Los escritores piden combatir los modelos de relaciones románticas machistas desde la literatura y el mundo digital
El VI Festival de Literatura Infantil y Juvenil de Tres Cantos (España) reúne a medio centenar de autores. Chiki Fabregat, Alfredo Gómez, Cristina Prieto y Clara Cortés reflexionan en WMagazín, con apoyo de Endesa, sobre la importancia de dar visibilidad a la diversidad de las relaciones
La muestra de la pluralidad de las relaciones sentimentales y el combate a los modelos románticos machistas y dañinos son dos de los temas en auge en la literatura infantil y juvenil. Esa es la mitad luminosa de la portada de esta historia, la otra mitad gris es la denuncia que hacen los escritores sobre la perpetuación de esos modelos negativos, todavía, en algunos libros, espacios digitales y medios de comunicación. Piden ayudar en la educación de relaciones más sanas, equilibradas y justas, sin negar la realidad.
Las relaciones sentimentales entre los menores de edad es uno de los temas abordados por el VI Festival de Literatura Infantil y Juvenil de Tres Cantos (FestiLIJ3C), España, del 2 al 5 de febrero de 2023, en la Biblioteca Lope de Vega. Cerca de setenta autores, especialistas, libreros y promotores de lectura participan en este encuentro con mesas redondas, debates, talleres y cuentacuentos. Elena Martínez, directora del Festival y propietaria de la librería Serendipias, recuerda que “la literatura infantil y juvenil, que ha salvado el mundo editorial en los momentos más críticos, se merece el reconocimiento que este Festival le brinda”. Y con temas de fondo.
Diversidad de relaciones sentimentales
Los jóvenes entienden, mejor que nadie, las diferentes posibilidades de sentimientos y relaciones que se pueden establecer para vivirlas con naturalidad y franqueza. Y la literatura infantil y juvenil refleja esa realidad, cada vez más, al tiempo que ayuda a mostrarles el mundo y les sirve de apoyo para que sepan que no están solos.
Muchos de los libros escritos por autores muy jóvenes, o adultos que empezaron a escribir muy pronto, prueban que niños y jóvenes van por delante del resto de la humanidad. Se adelantan a los cambios que los adultos, muchas veces, no aceptan o terminan de comprender.
“Hoy en día, afortunadamente, hay una mentalidad más abierta con los distintos modelos de relación y hay mucha más libertad para querer a quien te dé la gana, mientras sea con respeto y consentimiento por todas las partes. Esto se nota y está empezando a reflejarse también en la literatura, lo que es maravilloso porque al final lo que uno o una quiere muchas veces es sentirse reflejada o reflejado en lo que lee”, afirma Cristina Prieto Solano (El Ferrol, 1994), escritora desde los 15 años (su última novela es Un error a medida – Esencia). Es conocida en redes sociales como Nana Literaria, tiene un canal de booktube, uno de Twitch, modera y presenta eventos de literatura juvenil en Madrid.
Libertad, franqueza y temor son tres de los principales aspectos que conviven entre los jóvenes alrededor de los sentimientos y sus relaciones. “Los jóvenes no solo tienen la mente más abierta respecto a las relaciones románticas, sino también respecto a las de amistad y a las familiares, tienen ganas de analizarlas bajo otras lupas, aprender y cambiar las dinámicas preestablecidas para salir de las cajas de ‘así es como han sido siempre las cosas’ e ir más allá”, explica Clara Cortés (Madrid, 1996) autora de novelas como Ellen y TJ (La Galera) y psicóloga.
Las nuevas dinámicas se han acelerado con la irrupción de los espacios del mundo digital. Los principales cambios de los jóvenes respecto a la generación de sus padres, por ejemplo, frente a la diversidad de relaciones es que “la juventud de hoy se sabe más libre. Eso no quiere decir que cada adolescente pueda elegir libremente cómo vivir o cómo relacionarse, pero son conscientes de que existe esa posibilidad y de que, elijan lo que elijan, encontrarán apoyo alrededor”, segura Chiki Fabregat, autora de títulos como El cofre de nadie (Premio Gran Angular 2021, de SM) y coordinadora de LIJ de la Escuela de Escritores.
A pesar de ello, añade Chiki Fabregat, los jóvenes “aún encuentran rechazo y violencia y dolor, mucho dolor. Supongo que todos soñamos con el momento en el que nadie cuestione a los demás por ser quienes son y que, aunque nos queda mucho por hacer, cada día estamos un poquito más cerca”.
Camino a ese gran cambio, dice Clara Cortés, contribuye “la globalización y el acceso a internet (con lo que ello supone, que para mí es, principalmente, el acceso a multitud de realidades distintas a la propia). Han hecho que los jóvenes de hoy sean menos estrictos en cuanto a seguir los valores tradicionales, más abiertos y más tolerantes en general, no solo con sus experiencias personales, sino también con las de su entorno”.
Esa receptividad en los jóvenes la perciben los propios escritores que constatan cómo, cada vez más, “aceptan historias ‘nuevas’, como puede ser en el caso de mis novelas, la del romance entre dos mujeres, la de un grupo de amigos donde todos forman parte del colectivo LGTB+ o la de la crisis vital de un chico trans. Estas cosas resultan cada vez menos extrañas porque, gracias a internet, cada vez resulta menos extraño (y difícil) conocer a gente como esta en la vida real, y, al final, la exposición es la mejor manera de conocer y acostumbrarnos a cosas que, como no habíamos visto nunca, hasta entonces nos eran desconocidas”.
