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Detalle de la portada de ‘Una habitación propia’, de Virginia Woolf, de editorial Alma. /WMagazín

El milagro de los long sellers, los libros más deseados por escritores y editores, que vencen en tiempos de internet

De 'Don Quijote' a 'Cien años de soledad' y 'Harry Potter', de 'Orgullo y prejuicio' a 'El principito' y 'El mundo de Sofia'. ¿Por qué algunos libros no pasan de moda y se venden a lo largo del tiempo? Un catálogo muy selecto con obras populares y de alta calidad y de ventas millonarias y de menos, pero lo suficiente para ayudar a sostener a las editoriales independientes. Editores, escritores y expertos tratan de descifrar la clave de estas obras, en WMagazín, con la colaboración de Endesa

A través del tiempo, cada día, en algún lugar del mundo, toda clase de personas compran o leen los libros más milagrosos y soñados por autores, editores y libreros; sobre todo en esta era digital de oferta cultural y de ocio infinita de donde salen victoriosos:

De la Iliada, de Homero, a Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez; de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, de Miguel de Cervantes, a Harry Potter, de J. K. Rowling; de Una habitación propia, de Virginia Woolf, a El mundo de Sofía, de Jostein Gaarder; de Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, a El principito, de Antoine de Saint-Exupéry; de La casa de los espíritus, de Isabel Allende, a Los pilares de la Tierra, de Ken Follett; de El nombre de la rosa, de Umberto Eco, a Historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros, de Stephen Hawking…

Clinc, Plin, Kichink, Chin chin… son los sonidos, ya simbólicos, de las cajas registradoras al vender un puñado de libros de diferentes épocas, en cualquier librería del mundo, todos los días. Son los llamados long sellers, ventas de larga duración, anhelados por autores, editores, agentes literarios, distribuidores, libreros y todo el ecosistema del libro.

Es el sueño de un editor. Es el libro más deseado por una editorial. Es la obra literaria que siempre se espera. Es el título buscado por todos que da prestigio y ayudará a sostener la editorial, porque sus beneficios económicos permitirán al editor desarrollar su filosofía con la publicación de sus apuestas literarias y de autores menos vendidos. Eso es un long seller. Libros de ventas sostenidas a lo largo del tiempo, que siempre hacen caja, más allá de las modas, la coyuntura temática o del impacto de la novedad literaria.

Pero… nunca se les ve venir. Se transforman en eso por generación espontánea. Son las joyas de la corona. Mientras alguien puede aventurar que un libro podría convertirse en un best seller, nadie se atreve a anunciar el milagro de un long seller.

Su poder de seducción e imprevisibilidad es tal que «alcanzan a sectores que no leen de forma tan habitual, incluso llegan a crear lectores nuevos», afirma Irene Vallejo, la autora de El infinito en un junco. La invención de los libros en la antigüedad (Siruela), donde, precisamente, rastrea la historia de todos los libros y su embrujo a través del tiempo y la geografía. Un título que parece vivir el proceso de transformación longselleriana a nivel mundial, desde su salida en 2019, del cual ya ha vendido más de un millón de copias y traducido a una docena de idiomas.

Claves y clases de long sellers

Portadas de libros de long sellers clásicos y algunos contemporáneos. /WMagazín

No todos los libros clásicos, entendidos como obras de gran calidad y respaldados por la Historia, son long sellers, ni todos los best sellers son long sellers. Aunque el encanto que ejercen estos libros es un misterio, algunos escritores, editores y profesionales del sector aventuran sus teorías:

  • «Pulsan alguna de las teclas fundamentales de la condición humana”, dice Manuel Vilas, autor de Ordesa, en pleno proceso de convertirse en long seller.
  • «Tocan fibras muy íntimas de la sensibilidad, tal vez hacen emerger sensibilidades huérfanas que estaban a la espera de un texto que los representase», reflexiona Irene Vallejo.
  • «Apelan a valores tangibles e intangibles cognitivo emocionales, ajenos a un período temporal determinado», afirma Manuel Gil, asesor editorial y ex director de la Feria del Libro de Madrid.
  • «Establecen una conexión misteriosa con el lector. Una de sus claves, parece ser, es que pueden leerse en varios niveles y registros”, explica Sigrid Kraus, ex editora de Salamandra, adquirida por Penguin Random House en 2019. Este 2023 dejó la editorial a medias porque ahora es una especie de consultora del Grupo atenta a proponer nuevos títulos y a acompañar a algunos autores y libros en su proceso de promoción y llegar al público.

