Trescientos libreros españoles descifran el futuro de las librerías
Sevilla acoge el XXIII Congreso de Libreros en medio de una ligera recuperación del sector. Tratan de establecer las nuevas coordenadas y descifrar los desafíos del mundo analógico y digital
Trece librerías se abren cada mes en España. Los tiempos oscuros en que se llegaron a cerrar hasta 60 librerías mensuales han quedado atrás. El comienzo de la reinvención ha llegado después de la tormenta perfecta de la crisis económica, la revolución digital con sus cambios de hábitos culturales y la jubilación del modelo decimonónico de la industria del libro. De los 3.650 de estos establecimientos que quedaron en 2014 (en tres años se cerraron más de dos mil) se pasó a 3.967 en 2016, según el último Mapa de Librerías, es decir, 317 más en solo dos años.
Una buena noticia que el sector apenas celebra porque sabe que el futuro caduca cada vez más rápido, y su incertidumbre no duerme.
Por eso entre el 7 y el 10 de marzo se reúnen en el XXIII Congreso de Libreros en Sevilla, bajo la organización de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros, CEGAL. Lo hacen en una de las ciudades emblemáticas para el mundo del libro porque por aquí llegaron, Guadalquivir arriba desde el Atlántico, muchas de las obras del resto del mundo, y por aquí se embarcaron, Guadalquivir abajo rumbo al Atlántico, otros tantos libros hacia el resto del planeta. No en vano, Sevilla tiene el maravilloso Archivo de Indias.
Más que mirar el pasado y el presente, los cerca de 300 libreros españoles y profesionales del libro reunidos en Sevilla tratan de descifrar el futuro del sector. Saben que son uno de los eslabones más frágiles de la cadena de valor del libro y por ello deben tomar medidas para fortalecerlo. Debatirán temas alrededor del futuro de estos espacios culturales, trazarán un panorama del presente para proyectarse y tratarán de vislumbrar las mejores estrategias y renovación de un sector clave en la cadena de valor del libro.
En la inauguración, este 7 de marzo en la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, estarán los escritores Ignacio Martínez de Pisón, Sergio del Molino, Ángeles González Sinde (exministra de Cultura) y Luis Alegre. El Congreso contará con la presencia de invitados internacionales como Fran Dubruille, directora de la European and International Booksellers Federation (EIBF) y Marifé Boix García, vicepresidenta de la Feria de Fráncfort, la más importante a nivel mundial.
Hora de la reinvención
El temblor provocado por la crisis y la irrupción del mundo dual, analógico y digital, ha obligado a la reinvención del sector.
Una tarea difícil teniendo en cuenta que cuatro de cada diez españoles no lee nunca un libro, y solo tres de cada diez personas es un lector habitual. Eso hace que la mayoría de las librerías facturen menos de 90.000 euros al año. España tiene una media de 8.5 librerías independientes por cada 100.000 habitantes. Aunque su distribución es muy desigual, siendo mayor en el Norte y menor en el Sur.
Tres características de los últimos años son: apertura de librerías pequeñas y especializadas, aumento de las librerías grandes y la mayor parte de las especializadas son de literatura infantil y juvenil. Las de cómic representan el 10,4% de las librerías especializadas.
Por comunidades Autónomas la que más tiene librerías es Cataluña (603 establecimientos: 15,2%), luego Madrid (584: 14,7%) y después Andalucía (481: 12,1%). Las comunidades en las que menos librerías operan son La Rioja (37 establecimientos) y Cantabria (58 establecimientos), además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
En España, la industria editorial mueve anualmente alrededor de 3.000 millones de euros, un 0,7% del PIB y da empleo, directo e indirecto, a más de 30.000 personas. Se editan más de 224 millones de ejemplares y 81.496 títulos, con una tirada media por título de 2.749 ejemplares.
Sello de Calidad
Para contrarrestar la caída de las librerías y potenciarlas se creó en 2015 el Sello de Calidad. Setenta de las 3.967 ya lo tienen. Un cifra que podría ser mejor si no fuera por el desconocimiento del Sello, los exigentes requisitos para obtenerlo y la falta de tiempo de los libreros para solicitarlo.
El Sello de Calidad lo concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MECD) y la Asociación de Cámaras del Libro. Fue la primera medida del Plan Integral de Fomento de la Lectura para mejorar las librerías y su oferta y, a la vez, proteger uno de los eslabones de la cadena de valor del libro.
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Cuando tenía 16 años y era aprendiz en una gran empresa del sector eléctrico, nos llevaron de Cursillos espirituales al convento jesuita de Manresa. Yo ya estaba liado en la UGT. Allí fuimos la flor y nata de los que después formamos el núcleo duro de la FSC. Fue una suerte. En aquella semana larga pudimos organizar en sus celdas la estrategia sindical en el sector eléctrico y nuestra implantación como sindicato. La confianza entablada con el «librero responsable del enorme fondo documental que disponen y mi interés en consultar «vidas y milagros de Jesús el Nazareno y su trayectira humana pareció cautivar al librero que entusiasmado nos bajo (solo a tres de nosotros) un par de noches a esa biblioteca y orientarnos (a mí personalmente) sobre el contenido de los volúmenes. Entre los cuatro tuvimos unas muy interesantes tertulias alrededor de una botella de buen vino y un mejor queso seco manchego. Desde entonces Jesús siempre ha sido un referente como ejemplo de vida. Pero allí me hice agnóstico de la iglesia romana. Por cierto, los jesuitas de Manresa no parece que hayan tenido nunca muy buena relación con los «chicos de Montserrat. Yo no las tengo con ninguno de los dos. my customer essay
Gracias Javier. Saludos