‘Homo Viator’: una historia del mundo a través de la conexión del descubrimiento de los primeros lugares y el presente
AVANCES LITERARIOS DE VIVA VOZ El filólogo español será una de las sorpresas del otoño-invierno 2023-24, desde ediciones Siruela. Participa en nuestro ciclo anual donde los autores explican, en un vídeo en primicia, su próximo libro del que leen un pasaje. En WMagazín, con la colaboración de Endesa
PRESENTACIÓN WMAGAZÍN Este es un viaje a las primeras veces que el ser humano vio un lugar, al menos a través de los testimonios que hay de ellos, y aquí renovados por una mirada actual que junta pasado y presente. Una mirada bifocal en la que conviven ese tiempo del primer asombro y el reciente de Pepe Pérez-Muelas que sigue los pasos de aquellos viajeros, navegantes, expedicionarios y descubridores con datos e información que ponen en contexto estos sitios. Él habla con las voces de todos ellos y la manera como esas personas fueron conectando al mundo a través de lo siglos, y haciéndolo más grande. Eso es Homo Viator. El descubrimiento del mundo a través de los viajeros que publicará ediciones Siruela, el 20 de septiembre de 2023.
Se trata de un recorrido extraordinario y apasionante por el tiempo y la Historia. Aquí están las hazañas y los ecos que van de Alejandro Magno a Marco Polo y Cristóbal Colón, de Livingston a Alexander Gordon Laing, el primer blanco en cruzar los muros de arena de Tombuctú, en el siglo XIX, y Neil Armstrong cuando llegó a la Luna.
Pepe Pérez-Muelas (Lorca, 1989) ha creado un relato ágil, sensible y lleno de información sobre el ayer y el hoy imbricada de manera natural en su historia mientras despierta aún más la curiosidad.
Una prueba es lo que hace Pepe Pérez-Muelas al presentar, en primicia y en vídeo, Homo Viator. El descubrimiento del mundo a través de los viajeros, en nuestro ciclo anual Avances literarios de viva voz WMagazín, con la colaboración de Endesa, sobre obras clave del segundo semestre del año 2023. En este ciclo, cinco autores, reconocidos, emergentes y debutantes por los que apostamos, cuentan y explican de qué trata su próximo libro y leen un pasaje del mismo.
Pérez-Muelas se suma este año a la presentación que ya han hecho en este ciclo el español Antonio Soler de su novela Yo que fui un perro (Galaxia Gutenberg) y la argentina Gabriela Cabezón Cámara con su biografía novelada de la Monja Alférez, en Las niñas del Naranjel (Random House). En las próximas semanas se unirán a ellos la mexicana María José Ramírez, con su debut novelístico Genética de los monos (Almadía), y el italiano Paolo Giordano, con su esperada Tasmania (Tusquets).
Homo Viator es un periplo ameno que sigue el trazado de un mapamundi creado en el siglo XVI por el geógrafo italiano Urbano Monti. Un ejemplo de la calidad de esa voz que junta tiempos y asombros es esta:
“Cae el año 1287 en el calendario. En China es el 3983, más antiguo y de números más sabios. Bar Sauma ha llegado en barco a la bahía de Nápoles. Lleva años viajando a pie, en camello. Ha cruzado tantos desiertos que ha olvidado el nombre de todos ellos. Es de noche. La bahía está presidida por una montaña de la que sale un humo esponjoso. Parece una especie de bandada de pájaros con el vientre negro, pero las alas blancas. Nunca ha visto arder una ladera de esa forma. La tierra tiembla alrededor. Los dioses de esta parte del mundo, piensa, se enfadan a menudo”.
