Libros para conocer mejor a Chile, según escritores chilenos. /WMagazín
Chile: libros para conocer mejor su historia y realidad, según los escritores
Con motivo del plebiscito que votarán los chilenos sobre una nueva Constitución, varios autores crean un atlas literario de su país que incluye obras de Gabriela Mistral, José Donoso, Pedro Lemebel, Diamela Eltit, Nona Fernández.... Una invitación de WMagazín, con apoyo de Endesa
Un grupo de escritores chilenos crearon un atlas literario de su país con recomendaciones de libros para conocer y entender mejor su historia y su realidad, un poco mejor. Esta iniciativa de WMagazín es debido a que Chile decide, este 4 de septiembre de 2022, parte de su futuro con el plebiscito de la nueva Constitución Nacional. Uno de los puntos que tiene más dividido a sus votantes es el reconocimiento de un «estado plurinacional» que busca la igualdad entre los chilenos y los pueblos originarios. Un país de veinte millones de personas gobernadas por Gabriel Boric Font, desde el 22 de marzo pasado.
WMagazín levanta una cartografía literaria para conocer mejor a Chile a través de la voz y recomendaciones literarias de los escritores Diamela Eltit, Andrea Jeftanovic, Alejandra Costamagna, Óscar Contardo, Sergio Missana, María José Ferrada, Pía Barros, Eduardo Plaza y Nicolás Poblete.
El resultado es un Atlas literario de Chile muy interesante y necesario con obras de autores como Gabriela Mistral, Marta Brunet, Baldomero Lillo, José Donoso, Jorge Teillier, Carlos Droguett, Augusto D’Halmar, Pedro Lemebel, Nona Fernández, Fernando Atria, Rubén Azócar. González Vera, Daniela Catrileo, Andrea Maturana, María José Ferrada, Diamela Eltit...
Latinoamérica está atenta con lo que suceda con el plebiscito de Chile. Algunos de los asuntos e iniciativas que han ocurrido en ese país en los últimos años han influido en el resto del continente. Por ejemplo, en 2019 fue pionero en las protestas callejeras de la población para tratar de mejorar su bienestar y reforzar sus derechos, y así cambiar destino que les quieren imponer sus gobiernos y sus clases políticas. (Puedes ver en este enlace el artículo de WMagazín con escritores latinoamericanos recomendando libros para conocer y entender mejor a sus países).
Chile es uno de los países latinoamericanos más prósperos y estables desde el fin de la dictadura militar de Augusto Pinochet, el 11 de marzo de 1990, tras su golpe de Estado el 11 de septiembre de 1973. Pero también uno de los más exigentes, inconformistas y combativos con los derroteros de su bienestar social, político, económico y cultural.
Gracias a los escritores que participan en este atlas literario. Te invitamos a acercarte a la realidad chilena donde se pueden apreciar su idiosincrasia, problemáticas y aspiraciones con las siguientes obras:
Atlas literario para conocer la realidad de Chile
Pía Barros
(Autora de Duele, editorial Scherezade)
Chilean Electric, de Nona Fernández (2015). Nona Fernández es una joyita que habla de la llegada de la luz eléctrica a Santiago.
El Querisque, de Andrea Maturana (2022). Los cuentos reunidos en este volumen, de reciente aparición, transitan por la profundidades de lo oculto.
La tristeza de las cosas, de María José Ferrada (2017). Es, para mí, lo más bello en derechos humanos escrito en mi país.
Óscar Contardo
(Autor de Antes de que fuera octubre – editorial Planeta)
El obsceno pájaro de la noche, de José Donoso (1970). Este libro es a Chile lo que Cien años de Soledad es a Colombia. Donoso retrata una forma de vida y de convivencia endémica de este lado de Sudamérica, en donde vivimos muy lejos de la exuberancia caribeña y de la aspiración cosmopolita de la costa atlántica del Río de la Plata . Un país de casas de adobe, el imperio de la resignación y muchas rabias silenciadas.
Montaña adentro, de Marta Brunet (1923). Muestra las relaciones de convivencia campesina en el valle central de Chile, el origen del país, el lugar geográfico desde el que se extrajo un ideal de “lo chileno” que Brunet describe de un modo cariñoso y a la vez despiadado.
Tengo miedo torero, de Pedro Lemebel (2001) La única novela de Pedro Lemebel, considerada por él un folletín amoroso, es también un modo de acercarse a las estrategias de sobrevivencia de los hombres y mujeres marginales en dictadura: el lugar de los pobres, de las disidencias sexuales y los sometidos por el régimen. Cómo hacer para respirar en un ambiente irrespirable sin morir asfixiado.
