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Los escritores Juan Gómez Bárcena y Ave Barrera en Diálogos literarios sobre la vida WMagazín, en noviembre de 2022.

Gómez Bárcena y Ave Barrera: La emoción para contar la Historia, la identidad y denunciar las violencias contra las mujeres

El autor español y la escritora mexicana crean un espejo de la vida donde las diferentes capas de tiempo suceden a la vez en 'Lo demás es aire' y 'Restauración'. WMagazín, con la colaboración de Endesa, los invitó a esta sección en vídeo donde hechos y personas dialogan

La Historia desde lo emocional, la Historia desde las personas sencillas, la Historia desde los hechos comunes y corrientes, pero que entretejen el devenir, las costumbres, los prejuicios, los comportamientos y la identidad del individuo y la sociedad, de la propia vida. Sobre esto tratan dos de las novelas más relevantes del año en España cuya escritura reconstruye en fondo y en estructura literaria una mirada de Tiempo y Espacio a partir de dos lugares y hechos concretos que dialogan con el pasado donde se superponen los tiempos: Lo demás es aire, de Juan Gómez Bárcena (Seix Barral), y Restauración, de Ave Barrera (Contraseña). Sus libros son como espejos del mundo que escenifican, voces propias y sólidas que imbrican voces.

El escritor español y la escritora mexicana son los invitados este mes de noviembre a Diálogos literarios sobre la vida, la sección mensual en vídeo de WMagazín, con la colaboración de Endesa. El encuentro fue virtual con Gómez Bárcena, desde España, y Barrera, desde México, con dos novelas en las que ellos se confrontan son su propio pasado, y consigo mismos.

Juan Gómez Bárcena (Santander, 1984) reconstruye en Lo demás es aire la historia de Toñanes, el pueblo asturiano donde nació, a través de su pasado y un coro de voces, de testimonios reales que se mezclan con la ficción. A partir de una pareja que se va a vivir a una casa cerca del mar, en 1984, mientras esperan su tercer hijo, Gómez Bárcena recrea cómo sus vidas están vinculadas a otras que no conocieron, pero que estuvieron allí como si todo sucediera a la vez; así se ven las vidas de otras parejas en 1633 y en 1946, y de 1753 y 1937, y del Cretácico y 1995. Y allí se aprecian los sentimientos de las parejas, y las ganas de construir y avanzar unidos, y la situación de la mujer como mujer y en su maternidad.

Gómez Bárcena publicó en 2012 su primer libro, el volumen de cuentos Los que duermen (Premio Tormenta al Mejor Autor Revelación; en 2014 la novela El cielo de Lima (Premio Ojo Crítico de Narrativa), en 2017 Kanada (Premio Ciudad de Santander 2017 y el Premio Cálamo Otra Mirada), en 2020 Ni siquiera los muertos (finalista del premio que el Gremio de Libreros de Madrid).

Ave Barrera (Guadalajara, 1980) es narradora de obras para adultos y niños y traductora y ha sido editora. Con su primera novela Puertas demasiado pequeñas obtuvo el premio Sergio Galindo de la Universidad Veracruzana, y su novela más reciente es Restauración (Paraíso Perdido en México y Contraseña en España). En esta última obra la escritora logra convertir el amor casi en una historia de terror mientras la persona enamorada cree estar en el paraíso, algo que el lector y ella misma descubre después. Una historia desde la perspectiva  de las mujeres, el sometimiento por parte de una sociedad marcada por lo masculino, su orillamiento de la vida, el amor romántico como algo doloroso que ahonda en los prejuicios. El amor y los sentimientos que enmascaran el daño, incluso el que se infligen las mujeres contra sí mismas. En suma, las violencias contra las mujeres como producto de herencias de generaciones en generaciones por cuestiones equivocadas.

Te invitamos a ver el diálogo en este videorrelato en cinco partes con sus transcripciones respectivas entre Juan Gómez Bárcena y Ave Barrera:

Los escritores Juan Gómez Bárcena y Ave Barrera en Diálogos literarios sobre la vida WMagazín, en noviembre de 2022.

La vida hecha de varios presentes que se superponen

Ave Barrera. Me gustaría mucho compartir contigo, Juan, este proceso intrincadísimo de superponer voces y de jugar con varios filos. En tu trabajo hay una multiplicidad de voces y de tiempos. Y esto a mí me parece muy interesante, muy rico. De mi parte el proceso creativo fue complicadísimo, pero llegó un momento en que tenía muy claramente definidas seis líneas argumentales, muy distinguibles, a partir del hexagrama del Ching que lleva como la parte central de la novela y que tiene que ver con el hexagrama de la restauración, el hexagrama número 18. Estas seis líneas yo las tenía en hojas de papel pegadas en toda la pared de mi estudio, en estas seis columnas, para ir superponiendo y armar una narrativa que funcionara como una especie de acertijo para el lector. A mí lo que me encanta de esta labor, y que me gusta mucho, también, de tu novela, es plantearle un reto al lector.