Incluso ante la fascinación por esas historias, Pepe Pérez-Muelas duda y se pregunta y pregunta:
“El fruto de aquellos meses fue Il Milione, el libro que cuenta el viaje de Marco Polo hasta la corte de Kublai Kan, en China. ¿Fue verdad? ¿Acaso todo lo que se refleja en el libro alcanza la veracidad de un viaje emblemático? ¿Por qué ninguna crónica oriental recoge el paso de un comerciante veneciano y, sin embargo, Occidente conoce China gracias a su relato? Tal vez, la mayor paradoja del viaje de Marco Polo sea que estamos ante el testimonio de alguien que nunca estuvo allí. Son numerosos los motivos que nos incitan a pensar que el comerciante veneciano fue un impostor, un fabulador con una imaginación poderosa que jamás se separó de su casa pegada al Gran Canal. ¿Puede la historia de Europa haberse cimentado sobre una mentira semejante?”.
Pepe Pérez-Muelas (Lorca, 1989) estudió Filología Hispánica en Granada, cursó estudios en la École Normale Supérieure de París y un máster en cultura latinoamericana en la Sorbona. Reside en Sevilla, donde ejerce como profesor de Literatura y colabora con diversos medios.
Veamos y escuchemos a Pepe Pérez-Muelas en el siguiente vídeo sobre Homo Viator. El descubrimiento del mundo a través de los viajeros, primero con la presentación del libro y luego con la lectura del fragmento India. Amanecer en el jardín de las viudas:
El escritor Pepe Pérez-Muelas, autor del libro 'Homo Viator. El descubrimiento del mundo a través de los viajeros' (Siruela), en la serie Avances literarios de viva voz WMagazín 2023.
'Homo Viator. El descubrimiento del mundo a través de los viajeros'
Por Pepe Pérez-Muelas
Homo Viator trata de contar la historia del mundo a través de lo viajeros, a través de los relatos y de las voces que a lo largo de los siglos los viajeros, los expedicionarios, los navegantes y los descubridores han ido confeccionando de los lugares en donde han estado. Homo Viator sigue la línea de un mapamundi creado en el siglo XVI por un geógrafo italiano llamado Urbano Monti. Hizo un mapamundi que aspiraba a reflejar toda la realidad existente del globo, todos los continentes, incluida la Antártida, que, si bien no estaba descubierta, sí estaba predicha por los griegos. Urbano Monti no había salido de Milán, pero se basó en todos los testimonios de aquellos comerciantes y viajeros, a viva voz en las calles de Milán o en las bibliotecas para confeccionar su mundo.
Ese es el espíritu que reside en Homo Viator. El libro está estructurado en cinco partes, y cada una de ellas corresponde a una geografía del mundo. Desde el lugar donde nace el Sol, Japón hasta China, el Himalaya, la India, pasando por Mesopotamia, Próximo Oriente, Egipto, los pilares de la civilización europea: Grecia, Roma, el Camino de Santiago, y yendo hacia los nuevos mundos, los descubrimientos que tuvo aquella modernidad: África, la costa interior y América. Cierra Homo Viator con los descubrimientos científicos del siglo XVIII y, también, los aires, todo el desarrollo aeronáutico que empezó con el mito de Ícaro, que crearon los griegos, y hasta que el hombre logró pisar la Luna con la expedición de Armstrong.
Lectura, fragmento
India. Amanecer en El jardín de las viudas
El jardín de las viudas se encuentra al otro lado del río Yamuna. Es una ribera sin urbanizar, con huertas y barcas de pescadores pobres. Se accede a través de un barrio tumultuoso, plagado de bazares y carreteras sin asfaltar. Los tuc-tucs forman grandes atascos a la espera de encontrar turistas. Ofertan un precio especial: entradas para el Taj Mahal sin colas y guías en inglés. Yo me levanté temprano, antes de que amaneciese. Quería ver el jardín de las viudas. Sabía de este lugar por una conversación entre dos viajeros. Las mejores vistas del Taj Mahal, dijeron en la mesa de al lado el día anterior.
Aún no había salido el sol. Al jardín de las viudas se accede cruzando el río. Es un espacio desolado. Al salir de un pequeño bosque, vi la cúpula blanca del Taj Mahal suspendida en el aire, como un barco flota en el océano. No había pescadores en la orilla ni turistas rodeando el gran mausoleo del amor, construido a mediados del siglo XVII y que sirve como sepulcro a la mujer favorita del sultán. Muchos viajeros no saben que el Taj Mahal corresponde a la época de dominación del Imperio mogol, un Estado que sobrevivió hasta el siglo XIX, con la llegada de los ingleses, y que profesaba la religión musulmana. Sus formas, de hecho, tienen más que ver con un iwan persa que con los templos multicolores hindúes.
