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La escritora mexicana María José Ramírez debuta en la novela con ‘Genética de los monos’ y la presenta en primicia en nuestro ciclo Avances literarios de viva voz WMagazín 2023.

‘Genética de los monos’ o la memoria familiar como ficción hecha de afectos y de las intermitencias de la vida y la muerte

AVANCES LITERARIOS DE VIVA VOZ La escritora y artista mexicana es uno de los mejores debuts novelísticos de 2023, desde editorial Almadía. Participa en nuestro ciclo anual donde los autores explican, en un vídeo en primicia, su próximo libro del que leen un pasaje. En WMagazín, con la colaboración de Endesa

PRESENTACIÓN WMAGAZÍN “Soy todas estas preguntas. Y soy, parcialmente, este montón de furia marinado en culpa”. Estas palabras de María José Ramírez en Genética de los monos (Almadía), su debut novelístico, capturan el espíritu en forma y fondo, el tono y la intención de un libro con varios frentes que nacen y confluyen en uno: lo esencial de los afectos de sangre y ajenos. Es un de las primeras novelas más destacadas de 2023 que llegará a las librerías en octubre.

Genética de los monos es una historia que la escritora y artista mexicana (Ciudad de México, 1982) crea, a partir de un álter ego, sobre la reconstrucción de los recuerdos y la memoria propia de la familia como ecosistema, en un ejercicio literario lleno de honestidad y ternura.

Pero, se pregunta María José Ramírez, ¿cuál es la historia familiar? ¿Existe un relato único en las familias que represente a cada uno de los hermanos, padres o abuelos? “La memoria es siempre ficción”, afirma la escritora, “es siempre una reconstrucción y no un camino recto a los hechos del pasado”.

Ese es el somos, desde una mujer, hija, hermana, amiga, amante, amada, madre, artista y escritora llamada María José Ramírez, con el cual continúa, en primicia y en vídeo, en Genética de los monos, nuestro ciclo anual  Avances literarios de viva voz WMagazín, con la colaboración de Endesa, sobre obras clave del segundo semestre del año 2023. En esta serie, cinco autores reconocidos, emergentes y debutantes por los que apostamos, cuentan y explican de qué trata su próximo libro y leen un pasaje del mismo.

María José Ramírez se suma este año a la presentación que ya han hecho en WMagazín el español Antonio Soler con su novela Yo que fui un perro (Galaxia Gutenberg); la argentina Gabriela Cabezón Cámara con su biografía novelada de la Monja Alférez, en Las niñas del Naranjel (Random House); y el español Pepe Pérez-Muelas con su ensayo Homo Viator. El descubrimiento del mundo a través de los viajeros (Siruela). En las próximas semanas nos hablará de su nueva novela el italiano Paolo Giordano, con su esperada Tasmania (Tusquets).

La voz de la narradora de Genética de los monos suena natural y con un desparpajo, a veces inocente, que conecta con el lector en el relato de su abrirse un camino propio desde el mundo familiar, los lazos y las intermitencias de vida-muerte-vida. Y el dolor, en sus 888 formas, picoteando aquí y allá, y poniendo a prueba los afectos.

Un relato en el que la narradora, como mujer, se ve, se descubre, se explora, se busca, se reconoce, se cuenta y cuenta la verdad de ser mujer y la herencia que le ha sido legada de manera biológica y cultural junto a las sombras que esto implica, pero que su generación va dejando a un lado. Porque no es solo una “fábrica” de hijos.

“Hay dos cosas que mi mamá no hace: llorar y enfermarse. Allí está, de pie sobre las aguas saladas de un estero turbulento”. Es la voz de la escritora niña-hija-madre que comparte su existencia. “Pensé en la necesidad de contar las historias de las mujeres, las muchas biblias de las mujeres”.

Esta historia expone que somos las preguntas que nos hacemos y las que aún duermen, las que respondemos y creemos conocer, y las que se formulan y responden a medias. Y mucho las que no obtienen respuesta. La escritora desanda su vida en busca de una genética emocional, afectiva. Sentimental, de la razón de ser de nuestra especie. Y junto a esas preguntas, con o sin respuestas, se crea el yo de dichas, dolores, peleas, odios-amores y más preguntas.

Genética de los monos revive el rumor y el alboroto de la vida como un continuo comenzar ante cada nuevo hallazgo físico, emocional, existencial y de los recuerdos que genera preguntas. Porque:

“La mente tiene formas de sobrevivir que no sabemos. Todo el cuerpo. La mente tiene formas de engañar que no sabemos. Todo nuestro cuerpo”.

Es la vida como metamorfosis eterna. La vida donde los afectos y el amor vertebran este relato de Ramírez en el que vive media humanidad, porque:

“Dice Agatón que el amor es el más mancebo de los dioses y que su juventud es eterna.

Dice Nick Cave que el verdadero destino del amor es un corazón roto.

Dice María Zambrano que solo el amor descubre la muerte.”

Veamos y escuchemos a María José Ramírez en el siguiente vídeo sobre Genética de los monos, primero con la presentación del libro y luego con la lectura de un fragmento:

La escritora mexicana debuta en la novela con 'Genética de los monos' (Almadía) y la presenta en Avances literarios de viva voz WMagazín 2023.

