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Detalle de la portada del libro de cuentos ‘Basilisco’, de Jon Bilbao (Impedimenta). /WMagazín

El futuro exitoso del cuento y su conexión mágica con los lectores, según varios escritores y editores

POR QUÉ TRIUNFA EL CUENTO EN EL SIGLO XXI, 5 / Autores y expertos de España y América Latina explican las claves de este género, en qué punto creativo se encuentra y hacia dónde parece ir. Especial de WMagazín, con la colaboración de Endesa

Presentación WMagazín Una de las grandes virtudes del cuento, como género literario, es que todos conviven de manera intemporal. Es un ecosistema armónico. Si editorialmente fue desplazado por la novela, sobre todo, e incluso por el ensayo, los escritores nunca han dejado de cultivarlo, aunque solo sea por el placer de escribirlos para ellos mismos, porque saben el reto y el desafío que significa escribir un buen cuento. Los autores lo usan, también, como escenario de pruebas literarias en temas, estructuras, recursos, enfoques, formatos, todo. Un cuento no admite trampas, ni fisuras, debe mantener la atención en cada frase al tiempo que proyecta el interés por la siguiente o las siguientes.

WMagazín invitó a varios escritores de cuentos y a un editor a que reflexionaran sobre dónde está el cuento y hacia dónde va. Con este coro de voces cerramos la serie Por qué triunfa el cuento en el siglo XXI:

1- El cuento vive un horizonte luminoso y se ratifica como el mejor escenario para renovar la literatura.

2- Alice Munro, las claves literarias de la maestra del cuento contemporáneo.

3- Cuentos de autores contemporáneos y clásicos alrededor del mundo con los que empieza 2024.

4. Lina Meruane: «La sociedad impone normas que no le aseguran un buen porvenir a mucha gente«.

Y las reflexiones de hoy alrededor del cuento la empezamos con el editor Juan Casamayor que con Encarnación Molina crearon el sello español Páginas de Espuma, en 1999, con el cual han contribuido a la revitalización y visibilización del cuento de autores contemporáneos de España y América Latina; además de recordar esa faceta en nombres clásicos de todos los idiomas y épocas. La explicación de Casamayor sirve de introducción y muestra el panorama del cuento en el mundo editorial y creativo:

Imagen de la web de la editorial Páginas de Espuma. /WMagazín

Juan Casamayor

“La fertilidad del género del cuento siempre fue variada y profunda. En este primer cuarto del siglo XXI hemos asistido a factores que lo han impulsado y que lo alejan de un ostracismo pasado debido a razones, no literarias, sino procedentes de la propia industria del libro. Algunos de estos factores como la normalización de los registros no miméticos o la escritura de lo insólito o lo inusual, la interesantísima vanguardia literaria -formal, estilística, poética- en manos, especialmente, de las escritoras, la hibridación de los géneros (y cierta confluencia de la novela hacia la brevedad), establecen un renovado canon. Desde luego podrían detallarse otros. Si a ello sumamos la irrupción de las nuevas tecnologías de la comunicación, la bibliodiversidad de la edición en español, la consolidación de los sistemas de escritura creativa, podemos concluir que el estado del cuento es más rico en su escritura, más difundido en su lectura, más reconocido entre los lectores y, poco a poco, más aceptado por el mundo de la edición”.

A continuación, algunos escritores destacados del género que explican su experiencia como lectores y autores y su percepción en el entorno:

El escritor español Gonzalo Hidalgo Bayal (Cáceres, 1950). /Foto José Luis Gálvez -cortesía Planeta

Gonzalo Hidalgo Bayal (España)

“Quizás nunca como ahora tantos escritores han puesto el cuento en el centro de sus propósitos y lo han cultivado de manera primordial y (casi) exclusiva. De ahí proceden, sin duda, la superación de la tradición y la inocencia, la autonomía literaria, un prestigio nuevo y cierto auge editorial. Ya no es un género menor ni un pasatiempo ni un aprendizaje para más altos empeños narrativos. No creo, sin embargo, que la aceptación del género por parte de los lectores tenga tanto que ver con la levedad, la fugacidad o el vértigo de los tiempos (la brevedad si breve, etcétera) como con la pluralidad de cuestiones a que da cabida, la diversidad formal y un goce estético en sintonía con las expectativas y los hábitos”.