No pudo contemplar el mausoleo Ibn Battuta, como yo lo hice aquella mañana de mayo. No lo hizo porque cuando el viajero tangerino pisó suelo indio, faltaban unos cuantos siglos para que se construyese el Taj Mahal. Sin embargo, el monumento y el viajero comparten el impulso del islam en un país abierto a las creencias, pero de difícil convivencia en cuanto los dioses son multitud. La historia reciente de la India está marcada por los conflictos religiosos entre hindúes y musulmanes. De hecho, la partición llevada a cabo en 1948 (con migraciones masivas) supuso la creación de tres países que responden a una misma realidad geográfica y cultural: por un lado la India, país de mayoría hindú, ubicado en el centro del territorio; por otro lado Pakistán y Bangladés, en los extremos, de mayoría musulmana.
Ibn Battuta no llegó, sin embargo, a un territorio extraño para la fe musulmana. Desde el siglo VIII las tropas árabes habían realizado incursiones en el subcontinente indio, formando Estados de creencia musulmana hasta la creación del Imperio mogol. La ciudad más importante que visitó el viajero magrebí fue Delhi, la actual capital del país, una urbe desbordada por la humanidad, en la que los coches, la contaminación y las colas han convertido la vida en un difícil tránsito cotidiano. Sin embargo, la vida en Delhi se abre camino en sus jardines, con mezquitas que llaman a la oración por las tardes, extendiendo sus mercados durante todas las horas del día y de la noche. Delhi es una ciudad de contrastes en la que también hay espacio para las grandes avenidas y las casas señoriales, en el barrio de India Gate, un trasunto de los Campos Elíseos parisinos donde vivió durante años Octavio Paz.
Tras visitar la ciudad, Ibn Battuta viajó al sur hasta Calicut. Se embarcó en los puertos de Kerala y costeó la punta geográfica del subcontinente, hasta llegar a Sri Lanka, antes de marchar de la India hacia otros destinos. Yo no descendí tan al sur. Aún contemplo la otra ribera del Yamuna, a punto de amanecer. El jardín de las viudas es silencioso. No llegan hasta allí los rumores de la ciudad ni el olor a especias. El Taj Mahal retrasa su aparición en la mañana. El mármol blanco se oscurece entre las sombras de la noche, con los vapores que emanan del río por el contraste de temperatura.
Recuerdo que me senté en el centro de una explanada. El jardín está constituido por una parte arbolada, un prado, una especie de playa donde las mujeres lavan la ropa por las mañanas y un huerto privado. Tras contemplar el mausoleo musulmán, me detuve en un árbol majestuoso que había al otro lado. Nunca he sabido distinguir con certeza los diferentes tipos de árboles. La exuberancia vegetal de la India complica aún más su distinción. Supe después, por fotografías, que se trataba de un laurel de la India. Cubrían parte del cielo sus ramas, poderosas y múltiples. Debajo de su sombra, sentada con las rodillas en el pecho, se encontraba una mujer vestida de blanco. Quien haya visto Agua de Deepa Mehta sabrá que el blanco es el color asignado a las viudas. Aquella mujer parecía joven. Respiraba de forma tranquila, dándole la espalda al Taj Mahal. La vida de las viudas se suma a la miseria general de la India. No son nada. Un objeto abandonado por su dueño. Me quedé mirándola un buen rato. Hasta que amaneció.
- Homo Viator. El descubrimiento del mundo a través de los viajeros. Pepe Pérez-Muelas (Siruela). En librerías el 20 de septiembre.
AVANCES LITERARIOS DE VIVA VOZ 2023
Antonio Soler y su novela Yo que fui un perro (Galaxia Gutenberg).
Gabriela Cabezón Cámara y su novela biográfica Las niñas del naranjel (Random House)
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