Consuelo Sáizar aún conserva la niña que creció entre máquinas de imprenta, que llevaba los dedos untados de tinta, que aprendió a leer al revés en las cajas tipográficas y conoció al editor de Pedro Páramo, de Juan Rulfo. Su curiosidad, exploración y entusiasmo contagiosos por el mundo del libro siguen intactos a sus 60 años.

Todo empezó cuando nació en 1961, en Acaponeta, centro-occidente de México. Luego, desde una trayectoria precoz, ha forjado una larga experiencia y prestigio hasta ponerse al frente de una feria del libro que augura llevar estos encuentros a otra dimensión como directora de la 30ª Feria Internacional del Libro de Monterrey, del 8 al 16 de octubre de 2022. El eslogan lo dice todo: Más que una feria.

El mundo del libro y de sus ferias, y demás encuentros, está expectante sobre lo que pasará en Monterrey. Esta primera nueva etapa es un preámbulo a ese futuro en el que convivirán múltiples experiencias: híbrida o dual (feria presencial y digital), charlas y conferencias de autores en hologramas, una cita policéntrica (con diferentes sedes simultáneas por todo México), interactiva con internet en línea como gran patio de butacas y altavoz del universo del libro.

Es un proyecto organizado por el Tecnológico de Monterrey o Tec de Monterrey (Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey – ITESM) con sede principal en el Centro Ferial Cintermex. Desde ese corazón, la Feria se desplegará por 41 ciudades mexicanas donde tiene sedes, además de las seis escuelas del ITESM, con actividades propias y presenciales que proyectarán los principales programas de las otras sedes.

Migración, Pospandemia y Narrativas del nuevo mundo son los tres ejes sobre los que se levantará la FIL Monterrey 2022, en el estado de Nuevo León, al norte del país. Ello bajo el espíritu de la inclusión en todos los sentidos, en un momento clave, teniendo en cuenta algunas regresiones que vive el mundo. La feria tendrá 17.000 metros cuadrados de exposición, más de novecientas actividades y más de quinientos invitados, con una gran presencia nacional e impulso a las editoriales pequeñas y medianas e independientes.

Los objetivos son convertir el encuentro en una fiesta alrededor del libro, contribuir a los ingresos del mercado editorial, la promoción de la lectura, la difusión de los autores, convertir Monterrey en una ciudad literaria y compartir toda esa actividad y conocimiento presencial con los lectores que no pueden asistir pero que aguardan en el ciberespacio desde cualquier lugar del mundo.

Serán nueve días de fiesta, después de dos años interrumpidos por la pandemia. Dentro de la programación destacan los homenajes a dos figuras clave de sendos países importantes para el mundo del libro como creación y como industria: la mexicana Elena Poniatowska, “la escritora total”, y Daniel Divinsky, el mítico editor argentino de Quino. El diálogo con autores de otros idiomas incluye a nombres como Siri Hustvedt y Gilles Lipovetsky. Además, habrá un homenaje a Javier Marías, fallecido el 11 de septiembre de 2022, con la lectura de sus obras. El invitado de honor es el estado de Coahuila, vecino de Nuevo León, donde está Monterrey. Es México, el país con más hablantes del español (124 millones), un universo en sí mismo, humano, cultural y creativo.

Una feria híbrida, policéntrica e interactiva

Todo esto lo pondrá en marcha Consuelo Sáizar, una persona sin miedo al futuro del libro; expectante y entusiasta de sus derroteros y creyente del poder mágico, invencible y seductor de la literatura en todos los géneros más allá de sus soportes conocidos, y atenta a los que están por llegar.

Esta mujer mexicana conoce como pocas personas el ecosistema del libro desde dentro, desde fuera y desde múltiples ángulos: desde muy niña con la imprenta de su abuelo, que luego heredó su padre, desde jovencita en lo privado con la creación de un sello, luego desde lo público-institucional, desde la investigación, desde la creación y, sobre todo, desde el placer de la lectura.

Es la vuelta de Consuelo Sáizar a México tras casi una década en la academia como estudiante en las universidades de Cambridge (maestría en Sociedades Modernas y Transformaciones Globales) y Oxford (maestría en Historia Intelectual y PhD en Sociología) y profesora visitante de Harvard.

