Pilar Adón: “Por preguntas como dónde está la vida es por lo que escribimos libro tras libro”
La poeta, narradora, traductora y editora española logra en su novela 'De bestias y aves' una bella alegoría sobre la disyuntiva entre la vida real y la sentida e imaginada, la búsqueda interior, la incomunicación y el diálogo con la naturaleza. Una obra de gran estilo y atmósfera memorable
¿Dónde está la vida?
Todo empezó cuando era niña y hacía lo que más le gustaba: meterse en su habitación, sentarse en el suelo y dejarse llevar por la lectura durante horas y horas. Y también cuando por las noches las mujeres de la casa y del vecindario se reunían para hablar, mientras ella escuchaba la procesión de la vida en boca de esas mismas mujeres.
Son los albores de Pilar Adón (Madrid, 1971). Ecos de vida que empezó a compartir hace veinte años, en 2003, en la novela Las hijas de Sara (Alianza), que ahora afrontan un gran momento en De bestias y aves (Galaxia Gutenberg). Han pasado dos décadas en las que esta narradora, poeta, traductora y editora en Impedimenta, y abogada graduada, ha creado un universo vivo y sensorial donde la naturaleza ocupa un lugar esencial. Literatura con aires clásicos en la que conviven lo real, físico y visible con la irrealidad, lo imaginado y lo sentido. Historias en las que el espacio y el tiempo son uno solo, siempre en acción, en movimiento, en una atmósfera vívida donde nada es blanco y negro y flotan las preguntas. La extrañeza reina en su mundo hecho de muy buena literatura, palabras que acogen al lector.
Pilar Adón ha hecho un camino literario muy cuidadoso y sin estridencias, que la colocan, cada vez más, entre los escritores más notables de España. En su obra, fondo y forma son uno solo. De bestias y aves ha sido distinguida con los premios Francisco Umbral al Libro del año 2022 y de la Librería Cálamo categoría Otra Mirada 2022, y fue seleccionada como una de las cinco mejores novelas de 2022 para WMagazín.
¿Dónde está la vida de Pilar Adón?
Es hija o ahijada de esos momentos de infancia de lecturas de cuentos en soledad y del rosario de historias escuchadas en las noches rodeada de mujeres. Después de los libros de cuentos de toda la vida, pronto fue a dar con unos libros de Bruguera que regalaban con los tebeos: “Así leí, por ejemplo, Primer amor, de Turgueniev, que recuerdo de manera especial porque me emocionó mucho. Además, iba leyendo los libros que mi madre tenía en las estanterías del salón. En aquellas primeras lecturas, seguramente, no me enteré de nada, pero recuerdo que leí Cumbres borrascosas, Jane Eyre, Rebeca…”.
Después llegaron los autores que se convertirían en su referencia como Marguerite Duras, Paul Bowles, E. M. Forster, y, sobre todo, Virginia Woolf, fundamentales en su aprendizaje. “Luego vinieron Faulkner, Toni Morrison, Iris Murdoch, A.S. Byatt y Penelope Fitzgerald. Por todos ellos he sentido auténtica pasión en algún momento”, agradece esta escritora siempre amable y de voz serena y cálida.
Las temáticas, preguntas y rutas literarias de Pilar Adón confluyen en De bestias y aves. La novela narra un episodio clave de Coro, una pintora que trata de huir de su vida mientras conduce, hasta que se queda sin gasolina a las puertas de Betania, un lugar aislado habitado solo por mujeres que la acogen, o no la dejan salir, hasta que… Allí, en medio de la naturaleza, el viaje físico da paso al viaje existencial, al encuentro consigo misma y al reencuentro con la vida en una especie de tiempo sin tiempo en comunión con la naturaleza. Su lectura activa los cinco sentidos del lector en una prosa delicada y precisa con escenas que despliegan el escenario, ambientes distintos y sugieren preguntas. Una alegoría de la búsqueda, de la incomunicación. Y un homenaje y diálogo con Virginia Woolf.
Winston Manrique Sabogal. La pregunta que contiene todo en su caso, tanto de la novela como de su propia vida, se menciona en De bestias y aves cuando Coro se interroga dónde estaba la vida. Y le pregunto: ¿Dónde está su vida?
