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Ilustración de Clara-Iris Ramos para ‘Gallinas y otros cuentos’, de Rafael Barrett (Libros del Zorro Rojo). /WMagazín

La protesta social de Rafael Barrett vuelve con inéditos y vigencia cien años después

WMagazín avanza en primicia uno de los cuentos de 'Gallinas', el volumen de relatos de uno de los autores españoles más comprometidos. Reclamos intemporales entre la crítica, la ironía, la irreverencia y el humor

Presentación WMagazín «¿Dónde está mi vieja tranquilidad? Estoy envenenado por la desconfianza y por el odio. El espíritu del mal se ha apoderado de mí. Antes era un hombre. Ahora soy un propietario…». Uno de los autores más comprometidos con la lucha social latinoamericana, la clase obrera, las desigualdades y la importancia de la protesta social desde hace más de un siglo fue Rafael Barrett (1876-1910). Un español que debió exiliarse en Argentina, Uruguay y Paraguay tras golpear en 1902 al duque de Arión, presidente del Tribunal del Honor. Un nombre que vuelve en el momento oportuno ante la situación mundial que vive toda clase de reivindicaciones y protestas en una antología de cuentos inéditos: Gallinas y otros cuentos, con ilustraciones de Clara-Iris Ramos, editados por Libros del Zorro Rojo.

WMagazín avance en primicia uno de esos relatos que representan el estilo literario y la filosofía de Rafael Barrett que llegará a las librerías el 17 de junio. Empieza así: «Mientras no poseía más que mi catre y mis libros, fui feliz. Ahora poseo nueve gallinas y un gallo, y mi alma está perturbada». Cuentos con temas y reclamos intemporales entre la crítica, la ironía, la irreverencia y el humor enaltecidos con las imágenes de Clara-Iris a tres tintas y trazo grueso y firme. Ambos, autor e ilustradora, señala Libros del Zorro Rojo «sitúan al lector frente a la línea enemiga, en un abismo entre la rabia y la ternura, un lugar del que no hay retorno posible si no es a través del compromiso social y el apoyo mutuo».

Portada de ‘Gallinas’, de Rafael Barret. /WMagazín

Rafael Barrett Nació en Torrelavega, Cantabria, en 1876. Rafael Barrett Álvarez de Toledo, asiduo a las tertulias, a los duelos y a la bohemia madrileña de fin de siglo, entabló amistad con Valle-Inclán y otros miembros de la Generación del 98. En 1902, durante una función del Circo Parish, Barrett golpeó con una fusta al duque de Arión, presidente del Tribunal del Honor. La prensa aireó el altercado, lo que desembocó en el exilio de Barrett en Argentina, Paraguay y Uruguay. Pronto tomó conciencia de la compleja situación social latinoamericana. Conoció los sindicatos, la represión policial y las leyes anti-migratorias, momento en el que se asomó al anarquismo. En aquel entonces, nació su compromiso hacia las cuestiones sociales; eligió el artículo periodístico y el relato breve como herramienta de crítica y lucha. Murió a los 34 años de tuberculosis en Arcachón, Francia.

Clara-Iris Ramos Nació en Valencia, en 1983. Ilustra para medios como La Directa y escribe habitualmente en la revista Visual. Su investigación doctoral va dirigida analizar la intersección entre la microedición, la cultura gráfica impresa y la impresión postdigital, con las prácticas colaborativas, la prensa clandestina y la historia social de la tecnología. Desde 2012 trabaja como profesora de narración visual y edición en el Grau en Arts i Disseny en Escola Massana y ha sido miembro del jurado del reciente Premio Nacional de Ilustración.

El siguiente es un mundo creado hace más de cien años que regresa para iluminar el presente:

Una de las ilustraciones del cuento 'El perro', del volumen 'Gallinas y otros cuentos', de Rafael Barret. /WMagazín

'Gallinas'

Por Rafael Barrett

Ilustraciones de Clara-Iris Ramos

Mientras no poseía más que mi catre y mis libros, fui feliz. Ahora poseo nueve gallinas y un gallo, y mi alma está perturbada.

La propiedad me ha hecho cruel. Siempre que compraba una gallina la ataba dos días a un árbol, para imponerle mi domicilio, destruyendo en su memoria frágil el amor a su antigua residencia. Remendé el cerco de mi patio, con el fin de evitar la evasión de mis aves y la invasión de zorros de cuatro y dos pies. Me aislé, fortifiqué la frontera, tracé una línea diabólica entre mi prójimo y yo. Dividí la humanidad en dos categorías; yo, dueño de mis gallinas, y los demás, que podían quitármelas. Definí el delito. El mundo se llena para mí de presuntos ladrones, y por primera vez lancé del otro lado del cerco una mirada hostil.

 

Ilustración de Clara-Iris Ramos para el ralato ‘Gallinas’, de libro homónimo de Rafael Barret. /WMagazín

Mi gallo era demasiado joven. El gallo del vecino saltó el cerco y se puso a hacer la corte a mis gallinas y a amargar la existencia de mi gallo. Despedí a pedradas el intruso, pero saltaban el cerco y aovaron en casa del vecino. Reclamé los huevos y mi vecino me aborreció. Desde entonces vi su cara sobre el cerco, su mirada inquisidora y hostil, idéntica a la mía. Sus pollos pasaban el cerco y devoraban el maíz mojado que consagraba a los míos. Los pollos ajenos me parecieron criminales. Los perseguí, y cegado por la rabia maté uno. El vecino atribuyó una importancia enorme al atentado. No quiso aceptar una indemnización pecuniaria. Retiró gravemente el cadáver de su pollo, y en lugar de comérselo, se lo mostró a sus amigos, con lo cual empezó a circular por el pueblo la leyenda de mi brutalidad imperialista. Tuve que reforzar el cerco, aumentar la vigilancia, elevar, en una palabra, mi presupuesto de guerra. El vecino dispone de un perro decidido a todo; yo pienso adquirir un revólver.

¿Dónde está mi vieja tranquilidad? Estoy envenenado por la desconfianza y por el odio. El espíritu del mal se ha apoderado de mí. Antes era un hombre. Ahora soy un propietario…

 

Ilustración de Clara-Iris para el cuento ‘El loco’, del volumen ‘Gallinas y otros cuentos’, de Rafael Barret. /WMagazín
Portada de ‘Gallinas’, de Rafael Barret. /WMagazín
Rafael Barrett
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    3 comentarios

    1. Me encantó la narración de Barrer so te las gallinas,
      Me sentí identificada en muchos aspectos a pesar de un siglo después, uno se siente así. Yo me vine a vivir al campo y mí familia me regaló 5 gallinas de esas que descartan en las avícolas, pero yo me encariñé con ellas. Hasta que empezaron a desaparecer, por los perros de los vecinos y sospecho de dos que me robaron. Luego llegó Claudio, un hermoso ejemplar de gallo que me regaló otra vecina Luego la otra vecina quiso tener gallinas , y trajo dos y un gallo, que vive pasándose a cortejar a mis gallinas. Por eso,más allá de las alegorías, es brillante el texto. DIsfruté cada palabra.Me encantaría tener el libro

    2. Podemos extrapolar el ejemplo de las galiinas en general a cualquier posesión, a cualquier elemento físico a cualquier amo enfermizo donde el no saber poseer saca lo peor de nosotros. Excelente forma de describir, deleita al lector y los transporta al escenario en el cual suceden los hechos.

    3. Rafael Barrett con este cuento describe como la humanidad de una persona se puede transformar, por el hecho de poseer bienes materiales; como volverse una persona poco sensata. olvidando de los buenos valores que posee cada individuo en su vida

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