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‘Una milla de cruces sobre el pavimento’, de Lotty Rosenfeld, del colectivo CADA. //Imagen de la Colección MALBA

La verdad y el horror del golpe militar de Pinochet y su dictadura en Chile reflejados en la literatura, el teatro, el cine y las artes

Con motivo del medio siglo de este hecho histórico (11-sept-1973), WMagazín invitó a cuatro escritores chilenos a que recomendaran obras de arte para conocer mejor lo ocurrido en su país. Se trata de Alejandra Costamagna, Rafael Gumucio, Sergio Missana y Pablo Simonetti. Hay libros de Zurita, Eltit, Marín y Bolaño; películas como 'Machuca' y 'Diálogo de exiliados'; obras de teatro como 'La muerte y la doncella' y 'La amante fascista', la acción del colectivo CADA y Los Prisioneros

Presentación WMagazín Las artes son un testimonio excepcional de la tragedia creada por el propio ser humano, como el terrorismo de estado y la violación de los derechos humanos, y la mejor manera de conocer, analizar y comprender lo ocurrido.

Un ejemplo es el horror que vivió Chile desde el martes 11 de septiembre de 1973: el golpe de estado del general Augusto Pinochet al presidente Salvador Allende, y sus consecuencias por la dictadura, hasta 1990. La cifra de víctimas directas asciende a 31.686 personas: 28.459 torturados y 3.227 ejecutados o desaparecidas (2.125 muertos y 1.102 desaparecidos). A ellos se suman unos doscientas mil exiliados, un número impreciso de personas desaparecidas en centros clandestinos y una sociedad resquebrajada.

WMagazín invitó a cuatro escritores chilenos a recomendar una obra por cada expresión artística que nos acerque a ese acontecimiento histórico: Alejandra Costamagna, Rafael Gumucio, Sergio Missana y Pablo Simonetti. Sus recomendaciones crean un mosaico multicultural sobre literatura, teatro, cine y artes plásticas. La música no la hemos incluido porque es más conocida y porque su producción es tan abundante que requeriría un apartado individual.

La película El conde, de Pablo Larraín, no fue tenida en cuenta por los escritores porque apenas se presentó en el 80º Festival Internacional de Cine de Venecia, la primera semana de septiembre, donde obtuvo el premio al Mejor guion, el 9 de septiembre, a dos días del cumplirse el medio siglo del golpe de estado. Se trata de una sátira en la que Pinochet es un vampiro centenario que sigue chupando la sangre de la sociedad chilena, lo que convierte el filme en una denuncia y llamado a la memoria colectiva.

La literatura chilena, como recuerda Sergio Missana, y que se hace extensiva a las demás expresiones artísticas, creadas durante y sobre la dictadura se produjo desde dos lugares claramente demarcados: Chile y el exilio. Rafael Gumucio asegura que “casi todos los libros chilenos, de alguna u otra forma, vuelven al trauma del golpe desde que este sucedió”. Una prueba es que cada uno de los cuatro escritores invitados lo han abordado de manera central o el tema late en sus obras.

@wmagazin

Se cumplen 50 años del golpe militar de Pinochet y su dictadura en Chile. Los escritores chilenos Alejandra Costamagna, Pablo Simonetti, Rafael Gumucio y Sergio Missana recomiendan libros, películas y obras de arte que nos acercan a este hecho histórico. #Pinochet #Chile #Chilebooks #chilebooktok #españabooktok

♬ Snowfall – Saymon Cleiton

A pesar de la represión, los creadores que estaban en Chile no callaron. Incluso desafiaron al golpista, al tiempo que alentaban a la sociedad uniendo crítica, arte y vida. Lo hizo, por ejemplo, desde 1979, el grupo CADA (Colectivo de Acciones de Arte) integrado por el sociólogo Fernando Balcells, el poeta Raúl Zurita, tras su salida de los campos de tortura, la escritora Diamela Eltit y los artistas visuales Lotty Rosenfeld y Juan Castillo. Se adelantaron a su tiempo y convirtieron la ciudad en un escenario de creación, expresión y exploración artística con el ADN de la crítica en todos los ámbitos en busca de una reacción social y un cambio.

