Una historia de la ética y su importancia en tiempos de su deterioro y manipulación
El historiador y filósofo alemán publica el ensayo: 'Nada es más asombroso que el hombre. Una historia de la ética desde Sócrates hasta Adorno' (Acantilado). Publicamos una reseña y fragmentos de un ensayo necesario sobre uno de los principios de convivencia minados por la corrupción de los políticos y los empresarios
Presentación WMagazín En tiempos en que la ética se deteriora cada vez más, sobre todo por culpa de políticos y empresarios que crean sus propios principios éticos y los retuercen según les convenga, este libro del filósofo e historiador alemán Volker Spierling (1947) es más que oportuno: Nada es más asombroso que el hombre. Una historia de la ética desde Sócrates hasta Adorno (Acantilado). Un ensayo necesario sobre la importancia de uno de los principios de convivencia, pero que hoy es de los más socavados y que está minando la democracia debido a la corrupción, las malas artes, el no asumir las responsabilidades y los falsos testimonios.
Conviene recordar la definición de Ética de la Real Academia Española (RAE), en sus acepciones cuarta y quinta:
- 4.Conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida. Ética profesional, cívica, deportiva.
- 5.Parte de la filosofía que trata del bien y del fundamento de sus valores.
WMagazín publica algunos fragmentos de este ensayo que plantea preguntas como: ¿El ser humano es una criatura monstruosa o bondadosa por naturaleza? “La filosofía occidental ha ofrecido diferentes respuestas a esta y otras cuestiones fundamentales de la ética a lo largo de la historia. Mientras que san Agustín consideró que el simple hecho de amar a Dios hace bueno al hombre, Schopenhauer concibió la voluntad de vivir como el verdadero motor de nuestros actos”.
Volker Spierling analiza once principios éticos clave, de Sócrates a Adorno, a la luz de las distintas cosmovisiones y revoluciones del pensamiento en que se gestaron. De manera ágil, el escritor interrelaciona filosofía e historia para ofrecer un texto de lectura amena, a la vez que invita a leerlo con detenimiento para asimilar su información valiosa. «Es una visión panorámica de la aspiración a la bondad» y de sus obstáculos.
Una de las claves de este resquebrajamiento y maleabilidad de la ética al gusto de cada persona estaría en el origen del derrumbe de los mitos, de las figuras representativas y simbólicas del orden en aras de la armonía social.
Los siguientes son algunos fragmentos del ensayo:
Nada es más asombroso que el hombre. Una historia de la ética desde Sócrates hasta Adorno
Por Volker Spierling
En la Antigüedad se establecieron los fundamentos de la ética europea, una parte del vastísimo campo de la filosofía que se ocupa de cuestiones relacionadas con los actos morales y con la moral misma. La historia de la ética está íntimamente vinculada con el desarrollo de la metafísica y las objeciones filosóficas que se le plantean. El complicado término metafísica denomina el intento de conocer racionalmente los fundamentos del mundo y proporcionar al hombre una sólida orientación. La idea del bien entendido como el valor supremo es un principio rector de la metafísica clásica y el patrón último de la ética tradicional.
Metafísica y crítica de la metafísica integran la filosofía desde hace más de dos mil años y también estuvieron indisociablemente unidas a la ética hasta que, en la Modernidad, el referente de la metafísica perdió su importancia en el mundo real a causa del empirismo. La primacía de la ciencia y el predominio universal de la técnica han sido cada vez más influyentes en los últimos dos siglos y han contribuido a minimizar el significado de la filosofía en general y, por añadidura, la autoridad de la ética. En la filosofía de la segunda mitad del siglo XIX y, sobre todo, del siglo XX, se impone la tesis del fin de la metafísica como saber fundamental.
