Esplendor y derrota de la República de Weimar, a manos del nazismo, como alerta al presente
La exposición 'Tiempos inciertos. Alemania entre guerras', de CaixaForum Madrid, muestra la explosión de creatividad y búsquedas de cambio para un mundo más igualitario tras la incertidumbre dejada por la Primera Guerra Mundial. Este fotorrelato es un viaje que conecta al pasado con la actualidad
¿Los ecos del esplendor de la República de Weimar (1919-1933) y la barbarie de la ultraderecha y del nazismo que acabó con ella son una ventana al presente? Fue uno de los pasos traumáticos de la modernidad a la posmodernidad que permite ver que los tiempos inciertos redescubren en las personas las ganas de vivir, de la creatividad y del ingenio, pero, también, “despiertan monstruos”. Preguntas, reflexiones y dudas que sobrevuelan la exposición Tiempos inciertos. Alemania entre guerras, de CaixaForum Madrid, hasta el 16 de febrero de 2025. Una muestra que no solo recuerda un hecho histórico, sino que dialoga e interpela al espectador.
Los años veinte del siglo XX son la prueba, un paréntesis, un eslabón clave en un momento convulso de nuestra historia. Allí, en Alemania, cristalizaron, tras la hecatombe de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), ecos oscuros del pasado, se fortalecieron ideas de la Ilustración y se sentaron las bases de un mundo que nos acompaña hasta hoy, pero cuyas aspiraciones fueron interrumpidas por el nazismo y la Segunda Guerra Mundial. Fue una explosión de búsquedas estéticas, culturales, artísticas, sociales, científicas, políticas, económicas, tecnológicas y de ocio como respuesta a la incertidumbre dejada por la Gran Guerra que minó el futuro. Este conflicto sepultó, definitivamente, el mundo burgués caduco y abrazó los cambios que se venían abriendo paso desde finales del siglo XIX para insuflar de novedades a la humanidad en su intención de igualdad, por ejemplo.
Un gran destello que escenificó todo esto fue la llamada República de Weimar, «un momento estelar que influyó en el resto del mundo», afirmó Pau Pedragosa, filósofo, arquitecto y uno de los dos comisarios de la exposición, junto a Chus Martín, en la inauguración de la misma.
Quince años bastaron para trazar líneas de porvenir, ver de todo lo que era capaz el ser humano en cuanto a creatividad, ideología, emociones, con todos sus claroscuros, intolerancia, insolidaridad, incomprensión frente a los otros y un fortalecimiento de la individualidad. “Los tiempos inciertos despiertan a los monstruos”, lamentó Pau Pedragosa. Lo dijo en medio de su descripción del esplendor de aquellos años, para recordar que en la belleza también anidan las tinieblas y que el ser humano no parece aprender de sus errores, cuando conectó un hecho ocurrido en 1924 con el presente de 2024: “Fue cuando hace un siglo la extrema derecha ganó las elecciones regionales en Turingia, donde está Weimar, y ahora ha vuelto a suceder porque allí mismo acaban de ganar los ultras de Alternativa para Alemania. (…) Es importante reflejar estos paralelismos”.
Tiempos inciertos. Alemania entre guerras es mucho más que un viaje al pasado, es sobre todo un recordatorio de la grandeza que puede alcanzar el ser humano y de sus miserias que terminan afectando a todos. Pues la República de Weimar fue arrasada por el nazismo.
Una época que se puede leer en obras y autores allí citados: desde Los Buddenbrook, de Thomas Mann, y El mundo de ayer, de Stefan Zweig; hasta La Alemania de Weimar. Presagio y tragedia, de Eric D. Weitz, o las obras de Martin Heidegger
El siguiente es un recorrido en diez estaciones por esta exposición que acoge casi un centenar de obras entre pinturas, esculturas, fotografías, películas y documentos:
'Tiempos inciertos. Alemania entre guerras'
El mundo de ayer
Bajo el título del libro de Stefan Zweig, el recorrido de la exposición empieza en un salón burgués decimonónico que representa la estabilidad y la tradición europeas, mientras suena El Danubio Azul, de Johann Strauss, que representa a la perfección la novela Los Buddenbrook, de Thomas Mann. Luego, el salón da paso a la proyección en sus paredes de un vídeo sobre los antecedentes y detonante de la Primera Guerra Mundial. Es el momento de la Consagración de la primavera, de Igor Stravinsky, “una de las obras fundamentales de la vanguardia musical del siglo XX, que representa la pulsión de ruptura artística con ese orden y es a la vez una anticipación de la ruptura real dentro de Europa que será la Gran Guerra”, según CaixForum.
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Las trincheras del futuro
Del mundo de ayer se pasa al infierno de la guerra: a una zona entre tinieblas que reproduce una trinchera como una serpiente en cuyos tablones se iluminan las cifras de la tragedia: diez millones de soldados muertos…
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La salida del túnel con la República de Weimar
Tras la derrota de la Gran Guerra, el Imperio Alemán buscó su reinvención. El 31 de julio de 1919 proclamó su nueva constitución en la ciudad de Weimar. La misma donde Goethe y Schiller, símbolos de las artes y del pensamiento habían apadrinado la Ilustración para Alemania y contribuido a la apertura de un mundo que se encaminaría a la democracia, la igualdad y los derechos. En esta sala se traza el arco que va desde la voluntad democrática representada en la constitución, con sus tormentas políticas, sociales, económicas, militares y revueltas que incluyen el ascenso de Adolf Hitler y su elección en 1933.