Como explicará Alejandra Costamagna, más adelante, su acción Una milla de cruces sobre el pavimento intervino las líneas blancas horizontales que señalaban las pistas del tránsito cruzándolas con líneas blancas verticales. “El resultado fue una seguidilla de signos ‘más’, que era también y, sobre todo, una seguidilla de cruces en un país asediado por la muerte”.

El golpe militar de Pinochet fue una pieza más de la llamada Operación o Plan Cóndor con el que Estados Unidos respaldó o ayudó a crear seis dictaduras militares en Suramérica para controlar la región en alianza con la derecha y para evitar a los opositores de izquierdas: Paraguay (iniciada en 1954, pero reforzada en los años 70, hasta 1989), Brasil (1964-1985), Bolivia (1971-1978), Uruguay (1973-1985), Chile (1973-1990) y Argentina (1976-1983). El resultado fue miles de muertos, desaparecidos, presos, torturados, represaliados, exiliados y la implantación de un sistema contra los derechos humanos y las libertades.

El siguiente es el gran mosaico de expresiones artísticas que dan testimonio de lo vivido en Chile entre 1973 y 1990, y su larga sombra:

Detalle de la portada del libro 'Tejas Verdes: Diario de un campo de concentración en Chile', de Hernán Valdés. /WMagazín

El Golpe de estado de Chile, según Costamagna, Gumucio, Missana y Simonetti

 

Recomendaciones literarias, teatrales y artísticas para conocer el Golpe de estado de Chile de 1973, según Alejandra Costamagna. Abajo, Una milla de cruces sobre el pavimento, de Lotty Rosenfeld, del grupo CADA. /WMagazín

ALEJANDRA COSTAMAGNA

Literatura

El palacio de la risa, de Germán Marín.

Es una novela que transita entre la crónica y la ficción, y se nutre de la experiencia del escritor para abordar el derrumbe de una casa que es también el derrumbe de una sociedad. “Yo no venía del extranjero, sino del pasado, que al parecer nadie quería”, dirá el narrador, recién retornado del exilio. La casa, aquel palacio de la risa, corresponde a una antigua hacienda que luego devino en discoteca y que durante la dictadura fue transformada en uno de sus principales centros de tortura. Un libro de prosa feroz, quebrada e indócil sobre un Chile igualmente feroz, quebrado e indócil.

Teatro

La amante fascista, de Alejandro Moreno.

Este monólogo dirigido por Víctor Carrasco e interpretado con genialidad por Paulina Urrutia huye de cualquier solemnidad para abordar a la dictadura. La joven esposa de un militar espera la visita de su amante, el comandante en jefe del Ejército, y va dejando brotar una prédica clasista, discriminadora e intolerante, además de una visión de sí misma como un objeto más del inventario militar. Horror y humor se cruzan como aguijones filudos en una obra que aborda sarcásticamente el lugar de los victimarios y muestra las múltiples capas de las atrocidades que siguen vigentes.

Cine

El edificio de los chilenos, de Macarena Aguiló.

Este documental autobiográfico es un coro de voces. A través de cartas, fotografías, archivos y entrevistas, Aguiló reconstruye la historia comunitaria de un grupo de niñas y niños exiliados, cuyos padres deciden retornar clandestinamente a Chile para combatir la dictadura. Se arma así, en el exilio, una “familia social” con “padres sociales” a cargo de “hijos sociales” que experimentan una infancia marcada por la solidaridad y el compañerismo, pero también por la madurez forzada y la ausencia. La mirada afectiva desde el presente pone en perspectiva aquella experiencia y permite revisar la inevitable conciencia de un vacío.

Artes plásticas

Una milla de cruces sobre el pavimento, de Lotty Rosenfeld.