Alejandra Costamagna
(Autora de El sistema del tacto– Anagrama)
De perlas y cicatrices, de Pedro Lemebel (1998). Sus crónicas son la radiografía de un país que no figura en los relatos oficiales. Lemebel llegó a desordenar el mapa en los 90 y a cuestionar la transición democrática y los acomodos de ese nuevo Chile en sus repercusiones más domésticas. Pero la gracia no es sólo la ruptura de contenidos, sino también el quiebre de la sintaxis oficial y la creación de un habla propia que sacude el lenguaje y el paisaje. Hoy podemos leer sus crónicas como el retrato fragmentado de un país lleno de grietas, en el que latía desde hace mucho el estallido social que vivimos en 2019 y que estos días se canaliza en la posibilidad de cambiar la Constitución política heredada de la dictadura.
Piñen, de Daniela Catrileo (201). La poeta y profesora de filosofía es parte del colectivo y editorial mapuche feminista Rangiñtulewfü. En este libro de cuentos encontramos un cúmulo de coordenadas: el paisaje emocional de una época -la transición democrática, otra vez- en las voces de unas protagonistas de origen mapuche, de “cabezas morenas y costras en el corazón”, que descubren su cuerpo y su entorno social. Se descubren como las “otras” que hablan otra lengua, alzan otra bandera y resisten desde la periferia de un Santiago sexista, segregador y racista. Un libro en el que la lengua adquiere el peso del desarraigo y el despertar, de la opresión y la construcción identitaria.
Gonzalo Alejandro Eltesch
(Autor de la novela Colección particular -Libros del Laurel)
Décimas, de Violeta Parra. Este libro es el Chile mismo. Violeta Parra viajó por el país en busca de su música popular. Las décimas que escribió son el fruto de ese trabajo y también de su propio arte y biografía.
Para Ángeles y Gorriones, de Jorge Teillier. Jorge Teillier es el representante de la poesía lárica. Leer sus poemas es como adentrarse a una casa del sur de Chile. O como tomar de desayuno unas marraquetas y un té con un fantasma. Naturaleza, niñez y nostalgia. Pero, como dice el autor: «Nostalgia sí, pero del futuro, de lo que no nos ha pasado pero debiera pasarnos».
Estrella distante, de Roberto Bolaño. Este libro me impresionó mucho en mi juventud y fue la puerta de entrada a su obra. En esta historia está Allende, el golpe de Estado y la dictadura de Pinochet. Y, también, la «literatura chilena» a través de personajes en clave que desean soñar un mundo nuevo. La poesía chilena es, junto a Arturo B(elano), el personaje principal.
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Diamela Eltit
(Autora de El cuarto mundo – editorial Periférica)
María Nadie, de Marta Brunet (1956). Puso de relieve la mujer trabajadora, soltera, en un pueblo y la polémica que causa entre hombres y mujeres su presencia, sus costumbres, en suma su independencia. En definitiva, es el pueblo el que la expulsa del pueblo debido a convenciones y estereotipos. Pero María, la funcionaria estatal de correos, se va pero se refugia en sus hábitos, la música, la lectura, su salario.
El obsceno pájaro de la noche, de José Donoso (1970). A partir de un mito local, la novela muestra cómo operan las clases, las colonizaciones de los imaginarios, la servidumbre, las dependencias de los unos en relación a los otros, siempre desde asimetrías. Pero, lo interesante es la alianza de la clase media a la alta burguesía a la que protege y sirve y ejecuta violencia en contra de los subalternos, pero la alta burguesía, se sirve de esta clase media, la usa y, a su vez, ejerce un tipo de desprecio indesmentible.
Patas de perro, de Carlos Droguett (1965). Es la gran novela chilena que da cuenta del rechazo a la diferencia, de qué manera los discursos hegemónicos controlan los imaginarios sociales, diseñan los cuerpos, excluyen, discriminan a través de sus mecanismos, la familia, el Estado, la escuela, la policía.
María José Ferrada
(Autora de El hombre del cartel – editorial Alianza)
Poema de Chile, de Gabriela Mistral (1967). Cuenta Doris Dana que Gabriela Mistral le pedía a los chilenos que la visitaban información sobre plantas y animales. Esas observaciones, sumadas a sus propios recuerdos, se convirtieron en un mapa poético. El proyecto que Mistral comenzó cuando salió de Chile, y al que se dedicó especialmente durante sus últimos veinte años de vida, quedó inconcluso a su muerte. Octosílabos dedicados a la chinchilla, el viento norte, los manzanos, los helechos, la niebla. Todo descubierto por un fantasma, un niño atacameño y un huemul. Cuenta también Doris Dana, quien se encargó de darle un orden al conjunto, que los poemas no solo fueron dispuestos geográficamente. La canción que hace dormir al huemul, por ejemplo, debía ir al atardecer. La anécdota sirve para iluminar la obra: un recordatorio de todo lo que abarca un territorio. Formaciones geológicas, tipos humanos, animales, vegetales –hay un poema dedicado a los tréboles–, y así, hasta llegar a las formas que solo en un determinado lugar, y a ciertas horas del día, toma la luz.
