Anne Carson da las gracias y pide comprar la ganga del verdadero amor que corre hacia cada uno
La poeta canadiense recibe el Premio Princesa de Asturias de las Letras con un discurso en vídeo alrededor de la palabra Gratitud y regala un poema interactivo. WMagazín publica su discurso completo
Presentación WMagazín La canadiense Anne Carson es una de las grandes poetas contemporáneas cuya creación surje de otear el pasado y el presente, o de enriquecer el presente con el pasado, o de recordarnos que somos parte de un camino y de un diálogo continuo con lo creado por el ser humano. Lo recordó este 16 de octubre de 2020 en la ceremonia de entrega del Premio Princesa de Asturias de las Letras, en Oviedo (España), a través de un vídeo que envió desde Canadá. Unas palabras breves que trazan un retrato de su sensibilidad, observación y análisis y capacidad de juntar tiempos y sorprender de la manera más sencilla al dejar que las últimas palabras de su discurso las pronunciaran los asistentes al acto para que se juntarán, como ella pedía, en algún lugar del ciberespacio.
Sobre por qué Anne Carson fue distinguida con este galardón lo expresó así el jurado:
«En los distintos ámbitos de su escritura, Anne Carson ha alcanzado unas cotas de intensidad y solvencia intelectual que la sitúan entre los escritores más destacados del presente. Desde el estudio del mundo grecolatino ha construido una poética innovadora donde la vitalidad del gran pensamiento clásico funciona a la manera de un mapa que invita a dilucidar las complejidades del momento actual. Su obra mantiene un compromiso con la emoción y el pensamiento, con el estudio de la tradición y la presencia renovada de las Humanidades como una manera de alcanzar mejor conciencia de nuestro tiempo».
El siguiente es el discurso completo y el vídeo de Anne Carson:
"La gracia es siempre recíproca. Va y viene entre el que da y el que recibe, igual que una luz o un sonido"
Por Anne Carson
Cuando crucé España a pie en 1983 desde los Pirineos franceses hasta la ciudad de Santiago de Compostela, deteniéndome en todos los lugares de peregrinación a lo largo del camino, noté una cosa en particular acerca de los españoles: que no eran de sonrisa fácil. El rostro español es un rostro serio, un rostro severo; no sonríe sin una razón para hacerlo. Hasta que me acostumbré a ello, me preocupaba todo el tiempo estar haciendo algo mal. Los rostros norteamericanos, como saben, sonríen continuamente, con todos los dientes, sin motivo alguno. Pero una sonrisa española es difícil de ganar.
Por eso es de especial importancia para mí que hayan elegido sonreírme hoy con la entrega de este asombroso y extraordinario premio, auspiciado por la Princesa de Asturias. Quería expresar mi gratitud y también decir algo sobre la gratitud, porque es una palabra interesante.
‘Gratitude’, en inglés, está emparentado con gracias en español, que deriva del latín gratia, que a su vez proviene del griego antiguo kharis. Por lo general, se traduce como ‘gracia’ o ‘favor’. La gracia es tanto objetiva como subjetiva: tanto el favor otorgado como la gratificación que siente el receptor. En otras palabras, la gracia es siempre recíproca. Va y viene entre el que da y el que recibe, igual que una luz o un sonido.
Los poetas griegos antiguos también usaban kharis en plural como Kharites, o las ‘Gracias’, esas diosas que confieren a los seres humanos el favor de inspirarles obras de poesía, música y canto. Personificaban la cualidad especial o el resplandor que brilla en una obra de arte y que tiene su efecto sobre nosotros, cambiando tal vez nuestro día o nuestra vida. La gracia va y viene entre el creador de una obra de arte y su audiencia como entre el que da y el que recibe un regalo. Ninguno podría existir sin el otro. Así que les agradezco profundamente esta gracia que hemos intercambiado entre nosotros.
Y, con el fin de consolidar nuestra nueva relación de gracia, me gustaría realizar para ustedes, y con ustedes, un pequeño poema. Es un poema interactivo, lo que significa que yo digo una parte y ustedes dicen una parte y las dos se unen, en algún lugar del ciberespacio, para dar forma a un pequeño significado.
Así que, aquí está su parte. Ustedes han de decir: “¡Comprémoslo! ¡Qué ganga!” cuando les indique. Contaré hasta tres para que puedan practicar.
(«¡Comprémoslo! ¡Qué ganga!”)
¿De acuerdo? Recuerden su estrofa.
Charla breve sobre la sensación del despegue de un avión.
Bueno, ya saben, eso podría ser el verdadero amor corriendo hacia mi vida con los brazos en alto gritando…
(«¡Comprémoslo! ¡Qué ganga!”)
Gracias y buenas noches.
Puedes ver el vídeo de la lectura de Anne Carson en este enlace.