'Genetica de los monos'

Por María José Ramírez

Con Genética de los monos me propuse hacer un recorrido por mi propia historia, pero desde la elaboración consciente de los recuerdos y de la memoria a través de la ficción. El relato surge de la petición del padre para que el personaje principal, una mujer llamada María José Rangel, apodada por una de sus hermanas como Cerebro de mono, pues el padre se ha inyectado hormonas de chango para poder concebirla, escriba la historia familiar. Pero, ¿cuál es la historia familiar? ¿Existe un relato único en las familias que represente a cada uno de los hermanos, padres o abuelos? En algún momento del proceso de escritura pensé en la Biblia, que es uno de los relatos familiares de la historia de la humanidad. Pensé en su carácter patriarcal, pensé en la necesidad de contar las historias de las mujeres, las muchas biblias de las mujeres.

Eso, por un lado. Por el otro, creo que la memoria es siempre ficción. Es siempre una reconstrucción y no un camino recto a los hechos del pasado. Cada persona cuando recuerda elabora una estructura que tiene mucho más que ver con la literatura de lo que solemos pensar. Yo quería contar la historia de un personaje, inventarme un personaje para mí misma y que su historia funcionara como un homenaje a los muertos; una especie de altar al cual volver para encontrarme con esos muertos. Creo que hay algo de religioso en ello, en cada historia que contamos alrededor de la muerte.

 

Lectura, fragmento

Antes de cualquier explicación llegó ese dolor fuertísimo que me hizo pasar una tarde de enero de 1993 retorciéndome sin entender nada. Al día siguiente, llegué de la escuela con un montón de papel manchado de sangre entre las piernas, traicionada por mi propio cuerpo, humillada.

La primera menstruación se llama menarca o menarquia, del griego “mes” y “principio”. En el principio, era la sangre.

No me sorprendió tanto la sangre como la reacción de mi madre:

–¡Muchas felicidades! –me dijo mientras me abrazaba en el baño sin que me diera tiempo de subirme los calzones.

Mi cuerpo comenzó a cambiar, como el de esas compañeras de mi escuela de monjas a las que señalábamos en secreto porque ya tenían chichis. Me daba vergüenza. Me acercaba cautelosa a mi mochila para sacar una toalla e iba al baño con la mayor discreción posible.

–¡Felicidades! ¡Ya empezó a funcionar la fábrica! –profirió mi padre el día en que mi mamá lo puso al tanto.

Y yo no pude responderle nada, porque me quedé perpleja mientras el mono arriba hacía la traducción de las palabras de mi padre y de su horrible significado. Yo era ahora una máquina, un objeto fuera de control: hay algo aquí que se produce en serie sin que tú lo decidas y se llama, mes a mes, sangre. Una sangre furiosa que se revolvía en mis entrañas como en una batalla consigo misma, para luego salir y arruinarme todo, empezando por los calzones.

Tuve una faceta de negación. Más que negación, era rechazo, porque nada bueno podía venir de ese sangrado mensual, de ese dolor agudo, de la sensación de llevar el peso de una roca entre las piernas durante cinco o seis días al mes, de la incomodidad de la sangre mojando la piel exterior de mis genitales, el plástico de las toallas rozándome los muslos hasta que también me sangraban.

En la escuela nos burlábamos de Jessy, una niña pálida y pecosa que corría como se nos figuraba que corrían los niños. Ser machorra era motivo de acoso, un acoso pasivo (porque éramos niñas) y cruel. No queríamos ser niños violentos, queríamos ser niñas, debíamos serlo: sentadas derechas y con las piernas juntas para no andar mostrando la ropa interior, usando vestidos con olanes y sin correr raro como Jessy. Si nos hacíamos daño, no era con golpes, sino con palabras. En el principio, era el verbo.

Hablábamos de ciertos temas como detrás de un vidrio, porque estaba prohibido saber, leer el libro ¿De dónde vienen los bebés? que Ana me había arrebatado, o contarnos nuestras propias conjeturas acerca de nuestro propio cuerpo.

–Dicen que cuando te baja, te tienes que sentar en el escusado hasta que te deje de salir un líquido de colores –cuchicheó un día una compañera.

–No creo que eso sea cierto –dije yo.

Todas me miraron con asombro. Yo debía saber de lo prohibido.

Una madre muy indignada me acusó con la directora de la primaria:

–Es que María José sabe mucho. Sabe cosas que no es normal que sepan las niñas de su edad. Será porque tiene hermanas mayores…

Cerebro de Mono es Pecadora y conoce todos los saberes del Árbol de la Sabiduría. Cerebro de Mono, el demonio sin chichis que mordió la manzana y que fue a tentar a sus compañeras para que supieran que la menstruación no es un río de colores que te sale de la vagina mientras te sientas en el escusado a esperar. Pero a Cerebro de Mono no le fue revelado el Secreto de las Toallas Sanitarias, sino hasta que le fue indispensable usar una.

  • Genética de los monos. María José Ramírez (Almadía).

 

AVANCES LITERARIOS DE VIVA VOZ 2023

Antonio Soler y su novela Yo que fui un perro (Galaxia Gutenberg).

Gabriela Cabezón Cámara y su novela biográfica Las niñas del naranjel (Random House).

Pepe Pérez-Muelas y su ensayo Homo Viator. El descubrimiento del mundo a través de los viajeros  (Siruela).

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