Sus años cincuenta los dedicó a la recuperación del placer de aprender como estudiante e investigadora. Eso tras una larga y prestigiosa experiencia como directora del Fondo de Cultura Económica (FCE de 2002 a 2009), primera mujer, y hasta ahora única; presidenta de Conaculta (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, de 2009 a 2012) y directora del Cerlalc (Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, de 2010 a 2012). Y antes muchas más cosas.

Desde un despacho en Monterrey, Consuelo Sáizar, con impecable camisa blanca, sin su habitual blazer oscuro, repasa su trayectoria y mira al horizonte del libro en esta video entrevista. Con voz serena, siempre amable, sus respuestas recuerdan que su vida es indisociable al mundo de los libros. Empieza por recapitular su penúltimo periplo vital, profesional y físico:

Consuelo Sáizar. Primero me fui a Oxford, luego a Cambridge, luego a Harvard, estuve en México un tiempo, regresé a Cambridge y cerré el ciclo en Oxford. Me gradué de Cambridge, el 27 de noviembre de 2021. Allí quise responder una pregunta que me había hecho durante muchos años: En qué momento se vuelve hegemónica España para el mundo del libro en español, tanto en los catálogos como en proyectos de lectura, qué había pasado para desplazar a países como México y Argentina, Cien años de soledad, de García Márquez, se publicó en Buenos Aires, por ejemplo.

La respuesta está en que en España surgió un modelo de gestión más parecido al industrial de Inglaterra que potencia el papel del distribuidor y surge una figura clave: el agente literario, un aspecto decisivo para respaldar y profesionalizar al escritor. Eso responde a la vocación tradicional de España del comercio global, de la conciencia de la lengua española como unión de tantos países y que entabló con el libro un diálogo con Latinoamérica.

En México termino la tesis doctoral, voy y la entrego… Me caso con mi pareja de 20 años, y empiezo la maestría de Historia intelectual. Me gradúo el 27 de noviembre, profundamente emocionada, ya de 60 años… Entonces me di cuenta que había sido muy joven directora general de una editorial, que muy joven a los 30 años había fundado mi empresa, que muy joven había dirigido el Fondo… Ahora no lo era más, o sea que yo era la de mayor edad en esa graduación, pero muy satisfecha.

En ese momento pensé qué seguía en mi vida.

Una vez me gradué pasé por París a visitar unos amigos y empecé a recibir ofertas de trabajo. Había decidido ir a Barcelona cuando, a principios de este año, me llegó la invitación del Tec para dirigir la FIL de Monterrey. La acepté el 15 de febrero. Y empecé a trabajar el 4 de marzo.

Winston Manrique Sabogal. Imagino que recibió otras ofertas de trabajo muy tentadoras, ¿por qué aceptó?

C. Sáizar. Como dije, después de estar desde muy joven con el libro en diferentes espacios, privados, públicos y la academia, pensé qué seguía en mi vida. Había varias oportunidades muy tentadoras, ciertamente. Pero tenía muy claro que quería una actividad que completara este itinerario por el mundo del libro…

La propuesta del Tec era una parte del mundo del libro de la que no había formado parte desde dentro. Siempre me interesaron las ferias y, desde mis diferentes puestos de trabajo, las promoví. Era un gran reto. Allí están todas mis pasiones, todos mis intereses y darle, digamos, una densidad teórica y práctica a toda mi vida profesional y a todo lo que me importaba. Yo quería regresar al mundo del libro; quería regresar, además, a mi país por razones personales, y esa era una muy buena manera de volver.

W. Manrique Sabogal. ¿Qué argumentos profesionales fueron decisivos?

C. Sáizar. Me convencieron dos argumentos: el primero, es que es una feria en la cual mis antecesores habían hecho un trabajo ejemplar, y es un reto igualarlo. Lo que tenemos ahora es un equipo directivo y la Feria es una gran apuesta que tiene el Tecnológico de Monterrey. Lo segundo es que, por primera vez, estamos teniendo la participación, el compromiso, la comprensión en todo sentido, la fortaleza de uno de los estados más importantes de México.

Hay otros puntos: el municipio de Monterrey es una ciudad que tiene pocas librerías. Eso es un problema atávico de nuestros países, es un desafío, y, por eso, es una feria que cuando la estudié vi que era la feria con el tiket de venta más alto porque, claro, la gente viene porque no hay librerías. Así es que vienen y compran todos los libros de un año.

