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Emmanuel Carrère: «El último contacto con la verdad informativa de los medios está en extinción»

El escritor y periodista francés habla con Juan Gabriel Vásquez en el Hay Festival digital de Colombia. Con dos de los autores que han marcado la literatura de sus respectivos países en el siglo XXI abre WMagazín, con apoyo de Endesa, la cobertura especial de la primera gran cita literaria de 2021

Con Emmanuel Carrère y Juan Gabriel Vásquez, dos de los escritores que han marcado la literatura del siglo XXI en Francia y Colombia, abrimos nuestra cobertura de retransmisiones de conversaciones del Hay Festival digital de Colombia en 2021.

La conversación parte del último libro de Carrère (París, 1957), Yoga (Anagrama). En esta obra el periodista y escritor francés da un paso más allá en la exploración de nuevas formas narrativas que rompen las etiquetas al mezclar la autobiografía con la actualidad del mundo y ciertos toques de ficción. Carrère destaca por títulos como El bigote, Una semana en la nieve, El adversario, Una novela rusa, Limónov y El Reino. (la conversación se transmitió en directo el 25 de enero de 2021).

En este encuentro, Carrère amplía las reflexiones y experiencias trasladas en su libro que parte de una profunda depresión que padeció durante tres años. Sintió su vida abismada en no se sabe qué, al punto de que se sometió a electrochoques que le han dejado algunas secuelas como la pérdida de memoria reciente. Pero, a la vez, le permitieron seguir en su exploración literaria para resurgir y salir de lo que él llama «el pozo».

Es una obra de varios capítulos de diferentes temas que van del terrorismo a la depresión cuya unidad es él, y su enfrentamiento a ese episodio de su vida. Carrère confiesa: «Como William Hurt, a quien entrevisté hace varios años, creo que tratando de ser mejor persona puedo ser mejor escritor».

El autor francés deja, además, huellas del acto de escribir o de su acercamiento a la escritura: «La literatura no es enjuiciar, la literatura es entender».

Carrère procede del periodismo y sus reflexiones sobre el presente de la profesión y los medios de comunicación son muy críticas y sombrías, debido a la realidad del mundo digital. Llega a decir a Juan Gabriel Vásquez que «El último contacto con la verdad informativa está en extinción».

Emmanuel Carrère (izquierda) y Juan Gabriel Vásquez.

Los siguientes son algunos de los momentos más relevantes de la conversación:

Juan Gabriel Vásquez. Tu libro Yoga es un nuevo integrante de esta familia de libros entre los que están El reino y Una novela rusa y, a la vez, es algo diferente. Me parece que estos libros relatan una historia y narran la forma de escribirla mientras que en este te refieres más a cómo tu escribiste ese libro sutil. ¿Puedes hablarnos del nacimiento de esta obra?

Emmanuel Carrère. Es un libro diferente de lo que me proponia escribir. Yo ejercito yoga desde hace muchos años. Estas disciplinas originarias de Oriente y que através de un trabajo físico se proponen una transformacion de la conciencia. A la vez me dije que estos 30 años de experiencia me podría escribir estos de manera muy sencila y familiar, como los libros de desarrollo personal. Me decía que podía hacer algo no mejor, pero sí diferente. Estos libros de desarrollo personal parten del principio de que uno es sabio y que el camino que uno sigue sería mejor, pero yo pensaba en e cmaino de una persona bastante neurótica. Lo escribí con una sonrisa pero por la realidad que se impuso se convirtió en otra cosa, con esta sentencia judía que suelo citar que dice: Es a través de tus proyectos que te revelas.

J. G. Vásquez. Tus otros libros emplean digresiones, pero Yoga en sí mismo es una enorme digresion sobre terrorismo, emigrados, la depresión. Pensé en Lawrence Trent que dice Voy progresando a medida que voy haciendo digresines o regresiones.

E. Carrère. Efectivamente, no son reflexiones sobre terrorismo o depresiones. Todo eto tiene en común como lo vemos que no hay nada de estos relatos con un motivo para estar en el mismo libro. La única unidad es que narra tres o cuatro años de mi vida que son muy caóticos. Decir que no solo soy narrador sino a la vez protagonasita. Y así ocurrieron todas estas cosas pero en el fondo va la intención de alejarse muhco de esa primera visión que tenía sobre el yoga, pero si pienso que es un libro sobre yoga.

Un momento de la conversación digital entre Emmanuel Carrère y Juan Gabriel Vásquez, el 25 de enero de 2021 en el Hay de Medellín /WMagazín

J. G. Vásquez. Te vales de ese punto de partida del yoga para tratar de encontrar metáforas del yoga, como si el yoga fuera una clave de interpretación del mundo.

