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Carteles de la Feria del Libro de Madrid, de arriba abajo y de izquierda a derecha, diseñador por Nuria Riaza, Ana Juan, Fernando Vicente y Chema Madoz. /WMagazín

Vive la Feria del Libro de Madrid a través de sus mejores carteles en 79 ediciones

WMagazín empieza un especial sobre la cita del libro más importante en España que debía realizarse del 29 de mayo al 14 de junio, pero aplazada a octubre por la Covid-19. En el año más crítico para el mundo del libro recuperamos el espíritu del encuentro madrileño con esta antología gráfica, seguiremos con una entrevista a su director y un atlas de la literatura actual de Colombia como país invitado

Desde finales del siglo XX, el último viernes de cada mes de mayo el Parque de El Buen Retiro de Madrid vive una algarabía alegre: el comienzo de la peregrinación de lectores y toda clase de público a la Feria del Libro de Madrid durante 17 días. Pero este año hay silencio.

WMagazín te invita a vivir esa cita de todas maneras desde donde estés. Hemos preparado un recorrido por la historia de la Feria del Libro de Madrid a través de algunos de sus carteles más bonitos en 79 ediciones y un asomo a la realidad española del año respectivo. Una manera de vivir y apoyar el encuentro del libro más importante de España que debía realizarse en El Retiro del 29 de mayo al 14 de junio, y que fue aplazado por la pandemia de la Covid-19 hasta octubre.

Es un momento muy difícil porque las librerías han estado cerradas dos meses y la industria editorial semiparalizada. La feria madrileña suele ser una gran aliada para las ventas, pero este año se ha aplazado cuatro meses, lo cual ahonda la incertidumbre. Ya se habla de pérdidas millonarias para el sector español que pueden representar los mil millones de euros en este año, es decir casi la mitad de la facturación respecto a 2019. Esto significa las dos terceras partes respecto a 2008 cuando empezó la crisis económica de la cual no se ha podido recuperar del todo. Ello sitúa al sector editorial español en cifras de los años noventa.

Cartel de Chema Madoz para la Feria del Libro de Madrid 2012. /WMagazín

Una manera de conocer, vivir y/o evocar la feria es a través de sus carteles. Más que un cartel, lo que la Feria del Libro de Madrid ha intentado crear, sobre todo en este siglo, es una obra para recordar, conservar y dialogar con los lectores y el público en general. Algunos de los ilustradores, diseñadores y artistas españoles más relevantes han participado en sus creaciones: Alberto Corazón, Ana Juan, Fernando Vicente, Chema Madoz,  Juan Gatti, Paula Bonet, Sara Morante...

Y en 2020 Nuria Riaza. La joven artista ha sido la encargada de la edición 79ª que se celebrará en octubre debido al aplazamiento que obligó la pandemia de la Covid-19. Aunque faltan algunos meses, la Feria ha querido recordar el espíritu de este encuentro entre lectores y escritores con la presentación del cartel de esta edición. Una manera de transmitir el espíritu de la feria y señalar la importancia del libro y la lectura en la sociedad, sobre todo en estos tiempos de incertidumbres. (Si quieres apoyar a tu librería puedes comprar esta y cualquier otra obra en Todostuslibros.com)

El origen de esta feria se remonta a 1933. En sus orígenes se llamaba Feria Nacional del Libro. La primera edición fue una prolongación de la Semana Cervantina, del 23 al 29 de abril, de 1933. Se hizo en el Paseo de Recoletos. En 1934 pasó a llamarse Feria del Libro Nacional e Hispanoamericana. Se celebraron dos ediciones, 1935 y 1936, antes del estallido de la Guerra Civil. La contienda y la primera posguerra abrieron un paréntesis que se cerró en 1943, cuando las casetas volvieron al Paseo de Recoletos y la Feria fue rebautizada como Feria Nacional del Libro –en ese momento su organización recayó en el Instituto Nacional del Libro (INLE). Desde 1967, la feria se realiza en el Parque de El Buen Retiro.

1982 es el comienzo el futuro de la feria. Empiezó denominarse Feria del Libro de Madrid y pasó a ser organizada por la Asociación de Librerías de Madrid en colaboración con la Asociación de Editores de Madrid y la Asociación de Distribuidores (FANDE). Ese mismo año la inauguraron los reyes de España, Juan Carlos y Sofía. A partir de entonces, cada año, un miembro de la Familia Real la inaugura con un paseo matinal entre las casetas y compara de libros.

Este 2020, año de la crisis desatada por la Covid-19, la Feria del Libro de Madrid fue declarada de «especial significación y de interés general» por el pleno del Ayuntamiento. El principal objetivo es «preservar y garantizar la permanencia de la feria en el parque de El Retiro» teniendo en cuenta la vinculación de casi cuatro décadas con este espacio natural. La medida abre la posibilidad de incentivos económicos como aliados estratégicos, patrocinios o publicidades especiales a los participantes de la Feria.