Los nuevos planteamientos filosóficos renuncian a ofrecer una visión general de la totalidad del ser. Hoy se habla reiteradamente del “pensamiento postmetafísico”, tal y como muestra con mucho acierto Jürgen Habermas. Las concepciones éticas de la actualidad, que reflejan su condicionamiento histórico y se consagran a pensar en los progresos del conocimiento científico, ya no creen estar en posesión de una teoría de la vida virtuosa que tenga validez metafísica universal. (…)
La palabra ética se utiliza hoy de un modo francamente inflacionario, y en ocasiones, a juzgar por el uso del concepto y la enumeración de los diversos planteamientos y tendencias, parece un gran cajón de herramientas con rótulos pulcramente ordenados e instrucciones de uso precisas. Cuanto más concisos, abstractos e inequívocos son los códigos para identificar cada cosa, más firmes y fiables parecen los conocimientos de los expertos. El principal propósito de mi libro es dotar de un espacio propio a una selección subjetiva de mundos éticos significativos e influyentes, mediante la consideración de sus orígenes filosóficos, a fin de realizar una exposición exhaustiva, profunda y al mismo tiempo comprensible. (…)
El fundamento de la existencia griega es el mito (en griego, ‘relato’, ‘discurso’). Las historias de dioses y héroes, tal como se nos han transmitido desde la Antigüedad a través de Homero (c. siglo VIII a.C.) y Hesíodo (c. siglo VII a.C.), o de las leyendas en torno a Orfeo (c. siglo VI a.C.), reflejan experiencias existenciales primordiales del ser humano. En el mundo de representaciones inmensamente gráficas e imaginativas de estos mitos están inscritos deseos poderosos, profundas y dolorosas experiencias, sentimientos de culpa del ser humano por afirmarse frente a los dioses y, en general, el carácter conflictivo de la existencia. Los mitos griegos, que ofrecen relatos de los orígenes del mundo, de lo primigenio, pueden entenderse como una forma primitiva de la filosofía.
Para entender un fenómeno tan complejo como la mitología es preciso diferenciar, en primer lugar, la realidad de lo vivido directamente (que hoy ya no es comprensible para nosotros), el mito efectivo y el relato de la misma elaborado posteriormente. En origen, el mito ligado al culto y a los ritos no se consideraba un cuento o una fábula, más bien equivalía a la verdad establecida, tenía el valor de la palabra sagrada de la divinidad, era una suerte de revelación de la totalidad, llena de dioses, que podía ser experimentada y conocida. En las pinturas griegas, cuando se representa a Zeus escanciando la concha con las ofrendas sacrificiales, hace un obsequio a lo divino primordial que todo lo abarca, ese comienzo originario pero innominado al que deben su existencia los propios dioses. (…)
Antes del nacimiento de la filosofía, el mito domina el pensamiento. La experiencia religiosa primordial deifica el mundo y humaniza los fenómenos: el individuo no necesita tomar distancia crítica para pensar el mundo y pensarse a sí mismo. Todavía no ha surgido la idea de que el mundo pueda ser algo distinto de nuestra interpretación del mismo. Hasta que el pensamiento tome el mundo y el yo como objetos de conocimiento, carecerá de libertad. El mito se identifica con la cosa misma, es una forma de conciencia sin asombro ni duda, una fatídica docilidad.
(…)
Parménides no conoce todavía el término metafísica. El hombre tiene que escoger valientemente entre dos caminos de investigación: la percepción sensible o el pensamiento lógico, con todas sus consecuencias: “Juzga con la razón el muy debatido argumento”. La vía que Parménides recomienda, la del conocimiento del ser, depende de la razón. Esto tiene consecuencias radicales: el mundo no verdadero de los sentidos, en tanto que inauténtico, será rechazado y excluido, en favor del mundo verdadero del pensamiento. El conocimiento del mundo verdadero reduce el variopinto mundo de los sentidos al ámbito de la ilusión, del engaño, de la opinión, de la palabrería. Sólo la “abstracción totalmente exangüe” (Nietzsche, ns, 836) nos lleva por el buen camino. El pensamiento metafísico de Parménides hace posible la aparición de un nuevo fundamento en el pensamiento ético posterior (por ejemplo, en Platón). Esta incipiente metafísica lleva a cabo un metódico sometimiento de la percepción a las leyes del pensamiento—no exento de valores—. Parménides completa la entronización del logos frente al mito. El espíritu humano se transformará para siempre, algo nuevo está a punto de nacer: el conocimiento y la reflexión en torno a conceptos universales, la tarea que más tarde se impondrá a sí mismo Sócrates. Entonces, todavía no existen los grandes conceptos teóricos y éticos en tanto que motivo de reflexión. Ideas universales como la causalidad, la unidad, la justicia o la bondad no son todavía objetos del pensamiento. Sólo paulatinamente los conceptos van reemplazando a los dioses. La nueva tarea de la filosofía, un saber todavía en ciernes, será establecer estos conceptos, definirlos y reflexionar en torno a ellos.
- Nada es más asombroso que el hombre. Una historia de la ética desde Sócrates hasta Adorno. Volker Spierling. Traducción: Luis Fernando Moreno Claros (Acantilado).
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