Ese día cayó en domingo, Gozo, Nos queda lo mejor, La escala social y Apropósito de Ferlosio son los títulos de cinco de los libros que protagonizarán el otoño-invierno de 2022-23. WMagazín se asomó con estas obras a un momento del futuro literario en las voces de sus propios autores que leyeron pasajes de sus creación en el recital Avances literarios de viva voz, en la 81ª Feria del Libro de Madrid, el 11 de junio.

La puerta de esa literatura por venir la abrió uno de los mejores escritores madrileños: Manuel Longares con sus microrrelatos de La escala social, en Galaxia Gutenberg; y la cerró el nicaragüense Sergio Ramírez, Premio Miguel de Cervantes 2017, con el volumen de cuentos Ese día cayó en domingo, en Alfaguara. Entre estos dos autores prestigiosos, tres nombres por los que WMagazín apuesta: Isabel González con sus relatos Nos queda lo mejor, en Páginas de Espuma; Carlos Femenías con el ensayo A propósito de Ferlosio, en Alianza; y Azahara Alonso con su debut novelístico Gozo, en Siruela.

WMagazín publicará cada lunes de agosto el vídeo y la transcripción del pasaje leído por cada uno de los escritores. Como adelanto algunos de los comentarios que ellos compartieron en esta celebración literaria:

Manuel Longares y La escala social (Galaxia Gutenberg)

El escritor madrileño (1943) publicó su primera novela en 1964: El enfermo. Luego los ensayos Pío Baroja. Escritos de Juventud (1972) y Azorín, el sacrificio de José Martínez(1973). Volvió a la narrativa con la novela La novela del corsé (1979). Entre sus títulos más destacados están Soldaditos de Pavía (1984), Operación Primavera (1992), No puedo vivir sin ti (1995) y la celebrada Romanticismo (2001) y Sentimentales(2018). Ha publicado 5 libros cuentos: Apariencias (1992), Extravíos (1999), La ciudad sentida (2007), Las cuatro esquinas (2011) y Cuentos (2017).

En su próximo libro, La escala social,  Longares explora nuevas formas y fondos literarios en sesenta narraciones repartidas en cinco capítulos, de doce historias cada uno. Contrario a lo que se pueda pensar, no hay relación entre ellas, y el punto de unión es meramente numérico: cada texto no supera las 200 palabras. El escritor da una pista más: «Persiguen, de alguna manera, realizar la concepción del cuento como un artefacto inquietante, no tendrán un final feliz».

El escritor madrileño empezó su lectura con el relato Ecuanimidad:

«Fui de los coros y danzas, y en la vida…».

Isabel González y Nos queda lo mejor (Páginas de Espuma)

Hay quien ya ha leído este volumen de cuentos de la escritora zaragozana y dice que inaugura un estilo: el tierno-punk. Isabel González ha publicado la novela Mil mamíferos ciegos (Editorial Dos Bigotes), el volumen de relatos Casi tan salvaje (Páginas de Espuma) y ha explorado la escritura colectiva en libros como Pelos o La aldea de F. Además, los cuentos infantiles El caballo del malo y El mismo.

Para ella publicar un libro es como echar un hijo adolescente de casa, momento en que salga al mundo. Sobre Nos queda lo mejor dice:

«El libro tiene un mensaje optimista, en principio. Un optimismo no para aquellos que luchan sus sueños y los cumplen, si no para quienes luchan sus sueños y no los cumplen, para quienes toman una decisión y se echan para atrás, para quienes quieren hacerlo bien y le sale mal, para quienes cobran la mitad, para los viejos que se hacen los jóvenes, y para los jóvenes que se hacen los sabios, para los payasos, para los stripers, para las stripers, para quienes follan sin amor, para quienes aman sin follar, para quien guarda su vida en una caja y cuando quiere abrirla ha perdido la llave, y, sin embargo, siguen adelante y les entra la risa… Es un canto al patetismo humano, a la chapuza universal,  y al chapapote emocional. Una puesta en escena de mi pasión por lo grotesco, porque lo grotesco corporiza lo patético, y si algo somos, por encima de todas las cosas, es gente patética y enamorada».

Así empieza el cuento Frenó, volvió a frenar que leyó Isabel González:

«Frenó, volvió a frenar y sucedió ahí delante, a un metro del coche, un águila bajó del cielo y…».

