La pandemia covid-19 ha generado en la industria editorial española una doble vida: mientras el mercado interior no solo aguntó sino que subió un 0,8%, con respecto a 2019, hasta alcanzar los 2.440 millones de euros; las exportaciones cayeron por segundo año consecutivo hasta reducirse un 36% respecto a 2018 cuando la cifra de exportaciones alcanzó su máximo de 615 millones de euros y pasó en 2020 a 391,7 millones de euros. Entre 2019 y 2020 el descenso fue del 26% la caída más pronunciada de la última década.

Ante ese destino bifurcado, el ecosistema del libro y la lectura se reorganiza y se asoma a su futuro: se confirma que la gente prefiere leer ficción en ediciones impresas, las obras técnicas ratifican su acogida en libros electrónicos y la literatura infantil y juvenil apunta a un desarrollo digital importante tanto a nivel empresarial como de lectores. A la vez la industria española ha pedido “un gran Pacto Social por la lectura, que se prolongue más allá de la duración de las legislaturas”.

Es el panorama que surge del Estudio de Comercio Interior del Libro en España 2020, de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), presentado de cara a la edición 39 de Liber, la Feria Internacional del Libro, del 13 al 15 de ocubre en Madrid. La feria reúne a los principales actores de la industria de España y América Latina que este año acoge a cerca de 300 empresas, más de 40 actividades y 300 invitados internacionales y ponentes.

Liber funciona como termómetro y puerta a la normalización de la industria del libro al incorporar de manera natural la participación física y digital. Un tercio de la actividad exportadora del sector se reúne allí. «En un año como el pasado en el que las exportaciones sufrieron una dura caída por la pandemia y en un momento en el que parece que estamos retomando la senda del año 2019 en cuanto a exportaciones, un buen Liber significaría apuntalar la gran recuperación que estamos viviendo en el mercado interior», afirma Patrici Tixis, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), organizador de la feria, y Director de Comunicación del Grupo Planeta.

Son varias las estrategias del sector para recuperar la dinámica de las exportaciones. Patrici Tixis señala que se trabaja intensamente con las administraciones, tanto el Ministerio de Cultura como con el ICEX y con las comunidades autónomas para fomentar la presencia en ferias internacionales, no solamente en el espacio iberoamericano, sino también en Europa (España será el País invitado en la feria de Fráncfort 2022) y en Asia (este año 2021 España es país invitado en la Feria del libro infnatil y juvenil más importante de Asia, que se celebra en el emirato árabe de Sharjah. Asimismo, añade Tixis, «se trabaja en otras medidas para fomentar la exportación de las editoriales españolas a través de herramientas tecnológicas que permitan a las editoriales tener un escaparate permanente al exterior».

Sobre el mercado interior del libro, el informe revela que las cifras del libro digital aumentaron, pero sobre todo en libros técnicos, de derecho, etc, y el 15% en infantil y juvenil, mientras las obras de ficción bajaron. Sobre si la pandemia ha reorganizado los derroteros o estos resultados son un asomo al comportamiento futuro de hábitos de lectores respecto a las obras digitales, que como aseguran algunos expertos la gente sí prefiere leer ficción en papel y lo demás en digital, Patrici Tixis cree que es un momento crucial:

«Hay que partir de la premisa que el libro en papel sigue siendo el gran motor de la industria editorial. El crecimiento del libro digital es sobre bases muy pequeñas todavía, por lo que aunque el porcentaje sea alto, en términos absolutos ese crecimiento es menos relevante. En cualquier caso, el libro digital es normal que tenga un crecimiento mayor en los libros técnicos y de consulta profesional porque muchas publicaciones están asociadas a actualizaciones permanentes de la información a lo largo de la vida útil del libro. El fenómeno de la literatura infantil y juvenil tiene también mucho que ver con el crecimiento del libro en papel en este segmento. Se trata de un público habituado también a alas pantallas que consume tanto en digital como también en papel, donde el aumento de la literatura infantil y juvenil ha sido importante en términos absolutos en el papel».

Otra batalla o reto que afronta la industria editorial en España  es mejorar y fomentar la base de lectores y la adaptación del sector a los hábitos rápidos y cambiantes de la población en el ámbito digital. Patrici Tixis es claro en su petición: «Debemos seguir trabajando junto al Gobierno y a las diferentes Administraciones y Partidos Políticos, para construir el necesario Pacto Por el Libro y la Lectura. Debemos sentar las bases para que se incremente la base de lectores, mejore la valoración social del libro, la lectura, así como del respeto a la propiedad intelectual”. Los países latinoamericanos intentan estrategias parecidas a nivel individual y colectivo.

No es la primera vez que desde la FGEE se pide este compromiso a los diferentes gobiernos, pero que ninguno se lo ha tomado realmente en serio y todo han sido promesas. En la apertura de Liber, Patrici Tixis ha vuelto a invitar a los líderes y formaciones políticas del país a trabajar, junto con el sector del libro, en la consecución de “un gran Pacto Social por la lectura, que se prolongue más allá de la duración de las legislaturas”.

El presidente de la FGEE recordó que “la lectura es una herramienta imprescindible de promoción y desarrollo personal, cultural y económico. Las personas más leídas están mejor preparadas para afrontar el futuro que las que no leen y las sociedades que más leen son más ricas y más competitivas que las que leen menos”.

Por ello, considera necesario desarrollar este Pacto Social para que pudiera implicar al “Gobierno en pleno, a las autonomías, a los Ayuntamientos, a las formaciones políticas; a la comunidad educativa; a las librerías; a las bibliotecas; a la industria editorial, a las instituciones públicas, y al conjunto de empresas privadas y agentes sociales que se sientan interpelados por este Pacto Social por la lectura”.

Se trataría de un acuerdo que debería incluir “un plan estratégico estructurado que concrete fechas, acciones y comprometa inversiones y recursos públicos que nos permitan avanzar a velocidad de crucero, y no a trompicones, en la mejora de dos indicadores: el número de lectores y la comprensión lectora. Nos gustaría llegar al año 2030 habiendo mejorado claramente nuestros índices de lectura. Cuanto más tarde empecemos, más tardaremos en reducir la brecha de competitividad con los países de nuestro entorno”.

Patrici Tixis recordó que “desde la Cámara del Libro de España (editores, libreros, distribuidores e industria gráfica) nos pusimos a la obra y aportamos propuestas a las mesas del Pacto de Estado por el libro y la lectura que cristalizó hace un año auspiciado por el Ministerio de Cultura. Hoy creemos que es importante extender el Pacto por la lectura al conjunto de la sociedad, por eso le llamamos Pacto Social”.

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