  • Gonzalo Hidalgo Bayal (Higuera de Albalat, Cáceres, 1950) es autor de libros de cuentos como Hervaciana, Conversación y Campo de amapolas blancas (todos en Tusquets)

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La escritora mexicana Socorro Venegas. /Páginas de Espuma

Socorro Venegas (México)

Amamos leer cuentos porque sentimos que ahí arde sin fin la hoguera de las palabras ancestrales, las voces que una y otra vez nos revelan la extraordinaria y misteriosa aventura humana. Leer cuentos es apreciar esa garra que te sujeta del cuello y te suelta sin aliento. Creo que el mejor estado del arte sobre el cuento hoy es el magnífico ensayo de Eloy Tizón, Metamorfosis del cuento, publicado en su libro Herido leve (Páginas de Espuma), un recorrido delicioso por las experiencias y tópicos que ha suscitado el relato breve, un anfibio capaz de reinventarse y romper sus orillas, un género inasible. Es fascinante ver cuánto se ha pensado en su forma: decálogos, teorías, fórmulas, etcétera, todo lo que revela la necesidad de comprender la cicatriz y fugacidad de su lectura. Hoy además ha sido fundamental la reivindicación de grandes autoras, cuentistas fuera del canon que nos hacen preguntarnos si realmente conocíamos el mejor cuento en nuestro idioma, pienso por ejemplo en Nellie Campobello, María Luisa Elío o María Virginia Estenssoro.

  • Socorro Venegas (San Luis de Potosí, 1972) es autora de volúmenes de cuentos como La memoria donde ardía (Páginas de Espuma), Todas las islas, La muerte más blanca, La risa de las azucenas y Habitación.

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Santiago Roncagliolo. /Foto © Xavier Torres-Bacchetta /Cortesía editorial Seix Barral

Santiago Roncagliolo (Perú)

“Creo que el público que busca historias no está comprando libros: está viendo la tele. La calidad y variedad de las narraciones que ofrecen las plataformas audiovisuales está absorbiendo -si no lo ha hecho ya- al público que tradicionalmente compraba novelas.

Eso no significa que no haya gente leyendo. Significa que buscan otra cosa en los libros. Sobre todo, diría yo, una mirada. Una conexión personal con un autor, con su voz, más cercana a la conversación que a la narración. Más íntima que la que ofrece la producción audiovisual. Una serie te transporta a un mundo. La literatura te transporta a la mente y el corazón de una persona.

Y la vida de una persona suele parecerse más a un libro de cuentos que a una novela. No hay un hilo conductor, sino una serie de episodios inconexos que forman un camino impredecible. Quizá estoy hablando de cómo planteo mis libros de cuentos. Siempre son historias que podrían contarte un amigo, o un desconocido, y que van sugiriendo el iceberg de una vida. Quizá nadie más lo piense así.

Pero creo que, al menos en ese sentido, el libro de cuentos puede resultar más auténtico, más real, más cercano a esa experiencia única que buscamos en los libros.

  • Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) es autor de los libros de cuentos Lejos, historias de gente que se va (Alfaguara), Mi primera vez, Hombre lobo, Cuentos embrujados y Crecer es un oficio triste.

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El escritor español Jon Bilbao. /Foto cortesía editorial Impedimenta

John Bilbao (España)

“El cuento permite narrar una historia con economía narrativa sin que por ello sea necesario prescindir de la complejidad, tanto formal como de discurso. Claro está, también esto es posible en la novela, pero en el caso del cuento se puede llevar dicha economía al extremo.

No creo que el cuento sea un género selecto, destinado a una suerte de aristocracia lectora, lo que me parece una visión autocomplaciente y engañosa. Sí opino, no obstante, que se trata de una forma de narrativa del gusto de lectores que no están tan pendientes de los dictados de la moda, la cual suele tender a la estandarización y a los textos de muchos cientos de páginas. Esto permite que, cuando el autor opta por forzar las costuras de la convención, lo haga sabiendo que puede contar con lectores receptivos a esos ejercicios de estilo”.

  • Jon Bilbao (Ribadesella, Asturias, 1972) es autor de los volúmenes de cuentos como Araña, Los extraños, Basilisco, El silencio y Los crujidos (todos en Impedimenta).

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La escritora colombiana Margarita Borrero.

Margarita Borrero (Colombia)

“Los cuentistas de hoy en día son conscientes de la importancia de aprender y profundizar en el oficio, así que han profesionalizado al género. Ya no basta con tener una buena historia; hay que saber contarla con la máxima eficacia posible, lo que implica conocer y dominar las técnicas y formas narrativas. Las escuelas de escritura han contribuido a difundir cada vez más este género.

¿Hacia dónde va? Técnicamente está abierto a la experimentación y por eso le irá bien, porque invita a la libertad. Además, todos hemos leído cuentos y cualquier persona puede escribirlos. Una novela requiere meses de trabajo, preparación y una férrea disciplina, pero un cuento, al menos su borrador, puede estar listo en cuestión de horas. Respecto al formato, va en muchas direcciones porque cabe en todas partes. Hay cuentos gráficos, por ejemplo, y otros han sido adaptados a videos. Un cuento se puede contar, cantar, interpretar, dibujar, filmar… No hay límites.

  • Margarita Borrero (Barranquilla, 1969) es autora de cuentos como Álbum familiar (ganador del Premio Fundación La cueva, 2023), El cuadro de Van Gogh, El reloj y La posición del narrador. Además, es profesora de Escritura Creativa en la Escuela de Escritores de Madrid (España).