Juan Gómez Bárcena. Más allá de diferencias temáticas, son novelas que comparten un espíritu muy parecido, también veo que trabajamos muy parecido. Tú comentas que planificas mucho, que necesitas tener sociogramas, tu novela es muy compleja con esa superposición de tiempos… Yo también he sido muy planificador, trabajo más con fichas de cartulina, cada una es un episodio, y voy ordenando en el suelo de mi cuarto, voy intentando ver la evolución. Digamos que yo jugaba con un planteamiento parecido al tuyo, que es cómo narrar tiempos distintos simultáneamente y superponer esos tiempos como si fueran diferentes capas de una cebolla.

Algo que pensé cuando empecé el libro es que iba a ser como estratos temporales. El motivo que tenía en la cabeza era un pasaje de Freud en El malestar de la cultura cuando intenta describir la psique humana. Usó una metáfora, una imagen, que me ha parecido muy bella: dice que la psique humana es el lugar donde nada desaparece nunca. Pone como ejemplo qué pasaría si en la ciudad de Roma no solo pudiéramos ver los edificios tal y como están ahora, si no que, al mismo tiempo, pudiéramos ver el edificio tal y como era en la época visigoda, tal y como era en la época renacentista, tal y como era en la época Romana, cómo era el lugar antes de que hubiera allí un edificio… En cierto modo esto nos vincula, porque tú estás jugando, precisamente, con la imagen de una casa y estamos viendo esas capas con la restauración, estamos viendo todo lo que subyace en esos tiempos, y me da la sensación de que has jugado con algo muy parecido que, en cierto modo, lo que te estabas proponiendo era, por un lado, mostrar esos tiempos y, al mismo tiempo, me imagino que también las huellas que tiene el pasado en nosotros.

Ave Barrera. La historia vista como una suerte de palimpsesto. Eso me encanta porque no se construye a partir de un presente, sino a partir de muchos presentes que se superponen y se traslapan, como en la historia de Toñanes y, a partir de esa superposición, lo que me parece riquísimo es que se puede llegar a una dimensión simbólica general, a una mirada que atraviese esa superposición. Lo veía como estas seis líneas argumentales, como estos biombos de calado en madera que al cerrarse formaban una figura infinita, y al abrirse cada hoja tenía su particularidad, su figura… En esta superposición me parece que se puede llegar a una dimensión simbólica muy particular.

Los escritores Juan Gómez Bárcena y Ave Barrera en Diálogos literarios sobre la vida WMagazín, en noviembre de 2022.

El ser humano no ha cambiado mucho

Ave Barrera. En el caso de Restauración ese corte transversal, esa mirada, está dada por la violencia de género; por todas estas formas de violencia que de manera generacional se han venido repitiendo, reforzando y cambiando a lo largo de las historias de las mujeres. Estas particularidades, las subjetividades que vive cada mujer y que, desde su historia, da vida de manera diferente a estas subjetividades.

Juan Gómez Bárcena. En tu novela la visión, digamos, política para mí es más manifiesta. Me resultó interesantísimo eso porque muchas veces creo que a la hora de hablar de cuestiones de género, o al hablar de cualquier cuestión política somos hedonista y tenemos la sensación de que el pasado lo podemos borrar de un plumazo y de que podemos reconstruir desde cero. Y en realidad, yo al menos, creo que ese pasado tiene un gran peso y que es muy difícil lidiar con él. Lo que estás haciendo es un examen de capas temporales de violencia que siguen en nosotros de una manera latente, que de alguna manera está ahí agazapada. Es algo que me interesa muchísimo.

En mi caso quería jugar con algo parecido, en cuanto a mostrar, sobre todo, hasta qué punto no cambiamos tanto como parece, como solemos pensar en la historia y cómo muchísimos elementos, en realidad, permanecen de siglo en siglo. Cómo estamos unidos con seres humanos del pasado, incluso de un pasado muy remoto, y podemos establecer paralelismos. De ahí ese juego que hice con fechas en el margen de la novela de tal manera que, como en una especie de libro anotado, el lector pudiera navegar en esos tiempos, siempre saber un poco dónde se está moviendo en esos viajes hacia diferentes pasados, y poder iluminar relaciones…

Los escritores Juan Gómez Bárcena y Ave Barrera en Diálogos literarios sobre la vida WMagazín, en noviembre de 2022.

