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Nuccio Ordine (Italia, 1958 – 2023). Humanista, divulgador de la cultura y escritor. /Foto cortesía editorial Acantilado

Muere Nuccio Ordine, el gran humanista italiano y divulgador de la cultura, la lectura y el saber

El filósofo acababa de obtener el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2023. Se hizo popular a nivel global con libros como 'La utilidad de lo inútil' y 'Clásicos para la vida. Una pequeña biblioteca ideal'

El humanista, intelectual, escritor y divulgador de la cultura y la lectura, Nuccio Ordine, murió, a los 64 años, este 10 de junio de 2023. El autor italiano se convirtió en una de las personas que más ha hecho en este siglo XXI por las humanidades, la difusión de la lectura, la vuelta a los clásicos y la invitación a vivir el mundo a otra velocidad, y a descubrir la belleza en la cotidianidad y las cosas y los placeres sencillos. Por todo ello, Ordine fue distinguido en mayo con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.

«Me gustaría que todos los jóvenes en Colombia y en el mundo entero salieran a la calle para convertirse en traficantes de belleza, en traficantes de libros, en traficantes de cultura, en traficantes de justicia, en traficantes de amor, en traficantes de paz, en traficantes de solidaridad humana. Y precisamente en defensa de estos valores que contribuyen a hacer más humana la humanidad». Estas palabras las pronunció Nuccio Ordine en la pasada Feria Internacional del Libro de Bogotá 2023. Su conferencia la publicamos en WMagazín y la puedes ver en este enlace.

Nuccio Ordine  (Italia, Diamante, Calabria, 1958 – Cosenza, 10 de junio de 2023) nació en un pequeño pueblo sin escuela y recibió clase de una maestra en su casa. Es autor de libros como El umbral de la sombra (2006), La utilidad de lo inútil (2013), Clásicos para la vida. Una pequeña biblioteca ideal (2017), Los hombres no son islas. Los clásicos nos ayudan a vivir y Tres coronas para un rey (todos en editorial Acantilado).

Profesor de Literatura Italiana en la Universidad de Calabria,  también impartió clases como profesor visitante en otros prestigiosos centros universitarios como Yale (EE.UU.), la Sorbona (París), el CESR de Tours (Francia), el IEA de París, el Warburg Institute (Inglaterra) y la Sociedad Max Planck de Berlín.

Nuccio Ordine obtuvo el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades porque, según el jurado, en sus obras «reflexiona sobre la situación marginal de las humanidades en el mundo actual y las reivindica como disciplinas necesarias en la formación cívica del ser humano y en la creación de un pensamiento crítico fundamental para el desarrollo y el bienestar social. Férreo defensor de una educación alejada de la tendencia al pragmatismo aboga por inculcar en los alumnos el placer por el conocimiento y la curiosidad por el saber. Según su visión, una amplia base de cultura general será la mejor herramienta para que los jóvenes puedan afrontar con éxito las variables del mercado laboral en un futuro».

Cuatro libros de Nuccio Ordine. /WMagazín

Ideas de Nuccio Ordine

  • «Es una sociedad en que el utilitarismo ha invadido ya ámbitos y espacios de nuestra vida que, por el contrario, deberían haberse mantenido al margen de la lógica del beneficio».
  • «No todo puede convertirse en mercancía. Hay instituciones y valores que deberían ser defendidos de esta deriva utilitarista».
  • «El objetivo no es ya formar ciudadanos cultos capaces de entenderse a sí mismos y de entender el mundo que los rodea con espíritu crítico, sino adiestrar profesionales preparados para adaptarse a las exigencias de la producción global».
  • «Educar a los jóvenes para que se vuelvan dependientes de los teléfonos inteligentes y de las redes sociales es muy peligroso para el futuro de la democracia. La tecnología crea la ilusión del diálogo acostumbrándonos a cultivar un lenguaje pobre y una racionalidad carente de todo rigor argumentativo».
  • «Engañados por la euforia de una conexión permanente, no nos damos cuenta de que estamos viviendo una nueva y terrible forma de soledad. En definitiva, nos creemos libres y felices dentro de una prisión cuyos muros no vemos. Así como tampoco vemos el ojo del gran hermano que, segundo tras segundo, controla cada uno de nuestros gestos y cada una de nuestras palabras».
  • «No soy un ludita, no estoy en contra de la tecnología, me gusta usar estos dispositivos, pero no me gusta ser usado por ellos. El instrumento tecnológico es como un fármaco, como un remedio, puede curar y también puede matar. Todo depende de las dosis, de la cantidad».
  • «Me preocupa mucho que hayamos olvidado que solo los buenos profesores, y no las plataformas digitales o los ordenadores, pueden cambiar la vida del estudiante».
  • «Me gustaría mucho que en todo el mundo los estados puedan pagar más maestros y menos guardaespaldas».
  • «En esta perspectiva que busca demostrar los peligrosos defectos de la rapidez y de la dictadura del utilitarismo, tomarse un tiempo no significa perder tiempo, sino que significa por el contrario ganar tiempo, apropiarse del propio tiempo, significa hacer más humanos nuestro tiempo y nuestra vida».
  • «Desconectarse para renunciar a la rapidez y a la urgencia es un imperativo para reconquistar la libertad perdida y para relacionarse con los demás y con el mundo sin prisa, sin furia, sin necesidad alguna».
  • «Detener o ralentizar el tiempo de la productividad quiere decir abandonarse a la aventura de lo inesperado y de lo improbable para abrirnos a las sorpresas de la vida».
  • «El verdadero bien de lujo en una sociedad en lo que lo virtual está absorbiendo todos los aspectos de nuestra existencia, coincidirá cada vez más con la dedicación a las relaciones humanas».
  • «El primer enemigo a combatir es la ignorancia, porque la ignorancia es una fortaleza sin puente levadizo».