Pilar Adón. Es una de las cosas que Coro se pregunta en la novela porque ella está perdida. Dónde está su hogar, dónde está su hermana, dónde está su presente y dónde está la vida son reformulaciones de una misma inquietud. Dónde está la vida es algo que yo, como autora, me he preguntado en diversos textos. En un poema tengo unos versos que dicen algo así como: saber dónde está la calma / y no ir a buscarla. Entonces, la calma, la vida, la manera de dejar trascurrir el tiempo sin demasiado sobresalto, sin demasiadas sorpresas, son cuestiones que me planteo literariamente, y creo que, por extensión, existencialmente desde hace mucho tiempo. A veces pienso, y cada vez lo tengo más claro, que por preguntas como esta de dónde está la vida es por lo que escribimos, y por lo que escribimos libro tras libro. En prosa y en poesía.
W. Manrique Sabogal. ¿Está la vida más en los libros o en la vida real?
Pilar Adón. Como estamos hablando sobre temas que al final vienen a ser los mismos, el hogar de dónde venimos, qué es lo que hacemos aquí, todas estas preguntas bullen un poco en lo que yo escribo. Al final tengo la impresión de que cuando terminamos un libro, como esas respuestas no han llegado y esas preguntas no han sido satisfechas, empezamos el siguiente. Es la impresión que a mí me queda libro tras libro. Cada nuevo libro es como una necesidad de ir construyendo una casa. Ir cerrando habitaciones. Dónde está la vida en mi caso podría decir que está en los libros. Pero es una respuesta que, por un lado, parece un poco simple y, por otro lado, se me queda muy coja porque pienso ir más allá…
W. Manrique Sabogal. De bestias y aves plantea, también, cómo lo no real pero sentido son tan reales como la misma realidad. El amor, como lo han recordado muchos poetas y pensadores, es uno de esos casos donde lo sentido es tan real como la llamada realidad.
Pilar Adón. ¡Claro! Tengo otros versos que vienen a decir: No estar en la vida o algo así. Es un tema que me inquieta. El mundo de los libros es nuestro mundo. En mi caso, editora, escritora, traductora… Si me tengo que preguntar eso pues digo que mi vida está en los libros, pero luego pienso: ¿Y la vida… la vida con mi familia, con mis amigos, salir a la calle más allá de la habitación donde estoy todo el día escribiendo…? ¿Eso dónde queda? Porque podríamos entrar en una conversación eterna y decir que la vida está en los libros y lo demás también es la vida, pero es otra cosa, ¿no?
Lo dicen también los familiares de los escritores, que muchas veces los escritores estamos y no estamos; y esa sensación de que hay cosas que me pierdo.
En el caso de Coro sí que es cierto que ahí se ve muy clara esa disyuntiva entre lo que es la vida, digamos, de la imaginación, la vida de lo irreal, la vida de ese mundo en el que entra una vez cruza la verja de Betania, y lo que es la vida, que es difícil utilizar este término, pero vamos a decir su vida real que es la pérdida de su hermana, el dolor que eso causó, lo que queda fuera en el pasado.
W. Manrique Sabogal. Aunque usted logra crear para Coro un refugio mental donde conviven esos dos elementos sin conflicto entre ellos, tras una metamorfosis.
Pilar Adón. En el caso de la novela no hay conflicto. Yo soy la autora y decidí que quería salvar a mi personaje. Quería hacer que al final los dos mundos tan auténticos, como tú estás mencionando de la realidad y del irrealismo, como ha dicho alguien, que me parece una palabra maravillosa para definir esta novela, se fusionaran y fueran totalmente compatibles.
En ese otro tema que me interesa mucho, el de la realidad de lo que imaginamos, ahí sigo revelándome. Está muy bien lo que nosotros como creadores decimos muchas veces, y yo lo he dicho, de que tengo la sensación de que conozco mejor a mis personajes o a los personajes de las novelas que he leído que a mucha gente real que conozco.
W. Manrique Sabogal. Hay una simbiosis de los dos mundos.
Pilar Adón. ¿Pero esto hasta qué punto no es una elaboración mental, también un autoengaño? También, un fruto de nuestra querencia y de nuestra imaginación porque somos escritores y porque nos dedicamos a la literatura. Creo que, a veces, cuando estamos escribiendo y estás totalmente metido en tu historia y entregada a tus personajes, enamorada de tus personajes, de repente hay algo en tu cabeza que hace clic, y dice: ¿Y tus padres, y tus hermanos, y tu familia, y tus amigos y, la realidad, y tu pareja? Eso es complicado. A mí, últimamente, me está resultando complicado. Antes no, pero ahora ya siendo mayor sí.