Entonces, pensé que había varias oportunidades en las que podría prestar y aplicar mi experiencia y, de alguna manera, aprovechar esta grandeza de pensamiento que tiene el Tec que va a cumplir 80 años en 2023. Además, hay un área de oportunidad en la Escuela de humanidades, en la que está inscrita la Feria. Ahí es que se convierte en una especie de laboratorio académico para formar empresarios de la cultura. Queremos formar empresarios que inicien proyectos editoriales, que establezcan librerías y otros espacios alrededor del libro. Me he encontrado con una gran presencia de los círculos de lectura como no lo había observado en ninguna parte.

W. Manrique Sabogal. ¿Cómo ve a Monterrey? ¿Cómo se siente?

C. Sáizar. Yo conocí Monterrey en 1984. Tenía 23 años. Vine a la presentación de un libro del historiador José Fuentes Mares.

Monterrey es una ciudad industrial, una ciudad universitaria donde tienen sede las cuatro universidades más importantes del país. Y el Tec es la universidad privada más grande del mundo en español, y la primera en el ránking de universidades latinoamericanas y en los primeros lugares del mundo.

Yo vengo de Oxford, de Harvard y, de verdad, es una potencia, tiene reconocimiento, tiene una capacidad de investigación, tiene acuerdos con todas las universidades de Estados Unidos. Además, tiene un movimiento literario muy relevante que lo puedo calificar de ciudad literaria. Es la ciudad de Alfonso Reyes, pero es también el momento en que está surgiendo una corriente de escritoras muy destacado.

Yo quería conocer el mundo académico, pero no desde el aula, sino seguir habitando esa conversación que es hablar de libros, hablar de investigadores, hablar de teorías y conceptos del pensamiento y la feria del libro, pues es una feria que tiene 30 años que este 2022 los vamos a celebrar.

¿La feria del futuro?

W. Manrique Sabogal. Es su primera edición, empezó en marzo, y no habrá podido desplegar todas sus ideas este año, imagino que será un proyecto a mediano y largo plazo.

C. Sáizar: La feria se reinventa este año y en un nuevo espacio para servir de una mejor manera a la sociedad del norte de México. Tiene ciertas peculiaridades, por ejemplo, va a ser una feria nacional: el Tec tiene más de 150.000 alumnos y 15.000 docentes repartidos en 41 ciudades de todo el país, y tiene más programas.

El Tec tiene un enorme potencial tecnológico que le permite transmitir en línea y presencialmente porque va a tener una actividad en cada una de las 41 ciudades en donde tenemos campus… donde vamos a tener actividades. La feria se lleva a cabo en Cintermex y desde allí se entabla el diálogo con los campus.

El objetivo es llegar a ser una de las mejores ferias del norte del país que dialogue con todo México, y que forme parte del circuito de grandes ferias en español. Este año será sobre tres ejes temáticos: Post Pandemia, Migraciones y Narrativas del nuevo mundo. Todo eso con un espíritu inclusivo. (El día de la presentación del programa, Sáizar dijo: “Quiero ser muy clara. El objetivo es ser una de las mejores ferias del norte del país y que sea una cita ineludible, y colocar a la FIL de Monterrey como la más importante en un mundo globalizado y muy competido. Muy pronto Monterrey será una ciudad literaria”).

W. Manrique Sabogal: Una Feria híbrida, descentralizada y policéntrica, con transmisiones en línea y que luego se podrán consultar. Promete ser una feria muy rompedora que aspira a llevar a otra dimensión estos encuentros sin descuidar la venta de libros.

Consuelo Sáizar. Es un concepto. Además, como el Tec ya da clases en hologramas, la Feria tendrá algunas presentaciones o intervenciones de autores en hologramas. Será una feria binacional de dimensión tecnológica o más allá de lo tecnológico porque va a disponer de herramientas como el metaverso, la realidad virtual, el holograma para generar nuevas experiencias no solo en la sede principal, sino que va a cubrir todo el territorio.

¿Qué nos proponemos? Crear la feria binacional más importante del mundo, porque aquí todo el mundo habla inglés. Tiene el municipio más rico de América Latina, por ejemplo, San Pedro Garza García, que tiene una arquitectura profundamente original y moderna, que tiene unos museos espectaculares, como el museo Marco, que tienen una actividad cultural muy intensa, teatro cine, danza.

El Tec tiene convenios con todas las universidades del sur de Estados Unidos, muy especialmente con Stanford. Queremos potenciar todo esto. Buscamos lo mejor. Vamos a tener, sobre todo, editoriales medianas, pequeñas, universitarias e institucionales. Esta feria quiere tener la mayor oferta de estas editoriales.

