El secreto del éxito de los libros ‘crossover’ de calidad
Las obras que gustan a lectores de todas las edades son un milagro, incluso en la era digital. Analizamos sus claves en este 2021 que celebra varias efemérides de esta clase de títulos: 55 años del Pulitzer a 'Matar a un ruiseñor', 30 de la publicación de 'El mundo de sofía', 20 de 'La sombra del viento' y 'Snowhite', 15 de 'El niño con el pijama de rayas' y 10 de la serie de Bruna Husky
Un sueño de casi todos los escritores es ser leídos por personas de todas las edades y públicos diversos. Pocos logran romper las etiquetas de literatura infantil, adolescente y adulto y crear un llamado crossover de calidad que suele convertirse en long seller. ¿Hay un secreto para conseguirlo, incluso en tiempos de internet? ¿Son milagros? ¿Para lograrlo el autor debe mantener vivo al niño o la niña que lleva dentro a la hora de escribir? Lo cierto es que los niños o adolescentes suelen ser personajes centrales en estas historias en mundos de adultos o camino hacia el despertar de la vida.
“Cuando tenía seis años, vi una vez una imagen magnífica en un libro sobre la Selva Virgen que se llamaba Historias Vividas. Representaba una serpiente boa que tragaba una fiera. He aquí la copia del dibujo”. Con este comienzo memorable de El principito lo logró Antoine de Saint-Exupéry en abril de 1943. Setenta y ocho antes, en 1865, lo hizo Lewis Carroll con Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas.
Esta búsqueda del Grial literario celebra en 2021 seis efemérides exitosas: 55 años del Premio Pulitzer a Matar a un ruiseñor, de Harper Lee (1961); 30 años de la sorpresa global de El mundo de Sofía, de Jostein Gaarder (1991); 20 años de La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón, y Snowhite, de Ana Juan (2001); 15 años de El niño con el pijama de rayas, de John Boyne (2006), y 10 años del comienzo de la serie de novelas protagonizadas por Bruna Husky de Rosa Montero abierta con Lágrimas en la lluvia (2011). En 2022 serán los 25 años de la primera entrega de la serie de Harry Potter, de J. K. Rowling, de 1997.
No importa sin son libros o lecturas analógicas o digitales porque lo que ha confirmado esta ruta imparable hacia lo audiovisual y virtual es que en la gente sigue intacto su deseo eterno de que le cuenten una buena historia llena de sinceridad y verdad.
Crossovers globales
Uno de los más sorprendentes crossovers globales del último medio siglo es El mundo de Sofía, de Jostein Gaarder (Siruela). Sobre todo por la temática: la filosofía. El autor noruego coloca en el centro de su novela a una adolescente de 14 años alrededor de la cual teje un entramado de clases de filosofía por correspondencia, postales, cumpleaños y relaciones sobre las que desanda la historia del pensamiento. La novela se ha traducido a más de sesenta idiomas.
En el caso de El niño con el pijama de rayas (Salamandra), John Boyne la escribió durante dos días y medio con sus noches en un rapto de inspiración en su casa de Dublín. El amanecer del 28 de abril de 2004 se despertó con la historia de ese niño en el Holocausto de principio a fin: «Tuve la sensación de que la voz de ese niño me decía lo que tenía que escribir. Esa voz habitó en mí durante la escritura. Había algo en mí que me decía: ‘No pienses, no lo analices, deja que hable el niño’. Cuando acabé, tuve la sensación de que había escrito algo especial», recordó el escritor en una entrevista que le hice para el diario español El País en 2007.
La novela narra la historia del Holocausto a través de los ojos de un niño judío que se hace amigo en el campo de concentración del hijo pequeño de un militar nazi. Ha vendido más de cinco millones de ejemplares en todo el mundo, se ha traducido a una treintena de idiomas, es lectura en muchos colegios y además fue llevada al cine.
Quince años después de su publicación en 2006, Boyne dice sentirse orgulloso de ese libro porque, entre otras cosas cree que “se ha convertido, durante una generación de jóvenes de todo el mundo, en su primera introducción a un estudio del Holocausto, y que tiene una responsabilidad en sí mismo”.