Eliminar machismo y modelos negativos
Un aspecto crucial en esta educación y reeducación es el manejo de los arquetipos y estereotipos de los personajes de la novela romántica, por ejemplo. Cristina Prieto recuerda que “antes en los libros de juvenil romántica se buscaba siempre la protagonista sin personalidad de la que se enamora inexplicablemente el malote. Ahora, las jóvenes no buscamos eso, buscamos una protagonista fuerte que sepa exigir que la quieran bien. Para mí ese es el principal cambio, además de que, afortunadamente, se va aceptando distintas formas de querer y ampliando la representación de los diferentes colectivos que hasta ahora han estado totalmente invisibilizados”.
En el tratamiento de esos arquetipos anticuados radica parte del problema del machismo entre los jóvenes. Algunas encuestas señalan en España la continuación de ese machismo que hay que erradicar entre todos y con modelos literarios positivos, coinciden los escritores consultados.
“Desgraciadamente, creo que el machismo es algo inherente en nuestra sociedad y está tan arraigado en tantos aspectos de la vida que lo raro sería que no afectara a las relaciones entre los jóvenes”, lamenta Clara Cortés. Al final, afirma, “es lo que han mamado, lo que han visto no sólo en los modelos a su alrededor, sino en los medios y en el arte. Las historias que se venden y se consumen son uno de los principales referentes que tenemos para crecer y criarnos, ya que suelen estar presentes en nuestra vida incluso si las experiencias de la gente a nuestro alrededor difieren de ‘lo normal”.
Y, al tiempo que denuncia ciertas obras y espacios, la narradora lanza unas preguntas: “¿Cómo no caer en conductas machistas cuando es lo que lees en el último libro que se ha hecho popular en TikTok, cuando es la base de la dinámica entre los protas del último número uno de Webtoon (cómics en línea) o cuando es el argumento de la peli que has puesto un domingo por la tarde mientras te echas la siesta? ¿Cómo esquivarlo, cuando nos llega por todas partes?”.
Apostar por relaciones sanas e igualitarias
Para Clara Cortés, “hace falta que se apueste por historias que reflejen modelos de relaciones diferentes y dinámicas más sanas para que, poco a poco, no solo se establezcan a nivel ficticio, sino que se incorporen en la sociedad. Obviamente, esto no es trabajo de un día, pero cuando las cosas nunca pasan es cuando no se hace nada al respecto. Hay que poner el foco, apostar y apoyar a las autoras que intentamos representar ese tipo de ‘nuevas realidades’ en nuestras novelas (que de nuevas no tienen nada, pero esa es otra historia), dándole una oportunidad a que la gente conozca historias con personajes que, muchas veces, difieren mucho menos de la vida real que los chico-malote-conoce-a-chica-buena que nos han vendido durante tanto tiempo”.
Chiki Fabregat coincide: “Creo que ha habido historias en el cine, en la televisión, en la literatura que han ofrecido como modelo del amor romántico ideal una relación machista basada en la dependencia absoluta de las chicas hacia los chicos, que han elevado los celos a la categoría de muestra máxima de amor. Seguro que hay más, que no es solo el cine, la televisión o la literatura, pero tal vez sea por ahí, ofreciendo otros modelos, mostrando que eso ni es amor ni es sano, como podemos combatirlo”.
A ello se suma la educación y lo que se asume en casa, asegura Cristina Prieto: “Si en un libro leemos que una persona golpea a otra, sabemos que es ficción y que no es algo que debamos querer ni aplicar en casa, pero si leemos una relación tóxica, por ejemplo, o machista, no tenemos las herramientas normalmente para distinguir que tenemos que leerlo como ficción y no buscarlo en la vida real. Yo he estado ahí y he aprendido a palos, pero como sociedad deberíamos avanzar hacia que los jóvenes sepan lo que es una relación sana, entre iguales y sin machismo”.
Alfredo Gómez Cerdá afronta el tema como persona y como escritor. Su novela Ninfa rota (Premio Anaya de LIJ 2019) aborda esta problemática: “Muchas veces escribo con la esperanza de entender -porque también escribir es una forma de entender- y de esta forma quizá otros también entiendan. Y el machismo es un tema que hoy en día cuesta trabajo entender. Escribo novelas, ficción literaria, y no ensayos o estudios sobre determinadas cuestiones. Me interesan sobre todo los personajes, también su problemática, claro; pero lo que intento es indagar en ellos, en sus vidas, en sus dudas, en sus contradicciones».
Algunos jóvenes –tanto chicos como chicas-, opina Alfredo Cerdá, “tienen comportamientos machistas porque vivimos aún en una sociedad machista, porque esos roles los han mamado en su propia casa, porque los modelos que nos proporcionan los medios de comunicación lo son, porque se sigue pensando que el amor romántico es la única manera de amar, porque se cree que los celos infundados son una muestra de amor, etc. etc. ¿Qué hacer? Seguir educando en la igualdad absoluta entre hombres y mujeres. ¡Tan sencillo y, al mismo tiempo, tan complicado!”.
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