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El Nobel de Literatura chileno Pablo Neruda, en un detalle de la ilustración de la portada del libro ‘Neruda. El príncipe de los poetas’, de Mario Amorós (Ediciones B). /WMagazín

Pablo Neruda habría sido asesinado por el régimen de Pinochet: las claves de un proceso de doce años

El informe preliminar de un panel de científicos internacionales señala que el Nobel chileno fue envenenado con un arma biológica en 1973, según avanzó su sobrino. El fallo se conocerá en marzo. WMagazín reconstruye la investigación y recupera el testimonio del chófer y único testigo del crimen

Cincuenta años después de su muerte, parece confirmarse que Pablo Neruda fue asesinado por envenenamiento a los 69 años. El Nobel de Literatura chileno murió el domingo 23 de septiembre de 1973, presuntamente por el agravamiento del cáncer de próstata que padecía. El deceso se produjo seis horas y media después de que se le aplicara una sustancia en la clínica. El golpe de estado en Chile a manos de Augusto Pinochet contra Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973- Doce días después murió Neruda, horas ante de que viajara a México donde, se decía, planeaba ayudar a la creación de un gobierno en el exilio.

“El clostridium botulinum, la bacteria, nunca debió estar en el esqueleto de Pablo Neruda. Y para nosotros, como para cualquiera que no sea médico, significa el asesinato”, aseguró Rodolfo Reyes, sobrino del poeta, abogado y uno de los querellantes del caso desde su apertura en 2011.

Estas declaraciones fueron un adelanto de las conclusiones de la investigación científica de expertos de Canadá, Dinamarca, Reino Unido, Estados Unidos, Chile, México, El Salvador y Alemania. Son pruebas periciales, presentadas el 15 de febrero, pero no vinculantes, del fallo que dará en marzo la jueza Paola Plaza. El panel de científicos determinó que al escritor chileno, según su sobrino, “le fue inyectada un arma biológica”.

El régimen de Pinochet afirmó que Pablo Neruda (Parral, 12 de julio de 1904 – Santiago de Chile, 23 de septiembre de 1973) había muerto por una agravación del cáncer de próstata que padecía, señalada en el acta de defunción como “caquexia cancerosa”. Esta versión fue cuestionada por Manuel Araya, chófer de Neruda, quien estuvo con él en la clínica, junto con Matilde Urrutia, la mujer del poeta.

El caso Neruda se abrió en 2011, cuando Manuel Araya, exchófer del poeta, denunció su asesinato. El Partido Comunista de Chile presentó una querella y se exhumó el cadáver el 8 de abril de 2013. Un primer equipo de científicos no encontró agentes o sustancias extrañas de envenenamiento en el cuerpo.

Si en 2011 el Partido Comunista de Chile puso la querella, fue en 2015 cuando el caso volvió a resonar con fuerza por los documentos reveladores que el historiador español Mario Amorós incluyó en su biografía Neruda. El príncipe de los poetas (Ediciones B), cuyas conclusiones publiqué, en primicia, en un reportaje para el diario español El País, el 5 de noviembre de 2015.

En uno de los documentos de la biografía, que el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior de Chile envió al magistrado Mario Carroza Espinosa, entonces instructor de la investigación, el gobierno de Chile reconoce, por primera vez, que es muy posible que el Nobel hubiera sido asesinado. Ese texto señala que Pablo Neruda no murió “a consecuencia del cáncer de próstata que sufría”, y que “resulta claramente posible y altamente probable la intervención de terceros”. Para entonces ya estaba abierta la investigación científica que apuntaba al descubrimiento de un germen extraño en el cadáver.

En la biografía Neruda. El príncipe de los poetas, el documento oficial señala: «al poeta se le inyectó un calmante, que le produjo el paro cardíaco que sería la causa de su muerte. (…) Lo que sí se sabe es que el estado de salud de D. Pablo Neruda empeoró rápidamente desde esa inyección, y que su muerte se habría producido tan sólo 6 horas y 30 minutos después de la misma». El documento del Ministerio del Interior está fechado el 25 de marzo de 2011 como parte del secreto del sumario número 1038-2011.

Tras el reportaje de El País, en 2015, el juez Carroza Espinosa me reconoció, para otro artículo de El País, las coincidencias y pruebas que llevaron al Gobierno de Chile a dictaminar la alta probabilidad de un asesinato. Investigados los testimonios y documentos, solo faltaba la prueba científica que probara la aplicación de una sustancia: “Nosotros siempre hemos ido en esa línea de que hubo algo extraño. Neruda tenía cáncer, pero no estaba agónico, ni en fase terminal. Aunque el 23 de septiembre su mal estado de salud se aceleró y murió en seis horas”.

