo del neurólogo Oliver Sacks, y convierte aquellos hechos reales, sueños o locuras en retratos en los cuales se refleja el sentimiento amoroso.

Una parte de ese recorrido lo cuenta Tallis en un libro que se lee como Las mil y una noches de las máscaras del amor, con su mismo hechizo, pero con un añadido: el lector reconoce en esos episodios historias ajenas o propias. De ahí el título: El romántico incurable. Historias de locura y deseo (Ático de los Libros).

Porque incluso en tiempos analógicos y digitales que parecen dar la espalda al amor y más enfilados hacia el sexo y relaciones efímeras, lo que el libro y los pacientes revelan es que todo eso no son más que máscaras porque la búsqueda del amor es muy poderosa y el ser humano no deja de ser un romántico.

Si no está clara la respuesta sobre por qué «estamos programados para buscar el amor», menos misterioso es detectar de qué suele depender el comienzo del enamoramiento. Respuestas que Tallis compartió a su pasó por Madrid.

«El enamoramiento empieza con la atracción sexual; es difícil pensar en el amor romántico si no incluye atracción sexual. Si dos personas se quieren mucho, pero no se atraen sexualmente, estamos hablando de ‘amistad».

Es el sexo como una celestina o una máscara para el fin último y primero del amor del que se deriva otra pregunta ¿Cómo influye el deseo en el amor? ¿Es el deseo, en general, un pozo sin fondo, como decía Freud?

«El deseo sexual es importante, sobre todo, al inicio de una relación. Probablemente sea el factor más importante. Sin embargo, si la relación dura, el deseo se vuelve menos significativo con respecto a otros aspectos, como pueden ser el compañerismo, compartir experiencias, o las preocupaciones mutuas, como el bienestar de los hijos. Aunque el deseo sexual se reduce con los años, no desaparece. Un amplio estudio de parejas —tanto casadas como en relaciones largas— mostró que entre el 20 y el 50 por ciento de los mayores de 75 años seguían manteniendo relaciones sexuales, al menos, una vez al mes».

Es el tiempo como escultor de la vida y de la memoria de los deseos y los sentimientos mientras surge otra pregunta: ¿Tiene límites el comportamiento sexual humano?

«El comportamiento sexual humano no tiene límites. Prácticamente todo puede ser un estímulo sexual. Hace muchos años, uno de mis compañeros estaba tratando a un hombre que estaba teniendo sexo con su coche. Su comportamiento parecía realmente extraño, y el caso se presentó en una reunión del departamento. Todos los psiquiatras y psicólogos que se concentraron en la sala de actos coincidieron en que el caso era excepcional. Pero desde entonces, Internet ha demostrado que estábamos muy equivocados. Hay varias páginas web sobre ‘arranque’. Normalmente, los fetichistas de los coches se masturban mientras presionan el acelerador para hacer que el motor ruja. No debemos imponer limitaciones artificiales a la sexualidad humana».

Pasadizos oscuros y pasadizos secretos conocidos por cada uno y otros latentes en hombres y mujeres. ¿O acaso hay diferencias entre una mujer y un hombre sobre cómo asume y vive el romanticismo cada uno?

«Sí, hay muchas diferencias entre hombres y mujeres con respecto a las relaciones y al romanticismo. Por ejemplo, los hombres tienden a experimentar envidia sexual mientras que las mujeres tienden a los celos emocionales. Los hombres preguntan cosas como ‘¿Te has acostado con él?’, mientras que las mujeres se inclinan por preguntas como ‘¿La quieres?’. Además, ellas son más cultas emocionalmente hablando que ellos —probablemente porque, debido a motivos evolutivos, tienen un papel más importante dentro del cuidado de los hijos».

Y a pesar de los desamores y experiencias no muy buenas, algunas personas tienden a repetir los mismos patrones sin que se sepa muy bien por qué. Y lo saben y lo reconocen pero caen una y otra vez como hacia un imán.

«La gente tiende a repetir patrones de comportamiento contraproducentes en todos los aspectos de sus vidas. Es muy probable que sea porque preferimos algo que nos resulte familiar a lo desconocido, incluso cuando sabemos que pueda ser potencialmente liberador. Siempre nos produce cierta ansiedad. Es como ser actor y subir al escenario sin haberse aprendido sus frases».

Sea cual sea el resultado de esa experiencia amorosa, hay un motivo que la dispara, la guía, la acompaña y se convierte en aliciente: la belleza, sea lo que sea esto para cada persona. Por eso cabe preguntar a un psicólogo que ha atendido a centenares de pacientes sobre el tema amoroso sobre qué es la belleza para él.

