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Irene Vallejo, autora de ‘El infinito en un junco’, durante su encuentro con los lectores de la FILBo 2024. /WMagazín

Irene Vallejo: «Cultivar la lectura significa cuidar nuestras sociedades y nuestras democracias»

CÓMO CONQUISTAR LECTORES, 4 / La escritora española de 'El infinito en un junco' fue una de las grandes protagonistas de la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2024. WMagazín recoge sus principales ideas y reflexiones en sus diferentes encuentros con el público, los escritores, los bibliotecarios y los periodistas

En septiembre de 2019 empezó, en España, uno de los fenómenos literarios globales más interesantes gracias al boca a boca: la publicación de El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo, de Irene Vallejo (Siruela). Cinco años después, ha vendido más de un millón de ejemplares en 38 idiomas de más de setenta países y, sobre todo, es un libro muy querido por los lectores, bibliotecarios, libreros y promotores de la lectura.

La filóloga clásica Irene Vallejo (Zaragoza, 1979) ha obtenido varios premios, entre ellos el Nacional de Ensayo en España en 2020. Pero considera que su principal regalo es que lean no tanto su libro como que la gente conozca el valor de leer, la importancia de la democratización de la lectura y la trascendencia del libro en las democracias. Precisamente los temas sobre los que habló en varios eventos de la 36ª Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo), del 18 de abril al 2 de mayo de 2024.

El 15 de junio de 2019, tres meses antes de que El infinito en un junco llegara a las librerías, WMagazín apostó por esta obra: invitó a Irene Vallejo a participar en su acto Avances literarios de viva voz, en la Feria del Libro de Madrid, donde participaron otras cuatro escritoras. Allí la filóloga española hizo la primera lectura en público del libro y habló de él ante los lectores que empezó diciendo:

“Cuento las aventuras de los libros. Cómo empezó todo. El ‘Érase una vez…’ en Grecia y Roma. He viajado a la antigüedad en busca de las primeras veces, al alfabeto, al paso de las narraciones orales a la narrativa escrita, a las primeras librerías, bibliotecas. A los libros más antiguos de los que tenemos noticias, a cuando aparecieron los primeros lectores, las primeras lectoras. Es un viaje al comienzo de lo que somos”. (Puedes ver el artículo y el video de su primera lectura en público aquí).

Y WMagazín reseñó el libro así: “Es un viaje al origen del milagro del libro y los lectores, a cuando empezó su creación, a aquellos tiempos en que de las narraciones orales se pasó a hacer visible lo contado en piedra, arcilla, seda, piel, árboles, plástico y luz… Milagro y fascinación narrados con rigor y embrujo por Irene Vallejo. Páginas como si hubieran nacido de un relato alrededor de la hoguera sobre este gran invento de la humanidad. Es la historia del libro casi como una novela de aventuras, una historia existencial, un volumen de cuentos o un thriller”.

Irene Vallejo fue la invitada estrella en la FILBo con varios eventos, desde el discurso inaugural hasta una visita a la Cárcel Distrital o una charla sobre la Democratización de los libros.  El Infinito en un junco tiene hoy su edición original en ediciones Siruela y la versión en novela gráfica, por Tyto Alba, en Random House. La siguiente es una bitácora con sus reflexiones más interesantes que sumamos para nuestro ciclo Cómo conquistar lectores (4):

Discurso inaugural en FILBO 2024

“Las letras nacieron como dibujos. En los textos por los que paseas la mirada desfilan ante ti camellos, monos, ovillos de hilo, manos, látigos, olas marinas, peces, ojos que no pestañean. Esta v alberga un anzuelo, la m el ondular del mar, la n una serpiente, la p una boca. Aprender a atrapar las sombras fugaces de las palabras ha sido una tenaz aventura del ser humano. No hemos nacido lectores, hemos llegado a serlo. Pero, quizás, lo más sorprendente es que culturas diversas sin contacto entre sí fueran capaces de crear sistemas de escritura en lugares y continentes alejados y en distintas épocas. Y en cada una de esas primeras veces los creadores de alfabetos tuvieron que enseñarse a leer a sí mismos y a sus cerebros. Fueron, al mismo tiempo, maestros y discípulos. Además, como confirman los neurólogos, tras este invento ya nunca fuimos los mismos. La lectura modificó nuestra capacidad para pensar que, a su vez, cambió para siempre la evolución intelectual de nuestra especie y se inventó un extraordinario y vertiginoso progreso histórico.

Escribir se convirtió en una suerte de asidero, de certeza, nuestro dique frente a la destrucción, la calumnia o la amnesia. Como escribió Gabriel García Márquez: “Vivimos en una realidad escurridiza momentáneamente capturada por las palabras”. La escritura nombra, atrapa, perpetúa el fluir huidizo de nuestras sensaciones y hallazgos. Nos ancla en una bahía tranquila rodeada por el caos.  (…)

Por eso cultivar la lectura significa cuidar nuestras sociedades y nuestras democracias. (…)

No olvidemos que este descubrimiento es fruto de asombrosos hallazgos, siglos de búsquedas, una aventura a través de senderos desconocidos que nos atrevimos a explorar. El futuro es un caminante audaz en esas mismas rutas».

