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Detalle de la ilustración de Carlos Boanza para la portada del libro ‘Manual práctico de cocina Negra y Criminal, de Montse Clavé (Pepitas de calabaza), /WMagazín

Las mejores recetas de comida y bebida en la novela negra para degustar con una lectura

Montse Clavé y su 'Manual práctico de cocina Negra y Criminal', recuperado con ilustraciones de Carlos Baonza, es una obra que rescata la gastronomía de libros del género y sugiere ampliarla. Ideal para seguir el Festival de Novela Negra de Barcelona BCNegra, del 10 al 16 de febrero de 2025

Comida y bebida para disfrutar la vida, o para acabarla. La gastronomía ocupa un lugar importante en la literatura, ya sea como acompañamiento de los personajes o como elemento crucial en la escena o corazón del libro en sí mismo. Ahí tenemos desde el comienzo de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, hasta El festín de Babett, de Isak Dinesen; pasando por Como agua para chocolate, de Laura Esquivel, o Mân, de Kim Thúy. Por no hablar de las novelas policíacas de Manuel Vázquez Montalbán.

Comida y bebida son los amigos, aliados, pretextos, comparsas o cómplices perfectos según qué situación. La literatura de crímenes, policíaca o negra, y unos cuantos thrillers, saben mucho de este segundo escenario. Pero el placer por la gastronomía también puede sugerir bocados, platos, sorbos o copas a partir de la lectura de un libro. Algo así como la aceituna en el Martini.

Montse Clavé dio en 2004 con la receta literaria ideal en Manual práctico de cocina Negra y Criminal (Pepitas de calabaza), con ilustraciones de Carlos Baonza, recuperado en 2025. Una antología de autores y libros con un crimen de por medio donde hay alguna presencia importante o sugerente de comida o bebida, o, simplemente, la mención de alguna de ellas invoca automáticamente una receta, un menú. “Una original manera de ahondar en las lecturas del género, que servirá para armar completos y sugerentes menús con los que organizar sesiones literario-gastronómicas”, señala la editorial. Montse Clavé sabe de lo que habla, fue una de las propietarias, junto con Paco Camarasa, y creadora de la librería Negra y Criminal que en Barcelona renovaron el panorama del género y de las librerías en las primeras dos décadas del siglo XXI, de 2002 a 2015. Así, este libro se convierte en “un selecto manual que nos acerca a algunos de los autores y libros que en su día poblaban los estantes de la librería Negra y Criminal de Barcelona”.

Agatha Christie, la gata cristi, mis gripes felices y una tarta sin arsénico.

Patricia Highsmith, Ripley y una excelente musaka.

Georges Simenon, Maigret y una soupe à l’oignon.

Vázquez Montalbán, Carvalho y una caldeirada gallega.

Anne Perry, alias Juliet Hulme, y una taza de chocolate.

Padura, Mario Conde y un arroz amarillo con carne de puerco.

Francisco González Ledesma, Méndez, Agatha Christie y un pescado del Nilo al sésamo.

Alicia Giménez-Bartlett, Petra, Fermín y una olla podrida

Y así hasta casi medio centenar de deliciosas sugerencias gastronómicas nacidas de los autores y de sus libros.

Esta selección de libros, platos y bebidas, recomienda Monste Clavé, en la presentación de su libro, “podría servirles para hacer una sesión literaria gastronómica en sus casas. Es una selección poco convencional —nosotros también lo somos— en la que no están todos los que son. No tratamos con este libro de instigar al asesinato gastronómico. Solo deseamos que sirva de sabroso entretenimiento. Las recetas no contienen arsénico como ingrediente. En la primera parte encontrarán toda una serie de autores de la Z a la A (más o menos), un libro suyo y una receta que de alguna forma está directa o indirectamente relacionada con el libro o con su autor”. Por ejemplo:

Georges Simenon, Maigret y una soupe à l’oignon.

Dorothy L. Sayers, las campanas asesinas y un estofado de rabo de buey.

Ruth Rendell y su juicio de piedra en compañía de un té inglés.