«La belleza está relacionada con la simetría. Es un indicio de buena genética. Antiguamente, los humanos tendían a sufrir deformaciones debido a infecciones parasitarias. Por lo tanto, una persona con una cara simétrica tendría, probablemente, un sistema inmune muy fuerte. Aparearse con ellos aumentaría la posibilidad de tener hijos fuertes y sanos».

Pragmatismo. Instinto. Lo más prosaico y menos romántico enraizado en el fondo del ser y determinando lo que supuestamente es una elección voluntaria estética. Pero, si la belleza es  importante a la hora de fijarse en otra persona, ¿por qué hay parejas en las que parece que uno de los dos es más bello que el otro?

«Las personas son complejas y tienen distintas necesidades. Por ejemplo, hay investigaciones que demuestran que la amabilidad se aprecia mucho en una pareja. Por tanto, un sujeto muy atractivo podría escoger a otro que no lo sea tanto porque él o ella es muy buena persona. Esto es preferible a una pareja atractiva pero desagradable».

Más misterios, porque algunos científicos, entre ellos físicos, consideran que el reconocer belleza en la asimetría es un estadio que supera el aprendizaje y admiración básica y elemental de la simetría.

«Hay algunas personas que no son guapas como tal, pero que resultan muy atractivas porque tienen caras interesantes. En las películas europeas, hay muchos más actores con ese tipo de cara que en las estadounidenses. El ideal de belleza de Hollywood se atiene a un tipo concreto de simetría. Sin embargo, aunque hay excepciones, en general, existe un amplio acuerdo con respecto a opiniones sobre estética. Incluso personas de distintas culturas parecen estar de acuerdo a la hora de ordenar sus preferencias».

En este reordenamiento juega un papel esencial el mundo digital como atajo hacia lo buscado. Sobre los principales efectos de esta era en el amor y su concepción en la sexualidad y en la pareja, Frank Tallis tiene un panorama realista donde aflora el narcisismo.

«Internet tiene consecuencias positivas y negativas en el amor. En algunos aspectos, las citas cibernéticas recuerdan al emparejamiento tradicional —el tipo asociado a los matrimonios concertados-. Aprenden cosas el uno del otro y deciden si son compatibles antes de conocerse. Los matrimonios concertados tienen mucho éxito porque las parejas se van conociendo poco a poco. Estas relaciones se construyen con bases más firmes que la atracción sexual. A pesar de ello, la mayoría de las influencias cibernéticas son negativas. El acceso a la pornografía ha hecho que mucha gente joven tema al sexo porque sienten que deben comportarse como estrellas del porno. Además, internet también ha creado la cultura del narcisismo. La vanidad es, sin duda, patológica y lleva a la soledad. Si uno se quiere demasiado, no le queda mucho que dar a los demás».

En la era del YO, de la mercantilización de los sentimientos y deseos, y de miles de opciones que parecen llevar a la confusión, la pregunta es si internet acabará con el romanticismo. Frank Tallis lo tiene claro:

«Internet ha hecho que ser infiel sea mucho más sencillo, sin duda. No obstante, esto no acabará con el romanticismo. Las infidelidades siempre han existido. Los hombres suelen hacerlo más que las mujeres, pero ellas también lo hacen. El patrón más común dentro del comportamiento sexual humano —al menos en Occidente— parece ser una monogamia en serie acompañada por infidelidades casuales. Shirley Glass, una psicóloga investigadora, descubrió que el 56 por cinto de los hombres y el 34 por ciento de las mujeres que habían sido infieles a sus parejas todavía catalogaban sus matrimonios de ‘felices’ o ‘muy felices’. Otro estudio demostró que solo el 36 por ciento lo había hecho por problemas en sus relaciones. Esto quiere decir que el otro 64 por ciento había engañado a sus parejas con el único motivo de querer tener sexo con otra persona. Este patrón de comportamiento siempre ha coexistido dentro de los ideales románticos».

Todo esto son teorías sobre el amor y sus estrategias para abrirse paso de acuerdo a las experiencias compartidas por sus pacientes. Lo dice Tallis en el libro: «El amor se considera el sistema de creencias mas importante en la psique occidental. Pero, ¿qué es el amor? ¿Y que quiere decir romantico?».

La respuesta, las respuestas, están en las historias narradas por Frank Tallis en El romántico incurable. Pura vida, llama y cenizas, soplos de resurrección a las cenizas; destellos que son la vida misma de muchas personas que crean universos paralelos a partir de un sentimiento que como el agua buscará una salida, liberarse y se filtrará y se saldrá con la suya aunque se agote en su misión y hace que el mundo no se detenga.

  • El romántico incurable. Historias de locura y deseo. Frank Tallis. Traducción de Claudia Casanova (Ático de los Libros).

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Winston Manrique Sabogal

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