El escritor venezolano Rodrigo Blanco Calderón, participara en Benengeli 2024./ Foto cortesía Benengeli

Rodrigo Blanco Calderón: «Aunque mi escritura sea trágica, mi modo de entender la vida es más cercano a la comedia»

El escritor venezolano es uno de los invitados a Benengeli 2024. La Semana Internacional de las Letras en español, organizada por el Instituto Cervantes. Más de cien autores de 25 países en doce ciudades del mundo, del 10 al 14 de junio. El ganador de la Bienal de Novela Vargas Llosa habla en esta entrevista de sus influencias literarias

Rodrigo Blanco Calderón (Caracas, 1981) es una de las voces más interesantes de Latinoamérica. El autor venezolano, ganador de la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa por The Night, ha publicado Simpatía, Los Terneros, Los invencibles, Una larga fila de hombres y Las rayas, entre otros textos que destacan por sus atmósferas sinestésicas y su realismo lúdico. Blanco Calderón es uno de los escritores que participará en Benengeli 2024. La Semana Internacional de las Letras en español, organizado por el Instituto Cervantes, del 10 al 14 de junio.

En Benengeli habrá actividades en doce ciudades de los cinco continentes donde está presente el Cervantes, con más de cien autores de 25 países de manera presencial y virtual. Rodrigo Blanco participará desde Mánchester, junto a Junto a otros autores como el mexicano David Toscana, cuya entrevista puedes ver aquí, lo hará desde Budapest.

El humor y la tragedia de la literatura en español protagonizan el encuentro. La siguiente es la entrevista con Rodrigo Blanco Calderón:

Lilian J. Granados. El humor con el que Bryce Echenique pinta sus narraciones despertó en usted el anhelo de escribir dibujando sonrisas. Aunque predomina un tono oscuro en sus publicaciones, también brillan situaciones jocosas, porque, al final: ¿tragedia y humor se tocan?

Rodrigo Blanco Calderón. Me alegra saber que en mis libros puedas encontrar situaciones jocosas. En efecto, la lectura de Bryce Echenique me motivó a ser escritor. Entre los 15 y  16 años imaginaba que narraría novelas divertidas y conmovedoras como las suyas. Pero mi literatura se ha inclinado más hacia la violencia, la tragedia, el horror. Tragedia y humor son formas complementarias  de ver la vida. Tienen más que ver con la persona que con los hechos que le haya tocado vivir. Y si es artista o escritor, la relación es aún más complementaria. Aunque mi escritura sea trágica, mi modo de entender la vida es más cercano a la comedia. Y todo el mundo sabe que los verdaderos comediantes ríen poco.

Lilian J. Granados. En sus textos abundan datos que parecen un llamado a jugar con el intelecto. Es el caso de su mención de El año de la misericordia, para mí, una denuncia encriptada, ¿o una travesura? ¿Ha reflexionado acerca del alcance de estos mensajes velados en las vidas de quienes los leen y en sus entornos sociales?

Rodrigo Blanco Calderón. El año de la misericordia es una novela, muy larga, en la que trabajo desde hace años. Me gusta mencionar ese proyecto en mis otros libros, para mantenerme vinculado a ese mastodonte. La mayor experiencia de un escritor es siempre la lectura. Como lector, Borges, sobre todo, ha dejado huella en mí.  No puedo evitar que mis libros reflejen el lector que soy. No se puede hablar de libros sin que alguien te tilde de pedante, cerebral o incluso, de literario, que parece ser el peor de los insultos, por eso uno termina por disfrazar algunas de las referencias librescas en las novelas. Son guiños, juegos, que establecen un salón aparte entre el autor y algunos lectores. No es algo, o no debería ser, que determine la lectura conjunta de la obra. Y no, no suelo pensar en el efecto que puedan provocar mis libros, en ningún nivel.

Lilian J. Granados. The Night tiene banda sonora, un álbum del grupo de rock Morphine, podría decirse que la relación entre ellos es orgánica y va mucho más allá del nombre que comparten. ¿Cómo se dio el proceso creativo que logró una conexión tan eminente entre música y texto?

Rodrigo Blanco Calderón. La primera página de The Night fue también la primera que escribí de ese libro. Llevaba tiempo fascinado con el grupo. Pero me sorprendí al percatarme  de que tomaba prestado el título de ese álbum póstumo para lo que sería mi primera novela, desde el inicio. Después de esto, como suele suceder en la escritura, lo azaroso cobró sentido. En el proceso, encontré conexiones que desconocía. Por ejemplo, el hecho de que Mark Sandman, cantante de Morphine, fuera lector asiduo de James Ellroy. Estas afinidades, y muchas otras que fueron apareciendo, me confirmaron la razón de aquella primera intuición.

Lilian J. Granados. En Simpatía desarrolla historias donde vincula a los perros con la belleza, el abandono, la familia, la historia de un país. ¿Cuál fue la experiencia perruna que le motivó a escribir sobre ellos?

Rodrigo Blanco Calderón. Amo los perros. Son la prueba de que Dios existe. Lo  confirmé cuando vivía en París y encontré a Dios en la mirada de un perro. Quiso el destino que en Venezuela se estuviera dando una situación que los involucraba. Me refiero al abandono masivo de perros como consecuencia del éxodo masivo de venezolanos. Estaba muy al tanto de esta situación porque mi familia en Caracas acababa de crear una fundación que ayudaba a rescatar perros abandonados. Esa sintonía tan distinta y a la vez tan cercana entre lo que yo estaba viviendo en París y lo que estaba sucediendo en Venezuela, me llevó a escribir la novela.

Lilian J. Granados. Un personaje recurrente en sus escritos es psiquiatra forense, posee  un afinado criterio  médico y revela aspectos íntimos de su oficio. Luce muy real. ¿De qué manera se sumergió en la medicina?

Rodrigo Blanco Calderón. Miguel Ardiles aparece prácticamente en todos mis libros. En cuanto a su oficio, está inspirado en mi propia madre, que trabajó muchos años como psiquiatra forense. Soy hijo de médicos y tengo dos hermanas que también lo son. La medicina, pues, ha estado siempre en mi casa, en mis conversaciones cotidianas. Por supuesto, Miguel Ardiles es un personaje con aspectos sombríos y bastantes sórdidos que nada tienen que ver con mi amada madre.

Lilian J. Granados. Sus referencias a Lancini y Von Dangel, entre otros artistas, despiertan interés por obras brillantes poco conocidas. ¿Qué lo une a ellos?

Rodrigo Blanco Calderón. Sin haberlo premeditado, veo que mis novelas y cuentos son espacio para rendir algunos homenajes a escritores y artistas cuyas obras me han marcado. Me llaman la atención los genios, como Lancini o Von Dangel, que no son necesariamente los más conocidos en sus entornos. Esta posición desplazada me parece más provechosa para mi escritura. El cinetismo, por ejemplo, me aburre. Creo que la obra de Miguel Von Dangel capta, e incluso anticipa mucho mejor, el apocalipsis que estamos viviendo.

Lilian J. Granados. Rodrigo Blanco, ¿cómo es la sonrisa de un árbol?

Rodrigo Blanco Calderón. Como un libro abierto.

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