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Detalle de un fotograma de la película ‘Barbie’, dirigida por Greta Gerwig. /WMagazín

Historia del color rosado: de lo masculino a lo femenino, de lo elegante a lo cursi y del amor al odio por culpa de ‘Barbie’

La película y su publicidad sobre la muñeca famosa ha dado una sobreexposición y sobreactuación al color más antiguo que venía en una reivindicación de pluralidad y transversalidad que ahora se ve amenazada. Es uno de los colores que ha tenido una mayor metamorfosis en el uso y en el imaginario universal. Varios libros cuentan su estresante biografía de cine

El color más antiguo del mundo está a una pincelada de pasar del amor al odio en el gusto de la gente. Eso es lo que le puede ocurrir al color rosa o rosado por la sobreexposición, saturación, sobreactuación, empacho y asfixia al que la película Barbie ha sometido al mundo con su estrategia publicitaria. Lo hace desde junio de 2022, cuando empezó el rodaje, y vive este verano de 2023 su momento pirotecnia con el estreno de la película, dirigida por Greta Gerwig y protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling.

Pocas veces un color ha estado sometido a tanto estrés de manera simultánea por tierra, mar, aire y ciberespacio en todas sus dimensiones. Si se dice que el amor, con el que cual se relaciona al rosa, está en el aire, el rosado se ha hecho ubicuo en estos meses. Pero ha empezado a vivir un boomerang.

Su amplia gama, al ser un color fronterizo que procede de varios colores y mezclas, y su capacidad de mutación de significados nunca le han puesto en primera línea, como el rojo, el azul o el negro, aunque su presencia ha sido omnipresente. Varios libros recientes y clásicos sobre los colores y su historia y significados dan pistas sobre la biografía del rosado: desde el Color. Historia de la paleta cromática, de Victoria Finlay (Capitán Swing); hasta Color y significado. Arte, ciencia y simbología, y Color y cultura: la práctica y el significado del color de la antigüedad a la abstracción, de John Gage (Acantilado); pasando por Psicología del color. Cómo actúan los colores sobre los sentimientos y la razón, de Eva Heller, y El arte del color, de Johannes Itten (ambos en Gustavo Gili).

La vida del color rosado es de película. Su capacidad de reinvención a lo largo de la Historia, sobre todo en el último siglo, no tiene parangón. Su línea de tiempo se resume en estos capítulos:

Es el color más antiguo – cómplice de valientes en la antigüedad – imagen de salud y belleza – aliado de las mujeres poderosas – símbolo del colonialismo y el poder – amo de la estética y el buen gusto – amigo de los hombres – compañero de niños y niñas – pareja de la alegría, la fiesta y la sexualidad – corsé del género femenino – vocero de la ternura, la inocencia y lo cursi – arma para reclamar libertades…

Historia del rosado

Flamingo rosado.

Su nombre procede del latín rosa, que designa la flor, y rosatus (rosado), del color de la rosa. En español es rosa y rosado, en francés es Rose, en alemán, italiano, sueco y portugués Rosa, en rumano Roz, en húngaro rózsaszín… Pero su mutación y genealogía a su nombre Pink, en inglés, se desconoce

Su presencia en la Tierra se remontaría a mil cien millones de años. Eso lo convertiría en el color más antiguo, según una investigación de la Universidad Nacional de Australia, de 2018, que encontró en rocas pigmentos de color rosa brillante dejados por fósiles de millones y millones de cianobacterias que dominaron los océanos de donde emergió el mundo. Las mismas aguas donde se encuentran, desde hace millones y millones de años, las gambas y otros crustáceos de múltiples orígenes que muestran en las gamas del rosado. Es así como sus orígenes mixtos le permiten una amplia presencia en los tres reinos de la naturaleza: mineral, vegetal y animal. Incluso surge del ocre rojizo del metal.

Como el ser humano siempre ha tratado de imitar a la naturaleza, “los primeros humanos pasaron rápidamente de admirar el rosa en el mundo natural a intentar llevarlo. Por ejemplo, en la cordillera de los Andes, hace unos 9.000 años, las feroces cazadoras de lo que hoy es Perú vestían ropa de cuero a medida y teñida, gracias al ocre rojo, un pigmento de óxido de hierro que es uno de los pigmentos naturales más antiguos utilizados por los humanos”, recuerda National Geographic.

Una de las primeras referencias literarias se le debe a Homero, en la Iliada, en su Canto I:

“Mas, así que apareció la hija de la mañana, la Aurora de rosados dedos…”.