El daño y las violencias heredades contra las mujeres

Juan Gómez Bárcena. Quise hablar mucho de lo emocional, es verdad que, por lo general, no ha estado tan presente en libros míos anteriores. Quizás tenían un tono más intelectual, y este es un libro en el que quise, sobre todo, reconstruir una historia emocional: cómo han evolucionado las emociones humanas, en qué han cambiado, en qué han permanecido, porque también, por supuesto, ha habido cambios y, en mi caso, digamos que el papel de la mujer tiene un papel muy importante en la novela porque, sobre todo, está unido a través de la idea de maternidad. Vemos a lo largo de la novela muchas madres, muchas formas de relación con esos hijos. El propio título de la novela pega un poco a lo maternal. Fue un tema que afloró sin que yo me diera cuenta. A través de esas historias me fui dando cuenta de que tenía ese papel tan especial.

Ave Barrera. Según avanzaba, el proceso de escritura reflexivo me llevó a dar con la emoción central de la novela: el daño. Explorar todas las dimensiones posibles del daño, de manera muy particular el daño que nos generamos a nosotras mismas al creer o al reforzar un montón de pensamientos equivocados, y de posturas. Equivocadas por dañinas, a partir de machismos y de posturas culturales que nos han inculcado, generaciones tras generaciones. Esa era la emoción medular, el daño en la dimensión afectiva. Ponerse en una postura completamente vulnerable. La protagonista es una mujer muy fuerte que es capaz de utilizar herramientas y arreglar una casa de cabo a rabo, pero tiene un talón de Aquiles: el enamoramiento de un hombre, muy débil, muy frágil y muy agresivo, también muy frágil en su masculinidad y en su identidad. Ese talón de Aquiles es lo que la lleva a este viaje dolorosísimo en el que explora esas otras violencias con otras mujeres que también se vieron confrontadas a una idea de amor romántico completamente idealizada y equivocadas, según nos estamos dando cuenta estas nuevas generaciones.

Juan Gómez Bárcena. Ahí tiene mucho sentido este solapamiento temporal porque, inevitablemente, aunque creamos que estamos cambiando las cosas radicalmente uno ha consumido toda una serie de relatos que vienen de muy atrás de los que no podemos desprendernos y, en cierto modo, la propia razón del amor romántico, sobre todo tal y como se ha vendido, pues de alguna manera es uno de los responsables de ese daño. Eso al fin y al cabo es una restauración, es restaurar los daños de una casa y esos daños son lo que tenemos del pasado en el presente, esas huellas que han quedado de otros elementos. Lo que pasa es que me ha resultado muy interesante. Más allá de diferencias temáticas creo que se establecen juegos muy parecidos en nuestros libros, también en cuanto a la localización de ese viaje temporal. Ambos estamos haciendo un viaje temporal muy intenso, pero ambos también hemos escogido un espacio muy limitado, al fin y al cabo, claro, en tu caso la casa o de gira como es el elemento catalizador en cierto modo y la propia persona con su exploración y en mi caso a través de un pueblo muy pequeñito donde también no nos salimos de él y no estamos siempre girando en torno a él.

Los escritores Juan Gómez Bárcena y Ave Barrera en Diálogos literarios sobre la vida WMagazín, en noviembre de 2022.

Exploración de la propia identidad

Juan Gómez Bárcena. No sé en tu caso, pero en mi caso, más allá de la exploración colectiva, la novela tiene algo de exploración por la propia identidad. En mi caso fue entender cómo la propia identidad es una suma de identidades parciales y distintas que uno tiene de diferentes épocas. A veces recuerdo mi infancia y no la siento tan relacionado conmigo y, sin embargo, todos esos solapamientos de gente que yo he seguido de personas y de ideas que he tenido en cierto modo componen quién soy yo. No sé si en tu caso hubo también un examen sobre tu propia identidad o estaba entre líneas, ¿o no fue el caso?

Ave Barrera. Fue durísimo (risas). Fue un examen bastante, bastante complicado, porque es a partir de esta novela que me asumo feminista y empiezo a inquietarme, realmente, por asumir una postura, por llevar una postura en mi vida y atravesarla hacia adentro e ir cuestionando todas esas construcciones que nos ha ido sembrando el patriarcado a lo largo de muchos, muchos años y a lo largo de las generaciones. Es pasar del nivel personal de ese análisis y de ese examen, y de ver todas estas formas, que ha tomado el patriarcado en nuestra propia vida, en mi propia vida, y examinar de qué manera se han replicado en el pasado y en este personaje colectivo. No puedo generalizar el colectivo de las mujeres, pero sí las mujeres que me rodean, fue muy importante para la escritura de la novela rodearme de mujeres, rodearme de amigas, de hermanas que respaldaron este proceso, que pusieron una especie de red paracaídas y que me respaldaron durante este proceso y que me dieron también material de información, material de reflexión para construir esa suerte de personaje colectivo que me permitiera abordar y reflexionar el tema. Además, la novela es bastante dura en su contenido y en la manera de abordar esas violencias. Necesitaba esa red, me fue indispensable por completo, entonces, sí se fue construyendo esa colectividad, poco a poco, entre hermanas escritoras.

