
Margaret Atwood ante la fotografía de Gabriel García Márquez, de Daniel Mordzinski, en la exposición del hotel Santa Clara, de Cartagena de Indias en enero de 2020. /Fotografía de WMagazín
Margaret Atwood ante García Márquez y otros amores literarios en el Hay de Cartagena
La escritora canadiense, Héctor Abad, William Ospina y Inua Ellams protagonizan las conversaciones del primer día del encuentro cultural. Te invitamos a vivir parte del Hay en esta fotobitácora de WMagazín
Margaret Atwood levantó un poco la cabeza y se detuvo un largo rato a mirar la fotografía de Gabriel García Márquez sentado en el borde de una cama. Lo observó imperturbable a pesar del ajetreo del hotel a esas horas que se apresuraba para dejar todo preparado, un año más por estas fechas, para el festival en el que ella era en esta edición la escritora más relevante y a la que todos querían ver y escuchar.
Fue la manera en que Margaret Atwood inauguró en silencio y en secreto el XV Hay Festival de Cartagena de Indias (30 de enero-2 de febrero de 2020) Fue el miércoles 29 de enero, hacia las cinco de la tarde, cuando paseó por los pasillos que rodean el amplio jardín del hotel Sofitel Santa Clara y observó detenidamente las fotografías de una treintena de escritores colgadas en las paredes rojizas y que a lo largo de varios años ha tomado Daniel Mordzinski.

Un bonito prólogo a la inauguración oficial de este festival literario y cultural que en sus quince años ha establecido un diálogo transversal de la literatura con las demás artes y disciplinas del pensamiento, la economía, la ciencia y la sociología. Este año el Hay convoca a más de cien invitados de una veintena de países.
El Santa Clara, antiguo convento de las clarisas, es una especie de cuartel general del festival donde se alojan los invitados más importantes, tiene sede la oficina de prensa y en su antigua capilla se realizan algunas de las conversaciones del Hay. Los escritores, sociólogos y demás invitados van y vienen por lo pasillos como una gran familia reunida en un caserón. Se ven y se abrazan de mil formas y entusiasmos, se detienen, conversan entre ellos, se sientan, caminan en silencio por estos pasillos amplios y centenarios.
A la mañana siguiente, jueves 30 de enero, el Hay empezó de manera oficial su nueva edición con Atwood como protagonista, con la proyección del documental Margaret Atwood: A Word after a Word after a Word is Power, de Nancy Lang y Peter Raymont.
Hora y media que muestran un año con la escritora canadiense en su periplo por el mundo dando conferencias, charlas y encuentros con sus lectores y unas vacaciones familiares en Islandia. El documental reconstruye la biografía de la escritora desde su infancia en el campo canadiense y sus primeros años como poeta en Harvard, hasta la actualidad con sus exitosos libros y gran popularidad gracias a la novela El cuento de la criada (Salamandra). El documental permite apreciar la interrelación entre la vida de Atwood y sus obras literarias.
Tras este preámbulo el Hay tuvo mucho acento colombiano y un asomo a la salida de Reino Unido de la Unión Europea la media noche del 31 de enero de 2020. La inauguración oficial de este Hay quinceañero la hizo Maribel Verdú, una de las actrices españolas más relevantes, en una conversación con Roberto Pombo, director del diario colombino El Tiempo, en el Teatro Adolfo Mejía, al mediodía.

La tarde literaria continuó, en el mismo teatro, con Héctor Abad Faciolince en una conversación sobre su obra y, sobre todo, su último libro: Lo que fue presente: Diarios (1985-2006). Lo acompañó Guillermo Altares periodista del diario español El País quien le preguntó por una idea de Abad sobre la situación de violencia en Colombia que dice: «Admito el perdón o alguna forma de impunidad, pero necesitamos la verdad».
A lo que el escritor de El olvido que seremos contestó:
«Si uno quiero justicia plena y total uno puede llegar a crear una sociedad injusta. Entiendo que se quiera la justicia plena, pero su empantanamiento puede durar tanto y se eterniza de tal manera que produce una sociedad peor».
Más adelante señaló que «la verdad puede ser muy soñadora. La ficción busca las verdades. Hay verdades que no se encuentran pero a las cuales la literatura se puede acercar».
Sobre la memoria y los recuerdos en general y, sobre todo, a la hora de crear un diario y hacerlo público, Abad dijo:
«Yo escribo sin fantasía y solo con la memoria y he descubierto que mi memoria es mi fantasía. La memoria es misteriosa».

Al final de la tarde fue la hora de William Ospina en el patio interior y al aire libre del Centro de Formación de la Cooperación Española. El poeta, narrador y ensayista habló de su sexta novela: Guayacanal (Literatura Random House). Una reconstrucción sobre la vida de sus bisabuelos y abuelos en el Tolima en la finca Guayacanal. Tiempos de migraciones, tiempos de progreso, tiempos de paz, tiempos de violencia. Y con esas vidas la vida de Colombia durante la primera mitad del siglo XX lo cual permite acercarse a las raíces de la problemática violenta del país.
Sobre cómo conoció esas historias de sus antepasado para convertirlas en literatura William Ospina contó:
«Las historias lo encuentran a uno. Las historias se cuentan a quien quiere oírlas, y yo escuché muchas, mis familiares sabían que yo desde pequeño era un receptor. Esas historias siempre me acompañaron».
Sobre la memoria y las fotografías que pueden ayudar a reconstruir este tipo de historias familiares, el autor de la trilogía sobre Ursúa, reflexionó:
«Las fotos hoy son postizas y no transmiten ninguna información verdadera, en cambio antes eran espontáneas».
Acerca de la violencia y la paz en Colombia reconoció:
«Escribiendo esta novela comprendí que el país había vivido en paz setenta años. Hubo remansos de paz. Pero los primeros años de mi vida los pasé huyendo con mis padres de pueblo en pueblo. Una vida dura por la violencia, pero hermosa por los valores que la sustentaban, un país que vivía en la confianza, la acogida, los valores del trabajo.
El hecho más violento que la gente recuerda del libro y que la estremece se narra en tiempos de paz. Me preguntaba por qué y me di cuenta que no es que sea el peor, sino que al ser uno, único, estremece. Lo que muestra es cómo la guerra crea en la gente una insensibilidad frente a los horrores».

La noche continuó con el tema Identidad, migración y convivencia en el Salón Santa Clara del hotel del mismo nombre. El invitado fue Inua Ellams, poeta, dramaturgo, performer y diseñador. Se trata de uno de los creadores más exitosos del Reino Unido. Es miembro de la Real Sociedad de Literatura de ese país y embajador de Ministry of Stories, organización que fomenta el potencial como escritores de jóvenes de entre 8 y 18 años. Es un escritor muy activo que conecta su obra con la realidad y muy crítico con los últimos gobiernos de Reino Unido.
Al ser preguntado sobre el Brexit, la salida del Reino Unido de la Unión Europea, Inua Ellams recordó que la migración ha acompañado al ser humano toda la vida en todas partes.
«Boris Johnson ha utilizado el lenguaje para atacar a las mujeres, a los homosexuales a toda clase de personas. Es imposible no hacer política en Reino Unido. Cuando el Brexit se produzca no estaré allí sino aquí, con ustedes».
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