La antología de carteles históricos que presenta WMagazín abre un especial sobre la feria madrileña que incluirá una entrevista en vídeo con Manuel Gil, director de la Feria hablando de cómo será la cita de octubre, Colombia como país invitado de honor con un gran atlás literario sobre la literatura colombiana contemporánea, un homenaje de los autores colombianos más conocidos a la feria y a Madrid, las novedades editoriales del prestigioso Instituto Caro y Cuervo…

Te dejamos con una antología de algunos de los carteles más bonitos y un texto breve para situar la edición del año respectivo en su área literaria e histórica y ver la evolución del diseño gráfico:

Cartel de la Feria del Libro de Madrid 2020 diseñado por Nuria Riaza. /WMagazín

2020 (edición 79) - Nuria Riaza

“A la lectura y la escritura como símbolos de futuro y empoderamiento” y por “tantas mujeres, de antes y ahora, sin una habitación propia”. Con estas palabras resumió Nuria Riaza el cartel que diseñó para la Feria del Libro de Madrid en la edición 79ª, originalmente del 29 de mayo al 14 de junio, pero aplazada por la pandemia de la Covid-19 para octubre, del 2 al 18.

Para Manuel Gil, director de la Feria, es “un cartel en el que prima y brilla la relación emocional que se establece entre una escritora y un libro”. Rinde homenaje “a las autoras que, a lo largo de la Historia de la Literatura, han tenido que escribir bajo la condición de anónimo, debiendo ocultar su nombre, y crear bajo seudónimo; y es, por extensión, también un homenaje a las mujeres lectoras, hoy mayoritarias en su acercamiento al libro, la literatura, y la lectura”.

Riaza desarrolló el proyecto en ese marco honorífico, teniendo presentes, además de la artesanía de sus propias abuelas, a personalidades como Mary Ann Evans, las hermanas Brontë, Louisa May Alcott, Violet Paget, Karen Blixen, Sidonie-Gabrielle Colette, Cecilia Böhl de Faber, Caterina Albert, Amantine Dupin o J. K. Rowling e  inspirada en el retrato clásico, en el Renacimiento y el Barroco. Confiesa una voluntad transgresora al dejar incompleto el rostro de la protagonista, porque “es anónima y, a la vez, podría ser cualquier mujer”, y en el hecho mismo de dibujarla con un libro entre las manos “en una época en la que las damas eran retratadas sosteniendo cualquier otro objeto como joyas, abanicos, flores o espejos, y la escritura era un lujo que solo el hombre se podía permitir”.

La Feria señala que el dibujo, que se adaptará a diferentes soportes, está realizado con bolígrafo azul y bordados en hilo de algodón. Deja ver texturas «para evidenciar que es algo hecho a mano». Según Nuria Riaza, la parte bordada «nos lleva a la doble vida de esa mujer escritora y lectora; y los motivos de punto de cruz en la cubierta del libro o en parte de la tipografía del cartel, hacen referencia a la buena hija, esposa y madre que zurce los calcetines con dedicación y paciencia: mujeres relegadas a la casa, calladitas y en la sombra, a quienes se les niegan estudios igualitarios por miedo a que tengan iniciativa propia y libre pensamiento».

Cartel de la 78ª Feria del Libro de Madrid, 2019, de la ilustradora Sara Morante. WMagazín

2019 (edición 78) - Sara Morante

“Mi lectora representa al lector como un actor con un rol activo en la situación del libro”, dijo Sara Morante del cartel que diseñó para la Feria del Libro de Madrid de 2019, edición 78. En su obra Sara Morante resalta el papel de los lectores y de la lectura, y la relación que se establece entre ambos “su personalísima lectura, así como su poder, porque son ellos quienes salvan al libro de ser un mero objeto”.

Cartel de la Feria del Libro de Madrid 2018 diseñado por Paula Bonet. /WMagazín

2018 (edición 77) - Paula Bonet

El cartel de 2018 tiene un carácter especial, no solo por su creadora, la artista Paula Bonet, sino también por el tema en un año clave para la mujer. “El cartel viene a denunciar cómo hemos sido silenciadas.  Me da pena que en los libros que metía en la mochila para ir al colegio no había nombres de mujeres y me produce un gran dolor haber llegado a los referentes literarios femeninos pasados los 30 años”, ha confesado Bonet. No solo ha querido denunciar esta situación y dar visibilidad a las mujeres sino también recordar la calidad de sus escritos: “Hay muchas mujeres que en el momento en el que se imprimen los libros de texto son borradas. Intento con este cartel hablar de cómo la mujer debe dejar de ser objeto, tiene que empezar a narrarse para ser sujeto. No sólo lo masculino es universal, sino que lo femenino es también universal”.