W. Manrique Sabogal. En la literatura algunos personajes están tan bien construidos que parecen formar parte de nuestro círculo y forman parte de nuestra memoria.
Pilar Adón. Sí, es un tema apasionante. Al final, estoy totalmente de acuerdo con lo que dices; lo que pasa es que en un momento dado Ana Karenina no te puede dar un abrazo, ni ninguno de los maravillosos personajes de Virginia Woolf pueden estar a tu lado en un momento de insomnio, bueno puedes leerlo, pero…
Últimamente me estoy planteando ciertas circunstancias porque yo quise ser escritora desde muy pequeña muy pequeña, porque fui lectora desde muy niña. Cuando no había publicado nada, una de las cosas que realmente me atraía mucho de ser escritora era lo que yo imaginaba que eran los escritores. Sobre todo, me atraía mucho el hecho de estar sola, estar sola con mis textos, estar sola con mis libros, no tener que formar parte de un equipo, no tener jefes… Siempre he sido una persona de una amiga para mí, la mejor amiga siempre era algo muy, muy importante; no tengo idea por qué, ya que en mi casa todo el mundo siempre ha sido muy sociable. Ahora, pasado el tiempo, me sigue interesando estar sola en mi habitación escribiendo, pero sí que valoro mucho saber que hay gente, y que hay gente que me quiere. Esto puede deberse a que cuando yo era pequeña, afortunadamente, tenía a mis padres, tenía una abuela, solo conocí una abuela…
W. Manrique Sabogal. ¿Abuela materna o paterna? ¿Cómo se llamaba?
Pilar Adón. Abuela paterna. Se llamaba Julia. Tenía un núcleo familiar muy extenso del que yo huía, pero últimamente la pérdida de personas muy próximas y muy queridas, y a las que echo muchísimo de menos, me está enseñando a valorar lo que antes no valoraba tanto.
W. Manrique Sabogal. En la novela se dice que somos fruto de la tierra, hay una gran comunión del personaje y toda la novela con la naturaleza: agua, follaje, aves, viento, sonidos, luz… ¿Cómo armoniza todo ese mundo natural con el existencial de Coro?
Pilar Adón. Volvemos a lo que tú apuntaste al principio: es una novela muy sensorial. Esa fusión viene mediante los sentidos porque ella es una mujer que está absorbida por ella misma. Si tuviéramos que hacer un dibujo inicial de Coro sería un dibujo de su interior. Está hacia adentro. Cuando llega a Betania no tiene más remedio que echarse hacia afuera. Ahí entran en juego los sentidos, entra en juego el oído, la vista, el tacto, todo lo que la rodea que es la naturaleza, y se apodera de ella…
Entonces, la fusión de realidades, por decirlo de alguna manera, la realidad auténtica y la imaginada, se logra, también, gracias a la fusión de su cuerpo y de su interior con la naturaleza. Esto es algo que me gusta mucho tratar en lo que escribo, en prosa y poesía, el tema de la naturaleza como algo que no nos es ajeno, no nos es extraño; lo extraño es que vivamos de espaldas a la naturaleza, eso es lo que me resulta absolutamente absurdo y perjudicial.
W. Manrique Sabogal. Como en la naturaleza, en sus novela y relatos siempre hay algo en movimiento, personas, pensamientos, cosas, algo. Y en De bestias y aves el espacio y el tiempo están fusionados y en movimiento.
Pilar Adón. Es una manera de hacer evolucionar al personaje. Podría parecer por el ritmo de la novela, por la manera que tengo de escribir, la manera de ir formando las frases, de ir introduciendo al lector en este proceso de cambio de Coro y de aceptación que parece que no suceden muchas cosas, pero en realidad sí que suceden. Porque es pensamiento en acción, ella va modificando su manera de ver las cosas, la realidad propia y la realidad exterior. Ese pensamiento se va mostrando, precisamente, mediante la naturaleza y sus cambios.
