Ana Blandiana, Marjane Satrapi y Michael Ignatieff o la defensa de la libertad, la igualdad y la democracia
Claves del pensamiento y la obra de la poeta rumana, la historietista iraní y el intelectual canadiense, tres de los ganadores de los Premios Princesa de Asturias 2024. Desde diferentes expresiones creativas denuncian errores del mundo y abogan por una sociedad en mejor armonía
La rumana Ana Blandiana, la iraní Marjane Satrapi y el canadiense Michael Ignatieff son tres autores contemporáneos que desde diferentes ámbitos de la creación, la poesía, la novela gráfica y la reflexión política, respectivamente, contribuyen a que conozcamos el mundo contemporáneo, a la vez que dotan a la gente de elementos para afrontarlo y mejorarlo. Los tres han sido distinguidos con los premios Princesa de Asturias 2024: Blandiana el de las Letras, Satrapi el de Comunicación y Humanidades e Ignatieff el de Ciencias Sociales.
WMagazín da algunas claves de sus obras que abogan por la igualdad, la libertad, el respeto, la responsabilidad y la democracia:
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Ana Blandiana
“Lo primero que puedo decir acerca de la metáfora es que fue el arma más eficaz en contra de la censura. Es una comparación entre dos términos donde uno está ausente. Entonces el poeta produce el primer término y el lector tiene que completar el segundo. Se puede decir que la poesía nace a mitad de camino entre el poeta y el lector y por eso se podía engañar a la censura, porque la censura nunca encontraba esa mitad, no podía ni pasar por debajo de la censura o por encima de la censura. Por eso en las épocas más duras de la dictadura la poesía tendía al lugar de todo aquello que no se podía expresar: la historia, la religión, la filosofía… Como no podían expresarse abiertamente la poesía suplía esta incapacidad de todas ellas”.
La metáfora siempre ha acompañado a Ana Blandiana (Timisora, Rumanía, 1942) como lo dijo en una entrevista a WMagazín en 2019. La poeta rumana fue distinguida con el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2024 por ser “heredera de las más brillantes tradiciones literarias, al tiempo que una creadora radicalmente singular. Su escritura, que aúna transparencia y complejidad, plantea preguntas fundamentales sobre la existencia del ser humano, en soledad y sociedad, ante la naturaleza y la historia. Ha mostrado con su poesía indómita una capacidad extraordinaria de resistencia frente a la censura”.
Nacida como Otilia Valeria Coman, la verdad de la vida y de su destino se le reveló en cuando tenía 17 años. En aquel 1959 publicó el poema Originalidad y las voces del gobierno rumano empezaron el cerco de prohibiciones al advertir que se trataba de “la hija de un enemigo del pueblo”. Su padre fue comandante en la Segunda Guerra Mundial, tras la cual se hizo sacerdote ortodoxo y profesor de instituto, hasta que fue acusado de conspiración contra el estado y condenado a varios años de prisión. Desde entonces la poeta utilizó el seudónimo de Ana Blandiana tomando como apellido el nombre del pueblo natal de su madre y Ana por la sonoridad circular de la rima.
Su historia, la de su padre, la de su país, la de Europa y la de la libertad se fundieron en su creación. Fue leída a escondidas y sus textos pasados de mano en mano por culpa de dos dictadores: Gheorghe Gheorghiu-Dej entre 1947 y 1964 y Nicolae Ceausescu entre 1964 y 1989.
Los poemas de Blandiana, según Viorica Patea, “están cargados de referencias al Cantar de los Cantares, al Orfeo y Eurídice de Rilke, o al mito rumano de un joven fabuloso que enamora a las jóvenes doncellas, y a la balada Miorita en la que un pastor al enterarse de que existe un complot en contra suya, en vez de rebelarse ante el destino, proyecta su muerte en unas nupcias cósmicas. (…) Es un poema sobre el amor como delirio místico, que constituye al mismo tiempo una reflexión acerca del milagro de la creación poética”.
