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Bernard Pivot (Francia, 1935-2024), uno de lo grandes críticos literarios y divulgadores de libros en la segunda mitad del siglo XX. /Foto Wikipedia

Bernard Pivot: murió el último de los grandes críticos y divulgadores literarios y de la lectura

El autor francés tenía 89 años. Fue una referencia mundial desde los años 70 con el programa de televisión 'Apostrophes', donde entrevistó a los grandes escritores de finales del siglo XX, y presidió el Premio Goncourt

Murió Bernard Pivot, uno de los periodistas y críticos literarios que más hizo por la divulgación de la literatura, la lectura y la cultura en Francia, en la segunda mitad del siglo XX. Fue una referencia mundial desde los años 70 con el programa de televisión Apostrophes, presidió el Premio Goncourt y fue un agitador de ideas en la red social X. Pivot (Lyon, 5 de mayo de 1935 – Neuilly-sur-Seine, 6 de mayo de 2024). Fue uno de los tres grandes críticos literarios de Occidente junto al alemán Marcel Reich-Ranicki (1920-2013) y el estadounidense Harold Bloom (1930-2019).

Bernard Pivot fue un apasionado de los deportes en la infancia y adolescencia, del derecho y el periodismo cuando lo estudió en su juventud, de la economía cuando empezó como redactor, hasta que en 1958 abrió la puerta que lo haría feliz al empezar a trabajar en Figaro littéraire.

En 1971 empezó a dar el giro profesional que lo llevaría a convertirse en la figura de referencia mundial. Figaro Littéraire cerró y Pivot pasó a trabajar en Le Figaro, donde estuvo hasta 1974, el año en que abrió, definitivamente, la gran puerta: empezó a preparar en Antenne 2 el programa Apostrophes con el cual debutó en enero de 1975. Mientras tanto participó en la creación de un proyecto que ha sido esencial para la prensa literaria francesa, la revista Lire.

Apostrophes, donde Pivot entrevistó cada viernes a los mejores escritores del mundo, estuvo en antena hasta 1990, por allí pasaron desde Vladimir Nabokov, Jorge Luis Borges, Marguerite Yourcenar, Marguerite Duras o Charles Bukowski, hasta Mario Vargas Llosa, J. M. G. Le Clézio… y los autores más relevantes a nivel internacional.

Después creó Bouillon de culture (Sopa de cultura), hasta 2001, al que siguió Double Je (Doble yo) hasta 2005, en los que hablaba no solo de libros sino también de cultura en general, creando trending topics televisivos. Siempre se adelantó a los tiempos.

Portada de WMagazín de 2018 con una entrevista a Bernard Pivot, fotografiado por Lisbeth Salas. / WMagazín

Sobre su salida de Apostrophes, Pivot dijo en una entrevista que le hice para WMagazín, en 2018: “Cuando en el año 2001 lo empecé a dejar fue para cambiar mi vida. Me propuse escribir libros que no había tenido ni tiempo ni ganas. Luego, en 2004, entré a formar parte del Premio Goncourt y ahí sí ya cambió mi vida. Retorné a la literatura, al libro”.

Pivot tuvo una mirada sobre el presente literario y la proyección de la literatura y la lectura: “El gran autor con presencia cultural y literaria tiende a desaparecer. La lectura compite con muchas formas de entretenimiento, muchas pantallas; hay un riesgo de alejamiento de la lectura, al menos como la conocemos. La competencia es más dura para ganar la atención de la gente y parece que los jóvenes se interesan menos, pero nada está perdido”.

Es el círculo de responsabilidad sobre el que se movía Pivot para compartir el placer de la lectura, incluso en libros como De oficio, lector (Trama) y Las palabras de mi vida (Confluencias).

Era un hombre sencillo y modesto amante de su profesión:

“En las entrevistas soy un intermediario entre los lectores y los escritores que son los creadores. Lo que he hecho es preguntarles a los escritores lo que sus lectores querrían saber de sus obras. Nada más…”.

Era consciente de los cambios de la sociedad y del ecosistema del libro y del compromiso y la responsabilidad de los autores:

“Los escritores se comprometen en la expresión de su yo y de su talento. Pero es verdad que ya no hay… En Francia hay dos tipos de escritores: están los que llamamos filósofos vinculados con la actualidad que hablan y reflexionan mucho alrededor de ella, son intelectuales que hablan de la vida política y de la realidad en sus diferentes facetas. Por otro lado, hay una inmensa masa de novelistas, poetas, reporteros y demás que no se comprometen, aunque les interese el mundo en el que viven. Emmanuel Carrère, por ejemplo, habla del mundo en el que vive, pero sin un compromiso formal político. Michel Houllebecq habla del mundo en el que vive, pero no puedes decir que esté comprometido con un movimiento político, sigue libre. Prefiero a los escritores que siguen libres, que se sienten libres…”.

Gran lector, antes que periodista y divulgador exitoso, Bernard Pivot tenía una idea clara de la literatura y los libros:

“La calidad literaria es importante. Primero es la escritura, sí, la escritura sea cual sea, la escritura de una novela, de un libro de historia, de un ensayo sociológico. Son muchos autores comprometidos en la reflexión cotidiana sobre la evolución de Francia, del mundo, etcétera. Aparte, están todos los novelistas, los poetas y demás que hablan también de su yo, de su familia y de tantas cosas. Desde el caso Dreyfus en Francia siempre ha habido intelectuales de la vida política y eso sigue siendo así en el fondo, aunque, como digo, luego esté el amplio cuerpo de escritores en todos los géneros”.

Entrevistó a los mejores autores de su época. En 2018 reconoció a quién le gustaría entrevistar:

“Me hubiera gustado entrevistar a Philip Roth porque es incomprensible que hubiera dejado de escribir, es algo raro, extraño; pero, sobre todo, porque nunca lo conocí. También a Svetlana Aleixievich, la premio Nobel bielorrusa. Es una mujer muy interesante, está metida en la vida del mundo por completo. Otro que me gustaría volver a entrevistar es a Mario Vargas Llosa, para hacer una especie de balance”.

Una de sus entrevistas más famosas fue la que le hizo a Vladimir Nabokov, cuya obra Lolita es uno de los objetivos revisionistas por algunos movimientos feministas. Sin embargo, en aquella misma entrevista por televisión, el propio Nabokov dijo que los medios y la película habían dañado un poco la figura y tergiversado la imagen porque Lolita era una víctima.

Sobre este caso, Bernard Pivot tenía una teoría y una opinión sobre el revisionismo actual y la corrección política aplicada a las obras de arte: “Si Nabokov publicara hoy Lolita lo meterían a la cárcel directamente. Pero el arte y la literatura están muy por encima de revisionismos y por encima de las leyes. De lo contrario tendríamos que prohibir al marqués de Sade y a muchos otros escritores que nos muestran facetas diferentes de la condición humana”.

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Winston Manrique Sabogal

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