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La poeta uruguaya Ida Vitale en el Instituto Cervantes de Madrid. /Fotografía de Lisbeth Salas

Ida Vitale y el rastro de su poesía para recibir el Premio Cervantes

La poeta uruguaya recibe el Premio Miguel de Cervantes el 23 de abril en Alcalá de Henares (España). WMagazín la acompañó en su periplo que empezó en Madrid en la Biblioteca Nacional de España y el Instituto Cervantes en un fotorrelato con imágenes de Lisbeth Salas

Vídeo de la ceremonia de entrega del Premio Cervantes a Ida Vitale, del video subido por la agencia EFE a Youtube.

Ida Vitale recibe el Premio Cervantes

«Una inteligencia feliz». Así definió a Ida Vitale el ministro de Cultura, José María Guirao, en la entrega del Premio Cervantes en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares el martes 23 de abril. Minutos después la poeta uruguaya recibió el galardón de manos del Rey Felipe VI. Luego llegó su turno de leer el discurso y optó por subir los 13 escalones desde el púlpito. Sonriente y ágil, llegó hasta arriba, miró a todos mientras decía:

-En realidad, en este momento, leer algo no me nace. Me nacería… no sé… abrazar, decir cosas que serían absurdas y desacomodadas, pero que me nacerían del alma».

Y empezó su discurso que puedes leer completo en este enlace.

Ida Vitale (centro), Olvido García Valdés, directora General del Libro (izquierda) y Ana Santos, directora de la Biblioteca Nacional, antes del encuentro con los periodistas en la Biblioteca. /Fotografía de Lisbeth Salas

"¿Por qué no hablamos todos como Cervantes?"

El día anterior, la mañana del lunes 22 de abril fue en Madrid una mañana de poesía, poetas y mujeres, y algunas risas. Ida Vitale cumplió con su visita a la Biblioteca Nacional de España y al Instituto Cervantes la víspera de recibir en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares el Premio Miguel de Cervantes Saavedra el 23 de abril.

Al encuentro con los periodistas en la Biblioteca Nacional, la poeta uruguaya de 95 años llegó acompañada por Ana Santos, directora de la institución, y la poeta Olvido García Valdés, Directora General del Libro y Fomento de la Lectura.

Ida Vitale en su encuentro con la prensa en la Bibliotca Nacional de España. /Fotografía de Lisbeth Salas

«¿Por qué no hablamos todos como Cervantes?». La fascinación de Ida Vitale por el autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha y la admiración por las formas de expresión y el vocabulario del genio español las verbalizó en este encuentro.

Hacia los ocho años conoció a Don Quijote sin saber que era Don Quijote y a los diez años la poesía sin saber muy bien qué era la poesía.

Las aventuras del caballero hidalgo las descubrió por unos grabados que estaban en la pileta de su escuela. Cuando iba a tomar agua veía en los azulejos unas escenas de un hombre con armadura y otro gordito subido a un asno. Hasta que un día le preguntó a una profesora quiénes era esos señores.

El acercamiento a la poesía fue unos dos años después, como recordó en una entrevista a WMagazín el año pasado:

«El primer poema que me grabé de memoria era uno de Gabriela Mistral. Yo era muy chica, estaba en la escuela y tendría unos diez años. Era un poema con un tema que no era muy comprensible, de tono un poco misterioso… De pronto, la poesía ejerce sus funciones cuando no se le entiende del todo, pero quizás ahí esté su hechizo. A mí me duró un tiempo aquella ignorancia como un misterio, como una cosa intrigante. Antes en las escuelas les hacían memorizar a los niños poemas, era un acercamiento un poco primario al lenguaje, pero al menos había una época de encuentro con la poesía».

Ida Vitale dijo en la Biblioteca Nacional que «el lenguaje de El Quijote era mucho más rico de lo que había descubierto hasta el momento en el español»; y fue cuando se preguntó y preguntó: «¿Por qué no hablamos todos como Cervantes?».