Sigrid Kraus añade y aclara: «Los long sellers son una maravilla. No se pueden crear artificialmente. Es algo que el mercado, los lectores, deciden sin ponerse de acuerdo. Poseen algo misterioso y de conexión con la gente que escapa al propio autor o editor».

Se trata de una de las editoras que, desde hace tres décadas, mejor ha sabido otear en el horizonte para contratar libros que han terminado convertidos en long sellers: desde la serie Harry Potter, de Rowling, que ha vendido más de 500 millones de copias en todo el mundo; hasta El niño con el pijama de rayas, de John Boyne, o El cuento de la criada, de Margaret Atwood; al igual que al haber dado un nuevo aire en su catálogo a un clásico como El principito, de Antoine de Saint-Exupéry, del que se venden unos cinco millones anuales en el mundo y es uno de los diez títulos más vendidos cada año en España.

Hay varias clases de long sellers: desde el libro que a partir de su salida logra un impacto importante en las ventas y mantiene su acogida a lo largo de los años, hasta la obra discreta y silenciosa en su origen que, con el tiempo, se vuelve un título de fondo importante.

Esto crea tres especies de catálogos:

  • Clásicos que al tener los derechos de edición liberados se encuentran en diferentes editoriales. La Biblia es el ejemplo por excelencia, no en vano, fue la prima obra en la imprenta de Gutenberg, hacia 1450, y el primer capítulo de la era moderna del libro. Junto a ella, las obras de autores como Homero y William Shakespeare.
  • En cuanto a la editorial y al número de venta de ejemplares: títulos que venden millares de libros en sus países o a nivel global y que suelen ser de sellos grandes por la capacidad de difusión y distribución. Se ve en ejemplos contemporáneos como El alquimista, de Paulo Coleho (Booket, más de 65 millones de ejemplares vendidos), o Los pilares de la Tierra, de Ken Follett (Plaza y Janés, con casi treinta millones de ejemplares vendidos en todo el mundo).
  • Y obras del catálogo de editoriales medianas, pequeñas e independientes con libros de calidad y ventas más discretas, pero lo suficientemente altas para ayudar a sostener y consolidar el sello, de las obras de Bukowski o Kerouac, en Anagrama, a títulos más recientes de editoriales del siglo XXI como Canciones de amor a quemarropa, de Nickolas Butler, en Libros del Asteroide, o La hija de Robert Poste, de Stella Gibbons, en Impedimenta.

Siempre hay libros en metamorfosis longselleriana, pocos, y de ellos muchos se quedan en el camino. En la actualidad, parecen vivir ese proceso obras como las ya citada El infinito en un junco, de Irene Vallejo, y Ordesa, de Manuel Vilas, y Sapiens. De animales a dioses, de Yuval Noah Harari (Debate); Patria, de Fernando Aramburu (Tusquets); 2666, de Roberto Bolaño (Anagrama)…

El secreto, según los escritores

“Creo que esas obras que se convierten en long sellers pulsan alguna de las teclas fundamentales de la condición humana”, dice Manuel Vilas. El escritor cree que en el caso de su libro Ordesa “fue el tema universal de las relaciones entre padres, madres e hijos. No solo es un tema universal, también es atávico, primitivo, y en él se contiene uno de los grandes misterios de la vida”.

En ese aspecto de la condición humana se detiene Irene Vallejo, la autora de El infinito en un junco, donde rastrea la historia de los libros: «El secreto, sospecho, no se revela del todo ni siquiera a quienes protagonizan estos relatos de éxito. Es un proceso enigmático, difícil de describir. Diría que estos libros tocan fibras muy íntimas de la sensibilidad, tal vez hacen emerger sensibilidades huérfanas que estaban a la espera de un texto que los representase».

Y cita los varios ejemplos: «Si algún rasgo une a las Meditaciones de Marco Aurelio, Una habitación propia, El extranjero, Cien años de soledad, Caperucita en Manhattan o El mundo de Sofía es la seducción, la capacidad de forjar imaginarios y construir nuevos espacios míticos colectivos».

Irene Vallejo explica que los long sellers «son títulos adoptados por la familia lectora, que no se conforma con leerlos sino que además los apoya con especial  tenacidad: intenta que lleguen a las manos y regazos de familiares, colegas de trabajo y amistades. Desde librerías y bibliotecas reciben también un respaldo entusiasta y sostenido en el tiempo».

