Apoya a WMagazín como mecenas cultural Apoya a WMagazín como mecenas cultural Apoya a WMagazín como mecenas cultural Apoya a WMagazín como mecenas cultural Apoya a WMagazín como mecenas cultural

La traductora Mercedes Corral, Premio Nacional a la Obra de un Traductor 2024 y dos libros distinguidos por su traducción. /WMagazín

Premios al mejor traductor y mejores obras traducidas del año: ‘Los libros de Jacob’ y ‘Chica, 1983’

Gracias a aquellas personas que vierten a nuestra lengua y a las demás los libros. El Ministerio de Cultura de España distingue a Mercedes Corral por toda su obra y a Agata Orzeszec, Ernesto Rubio y Ana Flecha por dos novelas de 2023

El mundo sería más pequeño y menos bello sin los traductores. Gracias a ellos la gente puede leer a escritores de diferentes idiomas. Son creadores en la sombra. Los responsables de que hasta nosotros hayan llegado desde Homero, Platón, Ovidio, Dante, Shakespeare, Goethe, las hermanas Brontë, Austen, Kant, Dostoievsky, Ibsen, Proust o Lanling Xiaoxiao Sheng, autor del Jin Ping Mei; hasta Byron, Whitman, Dickinson, Eliot, Baudelaire, Rimbaud, Woolf, Mansfield, Fitzgerald, Beckett, Kawabata, Mishima, Yourcenar, Morrison o Lispector. O pasando por Olga Tokarczuk y Linn Ullmann cuyos libros más recientes traducidos al español han sido distinguidos con el Premio Nacional a la Mejor Traducción y el Premio de Traducción Esther Benítez de la Asociación Colegial de Escritores Traductores.

El Ministerio de Cultura de España ha galardonado a Mercedes Corral con el Premio Nacional a la Obra de un Traductor 20024 por “una sobresaliente y dilatada trayectoria de cuatro décadas y por la calidad literaria con la que ha sabido impregnar, con talento y eficacia, excelentes traducciones del francés y del italiano con el justo tono narrativo y la necesaria dosis de pasión”. A ello se suma “su excepcional trabajo en favor del fomento de la lectura entre los más jóvenes, mostrando y acercando a los niños el mundo de las lenguas y de la complicada tarea de sus profesionales”.

La traductora Mercedes Corral. /Foto de la traductora

Mercedes Corral (1954) es licenciada en Filología Hispánica y traductora literaria de italiano y de francés desde 1985. Además, desde el año 2006 dirige la actividad ‘La aventura de traducir’, con el objetivo de mostrar a los niños el mundo de las lenguas y la traducción. Entre los escritores que ha traducido figuran Dino Buzzati, Natalia Ginzburg, Elio Vittorini, Italo Svevo, J.M.G. Le Clezio, Agnes Desarthe, Romain Gary, Marquesa Colombi, Maquiavelo, Georges Simenon o Bernard Henry-Levi.

El galardón a un título concreto fue por el trabajo sobre Los libros de Jacob, novela de la Nobel polaca Tokarczuk, a cargo de Agata Orzeszec y Ernesto Rubio. El jurado los premió por “la admirable forma con la que se resuelven los enormes desafíos que plantea la traducción de la que es considerada la obra magna de la nobel escritora polaca, todo un hito de enorme aportación a nuestra cultura y a nuestra lengua”. Además, ha destacado que Agata Orzeszek y Ernesto Rubio “han sabido tejer con excelencia el complejo y poliédrico texto de Olga Torkarzcuk, con infinidad de capas y con un estilo difícil, pero lírico, sin perder la riqueza del original, a la vez que trasladan el lenguaje propio de la Polonia del siglo XVIII sin caer en anacronismos”.

El siguiente es un fragmento de su traducción de Los libros de Jacob (Anagrama):

“El trocito de papel tragado se detiene en el esófago en algún lugar cercano al corazón. Se empapa de saliva. La tinta negra preparada para la ocasión se disuelve lentamente y las letras pierden su forma. En el cuerpo humano, la palabra se parte en dos, en sustancia y esencia. Cuando la primera desaparece, la segunda, al carecer de forma, se deja absorber por las células del cuerpo, puesto que la esencia busca constantemente un soporte material; incluso cuando esto haya de ser fuente de desgracias.
Yenta vuelve en sí y eso que está casi muerta. Ahora lo siente con todo su ser, es como un dolor, la corriente de un río, un temblor, una presión, un movimiento.