Es más, Vitale considera que en la escuela «se debería obligar a leer antes El Quijote, y explicarlo para que sirviera como un breviario para la vida. Todo está ahí, es asombroso».

Ella, que se interesó por el Quijote sin saber quién era y que descubrió el misterio de la poesía sin saber de la poesía y por eso le despertaron la curiosidad y el amor por la lectura, considera que de niños es importante leer libros más allá de la supuesta edad que le corresponde por su complejidad: «Tener libros a mano es importante y, también, que no sean los que técnicamente correspondan a la edad». Y sacó otro argumento: «Cuántos libros hay a los que una llega tarde».

Con el tiempo empezó a entender El Quijote porque, confiesa, «comencé a buscar los ‘quijotes’ y los ‘sanchos’. Claro que era más fácil encontrar un ‘sancho’ que un ‘quijote’ en la vida”.

Ida Vitale pertenece a la llamada Generación del 45 y su poesía se inscribe en las vanguardias latinoamericanas con versos que buscan el encuentro del ser humano con la naturaleza, a la vez que explora las sensibilidades cotidianas lejos del bullicio del mundo diario. Juan Ramón Jiménez la señaló en los años cincuenta al incluirla en una proyectada antología “escondida” de poetas jóvenes. Su primer poemario es La luz de esta memoria, de 1949. Además de JRJ, otros autores esenciales para Vitale con Antonio Machado y Benito Pérez Galdós.

Tras el encuentro con los periodistas y firmar algunos ejemplars de sus poemarios, Ida Vitale se detuvo un momento en las escalinatas de la centenaria Biblioteca Nacional. Un carro la esperaba para llevarla cuatro cuadras más allá al Instituto Cervantes. La recibió su director, el también poeta Luis García Montero.

Ida Vitale enseña el manuscrito de José Bergamín. /Fotografía de Lisbeth Salas

Cumplía así con su segunda visita del prólogo a la entrega del Cervantes y que ya es tradición: depositar algo literario muy suyo en la Caja de las Letras. Vitale sacó las noventa páginas amarilleadas por el tiempo del manuscrito de José Bergamín Crítica trashumante. Bergamín fue profesor de Vitale en Montevideo con quien tuvo una muy buena relación. Enseñó sus páginas con los brazos en alto, dejando ver las muchas anotaciones a mano. Luego puso el manuscrito en un sobre y lo depositó en la caja número 1191. Bergamín fue una gran influencia para la poeta uruguaya y siempre lo tiene en sus recuerdos.

La vida de Ida Vitale es un periplo por medio mundo. El año pasado volvió el año a vivir a Montevideo después de casi 25 años exiliada, tras el golpe militar en Uruguay en 1974. Ciudad de México y Austin (Texas, Estados Unidos) fueron sus dos principales lugares de residencia y trabajo en compañía de su segundo marido, el poeta Enrique Fierro, fallecido en 2016.

En esos destinos también leyó El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha. Lo hacía por capítulos. Hace mucho que perdió la cuenta del número de veces que lo ha leído después de que de niña fuera hasta donde ellos a lavarse las manos. Pocos años después, en la adolescencia, lo leyó por primera vez en el colegio.

Ida Vitale es la quinta mujer que recibe el máximo prmio de las letras españolas en sus 43 ediciones. Las otras escritoras son las españolas María Zambrano (1988) y Ana María Matute (2010), la cubana Dulce María Loynaz (1992) y la mexicana Elena Poniatowska (2013). El jurado le concedió el premio a la poeta urugaya “por su lenguaje, uno de los más destacados y reconocidos de la poesía hodierna en español, que es al mismo tiempo intelectual y popular, universal y personal, transparente y honda. Convertida desde hace un tiempo en un referente fundamental para poetas de todas las generaciones y en todos los rincones del español”.

 

Ida Vitale frente a la Biblioteca Nacional de España. /Fotografía de Lisbeth Salas

Hacía varios años que su nombre sonaba para el premio. En 2016 recibió dos de los más prestigiosos: el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca. Y el año pasado en septiembre fue distinguida con el Premio FIL en Lenguas Romances de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México).