En 2023, siete años largos después de publicado el libro, la investigación científica a la que se refiere ahora el sobrino de Neruda es la tercera que se encarga a un grupo de investigadores internacionales desde 2011. La primera fue en 2013 cuando se exhumó el cadáver y no arrojó ningún hallazgo de envenenamiento, la segunda es de 2017 que descubrió la bacteria Clostridium botulinum en un molar del poeta; y la tercera es a la que se refiere Rodolfo Reyes.

Los asesinatos del régimen de Pinochet a sus opositores no son un secreto. En enero de 1982, el expresidente Eduardo Frei fue intervenido de una hernia de hiato y murió envenenado. Sobre esta muerte, el juez Carroza Espinosa dijo: “El Gobierno de Pinochet trabajó con sustancias químicas en laboratorios para eliminar a personas, y el presidente Frei es una de las víctimas. Lo que se supone es que esto pudo iniciarse apenas empezó el golpe de Estado, porque pocos días después murió Neruda, y su caso pudo ser el germen”.

Cronología del caso Neruda

El Nobel de Literatura chileno Pablo Neruda (1904-1973). /Foto tomada de la web Fundación Pablo Neruda

11 de septiembre de 1973: Augusto Pinochet da un golpe de Estado al gobierno de Salvador Allende quien se suicida en el Palacio de la Moneda, de Santiago de Chile.

Pablo Neruda está en su casa de Isla Negra.

12 de septiembre: Un buque de guerra con cañones se instala frente a Isla Negra, donde vive Neruda, y las autoridades allanan su casa.

19 de septiembre: Pablo Neruda es trasladado, desde Isla Negra, por su mujer Matilde Urrutia y su chófer Manuel Araya, a la Clínica Santa María, de Santiago de Chile.

22 de septiembre: El embajador de México en Chile acuerda el traslado del Nobel chileno a su país.

23 de septiembre: Neruda, según Manuel Araya, recibe una inyección, hacia las cuatro de la tarde. A las 10.30, fallece por «caquexia cancerosa».

Araya es llevado a una comisaría, interrogado y torturado. 42 días después sale y vive semioculto hasta 1977 cuando empieza a trabajar de taxista.

2011: Manuel Araya denuncia el asesinato en la revista Proceso. El Partido Comunista y Rodolfo Reyes, sobrino de Neruda, se querellan y se abre la causa.

2013, abril: Se exhuma el cadáver en busca de agentes exógenos que hayan podido provocar la muerte del poeta. En noviembre, el equipo científico dice no haber encontrado restos de veneno.

2015, marzo: el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior envía al juez Mario Carroza el resultado de su investigación: «Altamente probable intervención de terceros» en la muerte.

2015, noviembre: El diario español El País avanza el informe del posible asesinato del Nobel chileno, según documentos inéditos de la biografía Neruda. El príncipe de los poetas, de Mario Amorós. El instructor de la causa, el chófer y científicos hablan para El País.

2017: Un nuevo equipo de científicos internacionales investiga sustancias extrañas en el cadáver de Neruda.

2023, febrero: Rodolfo Reyes, sobrino de Neruda y uno de los querellantes, avanza los resultados de la investigación científica: “El clostridium botulinum, la bacteria, nunca debió estar en el esqueleto de Pablo Neruda. Y para nosotros, como para cualquiera que no sea médico, significa el asesinato de Pablo Neruda”.

2023, marzo: La jueza Paola Plaza fallará el caso Neruda.

Testimonio de Manuel Araya

El testimonio de un testigo directo que sobrevive es el del chófer de Neruda. Manuel del Carmen Araya Osorio nació el 29 de abril de 1946, en Melipilla (Chile). Es el mayor de trece hermanos. Con 14 años, sin terminar sus estudios, se fue a Santiago de Chile donde consiguió trabajo con el Partido Comunista. Acompañó a Salvador Allende en su campaña a la presidencia.

Manuel Araya rememoró aquella época para el reportaje que publiqué en El País, el 14 de noviembre de 2015:

En 1972 Neruda regresó a Chile, tras dejar la embajada en Francia, para ayudar a Allende en el caos que vivía el país. Entonces el Partido Unidad Popular asignó a Araya a Pablo Neruda como su guardaespaldas, su secretario y su chófer. Neruda vivía en Isla Negra y estaba en tratamiento de cáncer de próstata.