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Los libros y la democracia (encuentro con el público en FILBo)

Irene Vallejo en el audiorio José Asunción Silva de la FILBo 2024. /WMagazín

El infinito en un junco para mí es muchas cosas: desde un ensayo hasta un relato erótico porque hablamos de la sensualidad de la lectura. Y una necesidad profunda sobre nuestra sed de historias, pero, sobre todo, del relato épico de esa gesta de la democratización de la lectura. Nos han acostumbrado a una épica del combate, de la conquista, la de la victoria, la del sometimiento del otro, y así es como se plantea la mayoría de nuestros relatos épicos.

Pero hay una épica más infinita que es la de la democratización del saber, y esa democratización del saber, que arranca en la democracia ateniense, que tiene un momento de esplendor en la biblioteca de Alejandría y que ha continuado, sobre todo, gracias al esfuerzo de las personas que se dedican a ello gracias a la enseñanza, a la expansión de las bibliotecas, a las librerías, a los mediadores y promotores de lectura de todas las épocas y tiempos. Ahí hay una verdadera aventura humana y colectiva que ha transformado al mundo sin violencia o, precisamente, en contra de la violencia. Y que es una aventura que sigue viva hoy en nuestras democracias.

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Sobre la importancia de la cultura en momentos de crisis (en Caracol Televisión)

A pesar que la cultura es importante en momentos de prosperidad, pero en los momentos graves de crisis de carencia la cultura suele ser lo primero que desaparece y, sin embargo, he recogido una serie de historias de personas en situaciones límite de supervivencia que cambiaban comida o zapatos por libros.

Escribo desde que era niña y es una continuación del juego en la edad adulta de seguir jugando. Soy hija única y tenía que inventarme mis propios juegos. Con mis coches y muñecos empezaba a crear relatos que sucedían en mi mente antes de empezar a escribir. Ahora como adulta creo que sigo haciendo lo mismo, buscando explorar el mundo y entenderlo mejor. A través de las lecturas de las narraciones y transfigurando mis inquietudes, mis miedos, mi soledad, pero también mi deseo de formar parte de una comunidad y de ofrecer algo a otras personas a través de las palabras que, como filóloga, creo que son las herramientas más esperanzadoras en las que confiamos los seres humanos”.

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Encuentro con Piedad Bonnet y Pilar Quintana (en grupo Prisa)

Irene Vallejo en su encuentro con Piedad Bonnett y Pilar Quintana.

“Nada garantiza que algo nos haga buenas personas. La literatura nos da unas herramientas para entender las motivaciones de otras personas, adentrarnos en la mente y en los resortes de personas muy distintas de nosotros. Esas habilidades son esenciales para saber moverse por el mundo y para tratar con los demás. Bien utilizadas puede ampliar horizontes o mejor nuestra empatía, pero también se pueden utilizar con fines perversos. Todas las herramientas en el mundo tienen esa ambigüedad. Un cuchillo es un objeto utilísimo, pero puede ser usado para agredir a otra persona. Ser grandes lectores no garantiza que seamos buenas o mejores personas, pero eso no merma la importancia de la lectura

Los géneros literarios que pensamos que son pura evasión, como la fantasía y la ciencia ficción, tienen mucho que ver con la política y la democracia. Son espacios donde experimentamos otros escenarios de organización social y de sensibilidades. A veces el problema es que pensamos que un sistema de organización político o económico es el único y no hay alternativa posible, mientras la literatura está construida constantemente explorando otras alternativas, otras posibilidades y demostrándonos que muchas instituciones que se prometían eternas e imperios que parecían no acabarse han sido sucedidos por otras alternativas. Es una forma de prometernos que nada es imposible de transformar. En la imaginación y la fantasía en la literatura es donde ensayamos esas soluciones alternativas y donde nos convencemos de que la realidad no tiene una dimensión única. Que es muchas veces el mensaje que nos dan líderes políticos y personas interesadas en perpetuar una situación de injusticia de que no hay alternativa o que la única alternativa es el caos. (…)

Hay que defender con una barricada ese tiempo de libertad que es el momento de la escritura y de escribir, y no preocuparse por cómo se leerá el libro ni cual será el resultado, siempre impredecible, de la publicación. Poner el resto de la pasión del juego infantil que se perpetúa en la escritura y eso es una forma de niñez transitoria. Proteger la escritura de todos los ataques y, a veces, de la incomprensión y las angustias, y conseguir que esa vida que entra en tromba se transforme en una metamorfosis increíble, en la materia de otros libros y otra escritura”.

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Maribel Lienhard

3 comentarios

  1. Es espléndido ver, escuchar, leer a Irene Vallejo. Su capacidad de seducir a los lectores es interminable, así cómo profundo el aprendizaje que transmite. Admiro además la intensidad de sus convicciones, como la pasión con la que se desenvuelve. Y hace gala de una generosidad pocas veces vista en alguien que ha alcanzado su jerarquía literaria.

  2. Todavía no puedo explicar por qué leo los artículos de IV. Enseña la filosofía como si nada. Es como una droga que motiva en cada palabra-texto en la cual es imposible no sentirse identificado. Al mejor estilo de los grandes escritores pero de fácil acceso. Provoca.

  3. Leerla, un viaje por el océano del conocimiento, del origen. Irene Vallejo es la historiadora de la palabra escrita. Su profunda visión del pasado de los signos, de las voces, de las letras hechas libros, del recinto habitado por los libros te deja esa grata sonrisa del saber nuevo. Leerla, es viajar al umbral de los asombros.

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