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Viaje al futuro del libro.

El viaje de los libros hacia el futuro empezó con la invención de la página en el siglo XII

Piedad Bonnett, Irene Vallejo y Juan Villoro conversaron de la lectura y su importancia en el Hay Festival de Cartagena de Indias 2022. Segunda y última entrega de este encuentro

«La invención de la página en los siglos XII y XIII es más importante que la invención de la imprenta porque la imprenta populariza los libros, pero el concepto de poder leer por ti mismo es algo extraordinario». Así de claro y contundente se mostró Juan Villoro cuanod habló del futuro del libro en una época donde somos primitivos de una nueva era.

El escritor mexicano participó con las escritoras Piedad Bonnett, de Colombia, e Irene Vallejo, de España, en el 17º Hay Festival de Cartagena de Indias en Colombia, del 27 al 30 de enero de 2022, en la conversación Libros, la revolución que permanece, moderada por Winston Manrique Sabogal, director-fundador de WMagazín.

Esta es la segunda y última entrega de este encuentro (lee la primera parte aquí) entre los tres escritores que hablaron de cómo el libro impreso ofrece una experiencia más enriquecedora al involucrar los sentidos y las emociones y de cómo un escritor se enfrenta a los ecos de la tradiicón y los llamados de la innovación e exploración literarias.

Winston Manrique Sabogal. Juan, que también escribe obras de teatro, en Conferencia sobre la lluvia, dice: «Mientras haya necesidad de encontrar otras manos, habrá libros de papel, lo mas importante de los libros son las manos que los entregan”.

Juan Villoro:

Esta frase surge del hecho que hoy que tenemos la posibilidad de leer en muchos formatos y plataformas. La lectura se ha vuelto atmosférica, subimos a un ascensor y aparece una línea de luz con noticias, en fin… Estamos rodeados de la letra y aunque eso no necesariamente quiera decir que estamos leyendo literatura, pero estamos inmersos en mensajes de texto y, por supuesto, la invención del libro electrónico, que tiene muchas ventajas, nos ha llevado a pensar que los libros desaparecerán tal y como los conocimos… Pero Umberto Eco dijo que el libro en papel se inventó bien; es como la tijera o el peine o la rueda, no hay una manera de diseñar otro mejor, entonces podríamos nosotros pensar en un ejercicio contrafactual y considerar qué hubiera pasado si la literatura solo hubiera existido en pantalla como sucede hoy en día; si la lectura ocurriera en descargas electrónicas y que nunca se hubiera creado el libro en papel hasta que alguien hubiera salido a decir que tendría un invento nuevo, es un libro en papel y tiene ventajas con respecto a la computadora, la Tablet y los smartphones.

El libro estimula los cinco sentidos, no tiene obsolescencia programadas, lo puedes usar durante año, no se rompe… Es una experiencia total: se abre como una ventana y una puerta, tiene virtudes superiores… Para muchos hubiera sido una superación, además, cada vez que hay tecnología se aprecia más lo artesanal. Ahora hay comida orgánica, por ejemplo, con respecto a la industrializada. El libro en papel tendría sentido artesanal. Lo más importante del libro en papel es que crea comunidad, se ajusta a la anatomía humana, el cuerpo está hecho para leer en papel. De modo que cuando los libros pasan de mano en mano se lo damos a otra persona, dedicados, estamos creando fraternidad de lectores que es más difícil. Se puede mandar una descarga, pero es menos personal. La verdad es que ahí es donde está la fuerza de los libros. Por eso digo mientras haya necesidad de otras manos, habrá libros en papel.

Piedad Bonnett:

He leído que los libros están estrechamente relacionado con las emociones. Es fundamental la cercanía física del padre con el libro y que los niños que han tenido esa experiencia son los que más fácilmente entran al terreno de la lectura. Pero me enteré que el cerebro no está programado para la lectura… no hay ninguna función del cerebro que habilite al ser humano para la lectura, es un descubrimiento de la civilización relativamente reciente. En el último siglo lo que ha hecho es reformatear el cerebro de las personas. De hecho, ahora se está reformateando, la gente no se concentra, por eso afronta la lectura de manera dispersa. Ese libro de Daniel Penac que se llama Como una novela habla de las campañas sobre la lectura y presión absurda a los estudiantes diciéndoles que no son perfectos… El caso es que Daniel se dijo, Cómo hago para motivar a los estudiante, y empezó a leer en voz alta. Yo tuve un profesor malísimo, con los dedos llenos de nicótica, y decía ¿Quién quiere leer? Yo leía en voz alta, quería fascinar a mi auditorio. Creo que aprendí más con ese profesor pésimo que con el que me ponía a buscar las metáforas.