El martes 11 de septiembre de 1973, cuando el general Augusto Pinochet dio el golpe de Estado, Neruda estaba en Isla Negra. Araya lo recordó así:

“Ese día don Pablo iba a hacer una especie de inauguración de Cantalao, unos terrenos que había comprado, en El Quisco, donde quería construir una residencia para escritores de todo el mundo. Pero a las cuatro de la mañana oí la campanita con la que él me llamaba para decirme que acababa de escuchar en una radio argentina que se preparaba un golpe de Estado. Ese día entran en el palacio de La Moneda y asesinan a Allende. Yo había aflojado unos tubos del televisor para que él no viera lo que pasaba. Pero se entera, claro. Todo el país entra en toque de queda. Nos quedamos sin teléfono. Isla Negra se llena de carabineros. ‘Nos van a matar a todos’, decía don Pablo. Hablaba de la Guerra española, de lo que hizo Franco… Neruda se daba valor”.

Al día siguiente unos buques de guerra se instalaron frente a Isla Negra:

“El embajador de México le ofrece asilo a Neruda. El día 14 llegan los militares y allanan la casa. Nos asustamos. Neruda habla con su médico, el doctor Roberto Vargas Salazar, que le dice que el 19 de septiembre en la Clínica Santa María se iba a quedar vacía la pieza 406. Los militares no le querían dar el salvoconducto, así es que se tuvo que decir que estaba mal y debía salir para recibir tratamiento; la única forma de sacarlo era por razones humanitarias”.

El miércoles 19 de septiembre Manuel Araya llevó en el auto a Neruda y su mujer, Matilde Urrutia, a la cínica de Santiago:

“Tardamos como unas cinco horas, cuando lo normal eran dos. Nos detuvieron varias veces. Nos hicieron pasar miedo. Llegamos como a las seis de la tarde. No dejamos solo a Neruda nunca. Todos los días me quedé a dormir por las noches, sentado en una silla, y Matilde en una salita de la entrada principal de la pieza”.

Manuel Araya recordó que el día 22 le entregaron a Neruda el salvoconducto y acordó con el embajador mexicano, Gonzalo Martínez Corbalá, viajar el lunes 24 a México: “Ese mismo 22 lo visita en la Clínica Radomiro Tomic y le cuenta que Víctor Jara fue asesinado. Neruda se desespera».

El domingo 23 el Nobel de Literatura le dijo a Araya que fuera con Matilde Urrutia a Isla Negra y le trajeran el equipaje con el que viajaría al día siguiente a México:

“Nos vamos de la clínica y él se queda con su hermanastra Laurita. Cuando estamos casi de vuelta, a las cuatro de la tarde, él llama a la Hostería Santa Helena y pide que le digan a Matilde que se regrese como un tiro para la clínica. Cuando llegamos veo a Neruda con la cara roja. ‘¡Qué pasa don Pablo!’, le pregunto. ‘Me pusieron una inyección en el estómago y me estoy quemando por dentro’, me contestó. Fui al baño, cogí una toalla, la mojé y se la puse en el estómago. Cuando estoy en eso entra un médico y me dice: ‘Como chófer debe ir a comprar Urogotán’, yo no sabía qué era, solo después supe que era para la gota”.

Manuel Araya salió de la Clínica en el auto en busca del medicamento, pero pronto lo interceptaron dos autos:

“Se bajan cuatro hombres con metralleta y me golpean. Me dicen de todo. Les digo quien soy. ‘¡Vamos a matar a los comunistas!’, gritaban. Me llevan a la comisaría y me interrogan y torturan. Querían que les dijera dónde estaban los líderes comunistas, y con quién se reunía Neruda. Les digo que solo se reúne con escritores. Al final me llevan al Estadio Nacional».

El chófer pasó toda la noche en la incertidumbre junto a docenas de detenidos chilenos:

«Al día siguiente, el arzobispo Raúl Silva Henríquez me reconoció. Tras la sorpresa inicial me dijo: ‘Manuel, fíjese que anoche murió Pablito, a las diez y media’. Exclamé: ¡Asesinos! El arzobispo pidió a los militares que me sacaran del Estadio. Algo que solo se logró 42 días después, con ropas prestadas, una barba muy larga y 33 kilos de peso”.

Cuenta que varias veces le dijo a Matilde Urrutia que denunciaran el asesinato, pero ella nunca se animó. Cuando Urrutia falleció el 5 de enero de 1985, Manuel Araya contó el caso varias veces sin que le prestaran atención. Hasta que la revista Proceso le hizo caso en 2011. El Partido Comunista y Rodolfo Reyes, sobrino de Neruda, se querellaron y lograron abrir la causa.

Doce años después, un informe de científicos internacionales parece avalar la versión de Manuel Araya, según el sobrino de Neruda. En marzo de 2023 se aclarará todo cuando la jueza Paola Plaza falle el caso.

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Winston Manrique Sabogal

3 comentarios

  1. Solo que en el el párrafo del artículo deben corregir la fecha de la muerte de Neruda pues dice 23 de agosto y es 23 de septiembre.

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