W. Manrique Sabogal. La inclusión es un tema vital para la Feria, ¿Por qué y qué proyectos tienen?

Consuelo Sáizar. Tenemos un proyecto en todo sentido absolutamente incluyente… Que nadie se sienta excluido en ningún aspecto, ni físico, ni sexual, ni religioso, ni cultural, ni geográfico, ni de pensamiento, ni de raza… El Tec tiene una vicerrectoría, precisamente, de inclusión. Algo fundamental ahora que estamos viendo regresiones muy importantes. Para nosotros es muy fundamental plantear que aquí estamos todos.

Monterrey está siendo un lugar muy interesante porque está teniendo muchísima migración, por eso uno de los tres ejes de la Feria es la Migración, como ya he mencionad. Eso ya estaba cuando yo llegué, y yo lo tomo con gusto.

En Narrativas del nuevo mundo colocamos dos grandes polos de conversación que es la subversión de las mujeres donde la posición privilegiada de Monterrey permite poner a conversar autoras del norte del país y de Estados Unidos que hablan español.

La Feria retoma su invitado de honor que será el estado de Coahuila, un estado vecino de Nuevo León. Toda la Feria tendrá cerca de 900 actividades más de 500 autores con un programa literario, humanista y académico. Hay un programa de profesionales. Habrá un estand para la niñez, con más de tres mil metros cuadrados, otro para los jóvenes y actividades artísticas independientes y coyunturales.

Reforzaremos una tradición que se llama Punto E, un lugar donde vienen los autores y leen sus libros. Tendremos una gran venta nocturna el jueves 13 de octubre. Es una tradición que se inició en México cuando era directora del Fondo y luego se trasladó a la FIL de Guadalajara.

La feria tendrá 17.000 metros cuadrados de exposición. Recuerdo que en una publicación que hice decía que una feria profesional requiere de tres cosas: un recinto ferial, un equipo directivo dedicado exclusivamente a gestionarla y una institución que la convoque. Bueno, pues ese trípode conceptual lo tiene la Feria de Monterrey… La entrada, además, será gratis gracias al gobierno del Estado.

W. Manrique Sabogal. La FIL Monterrey se revitaliza en un país que tiene otra gran feria como es la FIL de Guadalajara. ¿Puede haber una competencia?

Consuelo Sáizar. La gran peculiaridad que tenemos en Monterrey es justamente la frontera. Nosotros sabemos que la potencia que tiene la literatura del norte de México es muy fuerte y esa será una de nuestras vocaciones. Además, la propia vocación del Tec como una universidad que tiene un enorme interés en la parte tecnológica.

Guadalajara es un ejemplo y una inspiración. Es una de las ferias que ha logrado colocar a México en el mapa a nivel internacional. México es un país muy grande. Y Monterrey quiere ese triángulo virtuoso con Ciudad de México y Guadalajara.

Queremos contribuir a hacer crecer la industria editorial en español y ofrecer la posibilidad de ser un laboratorio social a todos los estudiantes. En ese sentido podemos dialogar con Guadalajara. Nuestro eslogan es Más que una feria.

Tenemos un enorme desafío. Las ferias del libro son una enorme posibilidad. Por eso en países como los nuestros tienen tanto éxito y son tan necesarias; por eso no son competencia. En países como los nuestros, con un problema hábito, de bibliotecas y librerías, y de distribución, la feria del libro es la posibilidad de que compres los libros que no encuentras. La feria del libro es la gran solución de oferta de lectura.

El pasado 14 de septiembre Consuelo Sáizar dijo en la presentación de la programación de la FIL Monterrey:

“En 2022, el Tec de Monterrey refrenda su compromiso con el mundo de la cultura, de las ideas, del pensamiento y la inteligencia. Es un programa literario que apuesta por la originalidad intelectual, la densidad académica y la pertinencia comercial, con el objetivo de hacer de esta feria una de las grandes citas literarias de la patria de la Ñ. Que anime una fiesta de los libros y que auspicie un diálogo híbrido desde el amplio norte, con las principales escrituras del mundo, que abra de nuevo las puertas de la realidad presencial a todos los editores y editoriales, los grandes conglomerados transnacionales, los sellos independientes, institucionales y académicos, en todos los idiomas, y en donde los temas de la subversión de las mujeres, la salud mental, los problemas del agua, entre muchos otros, serán los protagonistas de nuestra reflexión”.

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