Andrea Jeftanovic
(Autora de Escribir desde el trapecio – editorial UDP)
Para conocer Chile hay tantos libros que son caja de resonancia de nuestra sociedad y complejidad en distintos tiempos. Frente a este escenario de cambio de era, ad portas del plebiscito a una nueva Constitución, me inclino por recomendar libros que hablan de ese cruel y antiguo modelo que se quiere dejar atrás.
Juana Lucero, de Augusto D´Halmar (1905). Ya en 1905 sigue el itinerario de una niña pobre y huérfana que es constantemente vulnerada por instituciones y poderes patriarcales hasta que se libera en un suicidio con toques fantásticos. En vista de la nueva carta magna que contempla la protección las infancias y la paridad de género esperamos tener un mejor horizonte.
Sergio Missana
(Autor de Entremuros – editorial Hueders )
Los vigilantes, de Diamela Eltit (1994). Para entender el estallido social de 2019 y el proceso que ha llevado a la actual propuesta de constitución, es imprescindible la obra de Diamela Eltit por su espesor estético y lucidez política. Casi al azar, recomiendo las novelas Los vigilantes (1994), Mano de obra (2003), Fuerzas especiales (2013) y Sumar (2018).
Sub terra, de Baldomero Lillo (1904). Este volumen de cuentos que transcurre en las minas de carbón del sur de Chile, ilumina la larga historia de las tensiones sociales hoy en juego. El libro va construyendo una suerte de laberinto de piques y túneles que al leer recorremos a ciegas y que se comunican de un cuento a otro.
Muertes y maravillas, antología de Jorge Teillier (1971). Despliega su inconfundible voz poética. Aunque algo lastrada por una persistente melancolía, su poesía de tono menor contrasta con la pomposidad de Neruda. Para mí es “él” poeta chileno, solo por detrás de Mistral.
Humo hacia el sur, de Marta Brunet (1946). Gran escritora realista que explora tensiones de clase y género en el campo chileno. El Lugar sin límites (1966), la mejor narración de José Donoso, dialoga con el texto y en general con la obra de Brunet.
Eduardo Plaza Ávila
(Autor de La pajarera – La pollera ediciones)
La constitución tramposa, de Fernando Atria (2013). El escritor —abogado, académico y exconstituyente— lleva más de una década debatiendo y escribiendo sobre la necesidad de contar con una nueva Constitución para Chile. En La constitución tramposa explica cómo nuestra actual carta aparenta otorgar al poder político una forma democrática, al mismo tiempo que, en la práctica, neutraliza cualquier decisión transformadora. Una política neutralizada, por lo tanto, es incapaz de hacerse cargo de las legítimas demandas de nuestra sociedad.
Sumar, de Diamela Eltit (2018). Sumar nara una marcha de vendedores ambulantes —una categoría social casi invisible, sujetos postergados— que han decidido caminar 12.500 kilómetros y 370 días hasta llegar a «la moneda», nombre de nuestro palacio de Gobierno y, al mismo tiempo, una referencia al capitalismo depredador con el que, lamentablemente, nos acostumbramos a vivir durante décadas en Chile. Es una aguda y compleja novela sobre las luchas sociales y el trabajo:
«Estábamos exhaustos por las consecuencias del presente, agotados por lo irrisorio de nuestras existencias y muy tristes por la infamia que venía y que estaba contenida a plenitud en lo único que conocíamos: nuestro pasado».
Nicolás Poblete
(Autor de Subterfugio – Cuarto propio)
Gente en la isla, de Rubén Azócar (1938). Una novela donde vemos la realidad de la isla de Chiloé, cuando se veía separada del continente. Aquí hay un viaje hacia el pasado social, con un lenguaje que rescata el mundo campesino y la rica mitología chilota, y que, gracias a Pablo Neruda, permitió su reedición. Una lectura para pensar en la confluencia de hablas y también de territorios.
Vidas mínimas, de González Vera (1923). Se considera un clásico del realismo social, aunque el autor regaló la mitad de la edición y tardó casi veinte años en vender los 500 ejemplares restantes. En esta breve novela podemos observar la vida del conventillo, con personajes en la ciudad de Santiago, vistos desde el microcosmos urbano, con un tono muy humano, casi moralista, y esencial para comprender la jerarquización de la metrópolis.
El lugar sin límites, de José Donoso (1966). Posiciona la figura del travesti como nunca antes se había concebido en la literatura chilena. Es una novela tremenda, por su violencia, maestría narrativa, uso de símbolos y, también, por la ternura de ciertos de sus personajes.
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Y Manuel Rojas («Hijo de ladrón»), y Pablo Neruda («Canto General»), y Violeta Parra (si solamente quieren «escritos», por lo menos «Décimas», pero toda su poesía cantada debería entrar en la propuesta)
A mi me encantan los cuentos sobre Tierra del Fuego escrito por Francisco Coloane. Pero tambien les quiero ofrecer mi proprio libro traducido de mi ingles al castellano y publicado en Chile por Ril Editores en abril 2022: Cronicas del Extremo mas Agudo: un retrato de Chile. Vivo en Chile desde 2006 y mi libro fue muy bien recibido alla.