E. Carrère. El hecho de utilizar el término yoga lo hago de una manera muy amplia. (…) Podriamos decir que yoga un trabajo sobre el cuerpo y la cociencia y que a través de ese trabajo sobre el cuerpo intenta unificar de l amejor manera posible la conciencia. Esto busca obtener una mayor lucidez, presencia y mejorar lo que nosotros somos.

(…)

Montaigne es el extremo de la meditación. Con una fidelidad increíble sigue su pensamiento y a la vez se moviliza por todo este aspecto tumultuoso porque hay un flujo de la conciencia. Lo interesante en el yoga y la meditación es que, en el fondo, son prácticas de poner atención. Todo aquello que nos agita, nos estremece, nos distrae y nos hace ir podemos erradicarlo, pero ya el verlo está bien. Eso nos permite suponer que podemos apaciguarlo.

Vásquez. Montaigne está muy presente en mi lectura. Me parece que la diferencia más marcada entre Yoga y tus otros libros es esa técnica del montaje con capítulos muy breves, pequeños ensayos como los de Montaigne.

E. Carrère. Me complace que digas eso, porque para mí es como las mezclas que hacemos. Componer un libro con pequeñas unidades de 5 páginas como máximo, o media página, incluso. En Yoga estas pequeñas unidades tienen un título y me divertí buscándolas. Fue novedoso para mí. Es como un montaje de cubos. Como dices, uno puede tomar en cunta una materia muy dispar y a la vez hablo de una manera bastante relajada, pero lo que contamos no es divertido. Son años duros e importantes de mi vida.

Vásquez. Me encantó el descubrimiento que haces de Martha Argerich.

E. Carrère. Es una pianista de origen argentino que ahora roza los 70 años. En un momento dado alguien me da como regalo un enlace a un vídeo de Martha Argerich, Polonaise Nº6 de Chopin. Son 5 o 6 minutos en los que ocurre algo increíble, como en un paraíso. En el fondo me encanta que mucha gente que leyó el libro me dé las gracias por que ahora escuchan una y otra vez a Martha Argerich. A mí me lo regalaron y yo lo regalo también.

Emmanuel Carrère durante la conversación con Juan Gabriel Vásquez en el Hay de Medellín. /WMagazín

Vásquez. Hay otra sección muy breve donde nos hablas de una entrevista con el actor William Hurt.

Carrère. Yo era muy joven y periodista de cine. Había entrevistado a William Hurt. Estaba en un palacio parisino, parecia hippie. Me explicaba que en el fondo lo que le importaba era convertirse en una mejor persona. Yo era joven y un poco cínico y como que le dije que por qué le importaba tanto convertirse en mejor persona. Me miró fijamente y dijo: Bueno, porque así puedo ser un mejor actor.

A mí me parece que yo también hago, a veces, esos esfuerzos por ser mejor persona. Siendo muy honesto, creo que eso me hará un mejor escritor.

Vásquez. Esto me hace pensar que es muy ventajoso tener tu último libro enel cual hablas de Orlando Figes, si de ese vacío que se abre entre aquel que realmente sintió el temor y el dolor y aquel otro que no lo vivió, pero trata de entenderlo. Hablas de los límites de nuestra empatía como escritores. Algo que toca a tu propia evolución cuando hablas de los jovenes, los refugiados con quienes te has enconrado. ¿Cómo enfrentarse a ese vacío, a esas limitaciones de nuestra capacidad de comprender?

E. Carrère. Se hace lo mejor que se puede. Sabemos que la misería, el temor, o vivencias extremas como los campos de concentracion con los que la experiencia de la vida es diferente a la de otros que jamás pasaron por allí. Ser testigo de eso no impide que se pueda hablar de ello, es legítimo, y uno puede hacer que tenga un eco en la propia experiencia. Hablas de Orlando Figes que escribió libros destacados sobre la antigua Unión Soviética, al igual de Solchenitzen. Si la experiencia de ellos es real eso no impide que otros escriban sobre ello. Es prácticamente mi libro El reino es un relato de la historia de Lucas, el evangelista, que trata de escribir algo de una historia de la que no fue testigo, pero escribe de la mejor manera y recurriendo a la ficción. Eso me parece pertinente.

J. G. Vásquez. Háblanos de la manera como exploras la depresión, de esa patología que no sabías que tenías a los 60 años y que puede servir a mucha gente.