Esta condición hace que, añade Vallejo, creen nuevos lectores: «Desbordan las coordenadas de público al que, razonablemente, parecían destinados. Se afianzan al entrar en las aulas, convertidos así en semillas de la educación y la memoria de las nuevas generaciones. Para entender mejor estas misteriosas mecánicas, recomiendo el ensayo Código Best Seller, de Sergio Vila-Sanjuan que me inspira en esta respuesta».

Son libros anti edad, libros anti marketing pasajero, libros que desafían las modas y tendencias. Insospechados, imprevisibles, casi siempre.

El sueño de un editor

Portadas de libros long sellers contemporáneos. /WMagazín

¿Qué tiene un long seller? Ofelia Grande, editora de Siruela, un sello mediano, reconoce que esta clase de obra “es el sueño de cualquier editor”. Es la búsqueda de un libro que después de 20 o 30 años de su publicación siga en “plena forma”, incluso vendiendo más que la gran mayoría de las novedades. Este sello tiene obras como El mundo de Sofía, de Gaarder (1991), que desde 2022 tiene su versión actualizada en novela gráfica y, desde 2019, El infinito en un junco, de Vallejo, de impacto planetario.

“¿Esto cómo se consigue?”, se pregunta Ofelia Grande, y trata de responder: “En primer lugar, es el libro en sí, una obra que trascienda las modas y que es atractiva para lectores de generaciones diferentes. También una buena prescripción, recomendaciones boca-oído de los lectores o prescripciones en centros escolares o académicos. El impulso del editor también es importante: mantenerlo vivo en el catálogo, una buena política de reimpresiones y de distribución, seguir apoyándolo pasado el tiempo de la novedad…”.

Para Manuel Gil, asesor editorial y ex director de la Feria del Libro de Madrid, parte de la clave radica en que “es un best seller al que la caducidad del libro no le afecta. Se trata de libros que apelan a valores tangibles e intangibles cognitivo emocionales, ajenos a un período temporal determinado”.

Los requisitos para entrar en el club de los long sellers, según Raquel Gisbert Misdriel, editora de ficción del sello Planeta, es que entre sus ingredientes debe haber “una buena historia, una buena intriga, una buena historia de amor, una reflexión interesante… y una buena pieza literaria. Estas obras tienen algo en su forma de narrar una historia, un estilo literario que atraviesa el tiempo”. En este catálogo de Planeta figuran títulos como Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena; La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón; y El tiempo entre costuras, de María Dueñas.

Libros del Asteroide es una prestigiosa editorial independiente que, desde su fundación, en 2005, reconoce su editor, Luis Solano, tiene como “uno de sus objetivos construir un catálogo que perdure en el tiempo, más allá de las modas. Así que el hecho de que buena parte de los títulos que hemos editado en todos estos años continúen muy activos, se hayan renovado sus derechos varias veces y muchos de ellos hayan tenido varias reediciones, es algo que nos hace sentir especialmente orgullosos”.

Entre los títulos de esta editorial con esa categoría figuran El quinto en discordia (2006), de Robertson Davies; En lugar seguro (2008), de Wallace Stegner; y A la caza del amor (2005), de Nancy Mitford. Caso aparte, añade Luis Solano, es el de los cinco títulos de Manuel Chaves Nogales, que en diferentes ediciones llevan ya un total de más de 150.000 ejemplares vendidos.

 

Los beneficios de un long seller

Entre las razones por las que un editor sueña con long sellers, según Silvia Sesé, editora de Anagrama, un sello de gran prestigio con varios libros de esa clase, es porque “son obras que, además de procurar una buena base económica, son parte de la imagen de la editorial, ayudan a dibujar las líneas del catálogo y contribuyen, decisivamente, en la percepción de fortaleza y estabilidad de la casa entre libreros y lectores”.

Anagrama cuenta con una buena lista de autores de este catálogo con reediciones regulares: Charles Bukowski, Jack Kerouac, Oliver Sacks o Patricia Highsmith son algunos ejemplos destacados. Silvia Sesé cita otros casos de los años ochenta y noventa como Seda, de Alessandro Baricco (750.000 copias), La conjura de los necios, de John Kennedy Toole (500.000 copias) o Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez (cerca de 400.000 ejemplares).

La importancia de un catálogo así, que sirve de sostén a cualquier editorial literaria, la corrobora Enrique Redel, de Impedimenta: “El fondo en general supone un porcentaje importante de la facturación mensual. Aproximadamente, la mitad de lo que vende una editorial como la nuestra, cada mes, es fondo. Y un porcentaje importante son estos libros que ‘gotean’, mes a mes, y que nunca tienen devolución».