Así es que el martes 23 de abril, bajo una mañana lluviosa, Ida Vitale llegó a la Universidad Alcalá de Henares a recibir su galardón. Tras las palabras del Rey y de ministro de Cultural, la poeta subió al púlpito del paraninfo con la agilidad y sonrisa de una joven y dijo:

«En realidad, en este momento, leer algo no me nace. Me nacería… no sé… abrazar, decir cosas que serían absurdas y desacomodadas, pero que me nacerían del alma…

Debí pensar y escribir lo requerido para una ocasión que habiéndome llegado tarde, realmente me sorprendió: pudieron sobrar oportunidades de imaginarla, pero muchas cosas obvias y muy poco concebibles requisitos me hubieran llamado a un sensato equilibrio». (puedes leer el discurso completo en este enlace).

Habló de su encuentro con el Quijote en la pileta de su escuela, de sus lecturas de infancia y de que lo que más le gustó y gascina de la obra de Cervantes no es tanto las aventuras del caballero como el lenguaje en que está escrito. Tras el acto, Ida Vitale salió del paraninfo con los reyes al patio de la Universidad y posaron para los fotógrafos en un paréntesis de la lluvia.

La poeta uruguaya Ida Vitale con los reyes de España en el patio de la Universidad de Alcalá de Henares. /Fotografía de Lisbeth Salas

La obra poética de Ida Vitale está en Poesía reunida (Tusquets), con edición de Aurelio Major, y l amisma editlrial recupera De Plantas y animales. Este año presenta dos noveades en prosa: Shakespeare Palace (Lumen) son sus once años en México en una reconstrucción narrativa de 47 capítulos breves que guardan su historia y la de su marido en ese país, reflexiones sobre la migración, la amistad, los recuerdos, la memoria, el trabajo y algunos nombres propios como Octavio Paz, Juan Rulfo, Álvaro Mutis y Huberto Batis.

El otro libro es Resurrecciones y rescates, editado por el Fondo de Cultura Económica, una de las editoriales más importantes de México y Latinoamérica y muy querida por Ida Vitale a la cual está muy agradecida y lo manifiesa cada vez que puede. Resurrecciones y rescates son anotaciones hechas a lo largo de su vida sobre temas diversos que van desde la sensación en el exilio hasta «el bisturí como instrumento literario», pasando por nombre propios como el propio José Bergamín, Nicanor Parra o Juan Carlos Onetti.

A continuación una selección de poemas de su Poesía reunida (1949-2015):

Antepenúltimos

DEMASIADO TARDE

LO que el verano nos quita, el lugar que el verano nos deja, el don del
estornino, su ir y venir ansioso entre su sala de pastos, ¿su selva?, su
desaparecer —¿hacia dónde?— con su verdoso salpicado de oro, si el
viento de pronto se levanta, si aquella nube, para nada esperada, gotea.

UN PINTOR REFLEXIONA

QUÉ pocas cosas tiene
este callado mundo,
más allá de mis Cosas.
Está ese sol que incendia
las paredes vecinas,
los cables del tendido
y aquí no entra porque
qué pensaría el triste,
el alón del sombrero
que, perdida su copa,
ya no abandona el muro
y tengo por la Elipse.
Y las flores de trapo,
que pintadas soñaron
con ser frescas y hermosas
y sobreviven mustias,
¿qué dirían, mis eternas?

Mis ocres, lilas, rosas,
mis marfiles sesgados
por sombras que entretejen
mis líneas adivinas,
son, en su quieto reino.

No importa el sol, afuera.

Que le baste Bolonia
y el ladrillo ardoroso
y en mera luz y sombras
me deje entre mis cosas.
Ya nos encontraremos
si en el pequeño parque,
pinto y pienso en Corot.

Voy a ser aún más leve:
en leves acuarelas
últimas, que precisen
el paso de las formas
por la bruma que sea
un color suficiente.

Pintaré un mandolino
que acompañe la danza
de mis disposiciones
entre sí con sus sombras,
con luces y con trazos
que sutiles abrazan
mis objetos amados.

