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El psicoanalista suizo Carl Gustav Jung (1875-1961), autor de ‘Los libros negros’ (El hilo de Ariadna). /WMagazín

Carl Jung: ‘Los libros negros’, que arrojan su luz sobre su cosmogonía, se editan en español

Se trata de siete volúmenes inéditos en nuestro idioma, escritos entre 1913 y 1932. Son textos íntimos del psicoanalista suizo que fueron el inicio de su autoexperimentación, que llamó la “confrontación con su alma”. WMagazín publica un pasaje de la introducción

Presentación WMagazín Por primera vez se edita en español una de las obras fundamentales de Carl Gustav Jung (Suiza, 1875-1961), uno de los pioneros de la psicología profunda y uno de los estudiosos con más prestigio e influencia en este campo: Los libros negros (El Hilo de Ariadna). Con la introducción de su editor Sonu Shamdasani y obras figurativas de Jung, se trata de siete volúmenes de escritos íntimos de Jung que fueron el inicio de la autoexperimentación y de su cosmología personal.

Carl Jung, que fue colaborador de Sigmund Freud en sus comienzos, creó un espacio propio que se aprecia en estas páginas y que permiten ver no solo sus inicios en este ámbito, sino su evolución, dudas y preguntas. La traducción española es a cargo de Bernardo Nante y el mismo equipo de traductores de El libro rojo.

“En 1913 C.G. Jung inició una autoexperimentación única que llamó la “confrontación con su alma”: un involucramiento con sus fantasías en estado de vigilia, cuyo registro llevó a cabo en una serie de cuadernos a los cuales se refirió como Los libros negros”, recuerda la editorial El Hilo de Ariadna. Estos escritos íntimos, añade el sello argentino, “arrojan luz sobre la posterior elaboración de la cosmología personal de Jung y sus intentos de incorporar los insights de su autoinvestigación a su vida y sus relaciones personales. El libro rojo hizo uso del material recopilado entre 1913 y 1916, pero Jung continuó llevando adelante sus cuadernos de manera activa por varias décadas más.

Esta colección incluye el ensayo de Sonu Shamdasani (con una selección de vibrantes obras figurativas de Jung) y tanto en la versión facsimilar como en la traducción de cada cuaderno, Los libros negros ofrecen un portal único hacia la mente de Jung y los orígenes de la psicología analítica.

“A trece años de la publicación de El libro rojo de Carl Gustav Jung –que ha marcado sin duda una nueva apertura espiritual en el siglo XXI– El hilo de Ariadna tiene la alegría de editar Los libros negros en español como una fuente de inspiración para la profundización en el alma humana. Si la publicación de El libro rojo fue sincrónica con una acuciante crisis de sentido en el mundo contemporáneo, se advierte que hoy la situación de una epidemia psíquica a escala planetaria resulta más manifiesta aun”.

“El mensaje de Jung, surgido de las entrañas de su propia vivencia, tiene la potencia de transmitir cuál es el punto neurálgico de nuestra existencia: el ser humano tiene la misión de sumergirse en la oscuridad para liberar la luz encubierta en las sombras. Desde esta perspectiva, la denominada muerte de Dios, la desacralización del mundo en la destrucción ambiental y la enajenación en el hipnotismo tecnológico son los síntomas de la pérdida del alma. Una frase nos interpela con implacable vigor en Los libros negros: “Tú eres en Dios cuando tú eres en ti mismo”. El extraordinario legado de la obra de Carl Gustav Jung revela su clave principal en este libro visionario, en el que se despliega el proceso del renacimiento de la imagen de Dios en el alma.

El siguiente es un pasaje del ensayo del especialista Sonu Shamdasani sobre Los libros negros, de Carl G. Jung:

'Los libros negros'

Hacia una ciencia visionaria: los diarios de transformación de Jung

Por Sonu Shamdasani

Preludio

En 1935 Jung dijo: “Existe un punto alrededor de los 35 años cuando las cosas empiezan a cambiar, es el primer momento del lado sombrío de la vida, del descenso hacia la muerte. Es claro que Dante encontró este punto y aquellos que hayan leído el Zaratustra sabrán que Nietzsche también lo descubrió.