De hecho, añade Rede, «el catálogo de Impedimenta se nutre de títulos que ya fueron long sellers originalmente, como La hija de Robert Poste o Solaris, que llevan décadas vendiendo de modo sostenido en sus respectivos países. Esto demuestra que se trata de obras de calado universal”. Enrique Redel recalca que, en su caso, se trata de clásicos modernos, libros escritos en los últimos cien años, “que siguen hablando al lector de hoy en día”. Entre las obras recientes figuran El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes, de Tatiana Tibuleac, y La librería, de Penelope Fitzgerald.

La venta sostenida de libros como estos ha permitido a Libros del Asteroide, según su editor Luis Solano, “trabajar con tranquilidad y confianza y apostar por los libros que como editores sentíamos que debíamos publicar. Para nosotros los long sellers son el músculo de la editorial y la prueba de que el catálogo resiste el paso del tiempo y las modas”.

El azar, que está en todo, tiene en el mundo editorial uno de sus principales escenarios. “No es posible fabricar ni producirlos un long seller, son un fenómeno que escapa a las lógicas y paradigmas de la edición”, asegura Manuel Gil.

El experto insiste en que cualquier editorial puede tener un best seller, casi siempre influido por el azar, pero un crossover convertido en long seller “es un fenómeno que escapa a las lógicas del marketing y la publicidad editorial, tocan algún mecanismo de valores transgeneracionales ajenos a una lógica temporal. Si toda editorial quiere tener un best seller, mucho más un long seller, si el primero es casi siempre casual y fortuito, aunque se piense en que se pueden encontrar ciertas reglas de género para su consecución, el segundo es un misterio sin resolver. Por eso se dice que la edición es lo más parecido a un casino, un negocio serio de apuestas permanentes, y luego es el tiempo y el mercado el que juzga”.

Clases de long sellers

Portadas de libros long sellers clásicos y contemporáneos. /WMagazín

Si bien el azar parece ser una pieza esencial en el éxito de esta clase de libros y es imposible establecer su ADN claro, sí se sabe de los orígenes de los long sellers:

  • Obras clásicas respaldadas por la buena crítica y la Historia e impulsadas por las lecturas de colegios, universidades y clubs de lectura: de las epopeyas de Homero y el teatro de Shakespeare, a Historia de dos ciudades, de Charles Dickens, Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll; y de Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca, a El diario de Ana Frank, o Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar.
  • Obras que son superventas desde su salida y luego mantienen su presencia: de La casa de los espíritus, de Isabel Allende, a la serie de El capitán Alatriste, de Arturo Pérez-Reverte.
  • Obras con una salida discreta y que, poco a poco, se convierten en long sellers: de Rayuela, de Julio Cortázar, a Caperucita en Manhattan, de Carmen Martín Gaite, o La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón.
  • Obras que pasan del best seller al megaseller: de El alquimista, de Paulo Coelho, a El perfume, de Patrick Sünskind.
  • Obras que tiempo después de su publicación empiezan a venderse de manera sostenida: de Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda, a El señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien.
  • Obras de autores poco conocidos que conquistan desde el primer momento: de Cien años de soledad, de García Márquez; a Soldados de Salamina, de Javier Cercas, o Lolita, de Vladimir Nabokov.
  • Obras de autores prestigiosos que tienen impacto desde su publicación: de El nombre de la rosa, de Umberto Eco, que acaba de tener una adaptación a novela gráfica, a Breve historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros, de Stephen Hawking.
  • Obras que tras una nueva edición o traducción o rescate editorial logran un lugar destacado: de A sangre y fuego, de Manuel Chaves Nogales, a El último encuentro, de Sándor Márai.
  • Obras crossover que pasan a tener ventas permanentes: de Matar a un ruiseñor, de Harper Lee, a El niño con el pijama de rayas, de Boyne, que acaba de tener una secuela con Todas las piezas rotas.
  • Obras de lecturas para niños o jóvenes que pasan de generación en generación: de El principito, de Saint-Exupéry, El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger, o La historia interminable, de Michael Ende, a Donde viven los monstruos, de Maurice Sendak, o Manolito Gafotas, de Elvira Lindo.
  • Obras que alguna adaptación cinematográfica o televisiva impulsa hasta ese nivel: de El olvido que seremos, de Héctor Abad Faciolince (Alfaguara), a El padrino, de Mario Puzo, la serie Juego de Tronos, de George R. R. Martin (Minotauro), o El club de la lucha, de Chuck Palahniuk (Random House).
  • Obras de venta continua a las que la situación de la realidad da vigencia permanente: de 1984, Un mundo feliz o La granja, de George Orwell, a Mujercitas, de Louise May Alcott.
  • Obras de escritores donde sus nombres son el reclamo: de García Márquez y Stephen King a Javier Marías, Almudena Grandes o Elena Ferrante.