El escritor irlandés reconoce que siempre fue consciente de eso: “Me aseguré de impresionar a lectores jóvenes por el hecho de que se trata de una obra de ficción -una fábula, de hecho- y enumerar los títulos que recomendaría que lean a continuación. Si se anima a algunos de ellos a explorar más el tema y mantener vivos esos recuerdos, entonces eso, para mí, es quizás el logro más significativo de la novela”.
A pesar del éxito de conectar con públicos de diferentes edades, John Boyne desconfía del término crossover o «novela transversal o cruzada». Él logró borrar las fronteras entre menores y adultos sin proponérselo: “No creo que los escritores deban pensar en esos términos. Un libro debe existir por sí mismo y si encuentra un público que trasciende los grupos de edad, eso es algo maravilloso, pero debería suceder al azar, no diseñado”.
Crossovers en español
En español una de las escritoras que también ha borrado las fronteras de edades y públicos es Rosa Montero. En especial desde hace diez años con la serie de novelas protagonizadas por Bruna Husky, una detective androide del futuro que investiga crímenes y tramas de corrupción y que sabe el día que ella dejará de existir. Habita en un mundo que “no es ni distópico, ni utópico, sino reflejo del actual”. Según la propia escritora es su novela más política y realista, y, quizás, su principal proyecto literario donde reflexiona a fondo sobre problemáticas del planeta y la convivencia y explora aspectos de la condición humana. La serie lleva ya tres títulos: Lágrimas en la lluvia (2011), El peso del corazón (2015) y Los tiempos del odio (2018), todas en Seix Barral.
La lectura de obras de Rosa Montero a todos los públicos no es solo por las Brunas, aclara la escritora. Recuerda que tiene otras novelas que para ella “son plenamente de adultos” y que, sin embargo, ha descubierto con grata sorpresa que gustan mucho a los adolescentes, como Temblor o Historia del rey Transparente…
Para que un libro sea crossover tiene que tener muchas capas, niveles de lectura, reflexiona Montero. Parte del libro, añade, “debe estar escrito desde el mismo sentido de fascinación, trepidación y maravilla que sentiste en tu adolescencia, cuando el mundo se creó para ti. Y luego tiene que tener todo lo demás que vas aprendiendo en la vida, la hondura y la complejidad y la ambigüedad y el conocimiento de la frustración y de la pérdida. Capa a capa de manera que el lector pueda ir identificándose con uno u otro”.
Nada es diseñado con ese fin, afirma Rosa Montero: “Los crossovers son fruto de la casualidad o por lo menos de la inconsciencia. Quiero decir que si pretendes hacerlo consciente y deliberadamente seguro que harás una porquería de libro. Yo nunca me he planteado hacer un libro así, simplemente y en cada caso quise hacer la mejor novela que sabía hacer poniendo en ella todo lo que soy”.
¿Pero hay algo más en las obras de Rosa Montero para llegar a todos los públicos? Ella tiene su propia teoría: “Debe de ser, supongo, porque mi niña interior todavía está muy viva”.
La novela gráfica
La belleza de la novela gráfica suele eliminar toda clase de etiquetas. En español la obra de Ana Juan es uno de los mejores ejemplos con títulos como sus ya clásicos Snowhite o Amantes y la Trilogía del Mar del Norte, Revolución en la tienda de animales, Demeter, todas en Edelvives.
La artista valenciana no sabe por qué sus libros gustan a públicos diversos, pero intuye algunas pistas: “Quizás porque mis libros desde el momento de su creación no han tenido ninguna voluntad de ir dirigidos a un lector específico. He creado los libros pensando únicamente en mí. Tanto mis palabras como las ilustraciones han estado al servicio de la historia que quería contar”.
Esto la lleva a considerar que no cree que los libros deban tener etiquetas de edad: “Hay libros infantiles que pueden llegar a emocionar a un lector adulto y al niño, siempre que esté bien acompañado en la lectura se le puede introducir en muchas lecturas dirigidas a un lector adulto”.
Lo que debe tener un libro de calidad para llegar a todos los públicos Ana Juan lo tiene claro: “Como cualquier otra obra de creación, verdad”.
Reconoce que no es una autora de grandes ventas, pero algunos de sus libros se han convertido en pequeños clásicos, “en un fondo de librería que hace que en mayor o menor cantidad se sigan vendiendo a lo largo de muchos años. Vivimos tiempos en los que no se les da una oportunidad a que los libros encuentren a sus lectores y viceversa y considero un gran triunfo que algunos libros estén siempre presentes en las librerías esta es una victoria mayor que la de ser un superventas para más tarde desaparecer en las fauces insaciables del mercado”.
