“La profesión del escritor consiste / en descubrirle al mundo su aventura”. Es uno de los versos más cristalinos con los que Carlos Marzal regresó a la poesía después de 14 años de silencio poético. Esos versos se confirman en los más de cien poemas de Euforia (Tusquets), su poemario de 2023. En ellos nos descubre o, mejor, nos recuerda que esa aventura está, sobre todo, en nuestro interior. En la manera como percibimos y vivimos la aventura del mundo que nos rodea. Una verdad y principio de vida recitado a lo largo de los tiempos por diferentes poetas, solo que Carlos Marzal (Valencia, 1961) lo hace desde una pequeña colina donde contempla sereno la geografía de la vida diaria, del mundo, para rescatar algo tan modesto, eficaz, inspirador y de todos como el ánima de la alegría y el entusiasmo que hay en todas las cosas y acciones que dan forma a la existencia.

Esa ha sido una de sus misiones, ver, analizar, llenarse de sensaciones y compartir su mirada. Solo que en este Euforia crea un nuevo color salido de la unión de las luces y las sombras que todo lo habitan y todos vemos. Sus poemas invitan a no desfallecer, a resistir, a avanzar con la cara en alto contra el viento, placentero y frenador, al tiempo que obliga a entrecerrar los ojos, porque ahí fuera, aquí dentro de cada uno, dice el poeta, hay belleza.

Euforia es una elegía que convoca las mejores fuerzas presentes, perezosas y arrinconadas de cada uno. Una celebración que resulta innovadora al invocar cierta ingenuidad, asombro adolescente, atemporalidad y frescura. Como en un descubrir del mundo poco a poco. Poemas con una fuerza subterránea que crea imágenes que despiertan los sentidos y activan la memoria e imaginación del lector, como cuando cierra el poema Desenlace con tormenta:

En cualquier fin del mundo haría falta
la participación coral de las tormentas.

Oigo voces, Iluminaciones, Un verano tenaz y Yo te ajunto son los cuatro apartados o estaciones en que Carlos Marzal (Valencia en 1961) divide este poemario. Licenciado en Filología Hispánica por la universidad de Valencia, publicó su primer poemario en 1987: El último de la fiesta. Seis libros le han seguido: La vida de frontera (1991), Los países nocturnos (1996), Metales pesados (2001, Premio de la Crítica y Premio Nacional de Literatura), Fuera de mí (Premio Internacional Fundación Loewe, 2004) y Ánima mía (2009). En 2005 debutó en la novela con Los reinos de la casualidad (2005), a la que siguieron Con un poco de suerte y Los pobres desgraciados hijos de perra (2011) y, en clave autobiográfica, Nunca fuimos más felices.

WMagazín publica algunos poemas de uno de los mejores y más estimulantes poemarios de 2023. Las intenciones de Carlos Marzal quedan claras desde el primer poema, Romero, donde de algo tan corriente, cualquier persona con un solo y rápido movimiento áspero libera una fragancia que insufla vida y confort, alegría:

ROMERO

ME he frotado las manos con romero.

Su aspereza fragante me ha lavado
de cualquier ansiedad, y de repente
he pensado en los clásicos: no sé
si en esta conjetura soy preciso.

Perfume niño, joven, nuevo, viejo.

Me he llevado las manos a la boca
para beber de él,
y respirarlo.
No sería mentir si ahora dijese
que ha cantado el romero
y lo he entendido.

Si fuera permanente su fragancia,
no hay duda de que nada moriría.

***

LA LISTA DE LA COMPRA

A Jesús García Jabaloy

ES una intimidad.

Me parece más honda
que todo el repertorio de esas intimidades
con más reputación.

Se trata de un sistema
para que militemos con fe entre la abundancia.

Lo que mis hijos quieren,
aquello que consagra el apetito,
nuestro brindis al sol de cada día.
La fruta, las verduras, el aceite.
La carne y el pescado:
para que no olvidemos
que hay muerte y sacrificio a cada instante.

Esta lista es el método
mediante el que me opongo a la desgracia.

Un gesto reflexivo, una oración
que reza a la materia y al espíritu.

Muchos actos de amor no lo parecen.

***

DESENLACE CON TORMENTA

CÓMO aprieta la lluvia,
cómo bate
contra las cristaleras,
con qué rabia
azota esta ciudad, para que expíe
cualquier pecado de una vez por todas.

Cómo arrecia la lluvia, las tormentas
no tienen en el mundo equivalente.

Qué estrépito, qué purificación
para todo el que escuche.
Me insinúa
los arrebatos puros de algún loco.

Qué forma de vibrar, qué descalabro.
Y qué manera de venirse arriba.

En cualquier fin del mundo haría falta
la participación coral de las tormentas.

***

PROFESIONES DE FE

PROCURO elaborar buenos augurios
para mi uso doméstico. Inocentes
ritos supersticiosos.

Esas páginas
que abro al azar contienen un oráculo
cifrado para mí en la última línea:
y yo lo leo siempre a mi favor.

Soy mi mejor profeta, el hechicero
que sabe traducir la realidad
a términos propicios.

En las llamas
de la estufa de Serra hay memorandos
con los que yo negocio mi futuro.

La profesión del escritor consiste
en descubrirle al mundo su aventura.

Conviene ser copioso en esperanzas.

• Euforia. Carlos Marzal (Tusquets).

***

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