Esta edición de la feria coincide con los datos positivos de la producción de títulos en 2017: 89.962, un 4,6% más que en 2016. Tres de cada diez títulos editados en España son en formato digital.

Sin embargo, el panorama general no mejora mucho según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros 2017:  la lectura de libros en España prácticamente se estanca y los que leen avanzan imparables hacia formatos digitales. El país dice leer un 65,8%, por debajo de la media europea, situada en el 73% . En el primer caso se ha pasado de un 63% de índices de lectura, en 2012, a 65,8% en 2017, es decir, personas que al ser consultadas dicen haber leído al menos un libro al año; en el segundo caso, lecturas en formato digital, el salto ha sido muy grande porque de 11,7% se pasó al 27%. Esos resultados indican, además, que uno de cada cuatro libros leídos son en formato digital, de los cuales ocho de cada diez son ilegales, piratas.

 

 

Cartel de la Feria del Libro de Madrid 2017, diseñado por Ena Cardenal de la Nuez
Cartel de la Feria del Libro de Madrid 2017, diseñado por Ena Cardenal de la Nuez. /WMagazín

2017 (edición 76) – Ena Cardenal de la Nuez

La silueta delineada de un gato, rojo y con un libro abierto como bigote fue la propuesta para la edición de 2017 de la diseñadora canaria Ena Cardenal de la Nuez (1968). Lo acompaña el lema «Madrid es gato, gato que lee», por eso de que a los madrileños se les ha llamado «gatos» casi desde el principio de la edad media. La idea es ir cambiando el color del gato, también los habrá blancos, verdes, amarillos, azules y con la bandera multicolor, con el fin de reflejar la capacidad integradora y acogedora que tiene la comunidad de Madrid.

2017 fue un año en el cual la industria editorial empezó a salir del túnel de la crisis tras casi una década inmersa en ella. Las ventas generales del sector se redujeron una tercera parte: de 3.100 millones de euros en 2008 se pasó a 2.100. La feria madrileña ha sido desde 2008, año del comienzo de la crisis, un oasis en medio de la tormenta perfecta: revolución digital, crisis económica y reconversión de la industria editorial.

Cartel de la Feria del Libro de Madrid 2015 diseñado por Fernando Vicente. /WMagazín

2015 (edición 74) – Fernando Vicente

Con un libro entre las manos atravesado por una flecha una mujer ríe. Es el flechazo rotundo entre el lector y la lectura, que según el pintor e ilustrador madrileño Fernando Vicente (1963), también caricaturista de escritores e ilustrador de clásicos literarios, ocurre cuando leemos un libro que nos emociona. Acompañado con los versos «El amor está en lo que tendemos / (puentes, palabras)» del poeta auriense José Ángel Valente.

En 2015 la crisis del sector editorial empezó a remitir muy lentamente. La reorganización y cambio de estrategia del sector empezó a notarse en el número de títulos inscritos en el ISBN que el año anterior había tenido su segundo descenso consecutivo: registró 90.802 títulos, unos 20.000 menos que el año récord de 2011. La feria siguió siendo el refugio para los libreros y el sector en general. El espíritu optimista y de pasión del cartel de Fernando Vicente transmitó ánimo a la industrias y los lectores.

Cartel de Chema Madoz para la Feria del Libro de Madrid 2012. /WMagazín

2012 (edición 71) - Chema Madoz

Chema Madoz fue el responsable del cartel de la Feria del Libro de Madrid, con su aparente sencillez contundente de cuyos libors salían diálogos, de uno de los años más críticos para la industria editorial que en 2012 alcanzaría las cuotas más bajas en facturación, tras la crisis económica mundial. Las ventas cayeron hasta casi el 33% y de los más de tres mil millones de euros anuales de 2008, antes de la crisis, la cifra quedó este año en  poco más de dos mil millones de euros.

La Feria del Libro de Madrid sirvió d enuvo de oasis al sector.

Cartel de la Feria del Libro de Madrid 2011 diseñado por Alberto Corazón. /WMagazín

2011 (edición 70) – Alberto Corazón

Una escalera de travesaños y aspecto rústico que, para el diseñador Alberto Corazón (1942), representa la ascensión interior, peldaño a peldaño, que produce una buena lectura. Más que anunciar la Feria, lo que quiso con esta imagen fue reflexionar gráficamente sobre la experiencia de leer.