El ojo del editor
Sigrid Krauss es quizás la editora en España, con el sello Salamandra, que más ojo ha tenido para detectar la calidad y la querencia que pueden despertar estos libros en diferentes públicos. Ya en 1997 apostó por Harry Potter, de J. K. Rowling, que se convertiría en un fenómeno; luego repitió en 2004 con El curioso incidente del perro a media noche, de Mark Haddon, y en 2006 con El niño con el pijama de rayas; además de tener en su catálogo los derechos de El principito, el rey de los crossovers siempre en la lista de los libros más vendidos y leídos en España.
“El Principito debe de ser uno de los primeros crossovers de la historia”, afirma Sigrid Kraus. Pero confiesa que ella no hizo nada para tenerlo en su catálogo: “Se lo debo a mi suegro, Bonifacio del Carril, que lo contrató hace muchos años cuando visitó a Antoine Gallimard en uno de sus viajes a París”.
Otra es la historia de la serie de Harry Potter que contrató casi recién salido el libro en Inglaterra en 1996, pero nunca pensó que podía llegar a ser un crossover. Aunque admite que, de alguna manera, debió de darse cuenta porque que si le gustó a ella que era adulta por qué no iba a gustar a otras personas como ella.
El primer título que Sigrid Kraus contrató “con toda consciencia como un crossover” fue El curioso incidente del perro a medianoche: “Recuerdo que hubo resistencia en la editorial, porque algunos no entendían, por qué creía que una historia que parecía dirigida a adolescentes iba a ser interesante para adultos. Pero cuando lo leí me pareció evidente que era un libro que lo podía leer un niño de 11 años y disfrutarlo por unas razones, y que un adulto lo leería en otro nivel y le daría otro tipo de placer que a un lector joven”.
Así es que contra la opinión de algunos se empeñó en publicarlo en la colección de narrativa y salió bien. Esto le dio seguridad y ánimos “para seguir confiando en esta intuición y fue por lo que me atreví también con El niño del Pijama de rayas”.
Todas estas experiencias, reconoce Kraus, la han hecho reflexionar sobre las etiquetas que se ponen a los libros: “En la literatura a lo mejor no deberíamos dividir el público por edades. Yo misma leía a Tolstoi con 12 años, claro que no entendía muchísimas cosas, para mí era una novela romántica. Los libros nos hablan según nuestras experiencias, nuestro entorno, hay tantos elementos que influyen que quizás la edad, precisamente, no es tan importante como creemos. Creo que como padres, maestros, libreros, bibliotecarios es importante que tengamos esto en cuenta y animemos a los lectores más jóvenes a que se dejen guiar por su curiosidad y no piensen que ciertos libros no son para ellos, y viceversa. Que como adultos conservemos la apertura de mente para acercarnos también a libros supuestamente ‘juveniles’ o ‘infantiles’ porque nos pueden descubrir grandes escritores”.
Como dice El sobrero loco, en Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas: “Comienza por el comienzo y cuando termines de hablar… te callas”.
Libros de todos los tiempos y para todos los públicos
Bruna Husky, serie, de Rosa Montero: Lágrimas en la lluvia (2011), El peso del corazón (2015) y Los tiempos del odio (2018), todas en Seix Barral.
El curioso incidente del perro a media noche, de Mark Haddon (Salamandra)
El diario de Ana Frank, de Ana Frank (Debolsillo).
El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger.
El mundo de Sofía, de Jostein Gaarder (Siruela).
El niño con el pijama de rayas, John Boyne (Salamandra).
El principito lo logró Antoine de Saint-Exupéry (Salamandra).
El señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien (Minotauro).
Harry Potter, serie de J. K. Rowling, (Salamandra).
El mundo de Sofía, de Jostein Gaarder (Siruela).
La historia interminable, de Michael Ende.
La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón (Planeta).
Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll.
Matar a un ruiseñor, de Harper Lee (Harper Collins).
Snowhite. Ana Juan (Edelvives).
Un monstruo viene a verme, de Patrick Ness.
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