W. Manrique Sabogal. La prensa se ha fijado mucho en la presencia del agua con toda su simbología. Pero hay otra presencia que me parece más interesante: la luz. La luz desde la misma palabra escrita, hasta sus mil formas de manifestarse: destellos, reflejos en el agua, en la mirada de Coro, en el atardecer…
Pilar Adón. Sí, sí… Además, Coro es pintora. Lo que dices de la luz está vinculado con el personaje. Quería que mi protagonista fuera creadora, no quería que fuera escritora, pero sí quería que fuera una persona obsesionada con su trabajo, muy perfeccionista, muy volcada hacia adentro.
W. Manrique Sabogal. Hay pasajes de la novela que me recordaron los cuentos de Dylan Thomas. Sus personajes, sus paisajes como protagonistas, una presencia invisible que da vida a una atmósfera viva, singular.
Pilar Adón. Para mí la atmósfera, el cómo se cuenta, es casi más importante que el qué se cuenta. Crear la atmósfera, hacer que el lector entre en esa atmósfera y entre en el pacto ficcional, se deje llevar y confíe en mí como autora y confíe en lo que le voy a contar, para todo eso la creación de la atmósfera es esencial. Dentro de un tiempo, cuando quienes hayan leído De bestias y aves o Las efímeras quizá no se acuerden de cómo se llamaban los personajes, o los lugares, pero sí la atmósfera, el pozo que deja la luz, lo que tú decías…
W. Manrique Sabogal. Es su mundo físico-real, de irrealidad y sensorial.
Pilar Adón. Eso se queda y forma parte de esta atmósfera que planteas. Obra tras obra, tras obra, se va creando con esta sensación que nos queda de no haber acabado la casa y de tener que seguir con otra novela, con otro cuento para generar esa atmósfera. Cuando termino una novela ya estoy pensando en la siguiente, o empiezo la siguiente para no salir de ese hogar que para mí es la literatura. Yo me demoro mucho en los finales y en los finales, como apuntabas, esa atmósfera pega el gran estallido.
W. Manrique Sabogal. De ese espacio-tiempo que crea surge esa ambigüedad a lo Otra vuelta de tuerca, de Henry James, que no se sabe qué es lo bueno o lo malo con claridad, o de dónde procede.
Pilar Adón. Sí. Cada personaje tiene distintas facetas. Por eso creo que me enamoro muchísimo de ellos, y me interesa que mis personajes no sean de cartón piedra, o lo que tú dices buenos o malos, sino que, en un momento dado, te puedes sorprender. Es algo que pasa en la vida. En ese sentido me sigo considerando, es que no sé si utilizar la palabra ingenua, pero no me gusta tener elementos ya preconcebidos, pensamientos estáticos. Según voy creciendo me voy haciendo más flexible mentalmente.
W. Manrique Sabogal. La capacidad de sorpresa, no perder la curiosidad que es la propia belleza de la vida. ¿Dónde está la vida?
Pilar Adón. Un sinónimo de lo que estamos hablando, de la capacidad de asombro, es la curiosidad del ser humano que nos mueve. Hace que busquemos más allá, hace que busquemos y seamos exploradores de nuestro propio planeta y más allá. Y nosotros como escritores, como lectores, como poetas, ¿qué es lo que nos mueve al final? La curiosidad. La curiosidad de saber qué hay dentro de nosotros mismos. Este fenómeno cambiante que somos nosotros mismos de pensamiento, dónde está la vida, dónde estamos, dónde queremos estar, etcétera, y aprender más allá de lo que nos pueden enseñar los demás. Hace poco pensaba que como escritora, cuando empecé a escribir, hace ya tiempo, como que escribía o reflejaba lo que quería hacer. Ahora escribo más sobre lo que he sido, sobre lo que soy, sobre lo que he pensado, sobre lo que pienso… Es curioso…
Unos temas presentes en sus otras dos novelas, aparte de esta De bestias y aves, Las efímeras (Galaxia Gutenberg, 2015) y Las hijas de Sara (Alianza, 2003); en la novela corta Eterno amor (Páginas de Espuma, 2021). En los cuentos La vida sumergida (Galaxia Gutenberg, 2017), El mes más cruel (Impedimenta, 2010) y Viajes inocentes (Páginas de Espuma), por el que obtuvo el Premio Ojo Crítico de Narrativa 2005. En los poemarios La hija del cazador (2011), Mente animal (2014), Las órdenes (Premio Libro del Año 2018 del Gremio de Libreros de Madrid) y Da dolor (2020) todos publicados en La bella Varsovia.
- De bestias y aves. Pilar Adón (Galaxia Gutenberg).
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