E. Carrère. Me refiero a algo que viví, depresión melancólica y melancólico no es en este contexto algo solo triste sino estar en un abismo. Esta especie de camino psiquiátrico que me llevó a estar internado en un hospital con un diagnóstico, también, de bipolaridad. Me pareció muy esclarecedor de muchas cosas en mi vida con las que había tenido que batallar. Fue importante que eso tuviera un nombre y me pudieran tratar. Era como una biografía psiquiátrica, el núcleo del libro. (…)

La bipolaridad lo que hace es exagerar aspectos de cada uno. La vida grata y momentos oscuros. El problema de la bipolaridad es amplificar estos dos estados que todos tenemos. El yoga trata de que podamos hacer compatibles esos dos estados. Ese es el tema de este libro.

J. G. Vásquez. Después de la depresión melancólica pasaste por electroshock.

Carrère. En Francia ya no usamos ese término porque la gente lo asocia a alguien loco. Es convulsoterapia, o algo así. No sé si fue eso lo que me permitió salir de ese pozo en el que estaba. Cuando uno atraviesa ese tipo de tratamiento los psiquiatras creen que es un último recurso.

Vásquez. Tú hablas de que padeces una especie de alteraciones de la memoria después de estas sesiones de electroshok. Y la memoria es fundamental en tus escritos.

Carrère. Pasará, pero no está totalmente revertido. Es la memoria de corto plazo. Nuestra última conversación, por ejemplo, la recordaría mucho mejor. (…)

Un beneficio secundario es que para ejercitar mi memoria empecé a leer poesía, Baudelaire y otros poetas. Como no hay mal que por bien no venga me he convertido en ferviente lector de poesía.

Vásquez. El libro es como una pantalla de tu conciencia con imágenes.

Carrère. Yo soy un escritor para quien el fluir del pensamiento es importante. Es una manera de apuntarlos con la mayor fidelidad posible, ese fluir de la conciencia es interesante. (…)

Juan Gabriel Vásquez y Emmanuel Carrère en el Hay de Medellín en conversación digital. /WMagazín

Vásquez. Hay un homenaje que rindes a tu editor cuya muerte te impacto. Cómo fue tu relación con él y cómo él se sorprendió de que tú escribieras con un solo dedo y que te ayudó a mejorar tu forma de escribir.

Carrère. En 1984 publiqué con él mi primer libro y durante 35 años me matuve en esa casa editorial. Una relación que se convirtió en uno de mis mejores amigos. Él murió justo en los tres años en que yo tuve este problema y sobre el cual escribo en Yoga. Un día estaba en un hotel y me vio con mi tableta y me dijo ¿cómo, tú escribes con un solo dedo? Sabes que si escribes mecanografía ganarías mucho tiempo. Yo no escribo para ganar tiempo. Luego me dijo no se trata de ganar tiempo eso de tener delante de ti, despues de todo es uno de los eventos más importantes de tu vida, imagínate que tu lograses cambiar la condición. Es como un poco cambiar toda la parte de tu combinación. Paul falleció y aprendí. Uno escribe más rápido pero también comete más errores. A los 60 años cambiar el método de escritura a lo mejor cambió algo.

J. G. Vásquez. Si cambiamos la palabra yoga por literatura hay un momento en que dices «La literatura es no enjuiciar«.

E. Carrère. Me encanta que lo digas porque lo creo, la literatura es prestar atención.

A diferentes preguntas Carrère contestó:

-Yo suelo ser transparente sobre lo que es ficción o no. Es importante decir a los lectores dónde empieza la ficción y dónde termina la realidad.

-No hay que confundir ficción y mentira. Hay que tenerlo claro. Si es ficción no quiere decir que sea mentira. Hay un contrato con la ficción pero también en la autobiografía de decir la verdad. Por eso cuando esta parte autobiográfica entra en un aspecto de ficción siento la obligación de decírselo al lector.

-El periodismo en el contexto en que lo conocí es prácticamente imposible por razones prácticas: no hay dinero. Los periódicos no tienen la forma de pagar a los periodistas para que vayan al lugar de los hechos. Es un periodismo importante, pero hoy por hoy, ha sido sustituido por la información de las redes sociales donde no se puede verificar donde la gente dice cualquier cosa. Por eso nos encontramos en una especie de mundo de realidades alternas, como dijo Trump.

-Uno de los fundamentos del periodismo tiene como contrato decir la verdad, mientras que como escritor no porque uno se puede ir por la imaginación.

-Los periódicos desaparecen. Las grandes agencias van cerrando oficinas. El último contacto con la verdad y la realidad de la información está en vía extinción.

La programación y cobertura de WMagazín de esta edición del Hay digital Colombia la puedes ver en este enlace.

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