Junto al Colectivo de Acciones de Arte (CADA) y también de manera individual, la artista visual Lotty Rosenfeld desplegó un trabajo de gran impacto en el espacio público. Uno de ellos fue la acción Una milla de cruces sobre el pavimento, con la que en 1979 intervino las líneas blancas horizontales que señalaban las pistas del tránsito, cruzándolas con líneas blancas verticales. El resultado fue una seguidilla de signos “más”, que era también y, sobre todo, una seguidilla de cruces en un país asediado por la muerte. Esta acción ha sido replicada en diferentes lugares del mundo en los últimos 40 años.

  • Alejandra Costamagna (Santiago de Chile, 1970). Ha abordado el Golpe en los libros En voz bajaCansado ya del sol y Había una vez un pájaro. Su novela más reciente es El sistema del tacto (Anagrama).

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Recomendaciones literarias, teatrales y artísticas para conocer el Golpe de estado de Chile de 1973, según Rafael Gumucio. Arriba la obra de teatro ‘Villa+Discurso’, de Guillermo Calderón, portada de Anteparaíso, de Raúl Zurita, y ‘La cocina y la guerra, de Eugenio Dittborn. /WMagazín

RAFAEL GUMUCIO

Literatura

El palacio de la risa, de Germán Marín, Anteparaíso, de Raúl Zurita, y La nueva ola, de Juan Luis Martínez

Casi todos los libros chilenos de alguna u otra forma vuelven al trauma del golpe desde que este sucedió. Mis favoritos son El Palacio de la Risa, de German Marín, que recorre los restos de Villa Grimaldi con risa, sarcasmo y error. Creo que Anteparaíso de Raúl Zurita, retrata de muy cerca el ambiente de la dictadura tratando de buscar una salida que aún no se vislumbraba. De otra manera, creo que La Nueva Novela, de Juan Luis Martínez, busca una posibilidad de reconstruir la historia, o de contarla sin contarla. En la categoría memorias o entrevistas, creo que Carlos Altamirano, de Patricia Politzer, es una magistral entrevista, de las mejores que se han escrito en Latinoamérica. De otra manera el Infierno, de Luz Arce, con una prosa precisa y preciosa, cuenta la historia de una militante de izquierda que se hace agente de la dictadura.

Teatro

Villa+Discurso, de Guillermo Calderón

Creo que las mejores son el díptico Villa+Discurso, de Guillermo Calderón, que gira en torno a cómo honrar la memoria desde el poder, es decir de la manera en que la presidente Michel Bachelet lo hizo con su propia historia de horror. En otro género, creo que nadie ha reconstruido mejor el discurso de la derecha que La amante fascista, de Alejandro Moreno.

Cine

Diálogos de exiliados, de Raúl Ruiz, y Machuca, de Andrés Wood.

Las dos mejores de la dictadura son, desde la ironía y el humor, Diálogos de Exiliados, de Raúl Ruiz. En un género contrario creo que la película más emocionalmente intensa, y la que completa mejor la experiencia de la Unidad Popular, es Machuca, de Andrés Wood.

Artes plásticas

La obra de Eugenio Dittborn es la que mejor refleja este periodo.

  • Rafael Gumucio (Santiago de Chile, 1970). Su familia vivió exiliada tras el golpe militar. Ha abordado el tema en obras como Nicanor Parra: Rey y mendigo y ¿Por qué soy católico? (ambos en Random House). Sus libros más recientes son este ensayo ¿Por qué soy católico? y la novela El galán imperfecto (ambos en Random House).

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Recomendaciones literarias, teatrales y artísticas para conocer el Golpe de estado de Chile de 1973, según Sergio Missana. A la derecha ‘Una milla de cruces sobre el pavimento’, de Lotty Rosenfeld, del grupo CADA. /WMagazín

SERGIO MISSANA

Literatura

Tejas Verdes: Diario de un campo de concentración en Chile, de Hernán Valdés; El jardín de al lado, de José Donoso, y Lumpérica, de Diamela Eltit.