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La escritora boliviana Giovanna Rivero.

Giovanna Rivero (Bolivia)

En las últimas dos décadas el cuento latinoamericano se ha visto obligado, no sé si por una conversación tácita con otros formatos, por ejemplo, por el auge de Netflix, a repensarse y a trabajar con una especificidad muy interesante en los personajes.

Hay toda esa gran verdad subyacente que se espera de la novela, en tanto que del cuento se espera pasar un buen rato. Sin embargo, de algún modo irónico, eso hace del cuento un aparato político muy importante porque es como un Caballo de Troya. La novela ya está explícitamente anunciándote su posición, diciéndote acá te voy a desarrollar la épica de una historia política o pseudopolítica, el crecimiento de un personaje que te va a demostrar cómo su colisión con las estructuras de poder lo llevan a la renuncia absoluta de lo que sea. La novela de algún modo parte de este gran horizonte y en el mejor de los casos lo cumple.

El cuento, en cambio, te hace promesas más humildes. Y justamente por esta apariencia de modestia ideológica del cuento es que puede actuar como Caballo de Troya capaz de introducirte un chip en el que hay un tajo político, un filo tremendo que va habitando tu imaginario y va componiendo un cosmos. Me gusta pensar en el cuento como una pluralidad. El cuento, generalmente, lo pensamos como un racimo de uvas, viene en esta pluralidad, en este rizoma de un libro. En ese sentido, para mí, esa pluralidad forma parte de su maquinaria política, porque quien compra un libro de cuentos va a leer esta especie de coro del pueblo griego contándote las desgracias de una comunidad, o sus luchas o sus victorias pequeñas. En este sentido estas otras verdades que vienen en racimos, pero que vienen orquestando una cosmografía de la vida”. Palabras de la escritora boliviana en una conversación con Antonio Ortuño, en WMagazín.

  • Giovanna Rivero (Montero, 1972) es autora de los libros de cuentos como Tierra fresca de su tumba (Candaya), Para comerte mejor, Sangre dulce y La dueña de nuestros sueños.

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Nelson Darío Calderón.

Nelson Calderón (Colombia-España), cuentacuentos y escritor

«La fuerza que tienen los cuentos nunca va a languidecer, de pequeños aprendemos con cuentos, el niño busca con ansia el placer de escuchar o leer una historia. De adultos esas ganas de historias no desaparecen, las seguimos buscando, ya sea en un libro, una serie o en un relato que nos contemos a nosotros mismos para darle sentido a nuestro día a día. Está demostrado que la estructura perfecta para que un mensaje llegue de manera eficaz a nuestro cerebro es la de un cuento. Ya lo decía Eduardo Galeano en una de sus célebres frases: “No estamos hechos de átomos, estamos hechos de historias”.  Cada vez estoy más convencido de eso, de que somos historias con piernas que nos nutrimos de más historias. Llevo 28 años contando cuentos de viva voz y no conozco mayor poder que el que concentra un relato, no solo es capaz de convocar a la imaginación y de divertirnos, sino incluso de cambiarnos la vida».

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Especial sobre el cuento, en la portada de WMagazín.

6 comentarios

  1. Da mucho que pensar la reflexión final de Nelson Calderón, y es difícil no estar de acuerdo. Brillante. Nos nutrimos de historias.

  2. Yo no sé mucho del tema , sin embargo el cuento, será siempre un estilo muy especial, su tamaño y factores como el estilo,marcan como debe se debe tratar el tema, el resto es del estilo de cada sutor

  3. De relatos y cuentos con la mamá grande, de LC ediciones Amarante. Para contar entre generaciones de mujeres abuelas, madres y nietas en la historia interminable de la literatura femenina contemporánea hecha en Granada, pendiente de divulgación cultural y apoyo necesario para ser visible en vida. Saludos cordiales. Anavictoriahinojosagarcia

  4. El cuento, para contarte mejor, …, para comerte mejor, un buen cuento te atrapa, te debora. El cuento no nace en la escritura, nace en la tradición oral y ha vuelto a coger fuerza en la oralidad. De hecho, los cuentos de los hermanos Grimm, provienen de esta tradición. No es cuento, un buen cuento nos devuelve a nuestros orígenes y nos lleva a auscultar lo insondable del alma humana.

  5. Santiago Roncagliolo afirma que el cuento nos transporta a la mente y al corazón. Que hay mayor cercanía con el autor. De acuerdo. Yo diria que es ahí cuando sentimos que la literatura humaniza

  6. Seguramente el cuento sea el embalaje mas inocente y abierto que existe para contar una historia. Coincido con Nelson Calderón en que nunca va a languidecer, nunca va a desaparecer porque las personas, a la edad que sea, siempre tenemos momentos en los que nos gusta que vuele nuestra imaginación.

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