Juan Villoro:

Podríamos agregar otro elemento a propósito de lo que dice Piedad: Para lo que sí se programó el cerebro desde hace milenios es para la tercera dimensión. Es decir, para entender el mundo en relieve. Es mucho más fácil desde el punto de vista cognitivo entender las cosas que tienen relieve y una de las diferencias fundamentales entre el libro en papel y la lectura en pantalla es entre el relieve y lo plano. Por eso hay estudios que separan a grupos de estudiantes y los que estudian en papel aprenden más. Es más fácil retener las cosas cuando sabes, por ejemplo, cuánto te falta, tiene relación con el volumen y el aprendizaje, lo puedes medir, son milenios de experiencia…

Desde la derecha: los escritores Juan Villoro, Irene Vallejo y Piedad Bonnett, en conversación con Winston Manrique Sabogal, director de WMagazín, en el Hay de Cartagena de Indias 2022, en el Teatro Adolfo Mejía. /Foto cortesía de Daniel Mordzinski

Winston Manrique. En 2018 la Premio Nobel de Literatura, la polaca Olga Tokarczuk, en su discurto de aceptación hacía referencia a aquello que nos conecta con el libro y agradecía a su madre por que le leía. También escribió: “Sueño con un nuevo tipo de narrador, una ‘cuarta persona’ que no es solamente una descripción gramatical”.

Piedad Bonnett:

Es que el escritor siempre ha estado cambiando. La historia de la literatura es renovación frente a la tradición, y saqueo de las tradiciones más antiguas frente a la tradición. Pero siempre tratando, primero de que la voz personal haga sus propias modulaciones; segundo, el escritor siempre tiene que estar mirando el espíritu de los tiempos, de la época. Entonces uno está rastreando siempre las literaturas contemporáneas y uno como escritor es un ladrón nato. Cuando uno está escribiendo un libro primero tiene mucho miedo de caer en el plagio, tiene que separarse y hacer que su propia voz se ponga sobre los miles de ecos que tiene. Pero uno también sabe cuáles son los autores que le gustan y el tiempo de aproximaciones que le gusta. Como Borges decía la originalidad es imposible. A otros les gusta la experimentación. Entre esos dos extremos estamos los escritores tratando de innovar las historias narrativas. No creo que haya demasiadas posibilidades. Sergio del Molino dice en su libro La piel que el acto sexual no tiene mas de 40 variantes, y eso creo que es mucho, que si uno se pone a ver hay muchas otras formas de innovación que en el acto sexual. Creo que con la literatura pasa eso, tú puedes romper moldes, pero hay unos límites y vamos de lo más tradicional a lo más rompedor -palabra que odio-.

Irene Vallejo:

Es curioso porque lo que considera cada época novedad también es distinto. En la antigüedad era innovador aquel autor que era capaz de tomar un símbolo, un tema, un motivo y darle un voz, un matiz, muy tratado por la literatura y darle enfoque diferente, más que aquel que elegía algo nuevo y distinto. Eso era más sutil explorando constantemente lo que la literatura ya había narrado, ya había explorado y saber darle coloración personal.

