Apoya a WMagazín como mecenas cultural Apoya a WMagazín como mecenas cultural Apoya a WMagazín como mecenas cultural Apoya a WMagazín como mecenas cultural Apoya a WMagazín como mecenas cultural

Tippi Hedren en ‘Los pájaros’, de Alfred Hitchcock (1963), basada en un relato de Daphne du Maurier. /WMagazín

‘Los pájaros’: cómo Hitchcock convirtió un cuento de Daphne du Maurier en una obra maestra del cine, del romance al terror

CINE CLUB LITERARIO Celebramos los sesenta años de una de las películas más influyentes, estrenada en 1963. El director británico creó un clásico con los elementos mínimos, una historia que parece ir en una línea y, de manera progresiva, pasa al suspense con uno de los mejores finales: ¿es el comienzo del dominio de las aves sobre el planeta?

Solo un genio como Alfred Hitchcock es capaz de crear tanto suspense y terror con elementos mínimos. Y con dos películas seguidas: en 1960 con Psicosis y en 1963 con Los pájaros. Y ambas son la historia de cómo dos novelas corrientes se convirtieron en clásicos del cine. Pero esta vez nos detendremos en Los pájaros, basada en un relato de Daphne du Maurier, de quien ya el director estadounidense había adaptado otros dos libros.

Los pájaros es una de las películas más influyentes y arriesgadas del cine, por ser, entre otras cosas, una escuela de cómo crear suspense y terror de manera progresiva sin mostrar, y más con sugerir, por lo menos en la primera mitad, y sin música, para despertar el miedo y la inquietud en el espectador. Solo unos pocos cineastas han triunfado con esta estrategia, entre ellos Steven Spielberg, con Tiburón, Ridley Scott, con Alien, y William Friedkin, con los primeros cuarenta minutos de El exorcista.

En la población costera de Bodega Bay, en California, se detiene esta vez nuestro Cine club literario WMagazín, que este verano dedicamos a buenas películas basadas en libros que en 2023 celebran una efeméride importante: 60 años de Los pájaros.

El clásico de Hitchcock llega tras dedicar este espacio a los 70 años de De aquí a la eternidad, de Fred Zinnemann, basada en la novela de James Jones; y un siglo de El jorobado de Notre Dame, de Wallace Worsley, basada en el clásico de Victor Hugo.

Te invitamos a revivir o conocer el suspense maestro de Los pájaros. A ese momento en que las aves empiezan a atacar a las personas sin motivo aparente y que la película no solo no resuelve, sino que deja su final abierto, como si solo fuera el comienzo del fin, y el inicio del dominio de los pájaros sobre los humanos:

Tippi Hedren en una escena de 'Los pájaros', de Alfred Hitchcock (1963).

La película: 'Los pájaros'

La historia de Los pájaros surge de uno de los relatos de un libro de la escritora inglesa Daphne du Maurier (1907 – 1989). Al principio, Alfred Hitchcock quiso adaptar esta historia para una de sus entregas de la serie de televisión Alfred Hitchcock Presenta, pero vio el potencial y decidió convertirla en un largometraje. El guion fue de Evan Hunter.

La trama sigue a Melanie Daniels (Tippi Hedren), una mujer rica y hermosa que se encuentra en una pajarería con Mitch Brenner (Rod Taylor), un desconocido por quien se siente atraída, que busca un par de loritos para regalárselos a su hermana. Con tan mala suerte que no los tienen en la tienda. Así es que, días después, Melanie averigua dónde vive Mitch, compra el par de loritos y decide llevárselos por sorpresa al poblado costero de Bodega Bay. El acercamiento entre la pareja avanza hasta que terminan en la casa de este con la hermana y su madre, mientras, poco a poco, las aves del lugar empiezan a llegar y posarse por todos lados y a atacar a la gente. Al final, con la casa cubierta de pájaros logran salir y acercarse al auto con la sensación de que las aves en cualquier momento levantarán el vuelo y atacarán…

El éxito de la película, según los expertos, se debe al manejo de la historia que empieza como una película de romance que lentamente va tornando en suspense por un elemento ajeno a los protagonistas y termina con ellos en medio del terror.

Hitchcock omite cualquier explicación racional al ataque de las aves, aunque algunas personas de la película lanzan sus teorías, incluida la de un borracho que dice que “es el fin del mundo”.