Carlos Femenías y A propósito de Ferlosio (Alianza)

Este doctor en filología, nacido en Menorca en 1985, es profesor de literatura en la Universidad de Barcelona y en la Universidad Autónoma de Barcelona. Sus trabajos se centran en la prosa de ideas y en la historia intelectual en la España contemporánea. A propósito de Ferlosio es su primer libro, «un ensayo escrito con clara voluntad de estilo».

Femenías leyó un pequeño montaje de párrafos del prólogo:

«Lo he querido traer porque mientras estaba leyendo un párrafo muy bonito de Carmen Martín Gaite me encontré una fotografía que funcionó como el disparador que necesitaba para que una serie de ideas que tenía confusas encontrasen un cauce de salida y empezase a salir el libro. Dice:

‘Me temo que se ha recordado demasiadas veces. Al borde de los años setenta, cuando la juventud y la revuelta dan el tono de los tiempos, a Carmen Martín Gaite le llega un aviso: Ha muerto Ignacio Aldecoa…».

Azahara Alonso y Gozo (Siruela)

Este es el debut en la novela de Azahara Alonso (Oviedo, Asturias, 1988), licenciada en Filosofía. Alonso ha publicado el libro de aforismos Bajas presiones (Trea, 2016) y el poemario Gestar un tópico (RIL, 2020), y ha participado en diversas antologías como Bajo el signo de Atenea (Renacimiento, 2017) y El gran libro de Satán (Blackie Books, 2021).

La escritora asturiana empezó por contar los motivos del título:

«Gozo es una novela entre comillas, o con comillas, porque aglutina demasiadas cosas. He intentado en ella lo inevitable: no renunciar a esos otros caminos que me han traído hasta aquí. En cuanto a la historia es una palabra, gozo, que usamos de maneras muy diversas. Es una epifanía, puede ser una manera de estar en el mundo, pero es, principalmente, para mí, un lugar. El lugar en el que transcurre la parte de la historia que se narra que va creciendo con las voces y la polifonía que se suma a esto desde el ensayo que cuenta ciertas inquietudes, sobre todo, las que me determinan en torno a cuestiones relacionadas con el trabajo, con el turismo. Lo que voy a leer es una parte más narrativa:

‘Eileen fue diáfana desde el primer encuentro. Así que jamas funcionaría como personaje…»

Sergio Ramírez y Ese día cayó en domingo (Alfaguara)

Ramírez (Masatepe, Nicaragua, 1942) fue distinguido con el Premio Cervantes en 2017. Empezó en la literatura en los años sesenta, luego se vinculó a la revolución sandinista que derrocó a la dictadura del último Somoza. En 1998 obtuvo el Premio Alfaguara de Novela con Margarita, está linda la mar. Otros títulos destacados son Un baile de máscaras (1995), Castigo divino (1988),  Sombras nada más (2002), Mil y una muertes (2005), La fugitiva (2011), Flores oscuras (2013), Sara (2015) y la trilogía protagonizada por el inspector Dolores Morales, formada por El cielo llora por mí (2008), Ya nadie llora por mí (2017) y Tongolele no sabía bailar (2021). Ramírez ha publicado los libros de cuentos Catalina y Catalina (2001), El reino animal (2007) y Flores oscuras (2013). En ensayo figuran Mentiras verdaderas (2001), y sus memorias de la revolución se titulan Adiós muchachos (1999).

El origen del libro lo evocó así:

«Ese día cayó en domingo es una colección de cuentos escritos en la última década. «Lo que hice fue hacer una selección de conjunto. Un libro de cuentos tiene que tener una unidad, una lógica. Sobre qué siento al escuchar el cuento antes de que se publique, es inevitable pensar que uno todavía se lleva sustos de encontrar palabras que no están bien dichas, pero son sustos reparables. Por eso yo nunca me asomo a las páginas de un libro ya impreso, porque me da horror de encontrar cosas que ya no se pueden cambiar. Es algo que salió ya para siempre».

El cuento que lee se titula De la eternidad, y el personaje es Su excelencia:

«Su excelencia despertó cansado de dormir tanto. Se levantó. Fuera del mausoleo, las callejuelas se hallaban desiertas, salvo por un…».

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