Y ya toda Bolonia
será de un suaverrosa
sin presunción alguna,
sobre el fatal hastío
sí, decimonónico,
de lecheras y henares,
gallineros y cielos.
Cerca de mis hermanas,
viajaré por mis Cosas.

EL GESTO

Los pájaros caen
la cabeza derrocada
cae hacia atrás.
El peso de la corona del amor
es arduo.
Es rey y muere.

 

ACCIDENTES NOCTURNOS

PALABRAS minuciosas, si te acuestas
te comunican sus preocupaciones.
Los árboles y el viento te argumentan
juntos diciéndote lo irrefutable
y hasta es posible que aparezca un grillo
que en medio del desvelo de tu noche
cante para indicarte tus errores.
Si cae un aguacero, va a decirte
cosas finas, que punzan y te dejan
el alma, ay, como un alfiletero.

Sólo abrirte a la música te salva:
ella, la necesaria, te remite
un poco menos árida a la almohada,
suave delfín dispuesto a acompañarte,
lejos de agobios y reconvenciones,
entre los raros mapas de la noche.

Juega a acertar las sílabas precisas
que suenen como notas, como gloria,
que acepte ella para que te acunen,
y suplan los destrozos de los días.

A TORO PASADO

AHORA es ayer, cuando te imaginabas
contra la gala real del cielo abierto,
en calma. Ahora sí, ya has llegado
al mercado del inútil saber.
Inesperados ámbares rezagan
un fósil de otro tiempo, llegan sueños,
recuerdos analgésicos, sensatos,
pero sólo algo como algas queda
escurriendo de manos que ignoraron
siempre el arte de asir el bien que huye.
Abrumado lo que se creyó a salvo,
sin fe ya esperas lo poco que resta.

ISLANDIA, 2000

CEIBOS, ceibas, solamente una letra
marca la clara diferencia.
Rojos ceibos y verdes ceibas reinan,
como saúcos, sauces y cipreses,
en la dichosa incandescencia usual
de un sur lleno de cantos y colores.
En Islandia, la isla azul y blanca,
no hay pájaros, tan sólo aves marinas,
ningún canto, pero sólo el de las manos,
manos que mueven no todas las piedras*
para que el musgo nazca y el verde
empiece a cantar, entonces suave.

REUNIÓN

ÉRASE un bosque de palabras,
una emboscada lluvia de palabras,
una vociferante o tácita
convención de palabras,
un musgo delicioso susurrante,
un estrépito tenue, un oral arcoíris
de posibles oh leves leves disidencias leves,
érase el pro y el contra,
el sí y el no,
multiplicados árboles
con voz en cada una de sus hojas.
Ya nunca más, diríase,
el silencio.

CAPÍTULO

DONDE AL FIN SE REVELA
QUIÉN FUI, QUIÉN SOY,
MI FINAL PARADERO,
QUIÉN ERES TÚ, QUIÉN FUISTE,
TU PARADERO PRÓXIMO,
EL RUMBO QUE LLEVAMOS,
EL VIENTO QUE SUFRIMOS,
Y DONDE SE DECLARA
EL LUGAR DEL TESORO,
LA FÓRMULA IRISADA
QUE CLARAMENTE
NOS EXPLICA EL MUNDO.
Pero luego el capítulo
no llegó a ser escrito.

DESPEDIDA

LA piel no dijo adiós;
la mano fue a negar el vacío,
la mirada siguió mirando,
quiso argüir
desesperadamente.
Fue la alondra
o qué pájaro siniestro.
Algo gritó muy lejos de nosotros
y se partió la tierra
en dos mitades.

LAS TRAMPAS

¡Las arpas de la óptica alegría…!
J.R.J

EL azar, ese dios extraviado
que libra su batalla, fuego a fuego,
no está solo escondido en la catástrofe;
a veces un gorgojeo lo delata
y sobornado, entonces
admite durar un poco en la alegría.

* No todas, porque las que pueden ser casa de un elfo, en los que muchos creen, se respetan.

 

 

 

***

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