Para los antiguos el concepto de lo nuevo era muy peyorativo, estaban más bien tratando resaltar la parte más tradicional de todo lo que hacían. Ahora estamos en el otro extremo, negamos la parte que nos enraíza con la tradición y queremos mirar sobre todo esa impronta nueva, individual, original que hemos puesto nosotros mismos. Cuando ninguna de las dos versiones es totalmente cierta porque necesitamos también tener la humildad de reconocer cuántas deudas hay en todo lo que escribimos, cuántas fórmulas y frases e imágenes hemos heredado de otros y cómo el lenguaje es algo que nos viene dado desde el exterior y que nos pasamos toda la vida intentando apropiarnos y hacer que exprese nuestras emociones con unas palabras que son necesariamente prestadas. Yo creo que ahí está la poesía. Quizá el extremo mayor de la apropiación del lenguaje, donde vamos a la tensión con la intimidad más grande, donde hacemos los mayores experimentos con el lenguaje para llevarlo a contar lo más íntimo. Eso de adivinar el espíritu de la época a veces te da grandes sorpresas. Cuando escribí El infinito en un junco estaba absolutamente convencida de que no tenía nada que ver con el espíritu de la época y que solo le iba a interesar a tres o cuatro lectores y mi propia época me ha sorprendido totalmente mostrándome que algo que yo creía profundamente minoritario interesaba a más personas. Así que el libro que nacía de una convicción y un entusiasmo más íntimo ha sido el que después de todo mucha gente ha leído.

Juan Villoro:

Ha habido muchos cambios en la forma que leemos. Irene ha trabajado el tema de una manera muy amplía en su libro y muy estimulante. Es difícil entender en qué época estamos inmersos, entre otras cosas porque somos los primitivos de una nueva era, no sabemos a dónde nos va a llevar el océano digital que contemplamos desde una orilla. Pero me atrevo a decir que estamos en un cambio que no ocurría desde por lo menos el siglo XII o XIII cuando se inventó la página. A mi me gusta recordar un libro extraordinario sobre la lectura que es En el viñedo del texto, de Iván Illich, que fue erudito, sacerdote, cristalógrafo excepcional. Para él es lo más importante en la transformación cultural del ser humano porque antes de que exista la página existen otros tipos de libros, rollos de papel que se leen en colectivo, hay numerosos testimonios de la edad media de que para leer se necesitaba buena salud porque era un esfuerzo físico, hay que leer en voz alta para que los demás entendieran y la invención de la página con los escolásticos del siglo XII y XIII es algo maravilloso porque se reduce el espacio de la lectura y se crean los renglones, los párrafos, el punto y aparte… Una serie de cosas que nosotros damos por sentado, por ejemplo, la idea del párrafo. La estructura que tenemos hoy en día de un libro prácticamente se define con la página, y el libro de Illich se llama así porque etimológicamente página tiene que ver con viñedo, es decir, las letras se alinean en la página como si fueran los surcos de un viñedo y esto es así para tranquilizar a los usuario de aquel tiempo de que el libro, que era un invento novedoso, les decían tu vas a cosechar letras, todo es simbólico. La gente en un entorno rural, dice «ahh bueno esto no es tan raro». Pero lo más importante es que la lectura a través de la página permitió pasar de la lectura colectiva, en voz alta, a la lectura silenciosa. Pero qué sucede cuando se lee de manera individual, alguien puede pensar por cuenta propia porque está estableciendo un diálogo distante con otra persona lejana. La invención de la página es más importante que la invención de la imprenta porque la imprenta populariza los libros, pero el concepto de poder leer por ti mismo es algo extraordinario.

Desde el siglo XII hasta ahora no había cambiado tanto la práctica lectora. Hace poco decía que la lectura se ha vuelto atmosférica, y es que uno se entera de cosas y no sabe de donde proviene esa información. Yo me enteré hace poco que Ben Affleck había vuelto con Jennifer López, y juro por lo más preciado que no sé cómo me enteré, y no me interesaba particularmente. Este tipo de acercamiento tan disperso a la lectura es totalmente distinto. Lo decía Piedad que los chicos de hoy en día tienen cinco ventanas abiertas en el ordenador y están simultáneamente en muchas cosas. Yo creo que nos lleva a otra manera de leer y la reflexión fundamental que yo hago es muy útil disponer de las redes sociales, de internet… ya no se consultan las enciclopedias, antes los eruditos eran los motores de búsqueda, hoy tenemos motores de búsqueda.

Es muy útil la red cuando sabes qué vas a buscar, pero meterte en la red a ver todo lo que hay ahí sabemos que es imposible. Entonces, es una herramienta útil, pero ese mucho más útil si tienes acceso a los libros que es una visión de conjunto. Podemos decir que las redes te llevan a la isla que tu quieras, pero solo la lectura tradicional te da el océano que une todas las islas. Entonces quien tiene ese acceso puede relacionarse mucho mejor con el mundo digital.

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Diana M. Horta

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