La decisión arriesgada de no incluir una banda sonora y dejar todo el peso en el sonido de los pájaros y los silencios resulto ser un éxito.

La película utilizó más de tres mil aves entrenadas, como gaviotas y cuervos, y millares de pájaros mecanizados, en busca de dar más realismo.

Y, como cierre, la película no muestra el tradicional The End, con la cual da la sensación de que lo que se ha visto es solo el comienzo del fin.

El siguiente vídeo de Alfred Hitchcock hablando de Los pájaros es fuera de serie:

 

El libro

Hija de un actor y una actriz, Daphne du Maurier (Londres, 1907 – Fowey, 1989) creció en un ambiente cultural muy activo. En 1936 publicó la novela Jamaica Inn que fue llevada al cine por Alfred Hitchcock en 1939. Un año antes, en 1938, la escritora había alcanzado gran reconocimiento por la novela Rebeca, de la que en 1940 Hitchcock estrenó la versión cinematográfica con gran éxito, obtuvo el Oscar a Mejor Película. En 1952 publicó un volumen de cuentos que incluía el relato Los pájaros, que el director británico adaptó en 1963.

 

FRAGMENTO

Los pájaros

Daphne du Maurier

Al cruzar los campos y bajar por el sendero que conducía a su casa, Nat, con el último destello del sol, vio a los pájaros reuniéndose todavía en las colinas del Oeste. No corría ni un soplo de viento, y el grisáceo mar estaba alto y en calma. Destacaba en los setos la coronaria, aún en flor, y el aire se mantenía plácido. El granjero tenía razón, sin embargo, y fue esa noche cuando cambió el tiempo. El dormitorio de Nat estaba orientado al Este. Se despertó poco después de las dos y oyó el ruido del viento en la chimenea. No el furioso bramido del temporal del Sudoeste que traía la lluvia, sino el viento del Este, seco y frío. Resonaba cavernosamente en la chimenea, y una teja suelta batía sobre el tejado. Nat prestó atención y pudo oír el rugido del mar en la ensenada. Incluso el aire del pequeño dormitorio se había vuelto frío: por debajo de la puerta se filtraba una corriente que soplaba directamente sobre la cama. Nat se arrebujó en la manta, se arrimó a la espalda de su mujer, que dormía a su lado, y quedó despierto, vigilante, dándose cuenta de que se hallaba receloso sin motivo.

Fue entonces cuando oyó unos ligeros golpecitos en la ventana. En las paredes de la casa no había enredaderas que pudieran desprenderse y rozar el cristal. Escuchó, y los golpecitos continuaron hasta que, irritado por el ruido, Nat saltó de la cama y se acercó a la ventana. La abrió y, al hacerlo, algo chocó contra su mano, pinchándole los nudillos y rozándole la piel. Vio agitarse unas alas y aquello desapareció sobre el tejado, detrás de la casa.

Era un pájaro. Qué clase de pájaro, él no sabría decirlo. El viento debía de haberle impulsado a guarecerse en el alféizar.

Cerró la ventana y volvió a la cama, pero, sintiendo humedad en los nudillos, se llevó la mano a la boca. El pájaro le había hecho sangre. Asustado y aturdido, supuso que el pájaro, buscando cobijo, le había herido en la oscuridad. Trató de conciliar de nuevo el sueño.

Pero al poco rato volvieron a repetirse los golpecitos, esta vez más fuertes, más insistentes. Su mujer se despertó con el ruido y, dándose la vuelta en la cama, le dijo:

—Echa un vistazo a esa ventana, Nat; está batiendo.

—Ya la he mirado —respondió él—; hay algún pájaro ahí fuera que está intentando entrar. ¿No oyes el viento? Sopla del Este y hace que los pájaros busquen dónde guarecerse.

***

Serie Cine club literario de verano 2023

El jorobado de Notre Dame, cien años de la película basada en la novela de Victor Hugo.

 

Luis Manrique Rivas
Últimas entradas de Luis Manrique Rivas (ver todo)

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

    Suscríbete a nuestra newsletter · Suscríbete a nuestra newsletter · Suscríbete a nuestra newsletter · Suscríbete a nuestra newsletter · Suscríbete a nuestra newsletter ·