Uno de sus poemas más bellos es Quién de nosotros:
Cuando te marchas
No sé quién de los dos se ha ido,
Y cuando tiendo la mano
No sé si no me busco
A mí misma,
Cuando te digo: te quiero,
Ya no sé si me lo estoy diciendo a mí misma,
Y me da vergüenza. (…)
Hace mucho, recuerdo que
Éramos dos,
Recuerdo cómo nos cogíamos de la mano…
¿Cuál de los dos fue vencido?
¿Quién pudo permanecer?
¿Ese único cuerpo es el tuyo
O el mío?
Siento tanta añoranza
¿De quién?
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Marjane Satrapi
En el año 2000, Marjane Satrapi (Irán, 1969) se hizo universal al narrar en imágenes su infancia y adolescencia bajo el régimen de los ayatolás, que incluye la Revolución Islámica de 1979. Lo hizo en la novela gráfica Persépolis, al año siguiente, en 2001, publicó el segundo volumen, y los años siguientes los tomos 3 y 4. Con este y otro libros denuncia el régimen y las condiciones de su país y aboga por los derechos e igualdades de las mujeres y las minorías.
Son algunos de los motivos por los que esta historietista, directora de cine y pintora obtuvo el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades al ser “una voz esencial para la defensa de los derechos humanos y la libertad. Satrapi es un símbolo del compromiso cívico liderado por las mujeres. Por su audacia y producción artística, está considerada una de las personas más influyentes en el diálogo entre culturas y generaciones”.
Marjane Satrapi ha vivido desde muy joven en varios países. “En 1983, condicionados por el extremismo de la Revolución de 1979, sus padres la enviaron a Viena para finalizar sus estudios en el Liceo Francés de la capital austriaca. Más tarde regresó a Teherán e ingresó en la escuela de Bellas Artes, pero, en 1994, antes de graduarse, se mudó a Francia. Estudió en la Escuela de Artes Decorativas de Estrasburgo y, posteriormente, se trasladó a París”, recuerda la Fundación Princesa de Asturias.
Persépolis es, según varios especialistas, una de las mejores novelas gráficas jamás publicada: “pocas obras han tenido tal capacidad para calar en la cultura pop y, al mismo tiempo, ser uno de los mejores relatos históricos de nuestro tiempo”.
La novela obtuvo, en 2000, el Premio Angoulême Coup de Coeur al mejor autor revelación del Festival de Angulema. En 2001 el segundo volumen recibió, también en Angulema, el premio al mejor guion. En 2007 se unió a Vincent Paronnaud para convertir el cómic en película de animación. La adaptación logró el Gran Premio de la Crítica en el Festival de Cannes en 2007 y el Premio César al mejor guion adaptado en 2008, además de ser nominada a mejor película de animación en los Oscar de 2008.
Otras de sus obras destacadas son Broderies (2003) (Bordados, 2004) y Poulet aux prunes (2004) (Pollo con ciruelas, 2005), que también fue adaptada al cine en 2011. En 2023 coordinó el libro Femme, vie, liberté (Mujer, vida, libertad), en el que —junto con el politólogo Farid Vahid y el historiador Abbas Milani, ambos iraníes, y el reportero francés Jean-Pierre Perrin, además de un grupo internacional de diecisiete autores de cómic (entre ellos varios iraníes y los españoles Patricia Bolaños y Paco Roca)— ilustra las revueltas producidas en Irán a partir del asesinato, en 2022, de Mahsa Amini a manos de la llamada «policía de la moral», y denuncia la represión y la falta de derechos humanos que, según Satrapi, sufre la sociedad iraní, muy especialmente las mujeres, por culpa del régimen. La versión en persa de este libro está accesible en línea de forma gratuita para todos los iraníes.