Cuando llega este punto de quiebre la gente lo enfrenta de modos diferentes: algunos se alejan de él; otros se lanzan hacia él; y a otros les sucede algo importante desde el exterior. Si no vemos nada, el Hado lo hace por nosotros”. En 1913 se había establecido como una de las figuras principales de la psiquiatría europea y era el presidente de la creciente Asociación Psicoanalítica Internacional. Como relató en Liber Novus, “había alcanzado todo lo que alguna vez había deseado. Había alcanzado fama, poder, riqueza, saber y toda la felicidad humana. Entonces cesó mi anhelo por el acrecentamiento de esto bienes, el deseo retrocedió en mí, y me sobrevino el horror”. Había llegado a un punto de quiebre que habría de transformar su vida y obra. De este modo Jung se convirtió en Jung, y la psicología analítica emergió como psicología general y como escuela de psicoterapia.

Esta transformación tuvo lugar mediante la exploración de la imaginación visionaria trazada en Los libros negros, de 1913 a 1932. Estos no son diarios personales, sino los registros de una autoexperimentación única que Jung llamó su “confrontación con su alma” y su “confrontación con lo inconsciente”. En ellos no registró ocurrencias del día a día o eventos exteriores, sino sus imaginaciones activas, representaciones de sus estados mentales y reflexiones sobre ellas. A partir de las fantasías allí contenidas compuso entre 1913 y 1916 el Borrador de Liber Novus, El libro rojo, el cual luego transcribió en un volumen caligráfico, ilustrado con pinturas. Las pinturas de 1916 en adelante presentes en El libro rojo están relacionadas con las exploraciones continuas de Jung en los últimos Libros negros. De este modo, Liber Novus y Los libros negros están estrechamente entrelazados. Los libros negros abarcan el antes, el durante y el después de Liber Novus.

Liber Novus nació de Los libros negros. Incluye la meditación de Jung sobre sus fantasías entre 1913 y 1916, y su comprensión de la importancia de sus experiencias hasta ese momento. Desde el punto de vista de Jung, su empresa no pertenecía solo a él, sino también a los demás. Llegó a considerar sus fantasías como emergiendo de una capa mitopoiética general de la psique, que denominó lo inconsciente colectivo. A partir de los diarios de una autoexperimentación se creó una obra psicológica bajo una forma literaria y teogónica. La exploración continua de su imaginación visionaria en Los libros negros desde 1916 traza el progreso de su comprensión y demuestra cómo pretendía desarrollar y extender los insights que había obtenido y encarnarlos en la vida.

 

Interior de una reproducción de los cuadernos de Jung en ‘Los libros negros’, de Carl Jung (El hilo de Ariadna). / Foto de Alejandro Guyot

Al mismo tiempo, permite comprender sus pinturas de 1916 en adelante en el contexto de la evolución de la iconografía de su cosmología personal. Dada la intersección de Los libros negros y Liber Novus, en particular entre 1913 y 1916, esta introducción recapitula inevitablemente, de manera reelaborada y expandida, algunas secciones de la introducción a Liber Novus, ahora abordadas desde un ángulo diferente, en tanto ambas obras emergen de un contexto y comparten su cronología. La presente introducción se concentra más en el despliegue de la autoexperimentación visionaria de Jung y provee una contextualización más completa del período tardío, de 1916 a 1932. De manera similar, varias notas de la edición de Norton de 2009 de Liber Novus se reproducen en la primera parte de esta edición. A principios del siglo XX no era inusual que una obra se expandiera y rehiciera a través de varias ediciones. Varias publicaciones centrales de Jung, como La psicología de los procesos inconscientes, son ejemplos palmarios de ello. Esta introducción forma parte de ese género.