 

Aliado de lo masculino, el poder y la moda

Iglesia de Wies, en Alemania, de estilo Rococó.

Casi desde que el ser humano tuvo conciencia de su aspecto y salud, el rosado es sinónimo de bienestar y estética, o como fuera que llamaran a estos estados y conceptos. De ahí el hábito de pellizcarse las mejillas para cambiar el tono pálido por uno más bonito, saludable y atractivo.

Las búsquedas de brebajes y tintes en busca del rosa también han sido como el grial. Para eso estaban desde frutas u otros alimentos rojos y las mezclas que lo rebajaran hasta dar con el tono deseado. Los labios, que tienden a ser rosados, han estado en la mira de la cosmética artesanal e industrial. Por no hablar de las partes íntimas. De ahí su asociación con la sexualidad.

La llegada de Cristóbal Colón al continente americano también fue muy importante para la estética y la moda y, de paso, para la economía y globalización del rosado. En estas tierras se descubrieron plantas y animales que aportaron colores y pigmentos como el negro y el rojo. Este último con, por ejemplo, los insectos cochinillas, en América Central y Suramérica, y el Palo de Brasil para obtener pigmentos rosados.

El cultivo, la tala y el comercio alrededor de estos dos productos fue enorme. Permitió a españoles y portugueses crear una economía de exportaciones con ellos hacia Europa y a altos precios. Al no tener acceso todo el mundo a esos tintes (rojo, negro y rosado) para la ropa y la decoración y al ser usado por las monarquías, la nobleza, la aristocracia y los ricos, estos productos se convirtieron en símbolos de poder.

El rosa empezó su presencia tímida en el Renacimiento a través del vestuario masculino. Durante el Barroco, con su exuberancia de colores, formas y cierto tenebrismo, siguió en un lugar discreto y reservado, casi, a los hombres. Pero tras la decadencia de este movimiento estético y artístico, la respuesta fue el Rococó, en el siglo XVIII. Fue el primer gran estallido de los rosados, la época de los colores pastel. Del esplendor del poderío de los imperios de Europa, salvo el español, que prefería el negro, se asoció a lo elegante, refinado, sereno y poderoso porque eran los poderosos quienes podían permitirse su uso.

Una de las personas que contribuyó a su popularización fue, en Francia, la amante de Luis XV: Madame de Pompadour.

La fuerza del rosado fue tal que, ese mismo siglo XVIII, conquistó a los británicos que lo empezaron a utilizar para colorear en los mapas sus colonias, sus dominios.

Conquista de lo popular

Libros sobre la historia y significados del color. /WMagazín

El XIX trajo la anilina, la adquisición de tintes sintéticos más baratos para toda la gente. El vestuario se llenó de colores antes inalcanzables. El rosado, entonces, saltó a las clases populares, como asunto aspiracional de elegancia y distinción, y a los niños como símbolo de pureza.

El avance de la industrialización en el siglo XX dio más impulso al rosa en la vida cotidiana y en las artes, y empezó a diluirse su significado de poder y masculinidad. Sobre todo, cuando las grandes marcas estadounidenses, en busca de la eficacia de sus ventas, empezaron a etiquetar o asociar colores con cada género o edad en busca de tener un público objetivo más claro al cual dirigirse en las ventas. Así, la gama de los rosados empezó a caer del lado de las niñas y lo femenino y los colores más sólidos y oscuros para los niños y los hombres.

A esto se sumó que durante la Segunda Guerra Mundial, en los campos de concentración, los nazis señalaban con un triángulo rosa a los homosexuales.

Pasada la conflagración bélica, Occidente, con Estados Unidos al frente, empezó a marcar algunas pautas y mezclar todo.

Pronto el rosado empezó a simbolizar la paz, por la serenidad que transmite. El 20 de enero de 1953, por ejemplo, la esposa del presidente de Estados Unidos, Mamie Eisenhower, vistió durante la ceremonia de posesión un espectacular vestido rosado.

Los años cincuenta y sesenta trajeron el auge de la publicidad, el marketing y la industrialización, las cuales terminaron por etiquetar todo a partir de los géneros femenino y masculino.

En los tiempos de la primera ola del feminismo las mujeres trataron de desvincularse del color rosa, ya asociado a lo débil, mientras que las antifeministas lo reivindicaban.

Reivindicación y pluralidad

Cartel de la película ‘El gran Hotel Budapest’, de Wes Anderson.