Long sellers de No ficción

No todo es ficción en el territorio del long seller. Uno de los fenómenos globales más importantes de este siglo es el de Sapiens, de Yuval Noah Harari (Debate). Solo en España ha vendido, en una década, más de medio millón de ejemplares, sin contar la nueva versión en novela gráfica.

Los libros del sello Planeta, por ejemplo, explica Ángeles Aguilera, responsable de No ficción, “tienen el componente genérico de ser títulos con una ambición muy comercial para llegar a grandes públicos. Con esa premisa, hay temáticas y autores muy diferentes que van desde los de autoayuda, hasta lo de cocina, biografías, testimonio, divulgación, históricos, prácticos…”. Aguilera escenifica tres ejemplos de long seller muy diferentes:

En libros de cocina estarían los de Karlos Arguiñano, a quien llevan nueve años publicando con un recetario que se pone a la venta en noviembre y que -cada año- consigue llegar al número 1 de no ficción. Van nueve títulos que suman más de un millón de ejemplares vendidos. El secreto estaría, según Aguilera, en “un autor con una comunidad muy potente (comunicador queridísimo), un libro que no engaña (todas las recetas salen y están muy revisadas para que así sea), un precio muy competitivo con recetas en color, tapa dura, edición cuidada… y el apoyo publicitario de Atresmedia”.

En libros de divulgación está la doctora Lucía Galán, con El Gran libro de Lucía, mi pediatra. Salió en plena pandemia, en mayo del 2020 y fue vendiendo, poco a poco, situándose entre los más vendidos de no ficción con cifras totales de venta de 150.000 ejemplares.

Y en el apartado de testimonio está Ángel Martín con Por si las voces vuelven, un relato personal donde el famoso comunicador y monologuista relata su experiencia como paciente psiquiátrico cuando sufrió un brote psicótico que lo llevó a ser atado a la cama de un hospital con un chaleco de fuerza. Según Aguilera, “la vivencia de esta experiencia, en un libro muy bien narrado, en un momento donde la salud mental se ha puesto en el centro del debate político y con un prescriptor que tiene más de un millón de seguidores diarios en su informativo, son algunas de las claves de su éxito.

Todos son libros que tienen algo que, como explica Manuel Gil, “sintoniza con unos lectores apelando a temas que se enmarcan en ámbitos literarios de cultura cuasi universal”, como también dijo Manuel Vilas.

Quizás, por eso, en tiempos de sobreoferta cultural y de ocio se han revitalizado. Pero, ¿de las obras recientes cuáles podrían o merecerían convertirse en long seller? Sigrid Kraus apuesta por El infinito en un junco, de Irene Vallejo, las obras de Theodor Kallifatides (de Galaxia Gutenberg), la novela Limpia, de Alia Trabucco (Lumen), y El dios de las pequeñas cosas, de Arundathy Roy (Anagrama).

Del catálogo de Anagrama, Silvia Sesé, se atreve a pronosticar títulos como Un amor, de Sara MesaCanto yo y la montaña baila, de Irene Solà, o Nuestra parte de noche, de Mariana Enriquez.

Lo cierto es que de otras editoriales, esa sintonía milagrosa con los autores y obras de calidad literaria parece sentirse o merecería estar en títulos como Hamnet, de Maggie O’Farrel (Libros del Asteroide), Ceniza en la boca, de Brenda Navarro (Sexto Piso), Filosofía y consuelo de la música, de Ramón Andrés (Acantilado), Solenoide, de Mircea Cartarescu (Impedimenta), Lo que no tiene nombre, de Piedad Bonnett (Alfaguara), La carretera, Cormac McCarthy (Random House), Trabajos del reino, de Yuri Herrera (Periférica), Dientes blancos, de Zadie Smith (Salamandra), Distancia de rescate, de Samanta Schweblin (Random House), De bestias y aves, de Pilar Adón (Galaxia Gutenberg)…

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Reportajes especiales en la portada de WMagazín.
Winston Manrique Sabogal

2 comentarios

  1. Hola, Begoña. Muchas gracias por decirlo. Nos alegra que le haya gustado el reportaje. Y gracias por leer y compartir WMagazín. Buen resto de semana. Un saludo.

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