La intoxicación de mitología

Vocatus atque non vocatus, deus aderit: invocado o no, Dios estará presente. En 1908 Jung hizo tallar este proverbio en el portal de la casa que había construido en Küsnacht, sobre la orilla superior del Lago de Zúrich. Esta sentencia era del oráculo de Delfos, reproducida en el Collectanea adagiorum, proverbios de autores clásicos registrados por Erasmo, humanista del Renacimiento neerlandés. Jung colaboró estrechamente en los planos de su casa. El año siguiente renunció a su puesto como médico jefe en el hospital Burghölzli para dedicarse a su consultorio en crecimiento y a sus intereses de investigación. Mantuvo su puesto como profesor en la facultad de medicina, donde continuó dando cursos sobre psicología de lo inconsciente y psicoanálisis.

Su retiro del Burghölzli coincidió con un cambio en sus intereses de investigación hacia el estudio de la mitología, el folclore y la religión, y Jung montóuna enorme biblioteca privada de obras académicas. Estas investigaciones culminaron en Transformaciones y símbolos de la libido, publicado en dos entregas, en 1911 y 1912. Esto significó el regreso a las raíces intelectuales de Jung y a sus preocupaciones culturales y religiosas. La labor mitológica le resultaba apasionante e intoxicante. “Me parecía que estaba viviendo en un manicomio creado por mí”, recordaba en 1925. “Me ocupé de todos estos personajes fantásticos: centauros, ninfas, sátiros, dioses y diosas como si fueran pacientes y los estuviera analizando. Leo un mito de los griegos o los negros como si un lunático me estuviera contando su anamnesis”. Al final del siglo XIX se vio una explosión de erudición en las disciplinas fundadas recientemente de religión comparativa y etnopsicología. Los textos primarios fueron compilados y traducidos por primera vez, y sometidos a la erudición histórica en colecciones tales como Sacred Books of the East de Max Müller. Para muchos estas obras representaron una relativización importante de la cosmovisión cristiana.

En Transformaciones y símbolos de la libido, Jung diferencia entre dos tipos de pensamiento. Tomando el ejemplo de William James, entre otros, puso en contraste un pensamiento dirigido y un pensamiento fantástico. El primero era verbal y lógico. El segundo era pasivo, asociativo, imaginativo. El primero estaba ejemplificado por la ciencia, y el segundo por la mitología. Jung afirmó que los antiguos carecían de capacidad para el pensamiento dirigido, que fue una adquisición moderna. El pensamiento fantástico tuvo lugar cuando terminó el pensamiento dirigido. Transformaciones y símbolos de la libido fue un estudio extenso del pensamiento fantástico y de la presencia continua de los tópicos mitológicos en los sueños y fantasías de los individuos contemporáneos.

Jung reiteró la ecuación antropológica entre lo prehistórico, lo primitivo y el niño. Sostuvo que la elucidación del pensamiento fantástico contemporáneo echaría luz simultáneamente sobre el pensamiento de los niños, los salvajes y los pueblos prehistóricos.

En esta obra Jung sintetizó las teorías del siglo XIX sobre la memoria, la herencia y lo inconsciente, y postuló una capa filogenética en lo inconsciente, que aún está presente en todas las personas y consiste en imágenes mitológicas. Para Jung los mitos son símbolos de la libido y retratan sus movimientos típicos. Utilizó un método comparativo de la antropología para trazar de manera conjunta una vasta panoplia de mitos, y luego los sometió a una interpretación analítica. Más tarde denominó “amplificación” a este uso suyo del método comparativo. Afirmó que debía haber mitos típicos que correspondieran al desarrollo etnopsicológico de complejos. Siguiendo a Jacob Burckhardt denominó “imágenes primordiales” (Urbilder) a esos mitos típicos.

A un mito particular se le otorgó un rol central: al del héroe. Para Jung este representaba la vida del individuo, en su intento de volverse independiente y liberarse de la madre. Él interpretaba el motivo del incesto como un intento de retornar a la madre para renacer. Más tarde anunciaría esta obra como el señalamiento del descubrimiento de lo inconsciente colectivo, aunque este término fue posterior.

  • Los libros negros. Carl Gustave Jung. Introducción y editor responsable: Sonu Shamdasani. Traducción: Laura S. Carugati, Romina Scheuschner y Gastón R. Rossi; bajo la supervisión de Bernardo Nante. (El hilo de Ariadna).

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Sonu Shamdasani
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