2011 fue un mal año para la industria del libro cuya crisis empezó en 2008. Sin embargo fue el año récord de la inscripción de títulos en el ISBN: 111.907. El 2011, 2012 y 2013 fueron los años más duros para la industria, la caída en las ventas parecía no tocar suelo. La feria madrileña descendió en sus ventas pero aún así fue el balón de oxígeno para un mercado que concentra sus ventas peligrosamente en cuatro periodos: Navidad, Día del Libro, Feria de Madrid y comienzo del periodo escolar. Cuatro estaciones que tienden a mantenerse y que el sector quiere expandir.

Cartel de la Feria del Libro de Madrid 2006 diseñado por Ana Juan. /WMagazín

2006 (edición 65) – Ana Juan

Libros abiertos que caen y vuelan y revolotean sobre la cabeza de una mujer representan para la artista e ilustradora valenciana Ana Juan (1961), la primera mujer en diseñar un cartel para la Feria, las lecturas que conforman la mente o el imaginario de una persona.

2006 fue un gran año para la industria editorial española y aumentaron los registros de títulos en el ISBN. La euforia económica se vivía en España y la industria editorial atravesaba un momento excelente. Nadie avistó ninguno de los nubarrones que habrían de llegar y sacudir el sector. Mientras tanto empezaron a surgir pequeños sellos editoriales que renovaron la oferta a los lectores. Editoriales que llenaron un vacío al ofrecer apuestas literarias, cubrir áreas olvidadas o semiolvidadas por los grandes grupos editoriales y a traducir a autores prestigiosos en sus países pero poco o nada en España.

Cartel de la Feria del Libro de Madrid 1968 del INLE. /WMagazín

1968 (edición 17) – INLE

1968 fue el segundo año que la Feria se celebró en el Parque del Buen Retiro. Antes se realizaba en el Paseo de Recoletos, el tramo entre el Paseo del Prado y la avenida de La Castellana. El creciente aumento de solicitudes de participación de libreros, editores y distribuidores obligó a buscar un nuevo espacio. Fue en pleno desarrollismo franquista, y unas semanas después de que Massiel ganara el Festival de la Canción de Eurovisión con La la la y de las revueltas estudiantiles de Mayo del 68 en Francia. El boom latinoamericano impulsado por la publicación de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, el año anterior, empezaba a renovar el ánimo del mundo editorial. Además, en 1967 el Nobel de Literatura lo había ganado el guatemalteco Miguel Ángel Asturias.

Cartel de José Caballero para la Feria Nacional del Libro de 1951. /WMagazín

1951 – José Caballero

La década de los cincuenta fue recibida con expectación en España, ya con un Francisco Franco con más de diez años en el poder, tras la Guerra Civil. En 1951 el cartel de la feria lo hizo el pintor José Caballero, quien creó la imagen de la literatura como un pilar inamovible. Relacionado con poetas vanguardistas de su tiempo, como Alberti, García Lorca y Neruda, Caballero para quien realizó catorce litografías del poema ‘Oceana’.

Cartel para la Feria Nacional del Libro de 1944. /WMagazín

1944 – INLE

Este año de 1944 las casetas de libros volvieron al Paseo de Recoletos tras el paréntesis trágico de la Guerra Civil, 1936-1939, y la posguerra, 1940-1943. Fue rebautizada como Feria Nacional del Libro, su organización recayó en el Instituto Nacional del Libro (INLE). En Europa, la Segunda Guerra Mundial vivía sus últimos momentos. Ese mismo año en Barcelona la revista Destino crearía el Premio Nadal, a la mejor obra inédita que ayudaba a impulsar valores literarios. La primera edición se entregó en enero de 1945. Ese año el galardón lo ganó Carmen Laforet por la novela Nada. Un premio que obtendría mucho prestigio y su impacto se sentiría en todo el ecosistema del libro.

Cartel de Aníbal Tejada para la Feria Nacional del Libro de 1936. /WMagazín

1936 (edición 4) – Aníbal Tejada

La primera edición de la Feria del Libro fue en 1933 como una prolongación de la Semana Cervantina, del 23 al 29 de abril, en el Paseo de Recoletos. La segunda edición ya se llamó feria “nacional e hispano-americana” y  era “de diez de la mañana a doce de la noche” y con una oferta muy tentadora: “el panorama más completo de la producción editorial en español”. En 1936, un par de meses antes del estallido de la Guerra Civil de España, ganó el concurso de carteles el ilustrador argentino Aníbal Tejada. Su ilustración se usó como portada del catálogo, del que se editaron 15.000 ejemplares. La Guerra Civil empezaría el 17 de julio y suspendería, además, la gran evolución que llevaba la creación artística española. La guerra terminaría el 1 de abril de 1939 con el dictador Francisco Franco en el poder.

Maribel Lienhard / Camila Pinzón
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