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Michael Ignatieff
“Vivir con esperanza, en la actualidad, exige a veces un sano escepticismo ante el fatalismo atronador que nos llega desde los portales de todos los medios de comunicación. (…) El consuelo es un acto de solidaridad en el espacio —acompañar a los afligidos, ayudar a un amigo en un momento difícil—, pero también es un acto de solidaridad en el tiempo: recurrimos a los muertos para extraer el sentido de las palabras que dejaron. (..) Resignarse a la vida es darse por vencido, renunciar a cualquier esperanza de que pueda ser diferente. Reconciliarse con la vida, en cambio, nos permite mantener la esperanza en lo que pueda deparar el futuro. Para reconciliarse hay que hacer primero las paces con nuestras pérdidas, derrotas y fracasos. Reconciliarse es aceptar esas pérdidas, aceptar lo que nos han hecho y creer, a pesar de todo, que no tienen por qué marcar nuestro futuro ni frustrar las posibilidades que nos quedan”.
Estas palabras de Michael Ignatieff (Canadá, 1947) forman parte de uno de sus libros más recientes, En busca de consuelo. Vivir con esperanza en tiempos oscuros (Taurus) donde condensa buena parte de sus intereses personales e intelectuales. Un tema transversal en su intensa y polifacética vida profesional que lo hicieron merecedor del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales. Su obra, según el jurado, “se extiende desde el estudio de la historia y la filosofía hasta el ejercicio del periodismo y la política, se caracteriza por aplicar la reflexión crítica a los grandes conflictos políticos de nuestro tiempo. En su obra, el análisis de los problemas políticos concretos se hace siempre desde las exigencias normativas propias de los sistemas democráticos. El resultado es una original mezcla de realismo político, humanismo e idealismo liberal, donde los valores de la libertad, los derechos humanos, la tolerancia y la salvaguarda de las instituciones son su preocupación fundamental. La aportación de este autor constituye una referencia imprescindible para orientarnos en un presente tan cargado de conflictos bélicos, polarización política y amenazas a la libertad”.
Su defensa de los valores y derechos humanos fundamentales y universales la realiza a través de sus libros, artículos y programas de televisión, que “han aportado ideas para la superación de las diferencias étnicas y religiosas y la búsqueda de valores comunes dentro del contexto de la globalización, el esclarecimiento de las consecuencias de la revolución tecnológica, el análisis de los conflictos morales frente al relativismo cultural y la oposición a los nacionalismos violentos, entre otros temas”, recuerda la Fundación Princesa de Asturias.
Una mirada clave de Michael Ignatieff sobre la política está en su libro Fuego y ceniza. Éxito y fracaso en política (Taurus):
“Lo primero que debes saber cuándo entras en política es por qué lo haces. Nos sorprenderíamos al saber cuánta gente entra en política sin ser capaz de ofrecer una razón convincente de por qué. Sin embargo, por qué es la primera pregunta que te harán los votantes, la prensa y tus rivales, y tu éxito o tu fracaso dependen de tu respuesta. La verdad puede consistir en que quieres liderar al país porque el cargo conlleva un avión, una casa, un grupo de funcionarios a tu disposición y un equipo de seguridad personal que incluye a hombres y mujeres armados y con audífonos. La verdad puede consistir en que anhelas el poder y disfrutas de la emoción de tener el destino de las personas en tus manos. Deseas ser famoso, figurar en los libros de Historia, que los colegios lleven tu nombre y que tu retrato cuelgue en lugares ilustres. Puede que desees ajustar cuentas con tu pasado y vengarte de aquellos que te aseguraron que nunca llegarías a nada.
Sin embargo, a uno no se le pasa por la cabeza decir nada de esto. La candidez no está muy bien recompensada en el mundo de la política. Lo que uno dice —siempre— es que quiere cambiar las cosas y que la experiencia le faculta para abordar la tarea. Estos circunloquios constituyen las reglas de comportamiento de la democracia, el tributo rendido a la soberanía popular. Los propios ciudadanos pueden sospechar que el cambio que deseas hace referencia a tu propia vida y no a la suya, pero quieren escuchar que estás ahí por ellos”.
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