La literatura chilena escrita durante y sobre la dictadura se produjo desde dos lugares claramente demarcados: Chile y el exilio. Una obra fundamental para entender los primeros años de la dictadura es Tejas Verdes: Diario de un campo de concentración en Chile (1974), de Hernán Valdés, que al ser publicada en Barcelona integra ambas dimensiones. Entre muchos testimonios sobre las dictaduras latinoamericanas y la chilena, la novela testimonial de Valdés ocupa un lugar único por su valor literario y su impacto político. Entre las obras de ficción publicadas en el exilio y en Chile, destaco, respectivamente, El jardín de al lado (1981), de José Donoso, y Lumpérica (1983), de Diamela Eltit.

Teatro

Un concierto de Los Prisioneros

 No se trata de una obra de teatro sino de una performance. Tuve oportunidad de asistir, a comienzos de 1985, a uno de los primeros conciertos de la banda Los Prisioneros, un referente clave para entender la sociedad chilena durante la segunda década de la dictadura. Inspirados en la estética punk (influidos particularmente por The Clash) hicieron irrupción desde un lugar insólito, exhibiendo un resentimiento de clase que desbordaba la tensión entre derecha e izquierda. Canciones como Muevan las industrias o El baile de los que sobran al mismo tiempo retrataron esa época y contribuyeron a darle forma.

Cine

Diálogos de exiliados, de Raúl Ruiz.

Diálogo de exiliados (1975), de Raúl Ruiz, aunque filmada en París, puede considerarse la última película chilena de Ruiz, antes que la primera francesa. Es notable por su tono satírico, que desacraliza el exilio y transgrede la épica de la resistencia a la dictadura ya en un momento muy temprano. Entre los exiliados campea la banalidad, la mediocridad y otras flaquezas, lo que iba a contracorriente de su tiempo. El documental La batalla de Chile (1975-1979), de Patricio Guzmán, ilumina el periodo anterior, la Unidad Popular, desbordando las intenciones de su realizador.

Artes plásticas

Una milla de cruces sobre el pavimento, de Lotty Rosenfeld.

Las obras conceptuales del Colectivo de Acciones de Arte (CADA) constituyeron una forma de resistencia mediante intervenciones en el espacio urbano, por decir lo menos, adelantadas a su época. Hacían gala de un gran espesor conceptual, al mismo tiempo que resultaban suficientemente crípticas para eludir la censura del régimen. Una obra memorable fue Una milla de cruces sobre el pavimento (1979) de Lotty Rosenfeld.

  • Sergio Missana (1966). Es autor de dieciséis libros incluyendo novelas, ensayos, crónicas de viaje y libros infantiles. Su novela El día de los muertos (2007) se sitúa en la antesala del golpe de Estado de 1973. Sus obras más recientes son la novela distópica Entremuros (publicada en España en 2022) y el ensayo Última salida: Las humanidades y la crisis climática (2021). Es profesor de Literatura Latinoamericana en el Programa de la Universidad de Stanford en Santiago, Chile, y secretario general de la ONG ambientalista internacional Climate Parliament.

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Recomendaciones literarias, teatrales y artísticas para conocer el Golpe de estado de Chile de 1973, según Pablo Simonetti. Abajo a la derecha: ‘El libertador Simón Bolívar’, de Juan Dávila. /WMagazín

PABLO SIMONETTI

Literatura

Estrella distante, de Roberto Bolaño, y De amor y de sombra, de Isabel Allende.

No sé si a alguno de los dos le haría gracia aparecer junto al otro en una mención de prensa, pero me parece que ambas novelas abordan con intensidad y aplomo el horror del asesinato político y la desaparición. La historia de Allende se centra en el hallazgo de osamentas de campesinos en Lonquén, dentro de los hornos abandonados de una mina de cal, uno de los primeros testimonios públicos de la matanza indiscriminada y que la censura gubernamental no pudo acallar. Por su parte, Bolaño vuelve a la región del Biobío, donde vivió de niño y adolescente, para escenificar la perversidad y la impostura de un agente de la represión, uno más del círculo de monstruos excitados por la masacre desatada por la Junta Militar. En Chile, todavía hay más de mil cien personas desaparecidas.

Teatro

La muerte y la doncella, de Ariel Dorfmann.