El siglo XXI es otro momento para este color. Entró en la era de la pluralidad, de la mezcla, de lo diverso, de lo masculino metrosexual que no tiene miedo usarlo. Le llegó la hora de su normalización.

Una gran reivindicación global se produjo en 2014 con la película de Wes Anderson El gran hotel Budapest, cuyo edificio, precisamente, era totalmente rosa. Anderson juega con una paleta saturada de colores intensos donde está el citado rosado, mientras los negros, blancos y marrones los reservó para los villanos.

Dos años después, Pantone lo eligió Color del Año 2016 al sacar el rosa empolvado, que resulta, por primera vez de la mezcla de dos tonos: Pantone 13-1520 Cuarzo rosa y Pantone 15-3919 Serenidad. Pero su nombre popular es Millennial pink y Tumblr pink. Una decisión que trastocó los roles y estereotipos que las nuevas generaciones asumieron con total naturalidad al ser más desinhibidas.

Pantone explicó esta apuesta así en su web: “En un momento en el que los compradores valoran el bienestar y un estado de plena conciencia como antídoto frente al estrés de la vida moderna, los colores cálidos que psicológicamente satisfacen el deseo de seguridad y consuelo son cada vez más prominentes. ‘La combinación de Serenidad y Rosa cuarzo encarna el equilibrio inherente entre el tono rosa embriagador más cálido y la tranquilidad del azul más frío, para reflejar un estado de conexión y bienestar y un sentimiento tranquilizador de orden y paz.

La combinación predominante de Rosa cuarzo y Serenidad también desafía las percepciones tradicionales de la asociación de colores. En muchas partes del mundo estamos experimentando una falta de definición de género en lo que respecta a la moda, que a su vez ha impactado las tendencias de color en todas las demás áreas del diseño. Este enfoque más unilateral del color coincide con los movimientos sociales hacia la igualdad de género y la fluidez, con la mayor comodidad del consumidor con el uso del color como forma de expresión de una generación que tiene menos preocupación por ser encasillada o juzgada, y con un intercambio abierto de información digital que nos abrió los ojos a diferentes enfoques del uso del color”.

Su uso fronterizo, plural, optimista, moderno y transversal lo respaldó el iPhone cuando sacó su sexta generación de smartphones con la opción millennial Pink metalizado.

¿Del amor al odio?

Margot Robbie protagonista de ‘Barbie’, de Greta Gerwig.

Pero tras esta recuperación de prestigio y querencia por parte del público, ahora al rosado lo asalta el riesgo de la nadería, porque la película Barbie se pudo haber pasado en su estrategia. The New York Times lo expresa de manera contundente en un artículo de Porvanessa Fredman:

“Sí, en la carrera desordenada por abrazar el color, para reclamarlo como un triunfo del feminismo irónico, la exageración de Barbie ha sembrado las semillas de la destrucción del rosa”.

El NYTimes consultó a Valerie Steele, directora del Museo del Fashion Institute of Technology y autora de Pink: the History of a Punk, Pretty, Powerful Color: “El rosa es el color más controvertido en la historia de la moda. Tiene muchos significados contradictorios. Ha entrado por completo en nuestro torrente sanguíneo como un virus, y ahora siguen surgiendo diferentes variantes”.

El artículo cierra diciendo que Barbie parecía anunciar la tercera etapa histórica del rosado: “Primero llegó el millennial Pink, ese reconfortante rosa empolvado que reflejaba una nostalgia generacional y bisexual por la inocencia envuelta en pañales de la infancia. Luego, el rosa brillante del sombrero de gatito, un rosa rebelde, en tu cara, de protesta femenina. Y ahora, el rosa Barbie, el rosa más artificial, comercializado, casi hortera e inconfundible de todos: el número 219 en la carta de colores de Pantone”.

La periodista de NYTimes finaliza de manera crítica su reflexión: “Al celebrarlo como celebra la realidad de múltiples capas de las mujeres, la película le otorga un nuevo significado: desde el poder femenino en su forma más cliché y cursi, hasta el poder femenino en su forma más compleja. Incluso aquellos de nosotros que nunca abrazamos el color, en cuanto a guardarropa, pudimos apreciar la ironía y aplaudirlo. Excepto que el significado se ha ahogado en la ráfaga de marketing que se produjo. Está empezando a sentirse como un pinkexplotation”.

La pregunta es cómo saldrá el rosa o rosado de esta batalla. Lo que está claro es que se trata de un color superviviente al manoseo de la gente, la moda, la economía, la política y la cultura.

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Maribel Lienhard

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