Al corazón regresa una vibración suave, el corazón late débil aunque rítmicamente, seguro de sí mismo. En el seco y huesudo pecho vuelve a fluir el calor. Yenta parpadea y abre con dificultad los ojos. Ve, inclinada sobre ella, la cara preocupada de Elisha Shor. Intenta sonreírle, pero sin el suficiente dominio de su propio rostro. Elisha Shor, fruncidas las cejas, la mira con reproche. Su boca se mueve, pero ninguna voz alcanza los oídos de Yenta. De alguna parte aparecen unas manos: las grandes manos del viejo Shor le alcanzan el cuello y viajan bajo la manta. Torpemente, Shor intenta ladear el cuerpo inerte y mirar debajo, a la sábana. No, Yenta no percibe sus esfuerzos, tan solo siente el calor y la presencia del hombre barbudo y sudado”.

ACE Traductores

El reconocimiento anual del Premio de Traducción Esther Beníntez, de ACE Traductores, fue para Ana Flecha Marco, por su traducción de Chica, 1983, de la escritora noruega Linn Ullmann (Gatopardo ediciones, 2023). La entrega tendrá lugar el 11 de diciembre, de 2024, en el Instituto Cervantes de Madrid. La asociación convoca anualmente este premio, que se otorga a la traducción al castellano, catalán, euskera o gallego de una obra literaria de cualquier género escrita originalmente en cualquier lengua y publicada por primera vez durante el año anterior a la edición del premio.

El siguiente es un fragmento de Chica, 1993:

“Azul

Tengo dieciséis años y apoyo los brazos cruzados en la mesa alta que está frente a mí, descanso la mejilla en una mano y miro a la cámara. En la foto, que ya no existe y que nadie aparte de mí recuerda, se intuyen mis hombros desnudos. Creo que el objetivo de la imagen es sugerir desnudez, que todo lo que una mujer joven necesita llevar puesto para salir al mundo es un par de pendientes largos.

 

Creía que ya no existías, pero entonces apareciste bajo un olmo en septiembre, hace año y medio, y exigiste que te escuchara.

Eres transparente. Sin rasgos faciales. Acuosa.

Puedo decir: Nuestra madre te parió dormida, y después huiste.

Puedo decir: Describirte es lo más difícil que he intentado hacer nunca. Me pides que haga cosas imposibles y no me escuchas cuando te digo que no soy capaz.

 A veces creo que nuestra madre intuye que tiene otra hija, que somos dos, pero después desecha la idea. ¡Ya está!

Esta primavera, las semillas de los olmos planean sobre Oslo, caen al suelo un día tras otro, como una tormenta amable, silenciosa, blanca; como hojas o nieve sucia se amontonan en las aceras y en los parques, sobrevuelan los tejados de las casas. Busco en internet, me pregunto si será una buena o una mala señal, qué significa, pienso, que haya tantas. ¿Seguro que es una señal? Creo que doy demasiada importancia a las señales o a lo que percibo como tales. El viento cuela semillas de olmo en los pisos de la gente, semillas planas y finas que no parecen semillas y que forman distintos dibujos en el aire. Se posan en el suelo, en la bañera, sobre las sábanas. Busco muchísimas semillas de olmo, pero no encuentro nada. Busco semillas de olmo señales, pero no encuentro nada”.

***

Suscríbete gratis a la Newsletter de WMagazín en este enlace.

Te invitamos a ser mecenas de WMagazín y apoyar el periodismo cultural de calidad e independiente, es muy fácil, las indicaciones las puedes ver en este enlace.

Descubre aquí las secciones de WMagazín.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete a nuestra newsletter · Suscríbete a nuestra newsletter · Suscríbete a nuestra newsletter · Suscríbete a nuestra newsletter · Suscríbete a nuestra newsletter ·