Esta obra pone ante los ojos del espectador toda la violencia que entraña la tortura, mediante un ejercicio de traslación bien articulado. No nos sumerge en la cámara de los tormentos, sino que nos lleva a un tiempo futuro en el cual un torturador, un hombre en apariencia dulce y pacífico, se encuentra con una de sus víctimas. A pesar de haber estado vendada durante su detención, ella lo reconoce por la voz, por algunos gestos verbales, por su gusto por la obra musical de Schubert. Así resurge en su fuero interno la huella dejada por la violencia, arrojándola a una búsqueda exasperada de la verdad. En Chile se han acreditado alrededor de 40.000 víctimas de prisión política y tortura.

Cine

Machuca, de Andrés Wood

Dos amigos adolescentes asisten al mismo colegio particular. Uno pertenece a una familia privilegiada y el otro vive con la suya en una población junto al río Mapocho. El segundo, de apellido Machuca, está becado por los padres de la Holy Cross, como parte de un esfuerzo para lograr una mayor integración social, anhelo que permeaba nuestra sociedad en la época de la Unidad Popular. La historia nos muestra cómo la polarización política y la discriminación de clase desembocan en el Golpe, que volvió a separar a estos amigos y sus familias para siempre. El clasismo —que tiene mucho de racismo— se intensificó durante la dictadura y sigue lastrando hasta hoy la convivencia en nuestro país.

Artes plásticas

El libertador Simón Bolívar, de Juan Dávila

Si bien este mural fue pintado en 1994, tuvo la virtud de desentrañar el profundo machismo y militarización que nuestra democracia heredó de la dictadura. La imagen de un Bolívar mestizo y travestido despertó un revuelo y una indignación de parte de muchas autoridades civiles y militares, aunque nada tenían que ver con las intenciones del pintor. Él quería expresar la urgencia de avanzar en la aceptación de la diversidad y en la integración mestiza que el propio Bolívar promovió en su tiempo, planteando de paso que la normatividad dominante no era el camino para conseguirlo. La dictadura militar implicó un congelamiento de las agendas que buscaban combatir las discriminaciones de toda índole, convirtiendo a Chile en una estatua de hielo patriarcal, blanca y heterosexual, que ha demorado toda una generación política en derretirse.

  • Pablo Simonetti (Santiago de Chile, 1961). Este hecho histórico late en el fondo de toda su obra, pero en Desastres naturales expone cómo vivió ese día, 11 de septiembre de 1973, una familia burguesa democratacristiana, apoyadora del golpe en esencia, pero también de testigos horrorizados del bombardeo a La Moneda, seguida de su polarización con la sospecha creciente de que había comenzado a operar un servicio de inteligencia persecutor y asesino más allá de la ley. Su novela más reciente es Los hombres que no fui (Alfaguara).

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Otros escritores chilenos y libros sobre el golpe de estado en Chile y la dictadura de Pinochet:

Tengo miedo torero, Pedro Lemebel.

Purgatorio, Raúl Zurita.

Nocturno de Chile, Roberto Bolaño.

El desierto, Carlos Franz.

La desesperanza, José Donoso.

Las armas de ayer, Max Marambio.

Hoy, Chile tiene una presencia importante de autores como Oscar Hahn, Isabel Allende, Marcela Serrano, Antonio Skármeta, Nona Fernández, Alberto Fuguet, Alejandro Zambra, Paulina Flores, Lina Meruane, María José Ferrada, Carlos Labatut, Alejandro Bisama, Carla Guelfelbein, Hernán Rivera Letelier, Andrea Jeftanovic, Alia Trabucco, María José Navia, Andrea Maturana, Gonzalo Eltesch, Nicolás Poblete, Claudia Apablaza, Isabel Mellado, Eduardo Plaza Ávila, Marcelo Mellado, Pablo Toro, Carlos Franz, Pía Barros, Miguel Laborde…

Son los herederos de escritores como Gabriela Mistral, Vicente Huidobro, Pablo Neruda, Gonzalo Rojas, Jorge Edwards, Nicanor Parra, Roberto Bolaño, Luis Sepúlveda, María Luisa Bombal, Pedro Lemebel, José Donoso, Baldomero Lillo.

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