Juan Gómez Bárcena. Es muy bello eso que dices. Al final nos demuestra que la escritura no solo es individual, sino que también puede ser un proceso colectivo donde intervienen los otros de alguna manera. A mí eso me encanta, me gusta que lo hayas experimentado así.

Ave Barrera. ¿En tu novela de qué manera lo experimentaste? Esa colectividad que se siente y está muy patente.

Juan Gómez Bárcena. Experimenté, sobre todo, lo que tenía la novela de intento de retrato de un pueblo que todavía existe, partes de la novela importantes  son entrevistas a personas mayores que me cuentan sus experiencias. Fue un ejercicio catártico muy bello, porque aunque uno conoce muy bien el pueblo donde ha pasado tanto tiempo, inevitablemente, a través de la categoría de la entrevista llegas a puntos a los que no llega la conversación común. Se produce, también, un proceso estupendo hacia la propia persona. Me ocurría que las señoras mayores tenían como miedo de hablar de sí mismas, creían que solo me interesaba el pasado y los hechos históricos, pero yo, en realidad, lo que venía a preguntar por ellas en muchos casos. Pasado el tiempo lo que me parece es que una vez se publica el libro las veo orgullosas de lo que han contado y de que han hablado de sí mismas. También por mi parte un ejercicio de responsabilidad de cómo utilizar ese material y mantener el lenguaje de ellas y, al mismo tiempo, permitir cambios y manipulaciones de ese material para hacerlo novelesco. Ha sido un proceso colectivo muy, muy interesante que he disfrutado muchísimo, quizás es lo que más he disfrutado.

Los escritores Juan Gómez Bárcena y Ave Barrera en Diálogos literarios sobre la vida WMagazín, en noviembre de 2022.

La importancia de la gente corriente en la Historia

Juan Gómez Bárcena. Estoy totalmente de acuerdo con esta reivindicación de las vidas minúsculas, de la gente corriente. El problema es que siempre hemos entendido la historia como una concatenación de eventos relevantes a nivel político para un colectivo y siempre, además, concentrado en aquellos que toman las decisiones. Lo que sucede es que al no entender la historia desde una perspectiva emocional ni tampoco excepcional, porque lo que nos interesa es la vida de Felipe II, la vida de Julio Cesar, la vida Alejandro Magno, no la vida de sus soldados, ni mucho menos la vida de sus mujeres, que aparecen como orilladas en ese río de la Historia y sin una verdadera relevancia política; pero si entendemos la historia como una constructiva emocional entonces la vida de un labrador de Bangladés en el siglo XIX es tan relevante como la vida de Julio Cesar. Si de lo que se trata es de reescribir la Historia en el sentido de mirar allá donde no se ha mirado y tratar de establecer nuevos relatos partiendo de aquellos sujetos que han quedado marginados de la Historia entonces, incluso, es más relevante la vida de una mujer del siglo XVIII que la vida de Julio Cesar porque la vida de una mujer del siglo XVIII no ha sido contada, o no demasiado, y la vida de Julio Cesar ha sido contada, quizás, comparativamente, demasiadas veces.

Ave Barrera. Me parece importantísimo. Me haces pensar mucho en la importancia de las subjetividades para plantear un discurso que vaya en contra de lo hegemónico, que se contraponga a las líneas hegemónicas que van marcando lo que sí y lo que no desde esta jerarquía. Y desde esta imposición los temas que sí valen y que canónicamente se han instituido en la literatura desde una visión súper patriarcal, muy jerárquica de que importa y qué no importa, de qué manera tienen que ser contadas las historias y cuáles son los temas relevantes que se tienen que contar. Creo que a fechas recientes se ha empezado a cuestionar con este tipo de planteamientos esa hegemonía y a reconstruirse y a plantearse nuevas narrativas que miran desde otras perspectivas desde subjetividades muy particulares estas supuestas historias ínfimas que no lo son tanto porque conforman la vida, incluso historias de lo no humano las narrativas que están más allá de lo humano y que plantean la vida del mundo y la vida de todos los seres que nos rodean. Creo que es padrísimo pensarlo así desde esas subjetividades pequeñas que nos hacen estar conectados con el Todo.

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Diálogos literarios en la portada de WMagazín
Winston Manrique Sabogal

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