La obra de Nuccio Ordine está editada en español por Acantilado. Su editora, Sandra Oll, ha lamentado la muerte del filósofo:

«El profesor y ensayista Nuccio Ordine ha sido un extraordinario intelectual cuya labor ha trascendido el ámbito académico. Su defensa de los valores educativos y de la lectura de los clásicos como herramientas que nos ayudan a construir una sociedad más humana ha influenciado tanto a educadores como a filósofos, escritores y lectores. Desde Acantilado compartimos el dolor de su familia y amigos, y siempre recordaremos su apasionada y apasionante defensa de las humanidades. Nos ofreció estímulo intelectual al señalarnos la importancia del pensamiento como una de las mejores formas para mantener la mente despierta y el corazón abierto al mundo. Su entusiasmo, su alegría y su generosidad nos ayudarán a no perder la senda, para llegar a Ítaca».

La utilidad de lo inútil

Los siguientes son algunas pasajes del libro que abrió a Nuccio Ordine las puertas de lectores de todo el mundo:

«No se trata de eludir neciamente la responsabilidad por las cuentas que no cuadran. Pero tampoco es posible ignorar la sistemática destrucción de toda forma de humanidad y solidaridad: los bancos y los acreedores reclaman implacablemente, como Shylock en El mercader de Venecia, la libra de carne viva de quien no puede restituir la deuda. Así, con crueldad, muchas empresas (que se han aprovechado durante décadas de la privatización de los beneficios y la socialización de las pérdidas) despiden a los trabajadores, mientras los gobiernos suprimen los empleos, la enseñanza, la asistencia social a los discapacitados y la sanidad pública. El derecho a tener derechos—para retomar un importante ensayo de Stefano Rodotà, cuyo título evoca una frase de Hannah Arendt—queda, de hecho, sometido a la hegemonía del mercado, con el riesgo progresivo de eliminar cualquier forma de respeto por la persona. Transformando a los hombres en mercancías y dinero, este perverso mecanismo económico ha dado vida a un monstruo, sin patria y sin piedad, que acabará negando también a las futuras generaciones toda forma de esperanza. (…)

El saber constituye por sí mismo un obstáculo contra el delirio de omnipotencia del dinero y el utilitarismo. Todo puede comprarse, es cierto. Desde los parlamentarios hasta los juicios, desde el poder hasta el éxito: todo tiene un precio. Pero no el conocimiento: el precio que debe pagarse por conocer es de una naturaleza muy distinta. Ni siquiera un cheque en blanco nos permitirá adquirir mecánicamente lo que sólo puede ser fruto de un esfuerzo individual y una inagotable pasión. Nadie, en definitiva, podrá realizar en nuestro lugar el fatigoso recorrido que nos permitirá aprender. Sin grandes motivaciones interiores, el más prestigioso título adquirido con dinero no nos aportará ningún conocimiento verdadero
ni propiciará ninguna auténtica metamorfosis del espíritu. (…)

Ciertamente no es fácil entender, en un mundo como el nuestro dominado por el homo oeconomicus, la utilidad de lo inútil y, sobre todo, la inutilidad de lo útil (¿cuántos bienes de consumo innecesarios se nos venden como útiles e indispensables?). Es doloroso ver a los seres humanos, ignorantes de la cada vez mayor desertificación que ahoga el espíritu, entregados exclusivamente a acumular dinero y poder. Es doloroso ver triunfar en las televisiones y los medios nuevas representaciones del éxito, encarnadas en el empresario que consigue crear un imperio a fuerza de estafas o en el político impune que humilla al Parlamento haciendo votar leyes ad personam. Es doloroso ver a hombres y mujeres empeñados en una insensata carrera hacia la tierra prometida del beneficio, en la que todo aquello que los rodea—la
naturaleza, los objetos, los demás seres humanos—no despierta ningún interés. La mirada fija en el objetivo a alcanzar no permite ya entender la alegría de los pequeños gestos cotidianos ni descubrir la belleza que palpita en nuestras vidas: en una puesta de sol, un cielo estrellado, la ternura de un beso, la eclosión de una flor, el vuelo de una mariposa, la sonrisa de un niño. Porque, a menudo, la grandeza se percibe mejor en las cosas más simples».

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Winston Manrique Sabogal

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