En la segunda parte de la obra, sigue la autora, “tendrán un completo y sugerente menú para organizar en sus casas una comida total y auténticamente negrocriminal”. Por ejemplo:

Sue Grafton, Kinsey Millhone y un goulash a la húngara.

Camilleri-Montalbano-Montalbán, Maigret, Adelina y un conejo a la cazadora.

Eric Ambler, Dimitrios Makropoulos y una delicia turca.

Recetas de muerte

El resultado, según Carlos Zanón, “es una muestra de ese equilibrio entre placer y divertimento aliñado con un cierto punto de sofisticada invitación a leer lo que no has leído, a seguir senderos a partir de lo que una mera receta de cocina te propone. Lo sofisticado son esos escalones, parte de la arquitectura de la vida que te lleva a tener mejores vistas, admitir lo complejo de todo, ser radicalmente tú al mismo tiempo que miembro de una comunidad desconocida. Jueguen ustedes a cualquiera de los varios juegos que les proponen Montse Clavé y Carlos Baonza en estas páginas. Cocínese usted los libros según la receta propuesta y lea —antes, durante o después— a esos autores y autoras que no deberían caer en el olvido. Sean civilizados y disfruten como animales”.

Fred Vargas y María Vargas toman un plat du jour.

Van Gulik, el juez Di y el lomo de cerdo con jengibre.

Van De Wetering y unas patatas a la holandesa.

Markaris, Jaritos y unos tomates rellenos.

Chandler, Marlowe y un irlandés caliente.

El siguiente es un pasaje del libro:

Raúl Argemí, la pampa y una salsa con chile

Por Montse Clavé

Llega Raúl, y al rato, si el momento es propicio, la conversación deriva hacia su tema preferido. Por encima de la novela negra, de la historia de su país de origen y su historia (que nunca estará condenado a repetir porque no la olvida), nos habla de la pampa argentina.

Transcurridos unos minutos, ante nuestros ojos se abre una gran pantalla en tres dimensiones y nos dejamos llevar hacia aquellos extensos dominios, subyugados por los personajes, los cielos, los paisajes que él narra con tal realismo (o quizás miente como a mí me gusta) que pronto Negra y Criminal se convierte en un lugar extraño. No es el Bagdad de Sherezade, pero sí nos sentimos cual sultanes esperando que se alargue el momento, la noche, que llegue tarde el alba, o mejor, que pronto nos vuelva a visitar Raúl para seguir oyendo este hermoso cuento de la pampa que a veces, solo a veces, parece totalmente real.

Así son también los libros de Raúl.

La pampa cobra vida en Los muertos siempre pierden los zapatos. Si tuviera que proponer una receta que acompañe perfectamente este libro, no podría ser otra que la del mate.

“Eusebio Retamal sorbe el mate muy lentamente, con la mirada perdida en el dibujo de las baldosas”.

Pero como Raúl sabe que no es el mate mi yerba preferida, y que sí compartimos pasión por el picante, les propongo una receta que ambos podríamos degustar, mientras ustedes nos acompañan, a ver “si nos enchilamos un tantito”.

***

Salsa mexicana «picante pero sabrosa»

Se puede servir tanto fría como caliente, sofriendo los ingredientes.

En versión fría, conviene incorporar el cilantro en el último momento, justo antes de servirla. Versión fría

  • 1 tomate maduro grande.
  • ½ cebolla, picada.
  • 3 chiles serranos, frescos o de lata, picados (se venden en comercios especializados).
  • 2 cucharadas de cilantro, picado.
  • 2 cucharadas de agua.
  • Sal.

Mezclar todos los ingredientes y agregar sal a voluntad.

Versión caliente

Los mismos ingredientes de la receta anterior. Pasar por la batidora la cebolla con el tomate y la sal. En una sartén sofreír la mezcla en un poco de aceite. Al cabo de unos minutos, añadir el cilantro y el chile. Dejar unos minutos más.

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Santiago Vargas

2 comentarios

  1. Lo primero que hacían Montse y Paco cuando entrabas en Negra y Criminal no era venderte libros sino invitarte a comer. Después, en apetitosa sobremesa, te ibas enterando de sus tesoros de novela negra y criminal. «Por la caída del régimen», brindaba Paco y te ibas tan contento, bien comido y leído.

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