Este período, aunque democrático, se caracterizó por la gran inestabilidad política y social, en el que se produjeron golpes de Estado militares y derechistas, intentos revolucionarios por parte de la izquierda y fuertes crisis económicas
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La revolución individual, la masa
En este espacio se ve cómo el yo vive en este periodo un despertar muy fuerte en el cual impactan las nuevas estrategias políticas de un mundo convulso y en un país que intenta sobreponerse a sí mismo, mientras se recrudecen las tensiones ideológicas. El individuo entra a formar parte de la masa, a descubrir el poder de ésta. Unas fotografías de August Sander ejemplifican lo anterior, junto a fragmentos de las distopías del futuro tecnológico expresadas en la película Metrópolis, de Fritz Lang, o de la propaganda nazi de El triunfo de la voluntad, de Leni Riefenstahl. Es un momento en que el arte deja de ser inocente y se politiza.
“A la estetización de la política que propaga el fascismo, el comunismo responde con la politización del arte”: Walter Benjamin.
“El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma”: Bertolt Brecht
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Destellos de vida y futuro
Con la pugna entre el pesimismo, la esperanza, la incertidumbre y el positivismo empezó la República de Weimar. Aquí azuzada por una hiperinflación entre 1919 y 1923 que aumentó la brecha entre la ciudadanía, hasta que en 1923 todo colapsó, “pero la voluntad de estabilidad y justicia social del Gobierno de la República, así como del sistema económico permitieron una recuperación que dio origen a los denominados dorados años 20, de 1924 a 1929, una época de tolerancia, experimentación y creatividad, sobre todo en las grandes ciudades”.
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Nuevos roles de género
La apertura intelectual, social y creativa impulsa los cambios los cuestionamientos de la identidad tradicional del género mediante nuevas representaciones y concepciones de los roles. “La Neue Frau (nueva mujer) emancipada rompió con la vida convencional y reconfiguró una imagen de mujer que podía ser independiente, fuerte, andrógina y activa social y políticamente”. Obra de varios artistas lo ejemplifican: August Sander, Karl Hubbuch, Jeanne Mammen, MarianneBreslauer…
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Paraíso de la creatividad y del arte
Con un país más o menos estable, pero que había dejado un campo fértil para los artistas, las búsquedas y experimentaciones hicieron que convivieran diferentes estilos: el expresionismo, el dadá, el constructivismo, y la nueva objetividad. La exposición muestra obras de Lovis Corinth, Johannes Itten, Karl Schmidt-Rottluff, Otto Dix, Christian Schad, Sándor Bortnyik, El Lissitzsky, Raoul Hausmann, Kurt Schwitters…
Es el nacimiento de la Escuela de la Bauhaus que “rompe la diferencia entre arte y técnica mediante un modelo pedagógico innovador de teoría y práctica para crear un nuevo objeto industrial».
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La ciencia y la incertidumbre
Los fundamentos de la ciencia determinista se tambalean ya que “confía en la capacidad de alcanzar verdades objetivas y desvelar el comportamiento de la naturaleza y del mundo con precisión por medio de la física y de las matemáticas. Este posicionamiento se ve cuestionado por la física cuántica. Todo esto afecta no solo a la ciencia, sino también a otros ámbitos del conocimiento”.
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La crisis de la razón
Si la filosofía produjo grandes cambios a finales del siglo XIX, los cambios suscitados por la ciencia trajeron nuevos paradigmas filosóficos: “el proyecto humanista de emancipación y de progreso moral, heredero de la razón ilustrada de la filosofía de Kant, que es desacreditado y puesto bajo sospecha por la filosofía existencialista, representada por Martin Heidegger”.
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El fin del sueño democrático
La euforia y años fértiles ante la creatividad y la igualdad eran lo más visible, pero debajo seguían el inconformismo, la sombra de la derrota, el anhelo de revancha o de venganza. Todo lo avanzado se fue al traste. La quema de libros en 1933 por grupos nacionalsocialistas representa el fin de una época y de un proyecto democrático. “La esperanza puesta en los sueños de la razón acabó despertando monstruos dormidos en su sombra. El fin de la república conduciría a la Segunda Guerra Mundial, que no deja de ser sino la continuación de la Primera».
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Excelente artículo que armoniza una crónica de lo que fue una época de reivindicaciones de todo tipo: «Esplendor de la República de Weimar», que, combinada con fotografías del arte y los comentarios de ciencia y pensamiento de la época, es muy descriptiva y analítica. La pregunta es si aceptan colaboraciones de quienes realizamos documentales sobre cultura y medio ambiente y escribimos sobre los mismos temas.»
Qué maravillosa revista tienen!!Este artículo sobre la exposición «Tiempos inciertos» es espectacular. Mis más sinceras felicitaciones y agradecimiento por el trabajo que realizan y del cual podemos disfrutar.
Hola, Marcela. Nos alegra que le guste la revista. Muchas gracias por sus palabras tan motivadoras. Un saludo!
Hola, Marcos. Nos alegra mucho que le guste el fotorrelato y la revista. Gracias por sus palabras. En cuanto a colaboraciones somos una revista pequeña y, por ahora, no recibimos colaboraciones, pero mucha gracias por la propuesta. Un saludo